lunes, 26 de septiembre de 2011

TERESA PENSABA QUÉ PODRÍA HACER POR DIOS

Monasterio de la Encarnación. Coro alto



Despues de la visión que tuvo del infierno, Teresa no podía sufrir la pena que le daba el ver tantas almas como lleva cada día el demonio consigo. Y continúa diciendo la diferencia que hay entre los tormentos de acá y los de allá en el infierno, porque los que se pasan en la vida tienen término, pero los de allá no se acabarán nunca. La escuchamos:


"No hay corazón que lo lleve sin gran pena; pues acá con saber que, en fin, el sumo trabajo se acabará con la vida y que ya tiene término, aún nos mueve a tanta compasión, estotro, que no le tiene, no sé como podemos sosegar".



"Esto también me hace desear que, en cosa que tanto importa, no nos contentemos con menos de hacer todo lo que pudiéremos de nuestra parte".



"Andando yo después de haber visto esto y otras grandes cosas y secretos (que el Señor, por quien es me quiso mostrar, de la gloria que dará a los buenos y pena a los malos, deseando modo y manera en que pudiese hacer penitencia de tanto mal y merecer algo para ganar tanto bien, deseaba huir de gentes y acabar ya de en todo apartarme del mundo. No sosegaba mi espíritu, mas no desasosiego inquieto, sino sabroso. Bien se veía que era de Dios, y que le había dado Su Majestad al alma calor para digerir otros manjares más gruesos de los que comía. Y pensaba qué podría hacer por Dios"(V 32,8-9).



Amigos del BLOG, ¿sabeis la respuesta a la pregunta que se hacía Teresa? La respuesta fue tomar la determinación de hacer las cosas con la mayor perfección que pudiere. Y se dijo, en secreto: soy monja carmelita según la Regla carmelitana. Pero en este convento en el que llevo ventisiete años, cumplimos las prescripciones de la Regla a medias, porque la mitigaron , y no es como la primitiva. Entonces ¿ cómo cumplir la Regla con la mayor perfección que pudiere?- Fundando un convento nuevo, en un edificio nuevo, con unas monjas nuevas, y con todo nuevo, horarios, hábitos, comida, sueño, trabajo, rezos. todo nuevo. Y así nació el Convento de SAN jOSÉ en Ávila, el primero de la Reforma Teresiana.


Esto sea dicho en pocas palabras, porque Teresa tardó dos años en madurar su pensamiento y llevarlo a ejecución.Por eso, volveremos a su relato de los hechos, en dias sucesivos.Con mis cordiales saludos, Nicolás

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