sábado, 30 de enero de 2010

MANO DE ORO MAZIZA PARA SANTA TERESA



LA MANO DE ORO MACIZA
Hace dos dias dedicamos nuestra página a honrar San Enrique de Ossó, retoño hermosísimo que se alimentó de la sabia exuberante de la Virgen Abulense, que floreció en la Compañía de Santa Teresa de Jesús, Congregación Religiosa que tiene abiertos cientos de colegios de enseñanza en todos los continentes.
Pues terminado el Centenario de la muerte de Santa Teresa en 1882, un hecho funesto revolvió los ánimos de los fervorosos incondicionales que habían acudido a su ciudad natal con tan fáusto motivo. Un individuo entró en la capilla, del convento de los frailes carmelitas, en la que se venera una imagen de la Santa, obra del famoso Gregorio Fernández, descubrió en los dedos de la mano izquierda algunas sortijas de valor, se alzó sobre la mesa de altar y arrancó la mano con todas sus joyas. Ocurrió el 17 de febrero de 1883.
Causó un natural estupor en la ciudad, herida en su entrañable amor a su querida paisana. Pero la noticia llegó , también, a oídos del fundador de la Compañía de Santa Teresa, y rápidamente buscó la manera de desagraviarla. Apoyado por sus jóvenes teresianas, iniciaron una suscripción popular para devolver la mano a la imagen de Santa Teresa, que fuera por si misma una joya. A un enamorado se le ocurren ideas deslumbrantes. Tenían que regalar a la Santa una mano de oro maciza.
Y el 15 del mismo año, vinieron en numerosa y edificante peregrinación a Ávila el Santo organizador, sus religiosas teresianas y numerosos fervientes devotos de la Santa, a quien traían riquísima mano de oro maciza, facsímil de la substraída, para regalársela como ofrenda expiatoria y prenda de sus entusiasmos teresianos.
Por ser el día de su Fiesta, salió la imagen de su iglesia, esta vez rodeada de los peregrinos catalanes, y portando la mano de oro para lucirla por toda la ciudad, que agradecida ovacionaba a los fervorosos donantes.
La alhaja fue entregada al Prior del Convento en un estuche y un pergamino con el siguiente texto: "En desagravio del robo sacrílego de la mano izquierda de la imagen de Santa Teresa, que se efectuó el 17 de febrero de 1883, por suscripción iniciada por el Rvdo. D. Enrique de Ossó, Director de la Compañía de Santa Teresa de Tortosa, fue entregada esta mano".

La personalidad de santa Teresa ha suscitado semejantes reacciones en todos los tiempos. Este es un dato histórico entre muchos. Hechos insospechados, como el de este catalán, culto y emprendedor, trabajador empedernido, que dedicó toda su vida a asimilar el mensaje teresiano, a ensalzar a la Mística Doctora y a difundir su doctrina por todos los medios a su alcance.
Gracias, Enrique de Ossó. Queremos aprender de tí todo tu entusiasmo y conocimiento de Santa Teresa. Te pedimos que nos lo contagies desde el cielo donde ya moras con ella. Santa y Santo venid en nuestra ayuda.

miércoles, 27 de enero de 2010

HOY, FIESTA DE SAN ENRIQUE DE OSSO


FIESTA DE SAN ENRIQUE DE OSSO


Enrique de Ossó, es un sacerdote catalán, nacido en Vinebre en 1840, algo así como la versión “hombre”en el siglo XIX de la “mujer” Teresa. No cabe una persona más identificada con la Virgen de Ávila. Contemplativo en acción, organizador, apóstol, fundador, creativo, humilde, hijo fiel de la Iglesia. Fue un sacerdote de cuerpo entero: insigne catequista, organizador de catecismos y clases de religión en tiempos dificilísimos; confesor y director de almas; fundador de diversas asociaciones para niños y jóvenes; promotor, editor y escritor de libros y revistas, todos dedicados a difundir el mensaje espiritual de Santa Teresa.


Conocía muy de cerca las obras escritas por Santa Teresa, y ,como ella, experimentó la cercanía de Dios en su vida. Conquistó para su causa, apóstol de la educación, a jóvenes estudiantes y profesoras, que agrupó en una Congregación religiosa a la que denominó Compañía de Santa Teresa de Jesús. “Educar a un niño,- decía-, es educar a un hombre; educar a una mujer es educar toda una familia”. “El corazón de la familia es la mujer: mejorado el corazón, el principio, todo estará sin advertirlo mejorado”.

Con estas ideas fijas, fundó la Compañía de Santa Teresa, la revista Teresa de Jesús, y un libro como auxiliar para la oración personal de jóvenes y adultos titulado El cuarto de hora de oración. Imitando a la gran Maestra de oración, extendió esta práctica a su alrededor con el lema: “Dadme un Cuarto de hora de oración diaria y os prometo el cielo”.


Nuestro BLOG quiere seguir el ejemplo de este santo, chiflado por una santa, que bien se lo merece. Con mi saludo y oración vuestro Capellán

domingo, 24 de enero de 2010

VIDA CARMELITANA EN LA ENCARNACIÓN



Coro.Lo preside un retablo con la inmagen de la
Virgen de la Clemencia
En los laterales los asientos de las monjas,siglo XVI
A la izquierda, órgano realejo, también del tiempo de Santa Teresa-

VIDA CARMELITANA EN LA ENCARNACIÓN


La comunidad de mujeres que habitaban en este monasterio, al momento de ingresar Santa Teresa, año 1535, era un tanto complejo. Por aquellos años, anteriores al Concilio de Trento, había personas propiamente religiosas, y otras que no lo eran, como madres de familia que solicitaban ser acogidas, mientras sus esposos iban a prestar servicio militar al rey, o hijas huérfanas. Santa Teresa acogió, en su misma celda, a su hermana Juana desde los 15 a los 25 años.
Por eso fue creciendo el número inicial de 40, que había en 1535 , a 100, e incluso hasta 200 en el periodo de treinta años en el que vivió en este monasterio nuestra monja, 1535-1562 y 1571-1574.
La primera obligación de las religiosas era cantar las Horas canónicas en el coro y asistir a otros oficios litúrgicos. Había y sigue habiendo dos coros, bajo y alto. El coro alto estuvo ciento diez años a teja vana, “nevándoles a las religiosas sobre los breviarios en el invierno, y entrándoles el sol en el verano, de forma que cerradas las ventanas, se veía a leer con gran daño uno y otro de las saludes”.
Algunas candidatas eran seleccionadas al ingresar por sus cualidades musicales, para tocar el órgano de realejo, el arpa o el bajón, o para cantoras. Por comprometerse a desempeñar estos oficios de por vida, se les dispensaba de aportar la dote.
La aportación económica que las monjas, por regla general, entregaban al Monasterio al ingresar, en calidad de dote, se destinaba a la manutención de la propia monja. Pero en la Encarnación ocurría una circunstancia excepcional, y es que, en buena parte, se invertía en las obras de construcción del nuevo convento. Lo que creaba situaciones insostenibles.
Al faltarles dinero para coprar qué comer, cada año, se veían obligadas a salir a casa de sus parientes, meses enteros, para no morirse de hambre. Unas más y otras menos, según los bienes propios. No se practicaba realmente, la comunidad de bienes, como en la actualidad, porque la situación de pobreza era excepcional.
La comunidad de carmelitas se regía por las Constituciones de la Orden y los propios estatutos, aprobados por el Provincial . La comunidad, como grupo social con capacidad para elegir y ser elegida, y resolver por votación los asuntos del convento, estaba formada únicamente por las monjas que habían hecho profesión solemne y llevaban velo negro. Esto ocurría después de llevar seis años en clausura. El primer año se las consideraba como seglares postulantes. El año siguiente, novicias, y luego pasaban otros cuatro años de profesión de votos simples, con velo blanco. Asistían al coro, para los actos de culto, como las demás, pero separadas de las monjas de velo negro.
Seguiremos otro día.

viernes, 22 de enero de 2010

EL MONASTERIO, UNA ALDEA CASTELLANA






UNA ALDEA CASTELLANA EN PEQUEÑO

El Monasterio de la Encarnación lo podemos comparar, en sus inicios, a una aldea castellana, con una población de hasta doscientas mujeres, mitad monjas mitad seglares.
Parecía un pueblo de verdad. Es así como tenemos que imaginarlo, como una aldea castellana: la plaza del pueblo en medio, con su fuente en el centro. Así es el patio interior del convento. A un lado, la iglesia, al otro, la casa consistorial; aquí la celda prioral.
Alrededor, las viviendas con sus balcones y soportales; aquí los claustros alto y bajo con las celdas de las monjas. En torno de la edificación principal ( el convento propiamente dicho), la huerta, el bosque, las chamizas de los carros, las cuadras de las mulas, el gallinero, las casillas de los corderos, los lavaderos, las cochiqueras de los cerdos, las paneras , y todo lo demás que podía encontrarse en cualquier pueblecito de Castilla.Por razones de pobreza – que luego coincidieron con razones de pura estética- este convento no pudo hacerse como se edificaron las casas nobles de la ciudad y otros conventos de la época. Su arquitectura es muy sobria, a tono con la fisonomía rural del barrio.
En esta parte norte de la ciudad residían algunos tejedores de estameña o de lienzo, cardadores, pellejeros, tintoreros, canteros y, sobre todo, hortelanos. Los pequeños núcleos de población eran conocidos por el barrio de la calle Luenga, el barrio de la calle Ancha, el barrio de San Andrés, el barrio del Cozuelo, nombres que todavía perduran.
La ermita del Resucitado, junto a la fuente del Pradillo; la románica iglesia de San Martín, la de nuestra Señora de la Cabeza, continúan en pie, deliciosamente pequeñas y hermosas.
La sencillez de los muros del monasterio, la intimidad de las estancias, la soledad de su contorno, proclaman que esta casa se hizo sólo para la contemplación religiosa, sin ninguna ostentación de lujo. Lo más sencillo que cabe. Paredes exteriores de cantería; tabiques de adobe, techos de madera de piso, pisos de baldosas de ladrillos, cubierta a teja vana. Ninguna bóveda de piedra. Tan solo la parte costeada por la familia de los Águila, como los claustros y la portada de la iglesia, lleva mampostería. La primitiva cerca de la huerta era de paredes de tierra apelmazada. Los cuartos y las celdas, simplemente blanqueados con cal.
Amigos del BLOG, os invito a visitar estos lugares, santificados por su moradora Santa Teresa de Jesús durante treinta años. Y por San Juan de la Cruz, capellán del Monasterio durante cinco años, 1572-1577. Aquí se palpa la huella de los altísimos místicos y doctores de la Iglesia.

miércoles, 20 de enero de 2010

EL MONASTERIO DE LA ENCARNACIÓN DE ÁVILA




EL MONASTERIO DE LA ENCARNACIÓN

Se sitúa al norte de la ciudad de Ávila, en el barrio de Ajates. Se empezó a construir en 1513, en un descampado. Entre álamos y negrillos, huertas de regadío y frutales. Por detrás, eriales, peñascales y tierras centeneras. En un paisaje embriagador, idealmente religioso. Ideal para una carmelita. Verde, productivo, de soto acogedor, por delante. Pedregoso, austero y mortificante, a la espalda.
Rodeado de fuentes, fontecicas que yo he visto manar, que nunca cesa de hacer movimiento el arena hacia arriba, en expresión de la mas famosa carmelita de este monasterio, Santa Teresa de Jesús.
Ella encontró aquí su convento ideal. En la casa que yo estaba muy contenta y a mi placer, vivió por espacio de treinta años. Se conserva fundamentalmente igual, aunque han pasado casi quinientos años. Por este zaguán, puertas, locutorios y portería pasó a diario, la mismísima Madre Teresa, la autora del Libro de la Vida, la Reformadora infatigable de la Orden, la primera mujer declara Doctora de la Iglesia.
El lugar es el mismo. Estamos en la misma casa, hospitalaria y grande, entonces como ahora convertida en convento de monjas carmelitas de clausura.
El terreno, donde se alza este amplio edificio de corredores largos y serenos, fue adquirido por la priora Beatriz Guiera en 1513. A duras penas pudieron meterse en él por el año 1515 las primeras carmelitas. Anteriormente residían en otra casa, próxima a la puerta de San Vicente, por dentro de las murallas, en la calle del Lomo, en los dominios de la familia de los Águila.
Allí se les quedó pequeño el sitio; era húmedo e insalubre, y por eso decidieron hacer un convento nuevo.
Este fue el inicio del actual y famosísimo Monasterio de Santa María de la Encarnación, de Ávila.
Desde aquí, amigos del BLOG os recuerdo en mis oraciones por intercesión de Santa Teresa y os envio un cordial saludo

lunes, 18 de enero de 2010

LA ORDEL DEL CARMEN


Profeta Elias. En plata.Juan de Arfe.1571.


LA ORDEN DEL CARMEN

Santa Teresa se hace Carmelita. ¿Qué es la Orden del Carmen?
El nombre y su origen procede del Monte Carmelo, una pequeña montaña situada al extremo oriental del mar Mediterráneo, en Israel, a la espalda de la ciudad de Haifa. Está vinculado al profeta Elías, visto como ermitaño, que habita algunos tiempos en este monte. Ahí tuvo comienzo la Orden del Carmen en el siglo XII.
Se debió su comienzo a grupos de peregrinos o militantes de las Cruzadas , que se establecieron en uno de los valles de la montaña, junto a la fuente de Elias, donde formaron un pequeño grupo de ermitaños, dedicados a la oración y al trabajo, como medio de subsistencia.
En el siglo XIII el Patriarca de Jerusalén, San Alberto, escribe para el grupo una norma de vida, llama Regla carmelitana. Surgen enseguida otras comunidades que eligen regirse por esa Regla. Por efecto de los ataques que sufren por causa de los sarracenos, los ermitaños del Monte Carmelo tienen que huir, hacia el año 1291, y se establecen en ciudades europeas, de Chipre, Italia, Francia, Inglaterra y España.
En el siglo XV, sólo en España, había más de cuarenta conventos de frailes carmelitas, con quinientos religiosos. La rama femenina se funda en Francia en 1452 por el superior general beato Juan Soreth, y enseguida llegan a España. La primera casa se sitúa en la ciudad de Avila, y surge de un grupo de mujeres piadosas en casa de Doña Elvira González de Medina, en 1479, bajo la denominación de “beatas carmelitas”.

Esta comunidad evoluciona hasta el punto de que la joven Priora Beatriz Guiera logra, a principios del siglo XVI, que las reconozcan como religiosas carmelitas, formando parte de la Orden del Carmen, bajo la jurisdicción del Provincial de Castilla y del Superior General de la Orden, con sede en Roma. Esta misma priora decide construir un convento nuevo, en 1511, y poner la primera piedra del actual Monasterio de la Encarnación, en el que ingresó Santa Teresa en 1535.

viernes, 15 de enero de 2010

PO QUÉ SE HACE CARMELITA SANTA TERESA

Doncella, con la mano derecha en alto, invocando
a Dios, mano izquierda portando un libro cerrado.
En plata. Juan de Arfe. año 1571.

POR QUÉ SE HACE CARMELITA SANTA TERESA
Los historiadores se han hecho esta misma pregunta, aunque no coinciden en la respuesta, porque a nadie le ha sido permitido entrar en la decisión tomada por Santa Teresa a los veinte años.
Presentamos la respuesta que da el P. Tomás Álvarez, especialista número uno en Santa Teresa. Dice este autor que Teresa, fundamentalmente, se decide a ser carmelita porque tiene una amiga en el Monasterio de la Encarnación: Es el que yo tenía mucha afición, si bien, una vez decidida por el estado religioso, a cualquier monasterio en que pensara servir más a Dios, o mi padre quisiera, fuera.
En Ávila tenía varios monasterios para escoger: La Concepción. Santa Ana, Santa María de Gracia, Santa Catalina de Sena, Santa María de Jesús o Las Gordillas.
En el ánimo de Teresa aleteaban otros motivos, incluso el miedo al infierno, el amor a Cristo, la previsión realista de los trabajos de la religión, por ser yo tan regalada. En el fondo ella ha optado por la “vida religiosa”.
Su vocación específicamente carmelitana tenía precarias motivaciones psicológicas. Pero estaba bien respaldada por una motivación netamente teológica. La vocación le vino de la llamada de Dios: Oh válgame Dios, por qué términos me andaba Su Majestad disponiendo para el estado en que quiso servir de mí, que sin quererlo yo, me forzó a que hiciera fuerza.
La decisión la tomó en 1535. Lo relata al escribir el Libro de la Vida en 1565. Lo recuerda con realismo pero sin titubeos-. Está convencida de que acertó. Segura de que su lucha terminó en victoria. Y que ésta ha sido definitiva. Son afirmaciones suyas: En tomando el hábito...,a la hora me dio un gran contento de tener aquel estado, que nunca más me faltó hasta hoy. Y lo repetirá confidencialmente a las monjas de San José: Bendito seáis Vos, mi Dios…, que darme estado de monja fue grandísima. Sí, Teresa había acertado en el camino de su vida. Jamás se retractará.

miércoles, 13 de enero de 2010

0H DICHOSA VENTURA

Imagen de Dios Padre, con la bola del mundo en la mano,
en el centro, entre columnas-En plata. Juan de Arfe.1571-

OH DICHOSA VENTURA

A nuestra Santa le sale al encuentro el mismo Jesucristo que se le apareció a San Pablo, en el camino de Damasco. Para San Pablo la conversión consistió en percatarse de que era perseguido en lugar de perseguidor. Este hombre se vio acosado por una fuerza personal, por un nombre que en el instante quebró todas las seguridades de su existencia y aglutinó toda la luz de certeza, de bondad y de verdad, necesarias para seguir existiendo.
Este mismo es el Cristo de Teresa: el Cristo viviente, el que muerto y resucitado, ha sido constituido por Dios principio y ejemplar de un vivir nuevo, el primogénito de la nueva creación y garantía de una humanidad redimida. Presencia sustentadora de un nuevo vivir, que es el vivir en cristiano, en su plenitud.
Y en las vivencias del amor hay grados de intensidad y de entrega. En Santa Teresa se fue dando progresivamente hasta llegar a la donación total. Así lo cantaba ella:”Ya toda me entregué y dí, y de tal suerte he trocado, que mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado”.”Ya no quiero otro amor, pues a mi Dios me he entregado, Y mi Amado para mí, y yo soy para mi Amado”.

La cercanía y presencia de Jesucristo en la vida de Santa Teresa la envuelve.”Viénenme días,- escribe-, en que me acuerdo infinitas veces de lo que dice San Pablo…,que ni me parece vivo yo, ni hablo, ni tengo querer, sino que está en mi quien me gobierna y da fuerzas” (R3,10).
Adiós, amigos.Que Dios os bendiga

lunes, 11 de enero de 2010

SANTA TERESA, ENAMORADA DE JESUCRISTO

Apostolado, entre columnas.Juan de Arfe.1571.En plata-

SANTA TERESA, ENAMORADA DE JESUCRISTO
La joven Doña Teresa de Ahumada se metió monja porque estaba enamorada de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado. Quería identificarse totalmente con El. Pero hasta llegar a esta identificación, tuvo que pasar por una transformación de tal naturaleza que el Evangelio la compara a un segundo nacimiento. Teresa tuvo que “nacer de nuevo”.

Esta es la fascinante aventura que corrió nuestra querida monja, por los claustros del Monasterio de la Encarnación de Ávila, Doña Teresa de Ahumada, hasta llegar a ser Santa Teresa de Jesús.
Este proceso de transformación pasa dentro de ella. Podemos decir algo sobre ello, porque nuestra monja escribió el diario de su alma, conocido como el “Libro de su Vida”.

Pues ya tenemos a Teresa de Ahumada saliendo al encuentro de Jesucristo. ¿Pero de qué Jesucristo trata en el Libro de la Vida? De Jesucristo se puede escribir de dos maneras: del Jesucristo histórico, y del Jesucristo presente. Los historiadores han dedicado obras extensas narrando detalladamente la vida del hijo de José y de María, desde la cuna en Belén hasta su muerte en el Gólgota.
Cuando Teresa habla de Jesucristo se refiere al Viviente, a Alguien que le habita en su alma. Para ella, Jesucristo es una persona que la invita a dejarse amar por El, a dejarse vivificar por su gracia. Con el que puede hablar de tú a tú ,como los Ápóstoles, tal y como los vemos en la imagen, en actitud de diálogo con Jesucristo, que les ha invitado a seguirle.

Su experiencia es “ procurar soledad para dar lugar al Señor y dejar que El obre como en cosa suya”. Verse “delante de Cristo, y sin cansancio del entendimiento estarse hablando y regalando con El, sin cansarse en componer razones, sino representarle necesidades…,descuidarse de todo y de todos y tener cuenta consigo y con contentar a Dios”.
Santa Teresa nos va describiendo la esencia de su oficio de monja. Seguir a Jesucristo e imitar su vida.

sábado, 9 de enero de 2010

SANTA TERESA, FIRME EN LA FE

Virtud de la Fe, personalizada en una imagen vigorosa
en plata, obra del orfebre Juan de Arfe, 1571.


SANTA TERESA DA UN PASO MÁS EN SU AVENTURA DE LA FE

Nuestra monja Teresa de Ahumada ¿a qué se dedica dentro del claustro monacal? Lo suyo propio y específico ¿qué es?
Pues, algo muy sencillo: creer y amar a Dios hasta el extremo.
Sí. Lo que distingue a esta monja de otras es la intensidad de su experiencia religiosa. Digámoslo claramente. Ella reinicia una aventura, que es la aventura de la fe, en la que se inició desde niña, y lo arriesga todo en ella. Sigamos por partes.
Dios llama a Teresa, como a cualquier hombre o mujer, a intimar con El. La clave está en la respuesta a esa llamada, en cómo reacciona uno ante esa llamada misteriosa. Al sentir que Dios te llama, la primera reacción es aceptar su invitación. ¿Por qué? Porque el hombre necesita a Dios. El hombre no se basta a sí mismo, se ve limitado y aspira a ser poderoso, a tener una vida inmortal. Descubre que Dios en Cristo nos ha dado todo lo que el hombre puede desear para su realización plena, la verdad, la bondad, la justicia, todo lo que puede saciar la sed de felicidad que atormenta al hombre.
Pero a la vez que percibe esa reacción positiva, le asalta otra negativa. Si la solución estuviese en aceptar, tan sólo en teoría, la verdad, la bondad y la vida , no habría ninguna dificultad. La inteligencia y la voluntad se orientan espontáneamente a aceptar estos valores.
La dificultad surge cuando la inteligencia tiene que aceptar valores que no tienen la fuerza de imponerse por sí mismos, y, sobre todo, valores que se identifican con una persona, que es preciso aceptar como norma de la propia existencia.
La exigencia de reconocer a otra persona como ley suprema de la propia existencia, comporta el tener que renunciar a la autonomía de la propia persona. Significa perder libremente la propia independencia, renunciar a tener un pensamiento propio, una voluntad propia, un amor propio, y hacer propio el pensamiento, la voluntad y el amor del otro. Y en el caso concreto de la fe, significa que yo acojo a Jesucristo para que sea mi camino, mi verdad y mi vida. Mejor dicho, yo acepto ser amado y guiado por Dios, en Jesucristo su Hijo.
Pues, Santa Teresa se hizo monja porque estaba enamorada de Jesucristo, y quería corresponderle hasta el extremo, hasta demostrarle que le amaba más que a la propia vida. Ni más ni menos, hasta conseguir una identificación plena con Cristo, hasta el punto de poder decir con sinceridad mi vida es Cristo.
A esto vino al Monasterio de la Encarnación. Esta fue una aventura nada fácil. Iremos descubriéndola paso a paso.
SANTA TERESA DE JESÚS, TESTIMONIO VIVO DE FE EN DIOS, RUEGA POR NOSOTROS

jueves, 7 de enero de 2010

SANTA TERESA, UNA LLAMA DE AMOR VIVA


Virtud de la caridad, representada por una madre
abrazando a su hijo.Imágenes en plata, obra del
artista en orfebrería Juan de Arfe, año 1571.
SANTA TERESA, UNA LLAMA DE AMOR VIVA
Santa Teresa nos anticipó, en alguna ocasión, que al final del camino interior nos espera una fuente de agua abundante. Un final radiante, si nos dejamos guiar por Jesucristo.


Si en cada uno de nosotros nos acucia una gran sed de felicidad, es porque nos espera una fuente que puede saciarnos. No puede haber sed sin agua, ni día sin noche. Sigue existiendo el sol, aunque sea de noche; y sigue habiendo estrellas tan bellas, aunque sea de día. No se puede alcanzar la luz, si no es por el camino de la noche. Siempre el día está entre dos noches.-Dios es siempre el Dios escondido.


Por eso, ánimo y adelante. Nuestra recompensa la encontraremos, como Teresa de Ávila, en el esfuerzo y en las luchas de cada día, y no en los resultados. Para valorar lo pleno y hermoso que ha sido el día, hay que esperar al atardecer. Y, para un cristiano, sabemos que al atardecer de la vida nos examinarán. ¿Sabéis de qué?- Del amor. Hay que amar hasta que duela. Por eso, en el 2010 no puede haber tregua ni descanso para el amor.


En nuestra mochila de caminantes por la vida hay que meter esperanza, ilusión, alegría, optimismo, amor, mucho amor y grandes deseos de compartir con los que nos encontremos en ese caminar.- Ilusión y optimismo, porque cada uno somos un proyecto de Dios y no podemos dejarlo a medias; alegría, porque una sola alegría hace desparecer mil tristezas; amor, porque Dios es amor y hemos sido creados por y para el amor-.


FELIZ AÑO NUEVO, CON SANTA TERESA DE JESÚS.
NOTA: Al retornar al mensaje de Santa Teresa, presentamos
una obra de arte, entresacada de las imágenes en plata, que
componen la obra del genial orfebre castellano-leonés Juan de Arfe, año 1571,
Custodia del Corpus de la catedral de Avila.
De esta manera quisiéramos expresar, simultaneamente, el mensaje de la fe
a través de la belleza plasmada en incomparables obras de arte, y a través
de una excepcional testigo de la fe que es Santa Teresa de Jesús.
Dos expresiones de la fe en Dios, que constituyen una prueba muy relevante
de la verdad de nuestra religión cristiana.
Amigos del BLOG, espero que capteis en dias sucesivos esta iniciativa.
A vuestra disposición, vuestro Capellán
Seguiremos algún tiempo encabezando nuestro texto con este género de obras.
Juan de Arfe.

martes, 5 de enero de 2010

Ad0ración de los Reyes Magos.Pintura sobre tabla, s.XVI.Escuela de P.Berruguete.


FIESTA DE EPIFANIA.UN CAMINO INTERIOR EN BUSCA DE DIOS

En la fiesta del 6 de enero , Epifanía, se muestra la grandeza del corazón de Dios. Jesús no se ha encarnado para darse a conocer a unos cuantos, sino para encontrarse con todos los hombres. En la figura de los Magos de oriente vemos el cumplimiento del deseo inscrito en el corazón humano: encontrar a Dios.-

Esos tres hombres habían oído que los profetas de Israel habían anunciado que vendría un Rey, que estaría en íntima armonía con Dios y que, en su nombre y de parte suya, restablecería el orden y la paz en el mundo. Y se pusieron en camino para encontrar ese Rey. En lo más hondo de su ser buscaban que en el mundo se restableciera el derecho, la justicia que debía venir de Dios. Y ellos estaban dispuestos a servir a ese Rey, ponerse a su disposición y colaborar con él a la renovación del mundo. Eran de esas personas que tienen hambre y sed de justicia.-

Y fueron a buscarlo a donde ellos creían que tenía que estar en la gran ciudad de Jerusalén y en un palacio.-Pero allí no estaba. Resultó que el nuevo Rey era muy diferente de lo que se esperaban. Debían, pues, empezar a aprender que Dios es diferente de como acostumbramos a imaginarlo. Y así comenzaron a recorrer un camino interior. Una estrella los guió a un pequeño pueblo llamado Belén, hasta que encontraron a un Niño envuelto en pañales, se postraron ante El y lo reconocieron como el Rey anunciado por los profetas.

Y empezaron a cambiar su idea sobre el poder, sobre Dios y sobre el hombre y, con ello, a cambiar también ellos mismos. Ahora habían visto que el poder de Dios es diferente al poder de los grandes del mundo. Su modo de actuar es distinto de como lo imaginamos, y de como quisiéramos imponerle que fuera. En este mundo, Dios no le hace competencia a las formas terrenales del poder. No contrapone unos ejércitos a otros ejércitos.

Al poder estridente y pomposo de este mundo, Dios contrapone el poder inerme del amor, que en la Cruz sucumbe y, sin embargo, constituye la nueva realidad divina, que se opone a la injusticia e instaura el Reino de Dios, que es diferente del reino de los hombres.


Santa Teresa, hija fiel de la madre Iglesia, ruega por nosotros.

sábado, 2 de enero de 2010

DOMINGO DE LA PALABRA VIVA DE DIOS

Virgen orante, a la escucha de la palabra de Dios.Pintura sobre tabla,de Pedro Berruguete. Principios s. XVI


Y LA PALABRA ERA DIOS, Y POR LA PALABRA SE HIZO TODO



En este Domingo, el Evangelio nos presenta a Jesucristo, el Niño divino nacido de María
como Palabra de Dios, como la personificación de la palabra dicha por Dios a los hombres. Dios tenía que decir algo a los hombres, y nos lo dijo a través de su Hijo haciéndose hombre. Por eso con toda razón, leemos en el Evangelio la Palabra estaba junto a Dios y la Palabraa era Dios...y por medio de la Palabra se hizo todo; en la Palabra había vida, y la vida era luz de los hombres.



Jesucristo es todo lo que nos tiene que decir Dios. Imagen suya que nos pone delante de los ojos el amor y la bondad de Dios, imagen que saca a la luz los secretos de Dios.



Las personas, para comunicarnos algo, empleamos dos formas de lenguaje: la palabra y las obras. Así tambié, Jesucristo, como lenguaje de Dios, nos habla de dos maneras, con palabras y con el testimonio de su vida. Es palabra viva, palabra hecha carne.



Pensemos en la capacidad de la palabra como vehículo de comunicación, dadora de vida.Nuestras palabras han de nacernos de dentro, ser verdaderas, lazos de unión y de amistad, fuente de alegría, semilla de esperanza, de fraternidad, de estímulo , de aliento...Pero ¡oh dolor! tantas veces sirven para lo contrario: para ofender, para engañar, para separar, para sembrar odio o desprecio.



Santa Teresa gozaba de contemplar a Jesucristo como palabra viva y eficaz de Dios: palabra que infundía fuerza, densidad, fuego, salud, paz. Palabra que dice y hace lo que dice. Si oyes que Dios te dice "no temás", esa palabra te quita todos los miedos. Nuestra Santa en cierta ocasión estaba con gran fatiga y desazonada, y oyó en su interior que el Señor la dijo estas palabras: No hayas miedo, hija, que yo soy, y yo no te desampararé, no temas. Y con solo estas palabras que oyó en su interior, se sintió sosegada, con fortaleza, con ánimo, con seguridad, con quietud y luz, y, -según dejó escrito-, "de pronto vi mi alma hecha otra.¡Oh, qué buen Dios! No sólo da el consejo, sino el remedio. Sus palabras son obras".



En este nuestro mundo de palabrería hueca y vana, y ,cuando nó, hiriente , caigamos en la cuenta de que hay otras palabras, nada menos que dichas por Dios, que podemos escuchar con los oidos del alma. Quienes las escuchan y aceptan, experimentan interiormente una transformación, una iluminación. La palabra de Dios disipa nuestras penas, nuestra aflicción, nos deja sosiego y paz.

También nosotros hagamos que nuestras palabras sean fraternales, vehículo de amistad, que nos acerca a los otros por el camino plateado de la paz.

¡Tú mismo, hijo mío, escúchame!

viernes, 1 de enero de 2010

FELIZ AÑO NUEVO, 2010





"Al cumplirse los ocho dias del nacimiento, tocaba circuncidar al Niño, y le pusieron por nombre Jesús" (Evangelio de
hoy).- Este hecho histórico lo plasmó en pintura Pedro Berrugue, en los primeros años del siglo XVI.





FELIZ AÑO NUEVO, 2010
Al terminar un año y empezar otro año nuevo, la primera reflexión sea darle gracias a Dios, por habernos conservado la vida y por tantas gracias recibidas de El hasta hoy.
Es un deber nuestro, además de una necesidad del corazón, alabar y dar gracias a Aquel que, siendo eterno, nos acompaña en el tiempo sin abandonarnos nunca, y que siempre vela por la humanidad con la fidelidad de su amor misericordioso.
Al Señor de la vida, le pedimos que alivie con sus gracias los sufrimientos que nos salgan al paso en el nuevo año, y que siga fortaleciéndonos en nuestra existencia terrena, dándonos el Pan de la salvación, para sostenernos en nuestro camino hacia la patria del cielo.
Ponemos en las manos de Dios este año 2010.La Palabra nos dice en este domingo a ti y a mí: “El Señor te bendiga y te proteja…; el Señor se fije en ti y te conceda la paz”.
La paz es un anhelo de todas las personas de buena voluntad, y para los discípulos de Cristo es un mandato permanente que nos compromete a todos: primero a recibir la paz de Dios; y, luego a comunicarla a los demás.
El Papa nos recuerda cada año, en esta fecha, que la referencia a Dios es imprescindible para que reine la paz en el mundo. Por nosotros ha nacido el Salvador. Esta noticia no puede dejarnos indiferentes. Nos afecta a todos, por nuestro propio bien. Dios es alguien importante en nuestra vida, el más importante en absoluto. El tiempo dedicado a Dios y, por El, a nuestro prójimo nunca es tiempo perdido. Al contrario, es el tiempo que vivimos verdaderamente.
Este primer día del año está dedicado a nuestra Señora Santa María, madre de Dios y madre nuestra. Aprendamos de Ella a conservar en el corazón las palabras que vienen de Dios, a meditarlas y a comprenderlas.
La pedimos que nos asista con su ayuda maternal y que nos guie por el camino que es Jesucristo, el mismo ayer, hoy y siempre.
Santa Teresa de Jesús, altísima contemplativa de Dios, ruega por nosotros.