viernes, 30 de noviembre de 2012






EL ALMA HALLARÁ EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO SABOR Y CONSOLACIÓN

Santa  Teresa dedica este capítulo 34 de su libro Camino de Perfección a motivarnos en la piedad y vivencia del Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Estamos ante una de las páginas más hermosas y densas del libro. Santa Teresa no puede ocultar que está loca por la Eucaristía.

Por eso enseguida va a evocar sus experiencias eucarísticas recientes y estremecedoras. Se siente en la necesidad de testimoniar expresamente su fe viva en la presencia de Jesús en este Sacramento, su felicidad por tener en él a su Señor en persona, no menos feliz que si  hubiera caminado y vivido a su lado por tierras de Galilea.

En presencia de la Eucaristía, nos enseña a interiorizar nuestra oración para simplificar e intensificar su relación con Dios y con Cristo. Suma y realista invitación a entrar dentro de sí con el Señor que entra dentro de nosotros al comulgar. La escuchamos:

Cristo no se queda para otra cosa con nosotros, sino para ayudarnos y animarnos y sustentarnos a hacer esta voluntad (divina) que hemos dicho se cumpla en nosotros. Que, pues su  Majestad ya nos le dio a su Hijo y envió al. mundo por sola su voluntad, él quiere ahora por la suya propia no desampararnos, sino estarse aquí con nosotros para más gloria de sus amigos.

Al habernos dado este pan sacratísimo para siempre,  su Majestad nos le dio este mantenimiento y maná de la humanidad; que le hallamos como queremos y que, si no es por nuestra culpa, no moriremos de hambre; que de todas cuantas maneras quisiere comer el alma, hallará en el Santísimo Sacramento sabor y consolación. No hay necesidad ni trabajo ni persecución que no sea fácil de pasar, si comenzamos a gustar de los suyos ( CP 34, 1-2).

miércoles, 28 de noviembre de 2012



                                DOMINGOS C.-  ADVIENTO I. Dia 2 diciembre

Con este domingo primero de Adviento, la iglesia nos invita a  prepararnos para la Navidad. La Navidad en la que celebraremos un año más el acontecimiento central de la historia de la humanidad:  el nacimiento del Hijo de Dios en Belén, nuestro Señor Jesucristo, nuestro salvador.- Jesucristo no es cosa del pasado: siempre es alguien presente y alguien futuro. Está con nosotros, pero siempre viene a nuestro encuentro. Camina a nuestro lado, pero es inalcanzable. Jesucristo siempre es mucho más, por eso nos cautiva y nos atrae. Por eso en el tiempo de Adviento estamos invitados a renovar la ilusión mirando al futuro, a superarnos, a saber esperar y a avivar el deseo. Y a repetir insitentemente la oración del Adviente: “Ven, Señor Jesús”.  La salvación nos viene de Dios. Con ese deseo caminamos hacia la Navidad, porque en ella  esperamos de nuevo encontrarnos con nuestro Dios y salvador.-
 Para ese encuentro, tenemos que preparar nuestra morada interior, limpiarla de pecados e impurezas, quitar estorbos, adorlarla y perfumarla con flores de virtudes y aromas del Espíritu. Virtudes como la esperanza, el amor, la fortaleza, la humildad, la vigilancia, limpieza espiritual.
Adviento significa “venida”y espera. Es muy importante en nuestras vidas esperar en Dios, en alguien que viene a salvarnos, alguien que no es uno cualquiera,es el Enmanuel, el Dios con nosotros. Alguien que nos ofrece luz y sentido para nuestra existencia.- 
 Lo peor que puede ocurrirnos es vivir como insensibles al bien, como ciegos, embotados, sin ilusiones ni esperanzas. El Señor nos previene en el Evangelio : “Velad.¡ Vigilad!”. No vivamos dormidos en la rutina.No se os embote la mente con el vicio,  y los agobios de la vida, y os hagais insensibles a la verdad”.. Estad siempre despiertos, vigilantes..” El Adviento es anhelar: no podemos conformarnos con la rutina y lamediocridad. Nuestra capacidad es grande, ilimitada.. Adviento es esperar: esperar es trabajar para que nuestros deseos se realicen. Esperar es poner en movimiento todas las capacidades personales al futuro. Y  porque la felicidad que deseamos y esperamos sobrepasa nuestras fuerzas, por eso necesitamos orar, suplicar a Dios: Ven Señor, venga a nosotros tu reino, Señor. ..Sólo Dios tiene palabras de vida eterna.  Sólo Jesucristo es el camino, la verdad y la vida Lo dijo claramente:” Yo soy el camino, la verdad  y la vida”.
 Caminamos al encuentro con Dios, a la unión de amor con Dios. Y cómo se verifica esta su llegada a nosotros y éste nuestro recibimiento : mediante la fe.- Señor, en este tiempo de adviento, auméntanos la fe. ..- Esta adhesión vital al Dios encarnado en Jesucristo, que llamamos fe, tiene grados: puede ser una fe inerte y pasiva, puede ser dudosa, puede estar fatigada, o casi muerta...Danos, Señor, una fe viva, personal, auténtica, eficaz, plena. El encuentro con Cristo se realiza en un “sí” a su palabra, a su evangelio, a sus mandamientos, a su persona, aceptándole como Maestro,, como salvador, tal y como él mismo se ha definido, y como nosotros en la Navidad queremos reconocerlo y en cierta medida experimentarlo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”
Escuchemos de nuevo lo que nos dice el Apostol San Pablo : “ Que el Señor os fortalezca interiormente, para que cuando el Señor vuelva os presenteis santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre. Proceded para agradar a Dios.Pensad en la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús. Pues por El habeis sido enriquecidos en todo : en el hablar y en el saber...Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor Nuestro.¡ Y él es fiel ! “- A cuantos lo aceptan , lo reciben , los asocia a sí mismo, los da el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Como nos recuerda la primera lectura: Dios es nuestro Padre; nosotros somos como la arcilla en manos del alfarero. El es el alfarero; y si nos ponemos en sus manos y nos dejamos moldear por El, seremos obra perfecta salida de sus manos. Si prescindimos de El, seremos unos cacharros rotos e inútiles

domingo, 25 de noviembre de 2012







                         DANOS ESTE  PAN CADA DÍA Y HOY

Santa Teresa se admira de que le hagamos a Dios esta petición del Pannuestro por duplicado.  Y la pone en boca de Jesucristo dirigiéndose a Dios Padre. La Santa  nos da una sabia explicación:

He mirado yo cómo en esta petición sola duplica las palabras, porque dice primero y pide que le deis este pan cada día y torna a decir “dádnoslo hoy, Señor”. Pone también delante a su Padre, es como decirle que ya una vez nos le dio para que muriese por nosotros, que ya nuestro es, que no nos le torne a quitar hasta que se acabe el mundo, que le deje servir cada día. 

Esto os enternezca el corazón, hijas mías, para amar a vuestro Esposo; que no hay esclavo que de buena gana diga que lo es, y que el buen Jesús parece se honra de ello.¡ Oh Padre eterno, que mucho merece esta humildad! ¿ Con qué tesoro compramos a vuestro Hijo? Venderle, ya sabemos que por treinta dineros; mas para comprarle, no hay precio que baste. Como se hace aquí una cosa con nosotros por la parte que tiene de nuestra naturaleza, y como Señor de su voluntad lo acuerda con su Padre, que, pues es suya, que nos la puede dar; y así dice: “pan nuestro”. No hace diferencia de él a nosotros; mas hacémosla nosotros de él; porque juntando nuestra oración con la suya, tendrá mérito delante de Dios para alcanzar lo que pidiere (CP. 33, 4-5).



jueves, 22 de noviembre de 2012

                 










DOMINGO DE CRISTO REY.- 25 NOVIEMBRE

En este domingo celebramos la fiesta de Cristo Rey. En esta fiesta avivamos nuestra fe en Jesucristo como rey y señor nuestro, como señor de nuestra vida, creador del universo, fundador y rey de este pueblo universal que es la Iglesia, a la que llamamos el Reino de Dios en este mundo.- Este reino de Dios tiene su origen histórico en la encarnación del Hijo de Dios, que nació de María Virgen, que predicó un evangelio de salvación, que proclamó la ley suprema del amor, y que por nosotros murió en la cruz, y luego resucitó para vivir permanentemente en medio de nosotros hasta el fin de los tiempos.-

 El cristianismo no es una doctrina para aprender, es una Persona en la que creer y amar. Cristo al que hay que encontrar y acoger en la propia vida, para dejarnos guiar y conducir por El. La verdadera realidad de la Iglesia, reino de Dios en el mundo, es una realidad misteriosa, por muchas razones. La primera, porque el rey o cabeza de este reino es Jesucristo, invisible, que actúa por el espíritu, llamando a los hombres por la fe a formar parte de este reino: “El Reino de Dios consiste en que creais que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que sigue habitando en medio de nosotros”, como les dijo a sus discípulos.- Es el reino de la verdad  y de la vida, reino de santidad y de gracia, de la justicia, del amor y de la paz. Es una realidad en la que se ha ido plasmando a lo largo de dos mil años el misterio del plan divino respecto a la nueva relación  de amor que Dios se digna ofrecer a la humanidad, por medio de Jesucristo, en orden a la salvación de los hombres.
  
La iglesia o reino de Dios no es una fundación humana: nace de una iniciativa divina, de un plan divino: mostrar y realizar su amor a los hombres. Se entra a formar parte del reino de Dios por la llamada interior de Dios, que el hombre escucha y responde por la fe y el amor. Comenzando por los apóstoles y los primeros discípulos, ese primer grupo que se asocia a Jesucristo, resulta  de la llamada que a cada uno de ellos le dirigió Jesús:”Ven y sígueme”. Se lo dice expresamente,como nos lo dice a nosotros los creyentes:” No me habeis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros”. Y eso lo ha ido repitiendo a lo largo de la historia. De esta forma, la llamada de Dios dibuja la trayectoria de la palabra invitadora de Dios, que llama a cada conciencia. Cuantos la reciben y la aceptan por la fe, forman la iglesia, el pueblo de Dios, el reino de los llamados por Jesucristo a formar parte de él.-

 Esta fiesta de Cristo Rey nos ayuda a descubrir que los hombres y mujeres que pertenecemos al reino de Dios, nos hemos encontrado con Jesucristo. Este encuentro cambia realmente la existencia de las personas , porque da un nuevo sentido a la vida y al destino último. Da una nueva razón de ser en el mundo, una conciencia de un deber moral y de una esperanza distintos de los que no tienen fe. La fe en Jesucristo como nuestro Rey y Señor da confianza y valor para vivir, buscar, amar, trabajar, sufrir y morir. Sintámonos hoy entre los “llamados por Jesucristo”, y démosle gracias por el don de la fe, por formar parte de su Reino, extendido por todo el mundo.¡Qué riqueza de ideales y de energias ha prodigado en el mundo a lo largo de dos mil años!

 Este rey invisible al que nos sometemos, nos guia e ilumina interiormente, como el alma en el cuerpo. Como es el alma en el cuerpor, es Jesucristo en la Iglesia. Lo representa como c abeza visible el  Papa. Por la iglesia cuerpo visible nos llega la Palabra de Dios, la gracia divina a través de los sacramentos. Muchos reinos ha habido en la historia, que han ido desapareciendo. Este reino de Dios permanecerá eternamente en el mundo.  “El cielo y la tierra pasarán. Mis palabras no pasarán”.  Su reino no tiene fin.- Alabemos a Jesucristo, Rey de nuestros corazones, camino verdad y vida, único salvador de la humanidad. ¡Venga a nosotros tu reino,Señor!.

lunes, 19 de noviembre de 2012





                      DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA

 En el capítulo 33 de Camino de Perfección Santa Teresa glosa esta petición del Padre Nuestro. Le pedimos a Dios el pan o alimento para el cuerpo, y, sobre todo el pan para el alma.

La Santa nos traslada inmediatamente al plano de la indigencia del espíritu, del alma: al pan por antonomasia que es la Eucaristía. Centra toda la atención de los lectores en cómo y por qué decir al Padre que necesitamos el pan eucarístico, que lo necesitamos para cada día, que lo necesitamos para hoy. A este propósito, santa  Teresa nos descubre tres convicciones fuertes: 1ª Que sin la Eucaristía nos sería imposible hacer la voluntad del Padre, y, por consiguiente, quedaría frustrada la petición central del Padrenuestro: “hágase tu voluntad”.

2ª Que es el Padre mismo quien nos da el pan de la Eucaristía, y en ella nos da su Hijo. 3ª Que en esa petición, Jesús se asocia a nosotros para pedir al Padre el don del pan eucarístico. No podríamos cumplir la voluntad del Padre si no nos diera el remedio para ello. La escuchamos:

Pues, visto el buen Jesús la necesidad, buscó un medio admirable adonde nos mostró el extremo de amor que nos tiene, y en su nombre y en el de sus hermanos, pidió esta petición: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy, Señor”.

Visto en buen Jesús lo que había dado por vosotros (nuestra voluntad), y cómo nos importa tanto darlo y la gran dificultad que había para cumplirlo por ser nosotros tales y tan inclinados a cosas bajas y de tan poco amor y ánimo, que era menester ver el suyo para despertarnos, y no una vez sino cada día, aquí  se debía determinar de quedarse con nosotros. Y.como era
cosa tan grave y de tanta importancia, quiso que viniese de la mano del eterno Padre.

Padre ¿ por qué quereis cada día ver en tan ruines manos a vuestro Hijo?¡Oh Señor eterno! ¿Cómo aceptáis tal petición? ¿Cómo lo consentís?¡ Pues, por nosotros, se dejará cada día hacer pedazos! (CP.33, 1-4).

jueves, 15 de noviembre de 2012



DOMINO 33 B DEL TIEMPO ORDINARIO, 18 NOV.
NADIE SABE EL DÍA,SOLO DIOS
        
           El mejor conocimiento del lenguaje apocalíptico, construido de imágenes y recursos simbólicos para hablar del fin del mundo, nos permite hoy escuchar el mensaje esperanzador de Jesús, sin caer en la tentación de sembrar angustia y terror en las conciencias.
           Un día la historia apasionante del ser humano sobre la tierra llegará a su final. Esta es la convicción firme de Jesús. Esta es también la previsión de la ciencia actual. El mundo no es eterno. Esta vida terminará. ¿Qué va a ser de nuestras luchas y trabajos, de nuestros esfuerzos y aspiraciones.
         Jesús habla con sobriedad. No quiere alimentar ninguna curiosidad morbosa. Corta de raíz cualquier intento de especular con cálculos, fechas o plazos. "Nadie sabe el día o la hora...,sólo el Padre". Nada de psicosis ante el final. El mundo está en buenas manos. No caminamos hacia el caos. Podemos confiar en Dios, nuestro Creador y Padre.
          Desde esta confianza total, Jesús expone su esperanza: la creación actual terminará, pero será para dejar paso a una nueva creación, que tendrá por centro a Cristo resucitado. ¿Es posible creer algo tan grandioso? ¿Podemos hablar así antes de que nada haya ocurrido?  
          Jesús recurre a imágenes que todos pueden entender. Un día el sol y la luna que hoy iluminan la tierra y hacen posible la vida, se apagarán. El mundo quedará a oscuras. ¿Se apagará también la historia de la Humanidad? ¿Terminarán así nuestras esperanzas?
         Según la versión de Marcos, en medio de esa noche se podrá ver al "Hijo del Hombre", es decir, a Cristo resucitado que vendrá "con gran poder y gloria". Su luz salvadora lo iluminará todo. Él será el centro de un mundo nuevo, el principio de una humanidad renovada para siempre.
         Jesús sabe que no es fácil creer en sus palabras. ¿Cómo puede probar que las cosas sucederán así? Con una sencillez sorprendente, invita a vivir esta vida        como una primavera. Todos conocen la experiencia: la vida que parecía muerta durante el invierno comienza a despertar; en las ramas de la higuera brotan de nuevo pequeñas hojas. Todos saben que el verano está cerca.
         Esta vida que ahora conocemos es como la primavera. Todavía no es posible cosechar. No podemos obtener logros definitivos. Pero hay pequeños signos de que la vida está en gestación. Nuestros esfuerzos por un mundo mejor no se perderán. Nadie sabe el día, pero Jesús vendrá. Con su venida se desvelará el misterio último de la realidad que los creyentes llamamos Dios.

lunes, 12 de noviembre de 2012




               NO TENEMOS QUE DAR SI NO LO RECIBIMOS

Santa Teresa ha experimentado la verdad que encierran aquellas palabras de Jesús en el Evangelio: “Sin Mi nada podeis”. Todo es don. Nadie obtiene la santificación por sus propios esfuerzos, sino por la presencia del Dios santo en él.

Como siempre que toca el tema de la contemplación, Santa Teresa termina recordando a sus lectores que aquí no hay técnicas ni méritos que valgan. Que el contemplativo ha entrado en el reino de la gracia, del amor y de la gratuidad absoluta. Aquí “la pobre alma, aunque quiera, no puede lo que querría, ni puede nada sin que se lo den. Y esta es su mayor riqueza: quedar, mientras más sirva, más adeudada". La escuchamos:

El Señor se huelga en cumplir El lo que ella le pide, como ella hace lo que El la manda, y mucho mejor, porque es poderoso y puede cuanto quiere y no deja de querer. La pobre alma, aunque quiera, no puede lo que querría, ni puede nada sin que se lo den; y ésta es su mayor riqueza: quedar mientras más sirve más adeudada, y muchas veces fatigada de verse sujeta a tantos inconvenientes y embarazos y atadura como trae el estar en la cárcel de este cuerpo, porque querría pagar algo de lo que debe.

Y es harto boba de fatigarse; porque, aunque haga lo que es en sí, ¿ qué podemos pagar los que, como digo, no tenemos que dar si no lo recibimos, sino conocernos, y esto que podemos, que es dar nuestra voluntad, hacerlo cumplidamente?.

Esta es una clara verdad: lo muy nonada que somos y lo muy mucho que es Dios. Os doy un aviso: que no penséis por fuerza vuestra ni diligencia vuestra llegar aquí, que es por demás; antes si teníais devoción, quedaréis frias; sino con simplicidad y humildad, que es la que lo acaba todo, decir: “Fiat voluntas tua” (CP. 32, 12-13).

sábado, 10 de noviembre de 2012





                     ESTO ES CONTEMPLACIÓN PERFECTA

Santa Teresa llegó al último grado de oración, como trato de amistad con Dios, que ella llama “contemplación perfecta”. El estado de contemplación perfecta es el resultante de haber hecho el don de sí al Padre, de habérselo hecho desde la raíz de la voluntad, y de haberlo hecho en Cristo, en comunión con sus sentimientos. La  contemplación perfecta es  la gracia que sobreviene al hecho de haberse dado del todo a El.

Al darse el alma del todo a Cristo, éste le corresponde dándose a Sí del todo. Este es el axioma teresiano: Que Cristo se da del todo a quien del todo le ha hecho el don de su voluntad y de sí mismo. Es decir, a quien de veras le ha dicho a Dios, con Cristo Jesús: “hágase tu voluntad “.  La escuchamos:

Padre mío, pues vuestro Hijo dio en nombre de todos esta mi voluntad, no es razón falte por mi parte; sino que me hagáis vos merced de darme vuestro reino para que yo lo pueda hacer, pues Él me le pidió, y disponed en mí como en cosa vuestra conforme a vuestra voluntad.

¡Oh hermanas mías, qué fuerza tiene este don! No puede menos, si va con la determinación que ha de ir, de traer al Todopoderoso a ser uno con nuestra bajeza y transformarnos en sí y hacer una unión del Criador con la criatura. Mirad si quedaréis bien pagadas y si teneis buen Maestro, que, como sabe por dónde ha de ganar la voluntad de su Padre, nos enseña a cómo y con qué le hemos de servir.

Dios nunca se cansa de dar. Porque, no contento con tener hecha esta alma una cosa consigo por haberla ya unido a sí mismo, comienza a regalarse con ella, a descubrirle secretos, a holgarse de que entienda lo que ha ganado y que conozca algo de lo que la tiene por dar (CP. 32,10-12).

miércoles, 7 de noviembre de 2012


DIOS DA CONFORME AL AMOR QUE NOS TIENE

Para santa Teresa, decir a Dios en el Paternoster “hágase tu voluntad” equivale a ofrecerle la nuestra. Implica no sólo el rendimiento de la propia voluntad, sino la totalidad del don de sí mismo. Lo que dijo Jesús en Getsemaní al Padre: “Que se haga tu voluntad y no la mía".

La Santa entiende que decir esto ante el Señor es cosa de gran envergadura. Que equivale a jugárselo todo a una carta. Por eso no es extraño que orar esa petición de verdad cueste.Pero advierte que “sabe el Señor lo que puede sufrir cada uno, y a quien ve con fuerza no se detiene en cumplir en él su voluntad” y se pregunta “¿Es verdad que no nos da primero para que se la demos?”. Dios es mejor  que todos los padres del mundo juntos, y por tanto nada debemos temer ni dudar de su generosidad si le entregamos nuestra voluntad. La escuchamos:

Dios da conforme al amor que nos tiene: a los que ama más, da de estos dones más; a los que menos, menos, y conforme al ánimo que ve en cada uno y el amor que tiene a su Majestad. A quien le amare mucho, verá que puede padecer mucho por él; al que amare poco, poco. Tengo yo para mí que la medida de poder llevar gran cruz o pequeña, es la del amor.

Démosle ya de una vez la joya del todo, porque, si de otra manera dais la voluntad, es mostrar la joya e irla a dar y rogar que la tomen y, cuando extienden la mano para tomarla, tornarla vos a guardar muy bien.

Todo lo que os he avisado en este libro va dirigido a este punto de darnos del todo al Criador, y poner nuestra voluntad en la suya y desasirnos de las criaturas, y tendréis ya entendido lo mucho que importa (CP 32, 5-8).

lunes, 5 de noviembre de 2012






DOMINGGO 32 DEL TIEMPO ORDINARIO. 11 de nov.
LO MEJOR DE LA IGLESIA

            El contraste entre las dos escenas no puede ser más fuerte. En la primera, Jesús pone a la gente en guardia frente a los dirigentes : "¡Cuidado con los letrados!", su comportamiento puede hacer mucho daño. En la segunda, llama a sus discípulos para que tomen nota del gesto de una viuda pobre: la gente sencilla les podrá enseñar a vivir el Evangelio.
         Es sorprendente el lenguaje duro y certero que emplea Jesús para desenmascarar la falsa religiosidad de los escribas. No puede soportar su vanidad y su afán de ostentación. Buscan vestir de modo especial y ser saludados con reverencia para sobresalir sobre los demás, imponerse y dominar.
         La religión les sirve para alimentar fatuidad. Hacen "largos rezos" para impresionar. No crean comunidad, pues se colocan por encima de todos. En el fondo, solo piensan en sí mismos. Viven aprovechándose de las personas débiles a las que deberían servir.
         San Marcos no recoge las palabras de Jesús para condenar a los escribas que había en el Templo de Jerusalén antes de su destrucción, sino para poner en guardia a las comunidades cristianas para las que escribe. Los dirigentes religiosos han de ser servidores de la comunidad. Nada más. Si lo olvidan, son un peligro para todos. Hay que reaccionar para que no hagan daño.
         En la segunda escena, Jesús está sentado enfrente del arca de las ofrendas. Muchos ricos van echando cantidades importantes: son los que sostienen el Templo. De pronto se acerca una mujer. Jesús observa que echa dos moneditas de cobre. Es una viuda pobre, maltratada por la vida, sola y sin recursos. Probablemente vive mendigando junto al Templo.
            Conmovido, Jesús llama rápidamente a sus discípulos. No han de olvidar el gesto de esta mujer, pues, aunque está pasando necesidad, "ha echado todo lo que tenía para vivir". Mientras los letrados viven aprovechándose de la religión, esta mujer se desprende de todo por los demás, confiando totalmente en Dios.
            Su gesto nos descubre el corazón de la verdadera religión: confianza grande en Dios, gratuidad sorprendente, generosidad y amor solidario, sencillez y verdad. No conocemos el nombre de esta mujer ni su rostro. Solo sabemos que Jesús vio en ella un modelo para los apóstoles y sus sucesores en su Iglesia.
            También hoy debemos fijarnos en tantas mujeres y hombres de fe sencilla y corazón generoso, gente anónima, de la que tenemos mucho que aprender.

viernes, 2 de noviembre de 2012




                         HACED DE LA NECESIDAD VIRTUD

Santa Teresa sale al paso de los que le dicen a Dios con la boca chica “hágase tu voluntad”, por temor a que Dios se lo tome en serio, y le envíe trabajos o sufrimientos. En el borrador Teresa escribía:” yo he topado a algunas personas tan pusilánimes, que no tienen corazón para entregar a Dios su voluntad por miedo a las consecuencias. O es que lo dicen por decir lo que todos, más no para hacerlo".

Son los dos escollos de siempre: decir ese “hágase” entre el miedo y la superficialidad.En ese caso, “no lo digamos”, prefiere la Santa. A ella misma, sin duda, le ha costado superar esos dos escollos. Pero, por fin, llegó el momento en que de verdad pudo decir a Cristo, o al Padre, como san Pablo “ qué queréis, Señor, que haga”. Y lo glosó en uno de sus poemas más hermosos. “ Vuestra soy, para Vos nací: ¿qué quereis, Señor, de mí?”.

Para vencer el miedo o la superficialidad, Teresa nos dice rotundamente: la voluntad de Dios se ha de cumplir siempre, lo queramos o no lo queramos. Por consiguiente, hagamos de la necesidad virtud. La escuchamos:

Yo  pienso esto, gusto de las personas que no osan pedir trabajos al Señor, que piensan está  en esto el dárselos luego. No hablo en los que lo dejan por humildad, pareciéndoles no serán para sufrirlos; aunque tengo para mí que quien les  da amor para pedir ese medio tan áspero para mostrarle, le dará para sufrirlos.

Querría preguntar a los que por temor no los piden de que luego se los han de dar, lo que dicen cuando suplican al Señor cumpla su voluntad en ellos, o es que lo dicen por decir lo que todos, mas no para hacerlo. Esto,hermanas, no sería bien. Mirad que parece aquí el buen Jesús nuestro embajador, y que ha querido intervenir entre nosotros y su Padre, y no a poca costa suya; y no sería razón que lo que ofrece por nosotros dejásemos de hacerlo verdad, o no lo digamos.

Ahora quiérolo llevar por otra vía. Mirad, hijas, ello se ha de cumplir, que queramos o no, y se ha de hacer su voluntad en el cielo y en la tierra; creedme, tomad ni parecer y haced de la necesidad virtud (CP 32, 3-4).