sábado, 28 de abril de 2012




TODO LO QUE TIENE FIN NO HAY QUE HACER CASO DE ELLO

Es un axioma en Teresa su convicción de la caducidad de todo lo que es temporal, y la certeza de que se puede acabar en cualquier momento, en que menos lo esperemos. Se lo dice a sí misma y se lo dice a sus monjas y a sus lectores. Comienza incluyéndose a sí misma entre los destinatarios de la doble consigna de vida y honra.

Pero sabe que sus lectoras no tienen la misma hondura de convicciones, y pasa directamente a inculcárselas: “Miréis que …, y yo os aseguro”. Hay tres momentos en el diálogo teresiano: Teresa que testifica, ella que se siente implicada en el grupo de lectoras y en la exigencia de la consigna que está impartiendo; y la interpretación expresa a “vosotras”, las lectoras. La escuchamos:


Claro está que si es verdadero religioso o verdadero orador, y pretende gozar regalos de Dios, que no ha de volver las espaldas a desear morir por él y pasar martirio. Pues ¿ ya no sabéis, hermanas, que la vida del buen religioso y que quiere ser de los allegados amigos de Dios, es un largo martirio?. Largo, porque para compararle a los que de presto los degollaban, puédese llamar largo, mas toda es corta la vida y algunas, cortísimas.

Y ¿qué sabemos si seremos de tan corta, que desde una hora o momento que nos determinemos a servir del todo a Dios se acabe? Posible sería, que, en fin, todo lo que tiene fin no hay que hacer caso de ello; y pensando que cada hora es la postrera, ¿quién no la trabajará?. Pues creedme que pensar esto es lo más seguro.

Por eso, mostrémonos a contradecir en todo nuestra voluntad, que si traéis cuidado, como he dicho, sin saber cómo, poco a poco os hallaréis en la cumbre.¡Qué gustos y deleites trae consigo esta contradicción y lo que se gana con ella! Aún en esta vida,¡qué seguridad! Aquí, como todas lo usáis, estáse lo más hecho; unas a otras se despiertan y ayudan. En esto ha  cada una procurar  ir delante de las otras (CP 12, 2-3)


miércoles, 25 de abril de 2012




 DOMINGO DE PASCUA IV.-Dia 29 abril.
          Jesucristo, buen Pastor, es el tema central de este Evangelio.- Jesucristo es como un Pastor bueno. Con esta imagen se designaba en su tiempo al que estaba al frente de un pueblo, por tener la misión  de regirlo, de defenderlo y de cuida.rlo. El hombre se sentía guiado, conducido, protegido por ese guía bueno y fiel, que designaba metafóricamente con el nombre de Pastor... Esto no era nada humillante para el hombre, pues se sentía bajo una protección superior a él,bueno y fiel. La imagen del Buen Pastor es muy frecuente en los salmos y se aplica a Dios, a quien se le invoca como guia y pastor de su pueblo, su creador y señor, su fiel proveedor, que ama a su pueblo y poderosamente lo rige. Por eso Jesucristo que es la presencia misma del pastor divino, se llama también a sí mismo el buen pastor. Y nosotros le invocasmos piadosamente con palabras del salmo 22:” El Señor es mi pastor, nada me falta”.

Jesucristo es mi pastor, en quien puedo confiar, al que pertenezco, a cuya conducción me someto,a cuya providencia me entrego. El está cerca de mí, me apacienta y me rige.-   Dejarse guiar por este Pastor, es estar seguro de caminar por sendas rectas, porque Dios es bueno, es el Dios de toda consolación, el omnipotente, el santo, y como tal no puede querer más que nuestro bien.- Dejarse guiar por este Pastor es estar seguro de ser llevado a verdes campiñas del espíritu donde podamos acampar, descansar en paz, y donde podamos sentirnos refrigerados en medio del trabajo y de las zozobras de la vida
 Por eso llamar a Jesucristo nuestro Pastor, el Mesias, el Cristo Salvador, no lo podemos decir sin un acto profundo de fe. Y como tal lo aceptamos gozosamente. Y podemos seguir diciendo con el salmista: “ Aunque camine por cañadas oscuras, por barrancos tenebrosos, nada temo, porque tú estás conmigo”..-  Pretender que Jesucristo nos conduzca sólo por sendas fáciles es una utopía. A cada uno de nosotros la vida nos lleva por senderos tortuosos, caminos en que nos vemos asaltados, como oveja descarriada, por los lobos de la existencia, por buitres ambrientos... Lo que Cristo proporciona al caminante es no temer mal alguno. Caminando con El o El con nosotros, no podemos temer mal alguno. No cambia la naturaleza del camino, lo que cambia es la situación, el ánimo del viadante. Pues todo lo que nos rodea y oprime, lo que nos cansa o desespera, no es en el fondo mal alguno, sino el camino normal de la vida y de la salvación. “ Porque Tú estás conmigo, no temo mal alguno”.

   La imagen del Buen Pastor nos sirve para actualizar la idea central del cristianismo : Cristo viviente habitando en el centro del hombre, como sustentando su forma de vivir y de morir, poniendo luz con su Evangelio en las oscuridades de la conciencia humana, y como fuerza esperanzadora en el sufrimiento y en el dolor. Cristo viviente en el corazón del hombre, suscitando esperanza , arrepentimiento, perdón, alegría, amor, agradecimiento, eso es lo que significa Jesucristo el buen Pastor de nuestras almas.  Mis ovejas escuchan mi voz”. Jesucristo habló para todos, pero no todos le escucharon ni se escuchan. Esto es así, porque Dios es coherente con el respeto a la libertad humana. Le escuchará quien quiera escucharle; comprenderá su palabra, quien quiera comprenderla. Con la palabra de Dios pasa como con las ondas que llenan la atmósfera; nadie las advierte, salvo el que está provisto de su correspondiente aparato de radio capaz de captar la emisión que uno busca. Y sólo las capta y las comprende quien sabe poner el propio aparato en situación de escucha.


  Es tambien legítimo aplicar la imagen a aquellas personas que en la iglesia tienen la misión de personificar públicamente la misión de Jesucristo, y así se llama al Papa, Pastor de la igflesia universal; y a los obispos, pastores de sus dióecesis; o al párroco, Pastor de su Parroquia. Porque unos y otros han sido constituidos para ser guias, que conduzcan y defiendan al pueblo de Dios. Como buenos pastores, el Papa y los Obispos  alimentan a los fieles con los pastos saludables de los sacramentos, con la predicación y catequesis; corrigen las malas costumbres, promueven la paz, la justicia, la piedad, la disciplina, el orden y todos esos valores que están en la conciencia colectiva del pueblo cristiano.
  Aceptemos gozosamente pertenecer a este rebaño del pueblo de Dios que es la Iglesia, y acojamos la voz invisible de Jesucristo Pastor espiritual de nuestras almas, y la de sus representantes en el mundo.




martes, 24 de abril de 2012




EL VERDADERO AMADOR DE DIOS HA DE RENDIR EL CUERPO AL ESPÍRITU

Pasamos al capítulo 12 de Camino. Teresa desarrolla dos consignas fuertes: que el amador auténtico tiene en poco la vida y que no se le da nada la honra.


Teresa sigue el Evangelio al pie de la letra:”Quien no da la vida, la pierde”: y es el mismo Jesucristo, “ quien en su sabiduría infinita nos trae a que lo dejemos todo por Él”,

Teresa ha sentido la vida intensamente y, por sus enfermedades, ha estado a la puerta de la muerte, pero, al propio tiempo, ha ido conquistando el triunfo sobre la angustia y la espera gozosa del desenlace. Desde su confianza en Dios, por el que se siente guiada en todo momento. Desde su experiencia vital, dice a sus monjas y sus lectores que lo menos que podemos ofrecerle a Dios es la voluntad y la vida. Que todo lo que tiene fin, no hay que hacer caso de ello; que “toda es corta la vida y algunas, cortísimas”. Aquellas doce monjas pioneras de San José, y cualquier otro no serán amador auténtico ni verdadero orante, si no se proponen vivir lo que dijo Jesús en el Evangelio; “dar la vida para ganarla”. La escuchamos:


Vamos a otras c osas que también importan tanto, aunque parecen menudas. Trabajo grande parece todo –y con razón-. Porque es guerra contra nosotros mismos; mas, comenzándose a obrar, obra Dios tanto en el alma y hácela tantas mercedes, que todo le parece poco cuanto se puede hacer en esta vida. Y pues las monjas hacemos lo más, que es dar la libertad por amor de Dios poniéndola en otro poder, y pasan tantos trabajos, ayunos, silencio, encerramiento, servir el coro, pues ¿por qué nos hemos de detener en mortificar lo interior, pues en esto está el ir todo esotro muy más meritorio y perfecto, y después obrarlo con más suavidad y descanso?.



Esto se adquiere con ir, como he dicho, poco a poco, no haciendo nuestra voluntad y apetito, aún en cosas menudas, hasta acabar de rendir el cuerpo al espíritu. Torno a decir que está el todo o gran parte en perder cuidado de nosotros mismos y nuestro regalo; que quien de verdad comienza a servir al Señor, lo menos que le puede ofrecer es la vida; pues le ha dado su voluntad,¿qué teme? (CP12,1-2).









TODO LO QUE TIENE FIN NO HAY QUE HACER CASO DE ELLO

Es un axioma en Teresa su convicción de la caducidad de todo lo que es temporal, y la certeza de que se puede acabar en cualquier momento, en que menos lo esperemos. Se lo dice a sí misma y se lo dice a sus monjas y a sus lectores. Comienza incluyéndose a sí misma entre los destinatarios de la doble consigna de vida y honra.

Pero sabe que sus lectoras no tienen la misma hondura de convicciones, y pasa directamente a inculcárselas: “Miréis que …, y yo os aseguro”. Hay tres momentos en el diálogo teresiano: Teresa que testifica, ella que se siente implicada en el grupo de lectoras y en la exigencia de la consigna que está impartiendo; y la interpretación expresa a “vosotras”, las lectoras.La escuchamos:


Claro está que si es verdadero religioso o verdadero orador, y pretende gozar regalos de Dios, que no ha de volver las espaldas a desear morir por él y pasar martirio. Pues ¿ ya no sabéis, hermanas, que la vida del buen religioso y que quiere ser de los allegados amigos de Dios, es un largo martirio?. Largo, porque para compararle a los que de presto los degollaban, puédese llamar largo, mas toda es corta la vida y algunas, cortísimas.

Y ¿qué sabemos si seremos de tan corta, que desde una hora o momento que nos determinemos a servir del todo a Dios se acabe? Posible sería, que, en fin, todo lo que tiene fin no hay que hacer caso de ello; y pensando que cada hora es la postrera, ¿quién no la trabajará?. Pues creedme que pensar esto es lo más seguro.

Por eso, mostrémonos a contradecir en todo nuestra voluntad, que si traéis cuidado, como he dicho, sin saber cómo, poco a poco os hallaréis en la cumbre.¡Qué gustos y deleites trae consigo esta contradicción y lo que se gana con ella! Aún en esta vida,¡qué seguridad! Aquí, como todas lo usáis, estáse lo más hecho; unas a otras se despiertan y ayudan. En esto ha  cada una procurar  ir delante de las otras (CP 12, 2-3)


sábado, 21 de abril de 2012

SABED SUFRIR UN POQUITO SIN QUE LO SEPAN TODOS


SABED SUFRIR UN POQUITO SIN QUE LO SEPAN TODOS

La máxima evangélica de que no sepa tu mano derecha lo que hace la izquierda tiene un alto valor espiritual. Potencia la interiorización de los actos que deben hacerse en conciencia delante de Dios, y evitando la tentación de obrar para que nos vean, como quien busca la admiración del otro, el aprecio o la alabanza. Lo que es, en definitiva, una forma solapada de esclavitud.

Pero Madre Teresa va al fondo del problema y nos propone aguantarnos en no comunicar nuestras pequeñas dolencias por amor, por amor a Dios o por amor al otro con quien compartimos la vida. Y pone a sus monjas un ejemplo muy expresivo, que no puede entender cualquiera, el de una casada que se aguanta para que no sufra su marido. La escuchamos:

Acordaos también de muchas casadas (yo sé que las hay) y personas de suerte, que con graves males, por no dar enfado a sus maridos, no se osan quejar, y con graves trabajos. Pues ,¡pecadora de mí!. Sí, que no venimos aquí a ser más regaladas que ellas. ¡Oh, que estáis libres de grandes trabajos del mundo, sabed sufrir un poquito por amor de Dios sin que lo sepan todos! Pues es una mujer muy mal casada y, porque no lo sepa su marido, no lo dice ni se queja, pasa mucha malaventura y sin descansar con nadie, y ¿no pasaremos algo entre Dios y nosotras de los males que nos da por nuestros pecados? Cuanto más que es nonada lo que se aplaca el mal.

En todo esto que he dicho no trato de males recios, cuando hay calentura mucha ( aunque pido haya moderación y sufrimiento siempre) sino unos malecillos que se pueden pasar en pie.Porque, por una que haya de esta suerte, viene la cosa a términos que, por la mayor parte, no creen a ninguna, por graves males que tenga.

Acordémonos de nuestros padres santos pasados, ermitaños, cuya vida pretendemos imitar; ¡qué pasarían de dolores y qué a solas, y de fríos y hambre y sol y calor, sin tener a quién se quejar sino a Dios!¿ Pensáis que eran de hierro? Pues tan delicados eran como nosotras. Y creed, hijas, que en comenzando a vencer estos corpezuelos, no nos cansan tanto. Si no nos determinamos a tragar de una vez la muerte y la malta de salud, nunca haremos nada( CP 11,3-4).

miércoles, 18 de abril de 2012

MIRAD MIS MANOS Y MIS PIES,SOY YO EN PERSONA. Domingo 22 abril



DOMINGO DE PASCUA III

En el evangelio de este domingo se nos narra que cuando se aparece Jesús, los discípulos creían ver un fantasma. Aún les puede el miedo. Pero Jesucristo les va instruyendo para que aprendan a reconocerlo como realmente se les aparece, con la misma persona que antes de morir había conversado con ellos, pero con un cuerpo resucitado. Por eso el Señor se deja tocar por sus discípulos, a los que se aparece, pero aún así no acababan de creerlo.Entonces se pone a comer con ellos: esta es ya una prueba irrefutable y signo de que de que Jesús resucitado, a pesar de que su vida ya no reduce a lo biológico, tiene poder para intervenir en nuestro mundo.

En la segunda lectura se dice que Jesús resucitado intercede por nosotros, que es el mismo que se ofreció por nosotros y por todos los hombres en la cruz Está el cuerpo de Cristo, con las señales de su pasión. Nos invita a creer y a confiar en El, el Viviente, dispuesto a perdonarnos y a ayudarnos, y a corresponderle


A los apóstoles les infundió tal fuerza y optimismo que salieron por el mundo predicando la resurrección de Cristo y a dar testimonio de El incluso sufriendo el martirio. A nosotros nos toca
Creer en El , viendo que a lo largo de dos mil años ha sostenido y vivificado a su Iglesia y la ha extendido por todo el mundo. Jesucristo seguirá presente construyendo la Iglesia, aunque no sea visible a nuestros ojos.


En la primera lectura, en el discurso de san Pedro, vemos cómo esa misión empieza a realizarse desde el principio, Ciertamente distintos signos acompañan a la predicación de los apóstoles, como la curación del paralítico, pero el término de todo es lograr la sanación de los hombres borrando sus pecados y llevándolos el gozo de la salvación.



jueves, 12 de abril de 2012

PAZ A VOSOTROS. II Domingo de Pascua.15 abril






La fe de los Apóstoles en Jesús, el Mesias esperado, había sufrido una dura prueba por el escándalo de la cruz- Durante su detención, condena y muerte se habían dispersado.Ahora se encontraban reunidos, perplejos y desorientados. Pero el mismo Resucitado se presentó ante ellos, estando las puertas y ventanas cerradas. Fue una experiencia verdadera, aunque inesperada, y justo por esto particularmente conmovedora. Entró Jesús , se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros".






Ante su encuentro y aquellas palabras, se reavivó la fe casi apagada en sus ánimos. Los Apóstoles lo contaron a Tomás ausente: ¡Sí, el Señor ha cumplido cuanto había anunciado; ha resucitado realmente y nosotros lo hemos visto y tocado!






Tomás, sin embargo, permanece en sus dudas y no se lo cree. Cuando, ocho dias después, Jesús vino por segunda vez al cenáculo, le dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente". Y la respuesta del apostol es una conmovedora profesión de fe: "¡Señor mio y Dios mio!".






Renovemos también nosotros esta misma profesión de fe. Los hombres de hoy esperan de los cristianos un testimonio renovado de fe en Jesucristo resucitado. Si en el apostol Tomás podemos encontrar las dudas y las incertidumbres de muchos cristianos de hoy, con él podemos redescubrir también, con renovada convicción, la fe en Cristo muerto y resucitado por nosotros. Jesús resucitado ya no muere más. El vive en la Iglesia y la guia firmemente hacia el cumplimiento de su designio eterno de salvación.






"Sus heridas nos han curado". Aquellas llagas que en un primer momento fueron un obstáculo a la fe de Tomás, porque eran signos del aparente fracaso de Jesús; aquellas mismas llagas se han vuelto, en el encuentro con el Resucitado, pruebas de un amor victorioso. Estas llagas que Cristo ha contraido por nuestro amor nos ayudan a entender quién es Dios y a repetir también nosotros;" Señor mio y Dios mío". Sólo un Dios que nos ama hasta cargar con nuestras heridas y nuestro dolor, es digno de fe.

lunes, 9 de abril de 2012

POBRES Y REGALADAS NO LLEVA CAMINO



POBRES Y REGALADAS NO LLEVA CAMINO

En el capítulo 11 de su libro “Camino de Perfección” Madre Teresa exhorta a sus monjas y a sus lectores sobre cómo afrontar la ineludible situación de la enfermedad. Es un tema para ella muy personal. Estuvo toda su vida enferma, pero la encaró de tal manera que no la impidió recorrer largos caminos en carromatos o a lomo de mulos, para fundar en veintisiete localidades y morir con 67 años. “Como soy tan enferma”,- dice-, y “algunas veces, fatigada de ver cuerpo tan flaco y ruin como el mío”.

Por eso conoce bien cómo liberarse de la tiranía de la enfermedad, para vivir libre de sus desasosiegos y en paz . Llama la atención que hay mucha diferencia de enfermedades a enfermedades: hay males livianos y males graves de verdad; hay flaquezas y malecillos de mujeres y enfermedades serias con fiebre.. Para nuestra Priora Madre Teresa es vital no quejarse sin verdadera causa, como puede ser un simple dolor de cabeza. Porque, si así fuera, la comunidad de doce mujeres quejitas sería insufrible. Que nos quejemos cuando de veras uno está realmente enfermo y con fiebre. La escuchamos:

Cosa imperfecta me parece, hermanas mias, quejarnos siempre con livianos males; si podéis sufrirlo, no lo hagáis. Cuando es grave el mal, él mismo se queja; es otro quejido y luego se parece ( se manifiesta por si mismo). Mirad que sois pocas y, si una tiene esta costumbre, es para traer fatigadas a todas si os teneis amor y hay caridad. Sino que la que estuviere de mal que sea de veras, lo diga y tome lo necesario; que si perdéis el amor propio, sentiréis tanto cualquier regalo, que no hayais miedo le tomeis sin necesidad ni os quejeis sin causa. Cuando la hay, sería muy peor no decirlo que tomarle sin ella, y muy malo si no os apiadasen.

Mas de eso, a buen seguro que adonde hay caridad y tan pocas, que nunca falte el cuidado de curaros. Mas unas flaquezas y malecillos de mujeres olvidaos de quejarlas, que algunas veces pone el demonio imaginación de esos dolores; quítanse y pónense. Si no se pierde la costumbre de decirlo y quejarnos de todo, si no fuere a Dios, nunca acabareis. Porque este cuerpo tiene una falta, que mientras más le regalan, más necesidades descubre. Es cosa extraña lo que quiere ser regalado; y como tiene aquí algún buen color, por poca que sea la necesidad, engaña a la pobre alma para que no medre.

Acordaos qué de pobres enfermos habrá que no tengan a quién quejarse; pues pobres y regaladas no lleva camino (CP 11, 1-2)




QUITAR DE NOSOTRAS EL AMOR A ESTE CUERPO



QUITAR DE NOSOTRAS EL AMOR A ESTE CUERPO

Madre Teresa propone a sus monjas y a sus lectores que afinemos nuestra mirada para conocernos y saber distinguir lo que más favorece al desarrollo de la verdadera libertad. Para no caer en la trampa o en espejismo de la vanidad o del egoísmo. Y creer que uno es persona , dueño y señor de si mismo, cuando en realidad está apresado por las imposiciones del propio cuerpo.

¡El propio cuerpo! Forma parte esencial de la persona. Alma y cuerpo somos “nosotros mismos”, que tenemos que sanear y liberar. El cuerpo pesa sobre el espíritu, y lo oprime. “Esta escarcelita de esta pobre alma”, escribe Teresa. Dirá también que cuanto más se le regala, más necesidades descubre.

Lo que en realidad ocurre es que en nosotros la libertad no nos viene del cuerpo ni de los sentidos, sino del espíritu. Y no consiste en frenar el cuerpo y los sentidos a base de penitencias. Se trata de algo más delicado y profundo. Educar el espíritu a no dejarse rendir a las presiones del cuerpo. Purificar el deseo. La escuchamos:

Ahora, pues, lo primero que hemos de procurar es quitar de nosotros el amor de este cuerpo; que somos algunas tan regaladas de nuestro natural, que no hay poco que hacer aquí; y tan amigas de nuestra salud, que es cosa para alabar a Dios la guerra que dan (a monjas en especial, y aún a los que no lo son). Mas algunas monjas no parece que venimos a otra cosa al monasterio sino a procurar no morirnos. Cada una lo procura como puede.

Aquí, a la verdad, poco lugar hay de eso con las obras, mas no quería yo hubiese el deseo. Determinaos, hermanas, que venís a morir por Cristo y no a regalaros por Cristo. No hayais miedo nos falte discreción en este caso, por maravilla; que luego temen los confesores nos hemos de matar con penitencias. Y es tan aborrecido de nosotras esta falta de discreción, que así lo cumpliésemos todo. Las que lo hicieren al contrario, yo sé que no se les dará nada de que diga esto, ni a mí de que digan juzgo por mí, que dicen verdad. Tengo para mí que así quiere el Señor seamos más enfermas; al menos a mí me hizo gran misericordia en serlo, porque, como me había de regalar así como así, quiso fuese con causa.

No guardamos unas cosas muy bajas de la Regla, como el silencio, que no nos ha de hacer mal; y no nos ha dolido la cabeza, cuando dejamos de ir a coro (que tampoco nos mata) y queremos inventar penitencias de nuestra cabeza, para que no podamos hacer lo uno ni lo otro. Estas son cosas que puede ser pasen alguna vez, y porque os guardeis de ellas las pongo aquí; porque si el demonio nos comienza a amedrentar con que nos faltará la salud, nunca haremos nada. El Señor nos dé luz para acertar en todo (CP 10, 6-8).


miércoles, 4 de abril de 2012

DOMINGO DE RESURRECCIÓN




PASCUA RESURRECCION 2012
Después de morir en la cruz y ser sepultado el viernes, al tercer día, el día posterior al sábado, al alba, la tumba fue encontrada vacía, y la piedra quitada, y puesta fuera del sepulcro. Este es el hecho que conmemoramos esta noche, lo que llamamos la Pascua, es decir, el tránsito del Señor de la muerte a la vida. Al alba del tercer día, resucitó. Resucitó en condiciones nuevas, vivificado por una animación nueva e inmortal... Esta nueva realidad, documentada con las pruebas inexpugnables del Evangelio, es tan superior a nuestra capacidad cognoscitiva, que es necesario admitirla por la fe, y expresarla con símbolos.
La Iglesia celebra y expresa esta realidad nueva de Jesucristo resucitado con estos símbolos litúrgicos: la noche, el fuego, el cirio, las velas, el agua, el pan... Son símbolos que nos sumergen en un mundo sobrenatural, pleno de interioridades. Un mundo de misterios. Y el misterio central es Jesucristo resucitado de entre los muertos, que se ha convertido en luz, calor, alimento y agua de salvación para nuestras vidas.
Y la primera realidad que nos envuelve en esta Vigilia es la noche. La noche es un tiempo muy propicio para hablar con el cielo ; el silencio de la noche apacigua y sosiega nuestros sentidos y así podemos entrar mejor dentro de nosotros mismos por los caminos del silencio interior. A la noche sucede el día; de la oscuridad de la noche amanece la luz resplandeciente y clarísima. Eso queremos que sea Jesucristo resucitado para nosotros. La fe cristiana es fe en su persona, y esa fe nuestra se funda en su resurrección. Si Cristo no hubiera resucitado, no seguiría viviendo en la Iglesia; vana sería nuestra vida cristiana, nuestra fe, y la noche oscura de nuestra realidad terrena. Pero podemos decirnos con toda seguridad: “ Sé firme, en tu fe, corazón mio, sé firme, que mañana amanecerá !”.
Que el silencio de esta noche santa ponga sosiego y paz en nuestros pensamientos, para tratar con el cielo, para llevar todos nuestros pensamientos a Dios...,para que la oscuridad de la vida, al fin quede iluminada y entendida a la luz de Cristo resucitado que vive para siempre.

Esa luz que es Cristo para nosotros está simbolizada en el Cirio Pascual, del que hemos encendido nuestras velas que simbolizan nuestra fe. La luz de Cristo es la que tiene que amanecer en cada uno de nosotros. Su luz pone claridades en nuestras conciencias, y esclarece el corazón y le alegra. Su claridad nos despierta a los creyentes para obrar en verdad, para hacer obras luminosas.- A tí, el resucitado, que eres manantial de luz, te pedimos que nos alumbres con tus verdades y , sobre todo, con la lumbre de tu espíritu. Disipa los nubarrones y oscuridades de nuestra conciencia. Luz que nunca puede ser ahogada en el mundo. Luz sapientísima y poderosa.
El agua es también símbolo del Dios vivo. Dios es como una cristalina fuente, para saciar la sed de nuestras almas. Dios es fuente de esperanza y de alegría interior que siempre brota, como fuente escondida, como fuente de la que beben los cielos y la tierra, fuente insondable, fuente inagotable. Agua de vida para saciar la sed del espíritu.-
Por el pan de la eucaristía Cristo resucitado se ha convertido en nuestro alimento de eternidad.
A través de estos signos sensibles, penetramos en el secreto último al que nos reenvían : Jesucristo resucitado. El está detrás de estas realidades sensibles, ofreciéndonos lo que significan : la luz de su verdad, el agua de su gracia, el alimento de nuestra fe y de nuestra esperanza. Alguien vivo y presente aquí y ahora, porque dijó “yo estaré con vosotros todos los dias hasta el fin del mundo”. Para que también nosotros seamos vivificados por una animación nueva e inmortal, la de su espíritu.

FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN, con mejores deseos de paz u bien.Nicolás

IOH SOBERANAS VIRTUDES, EMPERADORAS DE TODO LO CRIADO!



¡OH SOBERANAS VIRTUDES, EMPERADORAS DEL MUNDO!

¿ Cómo podrá uno conseguir el verdadero señorío? ¿ Cómo conquistar tal dominio de uno mismo, tal paz y soberanía interior, que nada ni nadie nos quite la felicidad?

Vivir es el arte de ser feliz. Felicidad que consiste en irse liberando de las amarras exteriores e interiores, avanzando en el autocontrol y autodominio de uno mismo. Y poniendo en las fronteras los enemigos de la vida, cuales son, entre otros, la angustia y la tristeza. Y conformar nuestra voluntad a la voluntad de Dios.

A este propósito, Madre Teresa centra su soberanía en poseer estas dos virtudes; humildad y desasimiento. La persona que sea profundamente humilde y esté desasida de todo se puede pelear con todos los demonios y con todo el mundo, porque no tiene miedo a nada ni a nadie. Lo único que teme es descontentar a su Dios. La escuchamos:

Aquí puede entrar la verdadera humildad, porque esta virtud y esotra (el desasimiento), me parece andan siempre juntas. Son dos hermanas que no hay para qué apartarlas. No son estos los deudos, que yo aviso se aparten, sino que los abracen y las amen y nunca se vean sin ellas.

¡Oh soberanas virtudes, señoras de todo lo criado, emperadoras del mundo, libradoras de todos los lazos y enredos que pone el demonio, tan amadas de nuestro enseñador Cristo, que nunca un punto se vio sin ellas!. Quien las tuviere bien puede salir y pelear con todo el infierno junto y contra todo el mundo, y sus ocasiones. No tiene ya miedo de nadie, que suyo es el reino de los cielos; no tiene a quien temer, porque no se le da nada de perderlo todo ni lo tiene por pérdida; sólo teme descontentar a su Dios, y suplicarle las sustente en ellas, porque no las pierda por su culpa.

Verdad es que estas virtudes tienen tal propiedad que se esconden de quien las posee, de manera que nunca las ve ni acaba de creer que las tiene ninguna, aunque se lo digan; mas tiénelas en tanto, que siembre anda procurando tenerlas, y las va perfeccionando más en sí, aunque bien se señalan los que las tienen. Se da a entender a los que los tratan, sin querer ellos (CP 10, 3-4).

VOLAR SIN IR CARGADA DE TIERRA Y DE PLOMO



VOLAR SIN IR CARGADA DE TIERRA Y DE PLOMO

Madre Teresa de Jesús , en el capítulo 10 de Camino, nos propone un nuevo desasimiento, el desasirse de sí mismo. Para ella, “desasimiento” es “liberación”. Y sirve para llegar al “señorío” de sí mismo. Porque no adelantaría nada el alma que cierra la puerta de su casa interior, para que no entren los ladrones de la calle, y tenga un ladrón dentro de la casa.

Así puede ocurrir. Comunmente, pensamos que la libertad nos la quitan desde fuera: con violencia, opresión, prohibiciones, limitaciones a la libertad de acción o de movimientos. Por ahí ha comenzado Madre Teresa: hay que liberarse de las amarras exteriores, de cosas y personas, que de alguna manera nos tienen amarrados, y no nos permiten volar con libertad de espíritu.

Pero esa liberación de amarras exteriores no basta. La verdadera estrategia de la liberación interior consiste en vaciar la tierra y el plomo que el egoísmo y la soberbia vienen acumulando en nuestro corazón. O dicho de otra manera: liberarnos de nosotros mismos, porque el ladrón y las cadenas las llevamos dentro. La escuchamos:

Desasiéndonos del mundo y deudos y encerradas aquí (las monjas del convento de san José),con las condiciones que están dichas, ya parece lo tenemos todo hecho y que no hay que pelear con nada.¡Oh hermanas mias! No os aseguréis ni os echéis a dormir, que será como el que se acuesta muy sosegado habiendo muy bien cerrado sus puertas por miedo de los ladrones, y se los deja en casa.

Y ya sabéis que no hay peor ladrón, pues quedamos nosotras mismas, que si no se anda con gran cuidado y cada una mira mucho en andar contradiciendo su voluntad, hay muchas cosas para quitar esta santa libertad de espíritu ,para que pueda volar a su Hacedor sin ir cargada de tierra y de plomo.

Gran remedio es para esto traer muy continuo en el pensamiento la vanidad que es todo y cuán presto se acaba, para quitar las afecciones de las cosas que son tan baladíes y ponerla en lo que nunca se ha de acabar. Y, aunque parece flaco medio, viene a fortalecer mucho el alma, y en las muy pequeñas cosas traer gran cuidado; en aficionándonos a alguna, procurar apartar el pensamiento de ella y volverle a Dios, y su Majestad ayuda (CP 10, 1-2)



domingo, 1 de abril de 2012

IMAGEN DE SANTA TERESA




Envio esta imagen a las Carmelitas de Argentina. Díganme si les ha valido para lo que la querían Un saludo