viernes, 29 de abril de 2011

SEÑOR MIO Y DIOS MIO. IIº Domingo de Pascua, 1 de mayo






En el Evangelio de este IIº Domingo de Pascua se narran dos apariciones de Jesucristo Resucitado : una a sus apóstoles, reunidos por miedo a los judios, a puertas cerradas, en la que faltaba santo Tomás, y por segunda vez a los mismos a los que se había ya unido el apostol ausente. Se hizo presente sin esperarlo:" Entró Jesús, se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros".



Ante aquellas palabras, se reavivó la fe casi apagada en sus ánimos. Ellos lo contaron a Tomás, ausente en el primer encuentro :Sí, el Señor ha cumplido cuanto había anunciado; ha resucitado realmente y nosotros lo hemos visto y tocado. Pero Tomás permaneció lleno de dudas y de perplejidades.¿Será verdad?.-Cuando, ocho dias después, Jesús vino por segunda vez a la reunión le dijo: "Tomás, trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente". La respuesta del Apostol es una abierta y conmovedora profesión de fe: ¡"Jesús mio y Dios mio!".



Renovemos también nosotros la profesión de fe. La humanidad actual,- comenta Benedicto XVI-. espera de los cristianos un testimonio renovado de la resurrección de Jesucristo, necesita encontrarlo y poder conocerlo como verdadero Dios y verdadero Hombre. Si en este Apostol podemos encontrar las dudas y las incertidumres de muchos cristianos de hoy, los miedos y las desiluciones de innumerables contemporaneos nuestros, con él podemos redescubrir también con renovada convicción la fe en Cristo muerto y resucitado por nosotros. Esta fe, transmitida a lo largo de los siglos por los sucesores de los Apóstoles, continúa, porque el Señor resucitado ya no muere más. El vive en la Iglesia y la guia firmemente hacia el cumplimiento de su designio eterno de salvación.



Cada uno de nosotros puede estar tentado por la incredulidad, como Tomás- ¿El dolor, el mal, las injusticias, la muerte, especialmente cuando afectan a los inocentes, no someten quizás nuestra fe a dura prueba? No obstante, justo en estos casos, la incredulidad de Tomás nos resulta paradójicamente util y preciosa, porque nos ayuda a purificar toda concepción falsa de Dios y nos lleva a descubrir su rostro auténtico: el rostro de un Dios que, en Cristo, ha cargado con las llagas de la humanidad herida. Una fe que estaba casi muerta y ha renacido gracias al contacto con las llagas de Cristo, con las heridas que el Resucitado no ha escondido, sino que ha mostrado y sigue indicándonos en las penas y los sufrimientos de cada se humano.



Aquellas llagas, que en un primer momento fueron un obstáculo a la fe para Tomás, porque eran signos del aparente fracaso de Jesús; aquellas mismas llagas se han vuelto, en el encuentro con el Resucitado, pruebas de un amor victorioso. Estas llagas que Cristo ha contraido por nuestro amor nos ayudan a entender quién es Dios, y a repetir también: "Señor mio y Dios mio". Sólo un Dios que nos ama hasta cargar con nuestras heridas y nuestro dolor, sobre todo el dolor inocente, es digno de fe.


Renovemos nuestra fe en Jesucristo, diciéndole: ¡Dios mio!

jueves, 28 de abril de 2011

¿QUIÉN ES ESTE AL QUE LE OBEDECEN TODAS LAS POTENCIAS DE MI ALMA?






En estos dias de Pascua celebramos a Jesucristo Resucitado, el Viviente con una existencia nueva que se aparece a Pedro, a los Once, a los discípulos de Emaus, al que siendo el mismo que habían conocido con su corporeidad, tardan en reconocerle cuando se les aparece ya resucitado. Era tal la sorpresa y la novedad, que no salían de su asombro, ¿ Será el mismo que murió en la cruz y fue sepultado?. Y les ocurre que tan pronto como le reconocen, desaparece.



Tratándose de unos hombres pescadores, desconcertados por la pasión y muerte de su Maestro, asustados por miedo a los judicios, es tal el efecto ttransformador que se opera en ellos cuando se les aparece resucitado que de hecho. la predicación apostólica, con su entusiasmo y audacia, es impensable sin un contacto real de los testigos con el fenómeno totalmente nuevo e inesperado que los llega desde fuera y que consistía en la manifestación de Cristo resucitado y en el hecho de que hablara con ellos.



Algo parecido le ocurre a Teresa de Jesús. El Viviente se le "aparece" y le "habla", y tiene tal certeza de que es Jesucristo al que "VE" y "OYE", que así se lo cuenta a su confesor y lo dejó escrito:



Es así, cierto" que muchas veces me acordaba de cuando el Señor mandó a los vientos que estuviesen quedos en la mar, cuando se levantó la tempestad, y así decía yo: ¿Quién es Este al que así le obedecen todas mis potencias, y la luz en tan gran oscuridad en un momento, y hace blando un corazón que parecía piedra, da agua de lágrimas suaves adonde parecía había de haber mucho tiempo sequedad?; ¿quién pone estos deseos?; ¿quién da este ánimo?; que me acaeció pensar: ¿de qué temo?, ¿qué es esto?".



"Pues si este Señor es poderoso, como veo que lo es, y sé que lo es, y que son mis esclavos los demonios, siedo yo sierva de este Señor y Rey, ¿qué mal me pueden ellos hacer a mí? ¿ Por qué no he yo de tener fortaleza para combatirme con todo el infierno? Tomaba yo una cruz en la mano, y parecía verdaderamente darme Dios ánimo, que yo me vi otra en un breve tiempo, que no temiera luchar con ellos a brazos, que me parecía fácilmente con aquella cruz los venciera a todos. Yo quedé sosegada y tan sin temor de todos ellos, que se me quitaron todos los miedos que solía tener, hasta hoy. Quedome un señorío contra ellos, bien dado del Señor de todos, que no se me da más de ellos que de moscas (V 25, 18-20).



FELICES PASCUAS. Nicolás González

miércoles, 20 de abril de 2011

NO ESTÁ AQUÍ...HA RESUCITADO




La resurrección de Cristo es la mayor “mutación", el salto más decisivo de una vida mortal a una dimensión totalmente nueva, una vida nueva, distinta y definitiva. Esta es la mayor “mutación” que se haya producido jamás en la larga historia de la vida y de sus desarrollos: un salto de un orden completamente nuevo, que nos afecta y que atañe a toda la historia. ¿Gracias a qué ¿ No mediante el poder y las técnicas humanas, sino en virtud del poder de Dios, que es amor. Por ser Dios, Jesús venció a lamuerte, resucitó del sepulcro.


La resurrección fue como un estallido de luz, una explosión de amor que desató los vínculos hasta entonces indisolubles del morir. Inauguró una nueva dimensión del ser, de la vida. Resucitar para vivir perpetuamente.


¿ Por qué celebramos nosotros y en todo el mundo este acontecimiento? ¿ Cómo la resurrección de Jesucristo llega hasta nosotros y atrae nuestra vida hacia El? La respuesta es porque Jesucristo instituyó el bautismo y nos ha regalado el don de la fe. Bautismo y luz de la fe que forman parte de esta Vigilia Pascual .El bautismo es realmente el sacramento por el que participamos de la muerte y resurrección de Cristo.El bautismo es renacimiento, transformación en una vida nueva. El bautismo y la fe nos unen a Cristo y nos hace participar de su vida divina, como el sarmiento unido a la vid participa de su sabia, o como los miembros de un cuerpo humano participan de la vida de cuerpo, formando entre todos un único cuerpo.


Quedamos así asociados a una nueva dimensión de la vida, en la que en medio de las tribulaciones de nuestro tiempo, estamos ya de algún modo inmersos en una nueva vida de fe y esperanza. Portando una luz ,símbolo e la fe, en nuestras manos, siguiendo al cirio pascual símbolo de Cristo resucitado, hemos entrado en este espacio sagrado, símbolo también del espacio abierto de nuestra vida humana. No estamos solos.Jesucristo el Hijo de Dios nos amó hasta el extremo. Con un amor más fuerte que la muerte. El amor crea la inmortalidad.


Frente a todo lo que cambia y pasa, Dios es lo que permanece y subsiste. Por eso el que ha amado a todos, y están unidos a El por la fe y el amor, les ha hecho a todos inmortales. Esto es lo que quiere decir la bíblia cuando dice que su resurrección es nuestra resurrección.- Esta es la alegría de la Vigilia Pascual. La resurrección no ha pasado, la resurrección nos ha alcanzado y nos ha impregnado. Al Señor resucitado nos agarramos, y sabemos que también El nos sostiene firmemente cuando nuestras manos se debilitan.


¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

HACED ESTO EN MEMORIA MIA.JUVES SANTO 21 abril



JUEVES SANTO .MISA VESPERTINA EN LA CENA DEL SEÑOR




Jueves Santo. Este día y últimas horas de la tarde, la Iglesia conmemora la última cena que Jesucristo celebró con los apóstoles, en la que instituyó este misterio de la Eucaristía. La Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo,revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre, por cada uno de nosotros. En este admirable sacramento se manifiesta el amor más grande,aquel que impulsa a dar la vida por los propios amigos.- En efecto, nos amó hasta el extremo. Veamos a Jesucristo expresándonos su infinita humildad: antes de morir por nosotros en la Cruz, convierte el pan en don de su cuerpo y el vino en don de su sangre, en su persona.¡Esto soy yo!



¡Qué emoción debió embargar el corazón de los Apóstoles ante los gestos y palabras del Señor durante aquella última cena!.- ¡Qué admiración ha de suscitar también en nuestro corazón el Misterio eucarístico!.- En el sacramento del altar, el Señor va al encuentro del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, En este sacramento el Señor se hace alimento para el hombre hambriento de verdad y libertad, de vida perdurable. Puesto que sólo la verdad nos hace auténticamente libres, Cristo se convierte para nosotros en alimento de Verdad….Veámonos cada uno de nosotros delante de este sacramento de la Eucaristía, como quien se encuentra ante alguien que lo atrae y le despierta el deseo de poseer la verdad, la verdad que nos hace libres.






¿Qué es lo que puede mover al hombre por encima de todo y en lo más íntimo? Nada amamos con más ardor que la verdad. Cada persona lleva en sí mismo el deseo inevitable de la verdad última y definitiva.- Esa verdad última y definitiva es nuestro Señor Jesucristo. Así se definió a sí mismo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Desde el altar ,oculto en el pan eucarístico, se dirige al corazón anhelante del hombre, que se siente caminante por la vida y sediendo, al corazón que suspira por la fuente de la vida, al corazón que mendiga la verdad.



Jesucristo es la Verdad en Persona, que atrae el mundo hacia sí. Jesús es la estrella polar de la libertad humana: sin El, la persona pierde su orientación, puesto que sin el conocimiento de la verdad, la libertad se desnaturaliza, se aisla y se reduce al arbitrio esteril. Con El, la libertad se reencuentra.- En particular, Jesús nos enseña en el sacramento de la Eucaristía la verdad del amor, que es la esencia misma de Dios, y la esencia misma del hombre creado a su imagen. Esta es la verdad evangélica que interesa a cada hombre y a todo el hombre.



“Haced esto en memoria mía", les dijo a los apóstoles .-Por eso la Iglesia, cuyo centro vital es la Eucaristía, se compromete constantemente a celebrar la Eucaristía y a anunciar a todos que Dios es amor.-Cristo se ha hecho por nosotros en la Eucaristía alimento de la Verdad, y la Iglesia nos invita esta tarde santa a acoger libremente el don de Dios.




“Vosotros estais límpios, pero no todos”· ¿Qué es lo que hace impuro al hombre? Es el rechazo del amor, el no querer ser amado, el no amar. Es la soberbia que cree que no necesita purificación, que se cierra a la bondad salvadora de Dios. Es la soberbia que no quiere confesar y reconocer que necesitamos purificación. Judas rechaza el amor que le ofrece Jesucristo: a él sólo le interesa el poder y el éxito; el amor no cuenta.Es avaro y es mentiroso, y rompe con la verdad.Uno que vive en la mentira, se endurece, se hace incapaz de conversión, y arruina su vida.




“Vosotros estais límpios, pero no todos”· El Señor hoy nos pone en guardia frente a la autosuficiencia, que pone un límite a su amor ilimitado. Nos invita a imitar su humildad,a tratar de vivirla,a dejarnos contagiar por ella. Nos invita a dejarnos purificar con la fuerza purificadora de su bondad y de su perdón , y a entrar en la comunión de la mesa con él, con Dios mismo.




Terminemos con una última reflexión:” Os he dado ejemplo..También vosotros debéis lavaros los pies unos a otros”, ¿Qué quiere decirnos el Señor con esto? Que cada obra buena hecha a favor del prójimo, especialmente a favor de los que sufren y los que son poco apreciados, es un servicio como lavar los pies. El Señor nos invita a abajarnos,a aprender la humildad y la valentía de la bondad; y también a estar dispuestos a aceptar el rechazo, actuando a pesar de ello con bondad y perseverando en ella.

Amigos del BLOG, os invito a adorar en silencio a Jesucristo, presente en su Templo santo y a dialogar con El como con un amigo verdadero. Nicolás González




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¡TE BENDECIMOS,SEÑOR,PORQUE CON TU CRUZ HAS REDIMIDO AL MUNDO!




VIERNES SANTO
Mientras hemos escucha el evangelio de la pasión, hemos acompañado a Jesucristo, nuestro salvador, por el via crucis, por el camino que le llevan hasta clavarlo en la Cruz.- Es el gran misterio del dolor, que nunca podremos comprender.






Pilato sabe que este condenado es inocente; busca el modo de liberarlo; pero su corazón está dividido, y al final prefiere su posición personal, su propio interés, al derecho y a la justicia.Y los que gritan pidiendo la muerte, están sometidos a la influencia de la muchedumbre, gritan porque gritan los demás y porque gritan los demás. La sutil voz de la conciencia es sofocada por el grito de la muchedumbre,por el miedo a la prepotencia de la mentalidad dominante..Sucedió entonces, y sigue sucediendo así a lo largo de la historia: los justos son maltratados, condenados.






Cuántas veces hemos preferido también nosotros el éxito a la verdad, nuestra reputación a la justicia.El más santo y bienhechor de la humanidad es clavado en la cruz. Todo su cuerpo está martirizado. Asume conscientemente todo el dolor de la crucifixión, porque eran nuestros sufrimientos los que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba.—Detengámonos ante esta imagen de dolor, ante el Hijo de Dios sufriente.Ante el Señor condenado, que no quiere usar su poder para descender de la cruz, sino que soportó el sufrimiento de la cruz hasta el final, amando y perdonando a sus asesinos. Mirémosle en los momentos de satisfacción y gozo, para aprender a respetar sus límites, y a ver la superficialidad de todos los bienes puramente materiales. Mirémosle sobre todo en los momentos de adversidad y angustia, para reconocer que precisamente así estamos cerca de Dios, para dejarnos clavar a él, sin ceder a ninguna tentación de apartarnos de El, ni a las burlas que nos inducen a darle la espalda; para aprender a no desertar ante lo que debemos hacer.




Fijémonos en el letrero que pusieron encima de la cruz:” Jesús el Nazareno, el Rey de los judios”. El crucificado es verdaderamente el rey del mundo. Ahora ha sido realmente “ensalzado”. En su descendimiento, en su total despojamiento de la vida, es cuando realmente ascendió al todo. Ahora ha cumplido radicalmente el mandamiento del amor, ha cumplido el ofrecimiento de si mismo y, de este modo, manifiesta al verdadero Dios, al Dios que es amor. Ahora sabemos que es Dios. Sabemos cómo es la verdadera realeza.






Jesús reza el salmo que comienza con estas palabras:”Dios mio, Dios mio, ¿ por qué me has abandonado?”. Asume en sí a toda la humanidad sufriente, a todos los que padecen, el drama de la oscuridad de Dios, por la que todos pasamos, manifestando de este modo a Dios, proclamando la existencia de Dios, justamente donde parece estar definitivamente vencido y ausente. La cruz de Jesús es un acontecimiento cósmico. El mundo se oscurece cuando el Hijo de Dios padece la muerte. La tierra tiembla. Y junto a la cruz nace la Iglesia en el ámbito de los que reconocen y entienden que Jesús es el Hijo de Dios, como así lo reconoció el centurión romano. El no está sólo. Allí están los fieles: María su madre, María Magdalena, y el discípulo que él amaba .Desde la Cruz, Jesucristo siempre triunfa de nuevo.




También en este momento histórico ,nosotros vivimos en la oscuridad de Dios. Por el gran sufrimiento, y por la maldad de los hombres , el rostro de Dios, el rostro de Jesucristo, aparece difuminado, irreconocible. Pero tambien hoy, Señor, en la cruz te haces reconocer. Porque eres el que sufre y el que ama. Y por eso en la cruz has triunfado. En esta hora de oscuridad y turbación, ayúdanos a reconocer tu rostro. A creer en ti y a seguirte en el momento de la necesidad y de las tinieblas. Muéstrate de nuevo al mundo en esta hora. Haz que se manifieste tu salvación, haz brillar la luz de la esperanza.- El Dios escondido permanece siempre como Dios vivo y cercano. Creamos firmemente en él, porque el Señor muerto en la cruz sigue siendo nuestro Señor y Salvador.

Desde la igllesia del M0nasterio e la Encarnación de Ávila,con todo afecto y devoción, su CXapellán Nicolás González




sábado, 16 de abril de 2011

JESUCRISTO ¡QUÉ BUEN AMIGO!



Santa Teresa nos invita a vivir la Semana Santa en intimidad con Jesucristo que "es amigo verdadero". Dejarnos amar por Jesucristo, camino de la Cruz. Amistad siempre iniciada por El, y desarrollada, misteriosa y progresivamente, en fuerza de la dinámica interna de la amistad misma hasta las cimas del amor .


Teresa afirma claramente "Mucho nos va en tener su amistad". "Dios trata con el alma con tanta amistad y amor, que no se sufre escribir" (V.27,9). "Oh Señor mío, cómo sois Vos el amigo verdadero". "Puedo tratar con El como con amigo, aunque es Señor".


Teresa vive esta amistad con sumo realismo, hasta el punto de sufrir, como si ella hubiera estado allí en Jerusalen en la entrada triunfal de Jesucristo :"Yo comulgaba este día de Ramos, y aparejaba mi alma para hospedar al Señor; porque me parecía mucha crueldad lo que hicieron los judios, que, después de tan gran recibimiento, lo dejaron ir a comer tan lejos..."


Desde el lado de Teresa, la respuesta al amor de Jesucristo la da con la oración:"Seguir por este camino de oración al que tanto nos amó".


Ora, escuchando la Palabra de Dios, en la Misa y en la recitación de los salmos en el coro. Meditándola en silencio. Tomando en serio a Dios y la cruz de la vida dándose del todo al Señor. Sintiendo la necesidad de recoger los sentidos, de buscar un tiempo de soledad, de arrepentirse de los propios pecados y de meditar en la vida de Cristo.


Contemplar al Señor, acercarse a Ël era el modo de orar de Teresa."Como no podía discurrir con el entendimiento, procuraba representar a Cristo dentro de mí, y hallábame mejor - a mi parecer- en las partes a donde le veía más solo; parecíame a mí que, estando solo y afligido, como persona necesitada me había de admitir a mí"(V.9,4).


Amigos del BLOG, santa Teresa nos inspira a vivir la Semana Santa de una forma nueva, desde el interior, experiencialmente. Y hacer esto nó buscando la propia satisfacción (que también) sino acompañar a Jesús, para darle el consuelo de que estamos con El, camino del Calvario.


Unidos en la oración, vuestro Capellán Nicolás González

viernes, 15 de abril de 2011

¡BENDITO EL QUE VIENE EN NOMBRE DEL SEÑOR! Domingo de Ramos.17 abril


DOMINGO DE RAMOS


En este comenzamos la semana santa. En la liturgia, y con las procesiones, vamos a revivir interiormente el misterio de la pasión. Muerte y resurrección de Jesucristo por nuestra salvación.


He ahí la cuestión, el reto ante el que nos encontramos como creyentes. Nuestra posición personal frente al misterio, que este drama de Jesucristo contiene, significa y renueva, el misterio de nuestra salvación. Misterio profundo, ante el que nos posicionamos creyendo y amando a Jesucristo, superando las insondables razones que nos puedan asaltar cuando nos preguntamos ¿ por qué aceptó Jesús sufrir tanto dolor? ; ¿por qué tenemos que cargar cada uno con su cruz?; ¿ por qué tanto dolor en el mundo?


Misterio, en el cual el dolor, que parece enemigo inútil de nuestra existencia, se transforma en valor precioso de nuestro rescate del pecado. Misterio de la muerte victoriosa de Jesús, que derrotó la muerte con el triunfo de adquirir, por su resurrección, una forma de vida nueva y superior, que perdura en el tiempo, y que nos transmite a los creyentes por la fe y los sacramentos que recibimos de la Iglesia.¡ La cruz es el arbol de la vida!


La multitud según el Evangelio de este domingo de Ramos, aclamó a Jesús diciendo: “Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor”. También nosotros, participando en la liturgia, le aclamamos con ramos en las manos, porque vemos en Jesús aquel que viene en nombre de Dios para salvarnos del pecado, del mal, y de la muerte eterna. En Jesús reconocemos que nos trae la presencia de Dios, la compañía de Dios, la amistad de Dios.


Esta aclamación a Jesús, el dia de los Ramos, ha llegado a ser con razón en la Iglesia la aclamación a Aquel que, en la Eucaristía, viene a nuestro encuentro en un modo nuevo. Aclamamos a Aquel que, en carne y sangre, se nos da siempre que le deseamos con fe y amor, y le recibimos en la Eucaristía. ¡Bendito el que viene, para fundar un reino de paz en este mundo desgarrado con tantas guerras y calamidades, de los que somos culpables los mortales! Seguimos padeciendo los mismos males que Jesucristo vino a desarraigar: la impiedad, la hipocresía, la maldad, la delincuencia, la crueldad, la vileza, la debilidad humana. ¡Sin Dios todo puede llegar a ser lícito, cuando los humanos no saben distinguir el bien del mal! Por eso aceptamos con inefable alegría el encuentro con Cristo en esta Semana Santa.


Feliz Semana Santa acompañando al Señor con fe y amor.

miércoles, 13 de abril de 2011

SANTA TERESA, MAESTRA DE ORACIÓN



Seguimos escuchando lo que dijo Benedicto XVI ,en la audiencia del pasado 2 de febrero, sobre el mensaje de santa Teresa, en nuestros dias.


"Santa Teresa propone una profunda sintonía con los grandes personajes bíblicoa y la escucha de la Palabra de Dios. Se siente especialmente en consonancia con la esposa del Cantar de los Cantares y con el apóstol Pablo, así como con el Cristo de la pasión y con Jesús eucaristía".


"Subraya además la Santa lo esencial que resulta la oración: orar -dice- "no es otra cosa, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama" (V.8,5). La idea de santa Teresa coincide con la definición que santo Tomás de Aquino da de la caridad teologal como amicitia quaedam hominis ad Deum , un tipo de amistad del hombre con Dios, que fue el primero en ofrecer su amistad al hombre; la iniciativa es de Dios. La oración es vida y se desarrolla gradualmente conforme crece la vida cristiana: empieza con la oración vocal y pasa por la interiorización a través de la meditación y del recogimiento, hasta alcanzar la unión de amor con Cristo y con la Santísima Trinidad".


"Naturalmente se trata de un desarrollo en el que ascender a los grados más altos signifique abandonar el tipo anterior de oración, sino más bien de una profundización gradual en la relación con Dios, que abarca la vida entera, Más que una pedagogía de la oración, es la de santa Teresa una auténtica "mistagogía" : al lector de sus obras le enseña a rezar rezando ella misma con él, pues frecuentemente interrumpe el relato o la exposición para prorrumpir en una oración".


"Que el ejemplo de esta Santa nos impulse también a nosotros a dedicar cada día el tiempo debido a la oración, a esa apertura a Dios, a ese camino para buscar a Dios, para verlo, para encontrar su amistad, y, con ella, la verdadera vida, y es que muchos de nosotros podremos decir: ¡No vivo yo, no vivo realmente, porque no vivo la esencia de mi vida!. Por eso, el tiempo de la oración no es tiempo perdido, sino tiempo en el que se abre el camino de la vida, en el que se abre el camino para para aprender de Dios un amor ardiente a El y a su Iglesia, y una caridad concreta con nuestros hermanos".


Si la oración a Dios es como una conversación entre dos amigos, hacer oración es cosa facil. La podemos hacer todos, y a cualquier hora del día o de la noche. Adios, amigos. Nicolás González

lunes, 11 de abril de 2011

TERESA DE JESÚS Y BENEDICTO XVI



En el libro del Cardenal Ratzinger "JESUS DE NAZARET Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección", que acaba de editarse en diferentes idiomas, justo en la penúltima página menciona, entre las grandes figuras que impactaron en el mundo en pleno siglo XVI, a Teresa de Ávila y a Juan de la Cruz. Estos santos llevan consigo - dice - nuevas irrupciones del Señor en la historia confusa de su siglo, que andaba a la deriva alejándose de El.


Y en la audiencia general del miércoles 2 de febrero, el Papa Benedicto XVI dedicó su discurso completo a Santa Teresa de Jesús. Dijo de nuestra Santa, entre otras cosas que, " durante la Cuaresma de 1554, a sus treinta y nueve años, Teresa culmina el combate contra sus propias flaquezas. El hallazgo fortuito de una imagen de Cristo muy llagado marca profúndamente su vida. La Santa, que durante aquel periodo se encuentra en honda sintonía con el San Agustín de las Confesiones, describe así el día decisivo de su experiwencia mística: "Acaecíame venirme a deshora un sentimiento de la presencia de Dios, que en ninguna manera podía dudar de que estaba dentro de mí o yo toda engolfada en Él".


" No es facil sintetizar en pocas palabras la espiritualidad teresiana, tan profunda como articulada. Mencionaré tan sólo algunos puntos esenciales. En primer lugar, santa Teresa propone las virtudes evangélicas como base de toda la vida cristiana y humana, en especial, el desprendimiento de los bienes o pobreza evangélica, lo que a todos nos atañe; el amor mutuo como elemento esencial de la vida comunitaria y social; la humildad como amor a la verdad; la determinación como fruto de la audacia cristiana; la esperanza teologal, descrita por ella como sed de agua viva, todo ello sin olvidar las virtudes humanas: afabilidad, veracidad, modestia, amabilidad, alegría, cultura".


Amigos del BLOG, con estas palabras del Papa enmudezco, porque no se puede decir más ni mejor para apreciar el mensaje de nuestra Santa. Continuaremos hasta la próxima con mis mejores saludos.

jueves, 7 de abril de 2011

YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA.¿CREES ESTO?-Domingo 10 ABRIL


V .A. CUARESMA


Hemos escuchado el evangelio, que narra la resurrección de Lázaro, el mayor de los milagros hechos por Jesucristo. Se trata de un muerto, ya de cuatro dias, que es devuelto a la vida con sólo una palabra, pronunciada por Jesucristo delante de su sepulcro. “Lázaro, sal fuera “. El hecho sucedió en el pueblo de Betania, a tres kilómetros de la ciudad de Jerusalen, delante de numerosos testigos, hostiles a Cristo muchos de ellos.- El evangelista San Juan es un testigo ocular, digno de fe, que cuenta lo que ha visto con sus propios ojos y oido con sus oidos. Las hermanas de Lázaro, Marta y María, le enviaron recado a Jesucristo, amigo suyo, que andaba predicando por Galilea de que su hermano estaba grave.


Cuando se lo dijeron, respondió :”Lázaro ha muerto. Pero me alegro de no haber estado allí, para que vosotros creais. Vamos , pues, alla´”. Al encontrarse Jesús con Marta, le dijo claramente “Tu hermano resucitará”. Interpretó ella lo que cualquiera hubiera interpretado. “Ya lo sé que resucitará en el último día”.-La respuesta de Jesús fué mucho más allá de lo que Marta esperaba, porque estaba pensando en sus discípulos, y en todos los que a través de los tiempos creyeran en él.


Dijo “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera vivirá y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees esto ?”.- Cristo buscaba algo más que devolver la vida a su amigo muerto. Buscaba que sus oyentes percibieran que hay resurrecciones más hondas y radicales...El no venía a prolongar unos años a los hombres, venía a traer una supervida que sólo se realizaría plenamente en su resurrección gloriosa, y en los que creyeran en ella. Por eso la fe era lo decisivo.


Creer en El era más que estar vivo; creer en El y en su resurrección era disfrutar de esa supervida que no se acabará. Ante esa respuesta del Maestro, Marta lo primero que hizo, fué una confesión de fe en El:” Si, Señor,yo creo que tú eres el Mesias, el Hijo de Dios, que ha venido a este mundo”. Fué entonces cuando Jesucristo le pidió ir a donde estaba enterrado su amigo Lázaro, y que levantaran la losa del sepulcro. Marta contestó que eso sería muy penoso, porque llevaba muerto cuatro dias y olía mal.


Pero insistió en que quitaran la piedra, y rezó así delante del cadaver :” Padre del cielo,yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por todos estos que me rodean, para que crean que tú me has enviado...¡Lázaro, sal fuera!".- Fué una orden, que sacudió al muerto y le hizo removerse sobre la piedra fria en que descansaba, y al punto, el que estaba muerto salió.


Pensemos en lo que realmente Jesucristo nos quiere decir a través que este Evangelio: que El es dispensador de la vida, la palabra de vida, que él tiene palabras de vida eterna, que El nos da la vida que recibimos de Dios, a través de la fe, de la gracia, de los sacramentos, la vida sobrenatural. Esta vida que el Mesias, el Hijo de Dios, comunica a lo hombres es mucho más que la vida natural, es la vida trascendente del mundo superior, la vida del espíritu,la vida eterna,; un bien en orden a la salvación, la salvación misma.


Cuando la gente vió con sus ojos que el Maestro había devuelto la vida a un muerto,unos creyeron en El y otros nó: les pareció que era imposible que hubiera sucedido lo que estaban viendo....Es lo que ocurre con el sol que brilla sobre el barro y lo endurece, y brilla sobre la cera y la ablanda; así este milagro endureció algunos corazones para la incredulidad y ablandó a otros para la fe... Nosotros, con los ojos del alma fijos en Jesucristo, dador de vida, digamos lo mismo que la hermana de Lázaro: “ Señor, yo creo que tú eres el Mesias, el Hijo de Dios, que ha venido a este mundo a salvarnos de la corrucción del pecado y de la muerte”.


La muerte no es el final de la existencia humana de los creyentes.Lo mismo que Cristo cabeza de la Iglesia, resucitarán los creyentes,miembros del cuerpo místico de Cristo. Cristo es realmente la resurrección y la vida. Lo hemos oido en este Evangelio. El nos ha dicho :” Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; el que cree en mí no morirá para siempre”.


¿Crees esto?, esa es la pregunta que nos hace el Señor.Con un saludo, Nicolás González

miércoles, 6 de abril de 2011

¡OH,QUÉ BUEN SEÑOR Y QUÉ PODEROSO!



Teresa testifica la bondad de Dios y su eficacia. Dios le habla y realiza en ella lo que dice. Tiene experiencia del Dios misericordioso , que obra en ella lo El es. Nada ocurre en ella al margen de la acción de Dios. Se ha dado por entero a Dios, y se ve permanentemente invadida por Dios.


En su respuesta de amor Teresa pasa por situaciones de euforia y de desánimo. Son los altibajos típicos de cualquier proceso de enamoramiento. Máxime cuando el Otro es un Dios escondido. Aunque invisible, se deja sentir, porque obra para bien de su alma, por el gran provecho que hace su compañía.


La experiencia de Dios le cambia a Teresa su visión propia. Se ve otra. Se ve nueva. La palabra de Dios la transforma el pensamiento, los deseos, el corazón. Se encomiienda al Señor, confia en El, vive con El y para El, y emprende su camino en seguimiento auténtico con Jesucristo, su amigo verdadero. La escuchamos:


¡Oh Dios mio, quién tuviera entendimiento y letras y nuevas palabras para encarecer vuestras obras como lo entiende mi alma! Fáltame todo, Señor mio; mas si Vos no me desamparais, no os faltaré yo a Vos. Levántense contra mí todos los letrados, persíganme todas las cosas criadas, atorméntenme los demonios; no me falteis Vos, Señor, que ya tengo experiencia de la ganancia con que sacais a quien sólo en Vos confía.


Pues estando en esta fatiga, solas estas palabras bastaban para quitármela y quietarme del todo: "No hayas miedo, hija, que Yo soy y no te desampararé, no temas",- Me parece a mí, según estaba, que era menester muchas horas para persuadirme a que me sosegase, y que no bastara nadie.- Heme aquí con solas estas palabras, sosegada, con fortaleza, con ánimo, con seguridad, con una quietud y luz que en un punto vi mi alma hecha otra, y me parece que con todo el mundo disputara que era Dios.


¡Oh, qué buen Dios! ¡Oh, qué buen Señor y qué poderoso! No sólo da el consejo, sino el remedio. Sus palabras son obras.¡ Oh, válgame Dios, y cómo fortalece la fe y se aumenta el amor!( V.25,18).


Nos lo ha dicho nuestra Santa: la fe no empequeñece, sino fortalece; no disminuye el amor sino que lo aumenta; da ánimo, quietud y seguridad. Adios, amigos. Nicolás González

domingo, 3 de abril de 2011

¡OH SEÑOR MIO, CÓMO SOIS VOS EL AMIGO VERDADERO!



En el capítulo 25 del Libro de la Vida, Teresa nos sorprende por la seguridad con que se opone a t sus confesores y amigos, que la aconsejan que no siga por el camino de la soledad e intimidad en el trato personal con Jesucristo. Le decían sencillamente, al escucharle sus vivencias místicas, que no podía ser verdad tanta belleza.


Teresa estaba desconcertada. Percibía que ella estaba destinada a algo grande, aparentemente irrealizable, porque Dios le comunicaba gracias extraordinarias, que nadie podía creerse, excepto la protagonista. Evidentemente ella gozaba de una fuerza capaz de hacer lo que Dios quisiera de ella, sin merecerlo. Por lo que llegamos a la conclusión de que el Espíritu la inspiraba y movía desde dentro con el poder de quien es el Todopoderoso.


Por un lado, nos confiesa Teresa : Creo eran cinco o seis, todos muy siervos de Dios..., y todos se determinaban en que era demonio, que no comulgase tan amenudo, y que procurase distraerme de suerte que no tuviese soledad. Me fui de la iglesia con esta aflicción, y entré en un oratorio, habiéndome quitado muchos dias de comulgar, quitada la soledad, que era todo mi consuelo, sin tener persona con quien tratar, porque todos eran contra mí. Unos se burlaban de mí cuando de ello trataba, como que se me antojaba;otros decían que era claro (cosas del) demonio.


Ante semejantes juicios, ella no cedía, ni podía ceder, porque estaba absolutamente convencida de que Dios la acosaba: "me hacía el Señor recoger; y - sin poderlo yo excusar- me decía lo que era servido; y, aunque me pesaba, lo había de oir".


Y, después de cuatro o cinco horas de agonía, totalmente desconcertada y fatigada, sin ningún consuelo ni del cielo ni de la tierra, Teresa desemboca en oración. Y le pareció reproducir en ella el misterio de Jesús en el Huerto de los Olivos, a donde sus discípulos lo abandonaron, y a donde Jesús aceptó hasta el fondo la voluntad del Padre. A Teresa se le ofrece la oportunidad de reafirmar su fidelidad radical a su amigo verdadero, y, a su imitación oró así :


¡ Oh Señor mio, cómo sois Vos el amigo verdadero! ¡Y, como poderoso, cuando quereis podeis, y nunca dejáis de querer, si os quieren! ¡Os alaben todas las cosas, Señor del mundo! ¡Oh, quién diese voces por El, para decir cuán fiel sois a vuestros amigos! Todas las cosas faltan. Vos, Señor de todas ellas, nunca faltais. Poco es lo que dejais padecer a quien os ama. ¡Oh Señor mio, qué delicada y pulida y sabrosamente lo sabeis tratar! ¡Oh, quién nunca se hubiera detenido en amar a nadie sino a Vos! Parece, Señor, que probais con rigor a quien os ama, para que en el extremo del trabajo, se entienda el mayor extremooo de vuestro amor (V.25, 17).


Amigos del BLOG, los encuentros de Teresa con Jesús Viviente le cambiaron la historia. Que nuestra Santa, con su testimonio, nos aproxime a la realidad de las realidades que es el Dios invisible. Con mis cordiales saludos hoy, el 496 aniversario del Bautismo de la niña Teresa. Vuestro amigo Nicolás González

viernes, 1 de abril de 2011

¡SEÑOR, TU ERES MI LUZ! GUÍAME POR EL CAMINO DE LA VIDA. Domingo, 3 abril



4º DOMINGO DE CUARESMA



El Evangelio de este domingo nos narra la curación de un ciego. Jesús cura al cielo por un doble motivo, para sanarle de una dolencia personal y “para que se manifestaran en El las obras de Dios. Jesucristo alude a este hombre ciego como parte de la humanidad doliente, para la cual Jesús va a ser la luz. No le cura de inmediato, como otras veces, diciendo : ¡recobra la vista!, sino de una manera un tanto desconcertante : echa un poco de saliva en el suelo, forma un poco de barro, restregó con él los ojos del ciego, y le mandó que fuera a lavarse a la piscina de Siloé. El ciego, sin entender en absoluto lo que estaba ocurriendo, pero fiado por completo en lo que Jesús le había dicho, obedeció. Y sus ojos se le abrieron al lavarse.


Pero ¿qué pasó despues?.- Cuando el ciego fue a su barrio, todos se llevaron una sorpresa, y empezaron a hacerse preguntas: ¿Era éste el ciego a quien tantas veces habían visto pidiendo por las calles?. Unos decían que sí y otros que nó. Y todos le asediaban a preguntas :¿ Cómo se te han abierto los ojos?- Y a todos les daba la misma respuesta: Jesús me restregó los ojos con barro y me lavé los ojos en la piscina y empecé a ver. Pero el prodigio les parecía tan maravilloso que no lo podían explicar; y le insultaban y maldecían. Cuando el ciego volvió a Jesús desconcertado, Jesús le preguntó: ¿Tú crees en el hombre que te curó?- Y el ciego cayó de rodillas delante de él y le respondió: “Creo, Señor”-


Jesucristo se volvió hacia los demás, y los llamó ciegos, porque no creían en una señal tan evidente de que El tenía poder de Dios, y les dijo que su misión era precisamente esa , la de ser luz del mundo. Todos estamos ciegos, de alguna manera. Porque vemos escasamente sólo la superficie de las personas, de los acontecimientos, y nos dejamos llevar de las apariencias. No vemos la verdad de las cosas. Ni siquiera nos podemos conocer a nosotros mismos, nuestras verdaderas tendencias, el verdadero rostro de nuestro corazón, lo más hermoso de la vida, de las personas. Los impulsos nos dominan y obramos por pasión, nó por racionalidad y por voluntad seria de hacer lo que demos hacer. Y estas oscuridades nuestras se convierten en estilos de vida, en criterios y en normas de conducta.-


¿Quién puede librarnos de tanta ceguera? El mismo que curó al ciego del evangelio, si creemos en El. La fe firme y ardiente iluminará nuestras tinieblas, nuestras cegueras. Sólo Jesucristo puede librarnos de nuestras oscuridades y cegueras. Pero necesitamos la fe. Tenemos que creer en su persona, en su palabra, y dejarnos llevar a la piscina de su misericordia, y lavarnos en las aguas salvadoras del bautismo, y de la penitencia, y en las aguas de su gracia y de su perdón. Por la fe en Dios se nos concede una luz nueva, para poder ver a Jesucristo como nuestro salvador, y cómo su perdón y misericordia nos dan una fuerza para hacer el bien y para hacer lo que debemos hacer. Lo peor de nuestra ceguera es que no somos conscientes de ella, no somos conscientes de que somos pecadores.


Son muchas las cosas que nos ciegan.La primera, nuestra ignorancia, Nos equivocamos tantas veces en nuestros juicios y apreciaciones, porque nos dejamos llevar por nuestros prejuicios, y porque nos ciegan nuestras pasiones. Estamos ciegos, tantas veces, de ira, de rabia, de envidia, ciegos por la ambición, por la avaricia, por la droga, por el sexo. Son cegueras funestas para la persona, porque la destruyen y matan. Estamos ciegos por las tinieblas del ambiente en que nos movemos. Vivimos en un mundo de espejismos y de luces artificiales. Las verdaderas luces que son los valores de la honradez, de la responsabilidad personal, de la humildad, de estar en paz con la propia conciencia ante Dios, de dar buen ejemplo, y de seguir los buenos ejemplos de los santos.-


Esos valores, predicados por Jesucristo entonces y ahora por la Iglesia, están en entredicho en nuestra sociedad, por unas fuerzas caóticas que envenenan las fuentes de la información.¡ Cuántas mentiras tenemos que oir y cuántas imbecilidades tenemos que aguantar! Hagamos nosotros lo que hizo el ciego del Evangelio, escuchar a Jesucristo, y creer firmemente en El. ¡Yo creo en Ti,