sábado, 6 de abril de 2013


 

DOMINGO 11 DE PASCUA- DIA 7 DE ABRll

 LA fe de  los apóstoles en Jesús como Hijo de Dios, el Mesias esperado, había sufrido una dura prueba por el escándalo de la cruz. Durante su detención, condena y muerte se habían dispersado. Ahora se encontraban juntos. Con las ventanas y puertas cerradas, por miedo a los judíos. Cuando menos lo esperaban. “Jesús entró en la habitación y les  dijo: Paz a vosotros”.


Anteceden aquellas palabras. Y bastaron: se reavivó la fe casi apagada en sus ánimos. Los Apóstoles lo contaron a Tomás, ausente en aquel primer encuentro extraordinario: Si, el Señor ha cumplido cuanto había anunciado: ha resucitado realmente y nosotros lo  hemos visto y tocado, Tomás, sin embargo, permaneció dudoso y perplejo. Cuando ocho diasdespués, Jesús volvió por segunda vez al Cenáculo; le dijo: Tomás, trae tu dedo, aquí tienes mis manos, trae tu mano y ,métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. La respuesta de Tomás es una conmovedora profesión de fe:”¡ “Señor mio y Dios mio!

Renovemos también nosotros nuestra personal profesión de fe:¡Señor mio y Dios mio!. Si en este apostol podemos encontrar las dudas y las incertidumbres de muchos cristianos, con el Apostol podemos también redescubrir con renovada convicciónla fe en Cristo muerto y resucitado por nosotros. Esta fe, transmitida a lo largo de los siglos por los sucesores de los apóstoles, continúa vigorosa. El Señor resucitado ya no muere Más. El vive en la Iglesia, en cuantos creemos en El   ,y no gui firmemente hasta el cumplimiento de los designios de Dios-


 

La fe es el principio de nuestra santificación. “El que cree en Mi, no morirá para siempre””Yo tengo palabras de vida eterna” FUNDACIÓN DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ, DE ÁVILA

No hay comentarios:

Publicar un comentario