jueves, 30 de septiembre de 2010

SEÑOR, ¿POR QUÉ ME HACES VER TANTAS DESGRACIAS ? Domingo 3 oct.



Iniciamos el mes de octubre, mes del Rosario y mes de santa Teresa de Jesús, porque en el centro mismo del mes, el dia 15 es su fiesta. Por eso, en este domingo lo encabezamos con una frase teresiana. Precisamente el lunes, a las 9 de la tarde es el aniversario del fallecimiento de nuestra Santa en 1582. Murio el día 4 de octubre de 1582, pero ese año suprimieron diez dias al calendario gregoriano, por lo que -la enterraron al día siguiente que fue el 15, y ese día es su fiesta.
Pues vayamos a una reflexión sobre los textos bíblicos de este domingo. Dios responde , a través del profeta Habacuc, al clamor del homCursivabre religioso que se siente asediado por todas partes y que pìensa que no podrá resistir el mal que le entristece y agobia. Hasta piensa que Dios no le escucha. Y se dirige a El con este lamento: ¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches? ¿Por qué me haces ver tantas desgracias?Y Dios responde: El justo vivirá por su fe.

Esta súplica se la hacemos también nosotros a Dios hoy .Y su respuesta es la misma: Vive tu fe.

San Pablo nos dice lo mismo con otras palabras: Reaviva tu fe, reaviva el don de Dios, que recibiste...Dios no nos da un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, de amor y de buen juicio.Aunque parezca que todo se hunde, nada escapa a la prevision de Dios. De ahí que se nos diga también: Si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse.Nosotros muchas veces anteponemos nuestros tiempos y horarios al tiempo de Dios. Eso genera inquietud y desasosiego. Es el momento de rezar como los apóstoles; Auméntanos la fe.Vive tu fe.

El que no tiene fe, tiene cortadas las alas del espíritu, y es incapaz de elevar sus ojos al Crucificado. Y tiene que caer en la cuenta de que sus razonamientos son falibles y tantas veces erroneos. Tiene el alma inchada de autosuficiencia, y sus pensamientos con contingentes, según las circunstancias y los fallos de los mundanos, y puede terminar sucumbiendo víctima de sus propios juicios, de sus sufrimientos y miserias. En cambio, el justo , el que vive de la fe despliega las alas del espíritu y confia en el poder de Dios, Señor de la vida y de la muerte, Señor de la historia. Y, en medio de las dificultades y desgracias, eleva al cielo su oración a la búsqueda, a la presencia, al encuentro filial con el Dios todopoderoso y encuentra fuerzas para esperar y para amar siempre.

El justo vive de la fe.La fe da sentido, da valor, esperanza. consuelo a nuestras vidas machacadas tantas veces por el mal .Pero reconocemos también que nuestra fe es fragil y quebradiza. Por eso, necesitamos reavivar el fuego de la gracia de Dios, participando activamente en la Eucaristía y demás sacramentos, y en la oración personal. La fe es un tesoro que llevamos en basijas de barro. Debemos cuidarlo, valorarlo, defenderlo con espíritu fuerte, oponiéndonos al laxismo moral y a las falsas ideologías ajenas o contrarias al cristianismo. Guiarnos por nuestra conciencia, iluminada por la fe, siempre vigilantes.

Jesucristo repetía a sus discípulos entonces y a nosotros hoy: Sed fuertes; no temais; confiad en Dios. Sin mí, nada podeis hacer.

Los ojos fijos en el Crucificado. En comunión de oraciones, os envia un cordial saludo vuestro Capellán Nicolás González


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