viernes, 10 de septiembre de 2010

DIOS DERROCHÓ SU GRACIA EN MI.Domingo 12 sept.

Iglesia de santa María de la Encarnación.Ávila
Celebramos la Misa a las 8,45 y 11 horas,domingos y festivos.
En semana, a las 8,30 h.

DIOS DERROCHÓ SU GRACIA EN MÍ, DÁNDOME LA FE Y EL AMOR EN CRISTO JESÚS


En el Evangelio del domingoescuchamos dos parábolas, dos ejemplos , dos comparaciones para explicarnos Jesús cómo se comporta Dios con nosotros pecadores. Son las bellísimas parábolas de la oveja y de la moneda perdidas. Jesucristo nos quiere dar a entender que de la misma manera que el pastor se alegra cuando encuentra la oveja que se le perdió, o al ama de casa cuando encuentra una moneda que se le extravió por el suelo, Dios también se alegra cuando encuentra a un pecador arrepentido.


Nos quiere decir todavía más: que Dios nos ama a cada uno con amor singular. Es ndecir. que si cada uno de nosotros fuera el único hombre o mujer sobre la tierra, Jesucristo habría entregado su vida por él o por ella. Dios no sabe hacer otra cosa que amarnos, a todos y a cada uno en particular.- Dejar las noventa y nueve ovejas y buscar una, ese una entre noventa y nueve es un ejemplo para indicarnos cómo para Dios cada uno es el más importante. Esta convicción nos libera de anonimato. Debo pensar y creer firmemente que la buena providencia de Dios se ocupa de mí, como si nadie más existiera en el mundo.

En estas parábolas se palpa también la paciencia y la misericordia de Dios. Lo mismo que el pastor no abandona a la oveja perdida, Dios no abandona al que se extravía, o huye de su amor. El nos busca , nos espera.-


A esa misericordia de Dios tiene que corresponder la misericordia del hombre para con los demás. Nos lo recomienda Jesucristo: “Sed misericordiosos, como vuestro Padre celestial es misericordioso.” “Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”. La misericordia es una potencia especial de amor, que prevalece sobre la ofensa y sobre la infidelidad. El misericordioso aguanta sin límites, espera sin límites...La misericordia es una actitud profunda de bondad en cualquier circunstancia favorable o adversa. Un sentimiento de respeto y de ternura, de perdón de las ofensas, de conmiseración, de clemencia...,de saber esperar, contra toda desesperanza.


Por muy perdidos que estemos, Dios viene a buscarnos. La imagen del Buen Pastor, resume la relación del hombre con Cristo. El, ciertamente, ha cargado con nuestros pecados y nos lleva consigo. Y la alegría de Dios es la salvación del hombre.

Que podamos decir al Señor cuando rezamos el Padre nuestro, de todo corazón y de verdad:” Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.- Yo quiero, Señor, aguantar a los demás como tú me aguantas a mí...; yo quiero soportar a los demás como tú me soportas a mí. Tener misericordia con todos, pero en especial con el prójimo que sufre, con el que nos ha ofendido. El perdón es una actitud típicamente cristiana. Lo propio del cristiano es saber dominarse, saber perdonar, saber esperar.

Meditemos, en silencio, al menos cinco minutos, en estas grandes verdades de nuestra religión cristiana, y experimentaremos la belleza de la gracia que Dios derrama sobre nosotros. ¡Que Dios os bendiga!


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