miércoles, 28 de julio de 2010

HAY DOS MANERAS DE ORAR: VOCAL Y MENTAL

Santo Tomás, Apostol


Oración vocal es la que se hace mediante la voz y la palabra.


Oración mental es la que consiste en reflexionar pausadamente en la presencia de Dios, en algún pasaje de la vida de Jesucristo, en algún texto de las Sagradas Escrituras, o de otros libros religiosos.

Si uno concentra su atención, por ejemplo, en que Dios nos ha creado a su imagen y semejanza, puede deducir que Dios se recrea en nuestra alma, y que el alma, como un jardín, cuanto más se la cultive, mejores flores y frutos dará.
Santa Teresa gustaba de comparar el alma con un jardín o huerto, hasta el punto de decir que hay cuatro maneras de oración como hay cuatro maneras de regar un huerto. Pero esto lo comentaremos otro día.

Hoy meditamos en este pensamiento de santa Teresa, que, para un cristiano, es vital hacer un rato de oración diariamente, y que, para no fallar en el intento, hay que proponérselo con muy determina determinación:

Has de hacer cuenta, al comenzar la oración, que comienzas a hacer un huerto en tierra muy infructuosa y que lleva muy malas hierbas. Y que lo haces para que se deleite el Señor. Dios ha de ir arrancando las malas hierbas, y plantar buenas. Por eso con la ayuida de Dios debes procurar que crezcan esas plantas, y tener cuidado de regarlas para que no se pierdan, sino que vengan a echar flores que den mucho olor para dar recreación al Señor. Y así El vendrá a descansar a su huerto-


Imaginemos que ya está esto hecho cuando se empieza a hacer oración, o al menos ya se ha determinado uno a hacerla. Pero ahora tienes que darte cuenta de que si quieres perseverar en ella, y llegar a beber del agua de la vida eterna ( y te digo que importa mucho y es el todo), has de tener una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniera, suceda lo que sucediere, trabájese lo que se trabajare, murmure quien murmurare. Siquiera se llegue allá, siquiera se muera en el camino.Aunque se hunda el mundo.


Porque son tantas las cosas que el demonio pone a los principios para que la persona no empiece a hacer oración, que es menester un gran ánimo...Contra esta determinación no puede nada el espíritu del mal, porque tiene miedo a las "almas determinadas".En cambio, si ve a algunas de ánimo indeciso y que cambia continuamente, no las deja en paz.

El gran teresianista san Enrique de Ossó inculcaba a los devotos de la Santa
"Dadme un Cuarto de Hora de oración diaria y os prometo el cielo".
Teresa de Jesús

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