miércoles, 24 de febrero de 2010

EL EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA.VI

Orante.
Imagen en plata. Juan de Arfe, 1571.
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EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA. VI


Santa Teresa saca su fuerza de la oración. Le basta quedarse treinta minutos en silencio, con la mirada fija en Dios, y a solas hablar con El. Su oración consiste en conversar dulcemente con su divino huésped, y ofrecerse a sí misma para hacer lo que más le agrade. Sigamos orando con sus mismas palabras.



Muera ya este yo, y viva en mí otro que es más que yo, y para mí, mejor que yo, para que yo le pueda servir: él viva, y me dé vida; él reine, y sea yo su esclava, que no quiere mi alma otra libertad.

No mas confianza en cosa que yo pueda querer para mí. Quered, Vos Señor, de mí lo que quisiéredes querer, que eso quiero, pues está todo mi bien en contentaros.

¡ Qué miserable es la sabiduría de los mortales e incierta su providencia! Proveed Vos Señor por la vuestra los medios necesarios para que mi alma os sirva más a vuestro gusto que al mío. Más quiero vivir y morir en pretender y esperar la vida eterna, que poseer todas las criaturas y todos sus bienes, que se han de acabar.

No me desampares, Señor, porque en Ti espero; no sea confundida mi esperanza; sírvate yo siempre y haz de mí lo que quisiéredes.

AMEN

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