AYER LEÍAMOS QUE Teresa desde su infancia era tan aficionada a la lectura, que si no tenía libro nuevo, no le parecía tener contento.
Leía a solas, con su madre o con su hermano Rodrigo. Con éste comentaba sus impresiones. Se identificaba de tal manera con lo leído, que quería experimentarlo. Es lo que le ocurrió leyendo vidas de santos. Supo que con el martirio se iban directamente al cielo, y ,ni corta ni perezosa, salió de casa con él, para irse a tierra de moros , a buscar que los descabezasen, y ganar así el cielo para siempre.
En la adolescencia, cambia de libros. Ahora empieza a leer libros de caballerías. Eran una especie de novelas, relatos fantásticos de armas y amoríos. Eran los preferidos de su madre, para distraerse de sus ocupaciones y enfermedades. Se convirtió en una insaciable lectora, día y noche,
Sí, el impacto de lo leído empapa sus sentimientos y va formando en ella una mentalidad de inconformista , de heroína, de santa.
En plena juventud, caen en sus manos tres libros, que le van impactar fuertemente. Las Cartas de San Jerónimo, los Morales de san Gregorio Papa y, finalmente, las Confesiones de San Agustín. Los cita expresamente: “Dióme la vida haber quedado ya amiga de buenos libros.Leía en las Epístolas de San Jerónimo, que me animaban de suerte que me determiné a decírselo a mi padre”.
Si no hubiese aprendido a leer de corrida y con entonación, no le hubiera pedido tu tío Don Pedro, aquella tarde, en su casa de Ortigosa, que le leyese.Tenía buenos libros en romance .
Los libros influyeron definitivamente en su vida. Eran sus amigos y confidentes. Sobre todo, San Agustín. En tiempos de desolación,”me dieron, escribe-, las Confesiones de San Agustín, que parece el Señor lo ordenó, porque yo no las procuré ni nunca las había visto. Como comencé a leer las “confesiones”, paréceme me veía yo allí”-.
Amigos del BLOG, pido para mí y para vosotros que nos apasione la lectura de los libros escritos por Santa Teresa, Nos hará mucho bien. Sabeis lo que le ocurrió a Edith Stein, alemana, judía, profesora de Universidad? Encontró, en la biblioteca de una familia amiga, por casualidad, el Libro de la Vida, escrito por Santa Teresa, lo empezó a leer y no lo dejó hasta culminar su última página. Su reacción, como filósofa, fue :”Aquí está la verdad”.
Cada día, con vuestro beneplácito, os iré transcribiendo párrafos sucesivos de sus Libros. Adios. Vuestro Capellán.
viernes, 30 de octubre de 2009
jueves, 29 de octubre de 2009
TERESA, EMBEBIDA EN LOS LIBROS
TERESA DE AHUMADA, EMBEBIDA EN LA LECTURA
Santa Teresa escribió en el número 1 del capítulo 2 de Libro de la Vida que su madre la enseñó a leer libros de caballería . Anotamos esta excelencia, en tiempos en que casi nadie sabía leer ni escribir. La niña Teresa, a las faldas de su madre, leía y leía, hasta quedar enganchada a la lectura. Lo dice ella misma en este párrafo:
“Porque, con ser mi madre tan virtuosa, como he dicho, de lo bueno no tomé tanto, en llegando a uso de razón, ni casi nada, y lo malo me dañó mucho. Era aficionada a libros de caballerías y no tan mal tomaba este pasatiempo como yo le tomé para mí, porque no perdía su labor, sino desenvolvíamonos para leer en ellos, y por ventura lo hacía para no pensar en grandes trabajos que tenía, y ocupar sus hijos, que no anduviesen en otras cosas perdidos. De esto le pesaba tanto a mi padre, que se había de tener aviso a que no lo viese. Yo comencé a quedarme en costumbre de leerlos; y aquella pequeña falta que en ella vi, me comenzó a enfriar los deseos y comenzar a faltar en lo demás; y parecíame no era malo, con gastar muchas horas del día y de la noche en tan vano ejercicio, aunque escondida de mi padre. Era tan en extremo lo que en esto me embebía que, si no tenía libro nuevo, no me parece tenía contento”.
No es nada nuevo que nuestra Santa se culpe de dedicar muchas horas de día y de noche a leer libros de caballería. Y, con el agravante, de tener que hacerlo al escondite, para que su padre no la viera con tales libros en la mano. A la vez, disculpa a su madre de que ella leyera libros de caballería, para distraerse de los muchos trabajos y preocupaciones que la acosaban, y de que a los hijos, y a ella en particular, les aconsejara su lectura para que, mientras leían, no estuvieran en otros sitios peligrosos para su salud o para su virtud.
Tenemos que irnos acostumbrando a leer cómo Santa Teresa se ve a sí misma, por cualquier motivo, como una pecadora . Y sobre todo, desde que descubrió las misericordias que Dios tenía con ella, culparse por haberle hurtado a su Amigo el tiempo que podía haberle dedicado a amarle más, sumida en la oración, en la contemplación o en el ejercicio de la caridad.
Nó, Madre Teresa, no tienes razón al considerar una falta tu adición a la lectura. O tildarlo de “vano” ejercicio. Tu misma lo reconoces cuando dices “ paréciame no era malo” dedicarle horas y horas, hasta quedarte en costumbre y quedar “tan embebida , que, si no tenía libro nuevo, no me parece tenía contento”.
A lo largo de sus libros, tendremos oportunidad de ver la influencia positiva que ejercicio la lectura de otros libros, para su crecimiento personal, tanto bajo el punto de vista humano como espiritual.
Santa Teresa escribió en el número 1 del capítulo 2 de Libro de la Vida que su madre la enseñó a leer libros de caballería . Anotamos esta excelencia, en tiempos en que casi nadie sabía leer ni escribir. La niña Teresa, a las faldas de su madre, leía y leía, hasta quedar enganchada a la lectura. Lo dice ella misma en este párrafo:
“Porque, con ser mi madre tan virtuosa, como he dicho, de lo bueno no tomé tanto, en llegando a uso de razón, ni casi nada, y lo malo me dañó mucho. Era aficionada a libros de caballerías y no tan mal tomaba este pasatiempo como yo le tomé para mí, porque no perdía su labor, sino desenvolvíamonos para leer en ellos, y por ventura lo hacía para no pensar en grandes trabajos que tenía, y ocupar sus hijos, que no anduviesen en otras cosas perdidos. De esto le pesaba tanto a mi padre, que se había de tener aviso a que no lo viese. Yo comencé a quedarme en costumbre de leerlos; y aquella pequeña falta que en ella vi, me comenzó a enfriar los deseos y comenzar a faltar en lo demás; y parecíame no era malo, con gastar muchas horas del día y de la noche en tan vano ejercicio, aunque escondida de mi padre. Era tan en extremo lo que en esto me embebía que, si no tenía libro nuevo, no me parece tenía contento”.
No es nada nuevo que nuestra Santa se culpe de dedicar muchas horas de día y de noche a leer libros de caballería. Y, con el agravante, de tener que hacerlo al escondite, para que su padre no la viera con tales libros en la mano. A la vez, disculpa a su madre de que ella leyera libros de caballería, para distraerse de los muchos trabajos y preocupaciones que la acosaban, y de que a los hijos, y a ella en particular, les aconsejara su lectura para que, mientras leían, no estuvieran en otros sitios peligrosos para su salud o para su virtud.
Tenemos que irnos acostumbrando a leer cómo Santa Teresa se ve a sí misma, por cualquier motivo, como una pecadora . Y sobre todo, desde que descubrió las misericordias que Dios tenía con ella, culparse por haberle hurtado a su Amigo el tiempo que podía haberle dedicado a amarle más, sumida en la oración, en la contemplación o en el ejercicio de la caridad.
Nó, Madre Teresa, no tienes razón al considerar una falta tu adición a la lectura. O tildarlo de “vano” ejercicio. Tu misma lo reconoces cuando dices “ paréciame no era malo” dedicarle horas y horas, hasta quedarte en costumbre y quedar “tan embebida , que, si no tenía libro nuevo, no me parece tenía contento”.
A lo largo de sus libros, tendremos oportunidad de ver la influencia positiva que ejercicio la lectura de otros libros, para su crecimiento personal, tanto bajo el punto de vista humano como espiritual.
miércoles, 28 de octubre de 2009
TERESA, MIRANDO POR SU HONRA
Dejábamos ayer a la joven Teresa en malas compañias. La peor, una parienta suya. El nombre de “parienta” oculta la identidad de aquella mujer.Parece que alude a la familia de los Mexia, que vivían con el boato de los hidalgos, concretamente a su prima Inés, una de esas jóvenes, hija de madre que podía decir de ella “tiene buena habilidad, porque yo no la enseñé a labrar ni a hilar ni a amasar; mas la enseñe a hacer muy lindas pasticas de olores, de manera que el que la lleve, llevará con ella una mujer que sabrá adobar para su marido guantes y perfumar para sí las ropas”.
Teresa escucha a su parienta, pero no hace lo que le propone. Es como quien aprende las señales de tráfico, pero no prueba a infringirlas, por la cuenta que le tiene. Por eso, hizo bien Teresa al escucharla, porque aprendió lo que pasaba en otras familias de la sociedad de su tiempo.
Teresa ,a los cincuenta años, hace memoria de las vivencias de su juventud. Y “desde el punto radiante del mediodía de su vida, como desde una atalaya, dominando intuitivamente su fragilidad constitucional y delicada hechura de su ser, aparecían estos juegos como algo monstruoso”.
Teresa está a punto de deslizarse por una pendiente, que la llevaría a poner en peligro su honra. A perder la buena imagen y estimación de su entorno familiar y social.
Estamos tocando un punto crucial en la vida de nuestra Santa. A los puntos de honra dedica páginas enteras. Primero, como aquí, para no rendirse jamás a perder la honra. Ella y su imagen eran una sola cosa. Si le quitaban la honra, era como quitarle la vida. Razonando en frío, veía que en su casa se preciaban de guardar las formas de buena crianza, de una buena educación.
A Teresa le resulta excitante lo que le propone la parienta. La escucha embelesada, pero tiene la elegancia de poder decirle, a la cara, que ella no quería ser como esas. Tener que rendirse a perder la honra, la sobresalta. Eso, jamás. Calla. No quiere herir con un desplante a su parienta. Pero de pronto se arranca y le contesta: ¡que bien lo debéis pasar! Pero yo no quiero ser de esas. No me lo permite mi conciencia y honor. Supo decir que nó, a tiempo.
Esta es una experiencia , digna de ser imitada por los jóvenes: saber escuchar, saber discernir, y saber decir nó, a tiempo.
Os lo recomiendo. Adios. Vuestro Capellán
Teresa escucha a su parienta, pero no hace lo que le propone. Es como quien aprende las señales de tráfico, pero no prueba a infringirlas, por la cuenta que le tiene. Por eso, hizo bien Teresa al escucharla, porque aprendió lo que pasaba en otras familias de la sociedad de su tiempo.
Teresa ,a los cincuenta años, hace memoria de las vivencias de su juventud. Y “desde el punto radiante del mediodía de su vida, como desde una atalaya, dominando intuitivamente su fragilidad constitucional y delicada hechura de su ser, aparecían estos juegos como algo monstruoso”.
Teresa está a punto de deslizarse por una pendiente, que la llevaría a poner en peligro su honra. A perder la buena imagen y estimación de su entorno familiar y social.
Estamos tocando un punto crucial en la vida de nuestra Santa. A los puntos de honra dedica páginas enteras. Primero, como aquí, para no rendirse jamás a perder la honra. Ella y su imagen eran una sola cosa. Si le quitaban la honra, era como quitarle la vida. Razonando en frío, veía que en su casa se preciaban de guardar las formas de buena crianza, de una buena educación.
A Teresa le resulta excitante lo que le propone la parienta. La escucha embelesada, pero tiene la elegancia de poder decirle, a la cara, que ella no quería ser como esas. Tener que rendirse a perder la honra, la sobresalta. Eso, jamás. Calla. No quiere herir con un desplante a su parienta. Pero de pronto se arranca y le contesta: ¡que bien lo debéis pasar! Pero yo no quiero ser de esas. No me lo permite mi conciencia y honor. Supo decir que nó, a tiempo.
Esta es una experiencia , digna de ser imitada por los jóvenes: saber escuchar, saber discernir, y saber decir nó, a tiempo.
Os lo recomiendo. Adios. Vuestro Capellán
martes, 27 de octubre de 2009
LA JOVEN TERESA, EN MALAS COMPAÑÍAS
Santa Teresa dedica un párrafo largo en el capítulo 2, números 3 , 4 y 5, del Libro de la Vida, al trato con una parienta suya, siendo ella una moza de buen parecer. La escuchamos, primero, a nuestra protagonista :
“Tomé todo el daño de una parienta que trataba mucho en casa. Era de tan livianos tratos, que mi madre la había mucho procurado desviar que tratase en casa; parece adivinaba el mal que por ella me había de venir, y era tanta la ocasión que había para entrar, que no había podido evitarlo. A ésta que digo, me aficioné a tratar. Con ella era mi conversación y pláticas, porque me ayudaba a todas las cosas de pasatiempos que yo quería, y aun me ponía en ellas y daba parte de sus conversaciones y vanidades.”
“Hasta que traté con ella, que fue de edad de catorce años , y creo que más (para tener amistad conmigo digo y darme parte de sus cosas), no me parece había dejado a Dios por culpa mortal ni perdido el temor de Dios, aunque le tenía mayor de la honra . Este tuvo fuerza para no la perder del todo, ni me parece por ninguna cosa del mundo en esto me podía mudar, ni había amor de persona de él que a esto me hiciese rendir. ¡Así tuviera fortaleza en no ir contra la honra de Dios, como me la daba mi natural para no perder en lo que me parecía a mí está la honra del mundo! ¡Y no miraba que la perdía por otras muchas vías! “
“ En querer ésta, vanamente, tenía extremo. Los medios que eran menester para guardar la honra, no ponía ninguno. Sólo para no perderme del todo tenía gran miramiento.Mi padre y hermana sentían mucho esta amistad. Reprendíanmela muchas veces. Como no podían quitar la ocasión de entrar ella en casa, no les aprovechaban sus diligencias, porque mi sagacidad para cualquier cosa mala era mucha. Espántame algunas veces el daño que hace una mala compañía, y si no hubiera pasado por ello, no lo pudiera creer. En especial en tiempo de mocedad debe ser mayor el mal que hace. Querría escarmentasen en mí los padres para mirar mucho en esto. Y es así que de tal manera me mudó esta conversación, que de natural y alma virtuoso no me dejó casi ninguna , y me parece me imprimía sus condiciones ella y otra que tenía la misma manera de pasatiempos”.
“ Por aquí entiendo el gran provecho que hace la buena compañía, y tengo por cierto que, si tratara en aquella edad con personas virtuosas, que estuviera entera en la virtud. Porque si en esta edad tuviera quien me enseñara a temer a Dios, fuera tomando fuerzas el alma para no caer. Después, quitado este temor del todo, quedóme sólo el de la honra, que en todo lo que hacía me traía atormentada. Con pensar que no se había de saber, me atrevía a muchas cosas bien contra ella y contra Dios”.
Doña Beatriz intentó desviar a su hija Teresa del trato con una parienta “casamentera”, que frecuentaba la casa de los Cepeda. Pero no lo consiguió. Teresa se aficionó a hablar con ella, porque la comentaba cosas de la vida y que le ocurren a las mujeres. Se le abría la vida en flor.
Mañana veremos el resultado de estas malas compañías de la joven Teresa de Ahumada.
“Tomé todo el daño de una parienta que trataba mucho en casa. Era de tan livianos tratos, que mi madre la había mucho procurado desviar que tratase en casa; parece adivinaba el mal que por ella me había de venir, y era tanta la ocasión que había para entrar, que no había podido evitarlo. A ésta que digo, me aficioné a tratar. Con ella era mi conversación y pláticas, porque me ayudaba a todas las cosas de pasatiempos que yo quería, y aun me ponía en ellas y daba parte de sus conversaciones y vanidades.”
“Hasta que traté con ella, que fue de edad de catorce años , y creo que más (para tener amistad conmigo digo y darme parte de sus cosas), no me parece había dejado a Dios por culpa mortal ni perdido el temor de Dios, aunque le tenía mayor de la honra . Este tuvo fuerza para no la perder del todo, ni me parece por ninguna cosa del mundo en esto me podía mudar, ni había amor de persona de él que a esto me hiciese rendir. ¡Así tuviera fortaleza en no ir contra la honra de Dios, como me la daba mi natural para no perder en lo que me parecía a mí está la honra del mundo! ¡Y no miraba que la perdía por otras muchas vías! “
“ En querer ésta, vanamente, tenía extremo. Los medios que eran menester para guardar la honra, no ponía ninguno. Sólo para no perderme del todo tenía gran miramiento.Mi padre y hermana sentían mucho esta amistad. Reprendíanmela muchas veces. Como no podían quitar la ocasión de entrar ella en casa, no les aprovechaban sus diligencias, porque mi sagacidad para cualquier cosa mala era mucha. Espántame algunas veces el daño que hace una mala compañía, y si no hubiera pasado por ello, no lo pudiera creer. En especial en tiempo de mocedad debe ser mayor el mal que hace. Querría escarmentasen en mí los padres para mirar mucho en esto. Y es así que de tal manera me mudó esta conversación, que de natural y alma virtuoso no me dejó casi ninguna , y me parece me imprimía sus condiciones ella y otra que tenía la misma manera de pasatiempos”.
“ Por aquí entiendo el gran provecho que hace la buena compañía, y tengo por cierto que, si tratara en aquella edad con personas virtuosas, que estuviera entera en la virtud. Porque si en esta edad tuviera quien me enseñara a temer a Dios, fuera tomando fuerzas el alma para no caer. Después, quitado este temor del todo, quedóme sólo el de la honra, que en todo lo que hacía me traía atormentada. Con pensar que no se había de saber, me atrevía a muchas cosas bien contra ella y contra Dios”.
Doña Beatriz intentó desviar a su hija Teresa del trato con una parienta “casamentera”, que frecuentaba la casa de los Cepeda. Pero no lo consiguió. Teresa se aficionó a hablar con ella, porque la comentaba cosas de la vida y que le ocurren a las mujeres. Se le abría la vida en flor.
Mañana veremos el resultado de estas malas compañías de la joven Teresa de Ahumada.
lunes, 26 de octubre de 2009
TERESA , UNA JOVEN ORGULLOSA DE SI MISMA
TERESA , UNA JOVEN PRESUMIDA
Alos 50 años, Santa Teresa se ve así cuando era joven:
Comencé a traer galas y a desear contentar en parecer bien, con mucho cuidado de manos y cabello y olores y todas las vanidades que en esto podía tener, que eran hartas, por ser muy curiosa . No tenía mala intención, porque no quisiera yo que nadie ofendiera a Dios por mí. Durome mucha curiosidad de limpieza demasiada y cosas que me parecía a mí no eran ningún pecado, muchos años. Ahora veo cuán malo debía ser.
Tenía primos hermanos algunos , que en casa de mi padre no tenían otros cabida para entrar, que era muy recatado, y pluguiera a Dios que lo fuera de éstos también. Porque ahora veo el peligro que es tratar en la edad que se han de comenzar a criar virtudes con personas que no conocen la vanidad del mundo, sino que antes despiertan para meterse en él. Eran casi de mi edad, poco mayores que yo. Andábamos siempre juntos. Teníanme gran amor, y en todas las cosas que les daba contento los sustentaba plática y oía sucesos de sus aficiones y niñerías nonada buenas; y lo que peor fue, mostrarse el alma a lo que fue causa de todo su mal.
_______
Hemos leido el párrafo 2 del capítulo 2º del Libro de la Vida, escrito por Santa Teresa.
De sus años jóvenes recuerda que le gustaba cuidar sus encantos naturales, para “parecer bien”. Y adornar y perfumar su cuello y sus manos. Se percibe hermosa y atrayente. Nos revela que se gozaba en parecer así ante sus primos.”Andábamos siempre juntos, teníanme gran amor”.
Se sentía feliz con tenerlos contentos. Les hablaba, desde su singularidad irrepetible, con el encanto de sus labios virginales, y abría sus oidos a las hazañas que sus primos habían tramado para demostrar su virilidad arrolladora o sus niñerías pueriles. ¿Sólo eso?
Cuando escribe estas páginas, es tenida por santa y ejerce de Madre Priora en su convento abulense de San José. Flota sobre sus recuerdos juveniles, dando a entender lo que sus novicias, cuando la lean, habrán de suponer lo que pasa, en la juventud, a todo el mundo.
¡Han sido años tan plenos de vida! Se le van las palabras ,sin querer. “Lo peor fue mostrarse el alma”. No te excuses, Madre Teresa. Lo propio de la amistad entre jóvenes es hacerse confidencias mutuamente. Abrirse el alma, como cuando uno se confiesa. Intimar. Desvelarse sus secretos.
No hace falta que te excuses, Madre Teresa, con advertir a los padres que tengan cuidado con las amistades y compañías de los hijos. Porque “se va nuestro natural antes a lo peor que a lo mejor”. ¿Y se lo dices a los padres, para que copien de los tuyos? ¿Y también a los hijos, para que reaccionen como tú en semejantes situaciones? Sí. Tus padres como tu, estabais orgullosos de seguir los mandamientos promulgados por Jesucristo, siendo buenos cristianos, viviendo en el amor y en temor de Dios.
Madre Teresa, te prometemos seguir tus caminos. Llévanos de la mano.
Adios, amigos del Blog. Vuestro Capellán.
Alos 50 años, Santa Teresa se ve así cuando era joven:
Comencé a traer galas y a desear contentar en parecer bien, con mucho cuidado de manos y cabello y olores y todas las vanidades que en esto podía tener, que eran hartas, por ser muy curiosa . No tenía mala intención, porque no quisiera yo que nadie ofendiera a Dios por mí. Durome mucha curiosidad de limpieza demasiada y cosas que me parecía a mí no eran ningún pecado, muchos años. Ahora veo cuán malo debía ser.
Tenía primos hermanos algunos , que en casa de mi padre no tenían otros cabida para entrar, que era muy recatado, y pluguiera a Dios que lo fuera de éstos también. Porque ahora veo el peligro que es tratar en la edad que se han de comenzar a criar virtudes con personas que no conocen la vanidad del mundo, sino que antes despiertan para meterse en él. Eran casi de mi edad, poco mayores que yo. Andábamos siempre juntos. Teníanme gran amor, y en todas las cosas que les daba contento los sustentaba plática y oía sucesos de sus aficiones y niñerías nonada buenas; y lo que peor fue, mostrarse el alma a lo que fue causa de todo su mal.
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Hemos leido el párrafo 2 del capítulo 2º del Libro de la Vida, escrito por Santa Teresa.
De sus años jóvenes recuerda que le gustaba cuidar sus encantos naturales, para “parecer bien”. Y adornar y perfumar su cuello y sus manos. Se percibe hermosa y atrayente. Nos revela que se gozaba en parecer así ante sus primos.”Andábamos siempre juntos, teníanme gran amor”.
Se sentía feliz con tenerlos contentos. Les hablaba, desde su singularidad irrepetible, con el encanto de sus labios virginales, y abría sus oidos a las hazañas que sus primos habían tramado para demostrar su virilidad arrolladora o sus niñerías pueriles. ¿Sólo eso?
Cuando escribe estas páginas, es tenida por santa y ejerce de Madre Priora en su convento abulense de San José. Flota sobre sus recuerdos juveniles, dando a entender lo que sus novicias, cuando la lean, habrán de suponer lo que pasa, en la juventud, a todo el mundo.
¡Han sido años tan plenos de vida! Se le van las palabras ,sin querer. “Lo peor fue mostrarse el alma”. No te excuses, Madre Teresa. Lo propio de la amistad entre jóvenes es hacerse confidencias mutuamente. Abrirse el alma, como cuando uno se confiesa. Intimar. Desvelarse sus secretos.
No hace falta que te excuses, Madre Teresa, con advertir a los padres que tengan cuidado con las amistades y compañías de los hijos. Porque “se va nuestro natural antes a lo peor que a lo mejor”. ¿Y se lo dices a los padres, para que copien de los tuyos? ¿Y también a los hijos, para que reaccionen como tú en semejantes situaciones? Sí. Tus padres como tu, estabais orgullosos de seguir los mandamientos promulgados por Jesucristo, siendo buenos cristianos, viviendo en el amor y en temor de Dios.
Madre Teresa, te prometemos seguir tus caminos. Llévanos de la mano.
Adios, amigos del Blog. Vuestro Capellán.
viernes, 23 de octubre de 2009
TERESA DE AHUMADA, LA JOVEN
TERESA DE AHUMADA, JOVEN
A LOS 50 AÑOS, Teresa se ve así cuando era joven:
" ¡Oh Señor mío!, pues parece tenéis determinado que me salve, plega a Vuestra Majestad sea así; y de hacerme tantas mercedes como me habéis hecho, ¿no tuvierais por bien no por mi ganancia, sino por vuestro acatamiento que no se ensuciara tanto posada adonde tan continuo habíais de morar? Fatígame, Señor, aun decir esto, porque sé que fue mía toda la culpa; porque no me parece os quedó a Vos nada por hacer para que desde esta edad no fuera toda vuestra.
Cuando voy a quejarme de mis padres, tampoco puedo, porque no veía en ellos sino todo bien y cuidado de mi bien."
"Pues pasando de esta edad, que comencé a entender las gracias de naturaleza que el Señor me había dado, que según decían eran muchas, cuando por ellas le había de dar gracias, de todas me comencé a ayudar para ofenderle, como ahora diré. "
_____
Hemos leído el número 8 del Libro de la Vida, escrito por Santa Teresa. Nos llama la atención que escribe rezando. Parece que le va contando a Dios la propia vida. Como quien habla con un amigo íntimo, a quien le abre su alma.
Anotamos : 1º) Teresa se siente envuelta en el cariño de Dios desde su niñez. 2º) Siente su insignificancia ante el Dios soberano, al que no puede corresponder como se merece. 3º) Queda como perpleja ante la infinita distancia: …”no os quedó a Vos nada por hacer para que desde esta edad fuera toda vuestra”.
La suya es una intimidad entregada a Alguien que la habita, sufriéndose porque que le ha ofrecido una posada sucia. Quiere excitarle a la compasión hacia ella. No se resigna a no corresponderle como El se merece. Ese es Jesucristo, su "amigo verdadero".
Por unos momentos se recrea en las “gracias de la naturaleza que el Señor me había dado”. Y apela a la opinión de los demás, que dicen “son muchas”. Efectivamente, no se ve una cualquiera. Se reconoce una niña distinguida, atrayente.
-¡Cómo va a ser una criatura hecha por Ti para ser Tuya! Busca halagarle a su Señor.
Agradecerle que le hubiese hecho distinta. ¿ Para qué? Es lo que no sabe. Es tan sólo una adolescente.
Sus gracias naturales van a causar admiración en sus primos. No puede ocultarlas. Se goza viéndose buscada por ellos. ¿Qué va a pasar?
A LOS 50 AÑOS, Teresa se ve así cuando era joven:
" ¡Oh Señor mío!, pues parece tenéis determinado que me salve, plega a Vuestra Majestad sea así; y de hacerme tantas mercedes como me habéis hecho, ¿no tuvierais por bien no por mi ganancia, sino por vuestro acatamiento que no se ensuciara tanto posada adonde tan continuo habíais de morar? Fatígame, Señor, aun decir esto, porque sé que fue mía toda la culpa; porque no me parece os quedó a Vos nada por hacer para que desde esta edad no fuera toda vuestra.
Cuando voy a quejarme de mis padres, tampoco puedo, porque no veía en ellos sino todo bien y cuidado de mi bien."
"Pues pasando de esta edad, que comencé a entender las gracias de naturaleza que el Señor me había dado, que según decían eran muchas, cuando por ellas le había de dar gracias, de todas me comencé a ayudar para ofenderle, como ahora diré. "
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Hemos leído el número 8 del Libro de la Vida, escrito por Santa Teresa. Nos llama la atención que escribe rezando. Parece que le va contando a Dios la propia vida. Como quien habla con un amigo íntimo, a quien le abre su alma.
Anotamos : 1º) Teresa se siente envuelta en el cariño de Dios desde su niñez. 2º) Siente su insignificancia ante el Dios soberano, al que no puede corresponder como se merece. 3º) Queda como perpleja ante la infinita distancia: …”no os quedó a Vos nada por hacer para que desde esta edad fuera toda vuestra”.
La suya es una intimidad entregada a Alguien que la habita, sufriéndose porque que le ha ofrecido una posada sucia. Quiere excitarle a la compasión hacia ella. No se resigna a no corresponderle como El se merece. Ese es Jesucristo, su "amigo verdadero".
Por unos momentos se recrea en las “gracias de la naturaleza que el Señor me había dado”. Y apela a la opinión de los demás, que dicen “son muchas”. Efectivamente, no se ve una cualquiera. Se reconoce una niña distinguida, atrayente.
-¡Cómo va a ser una criatura hecha por Ti para ser Tuya! Busca halagarle a su Señor.
Agradecerle que le hubiese hecho distinta. ¿ Para qué? Es lo que no sabe. Es tan sólo una adolescente.
Sus gracias naturales van a causar admiración en sus primos. No puede ocultarlas. Se goza viéndose buscada por ellos. ¿Qué va a pasar?
miércoles, 21 de octubre de 2009
Teresa de Ahumada, huérfana
Santa Teresa, en sus recuerdos, a los 50 años evoca la muerte de su madre:
"Acuérdome que cuando murió mi madre quedé yo de edad de doce años, poco menos . Como yo comencé a entender lo que había perdido, afligida fuime a una imagen de nuestra Señora y supliquéla fuese mi madre, con muchas lágrimas . Paréceme que, aunque se hizo con simpleza, que me ha valido; porque conocidamente he hallado a esta Virgen soberana en cuanto me he encomendado a ella y, en fin, me ha tornado a sí .Fatígame ahora ver y pensar en qué estuvo el no haber yo estado entera en los buenos deseos que comencé".
La imagen se llama Nuestra Señora de la Caridad, a la que despedimos el pasado día 16.
Los diez hijos, todos seguidos, sin darle tiempo a reponerse, hicieron enfermar a Doña Beatriz de Ahumada. Su hija Teresa hace mención de las “grandes enfermedades” que pasó su madre. La acompañaron a la aldea de Gotarrendura, donde podrían estar tranquilos todos con ella, mimándola , a solas, sin el ajetreo de la ciudad.
Doña Beatriz se veía morir, y quiso hacer testamento. Serenamente ,ante Notario, manda su alma a Dios y el cuerpo a la tierra de que fue formado.”Si Dios fuese servido de llevarme de esta presente vida, que mi cuerpo sea sepultado en la iglesia del Señor San Juan de Ávila”. Nombra herederos a sus hijos queridos.
Poco a poco se va consumiendo. Era una enfermedad invasora que le segaba la vida en lo más granado de la misma, a los treinta y tres años y con el hermoso racimo de diez hijos cabales. Era el otoño de 1528. A los 19 años de casada.
Moría con todo el sentido y sin perder el contacto con los que la rodeaban. Podía mirar y hablar con cada uno de los hijos y despedirse de ellos como si se fuera de viaje, serena y cristianamente. “ Fue un corte, un troncharse la rama cargada de frutos, un apagón de luz con la que todos contaban indefinidamente. Fue, sin duda, una penosísima sorpresa…La despedida hubo de ser tan natural, como las buenas noches antes de dormir. Hay cosas que por no aceptarlas, las tenemos por imposibles”.
Teresa no había imaginado como posible lo que significaba quedar sin madre, esa sombra misteriosa pegada por Dios en lo íntimo del ser humano como parte integrante del mismo, tan suavemente entrelazado, que sólo se echa de ver cuando nos falta. A Teresa el vacío le pareció inmenso, y quiso achicarlo invocando a la Madre del cielo:” Como yo comencé a entender lo que había perdido, afligida fuime a una imagen de nuestra Señora, y supliquela fuese mi madre, con muchas lágrimas”.
Al volver , acompañando el cortejo fúnebre desde Gotarrendura, pasó por delante de la ermita de San Lázaro. Allí estaba la imagen que fue a buscar, unos dias después de llorar a solas la anuncia de su madre. Y de dejar unas flores sobre su tumba en la iglesia de San Juan, su Parroquia.
Un sacerdote, perteneciente a esta parroquia de San Juan, hace cien años, ve así a Teresa de Ahumada rezando a la Virgen del cielo:”¡Hermoso y tierno cuadro! Ved a Teresita huérfana, dándose cuenta del tesoro que había perdido y sintiendo, en lugar de la benéfica sombra de una santa madre el frio del desamparo y la amargura de la soledad.Vedla postrada de rodillas ante la Virgen, suplicándola que en adelante fuese ella su madre, puesto que acababa de perder la de este mundo, mientras que dos gruesas lágrimas corrían temblorosas por sus bermejas mejillas, al desprenderse de aquellos hermosos ojos que Dios la dio, a manera de esbeltos y airosos ventanales, por donde dejaba ver a su alma candorosa en toda su grandeza, belleza y sencillez”.
“Niña es todavía, pero en tan espontáneo y filial arranque, lleno de fe, esperanza y amor, revela poseer el corazón de una gran santa, que con nada podía henchirse que no fuera Dios o la Madre de Dios” .
Amigos del BLOC, a Teresa le valió mucho tener a la Virgen María por Madre. La pedimos que ,como ella, podamos decir nosotros también “ conocidamente he hallado a esta Virgen soberana en cuanto me he encomendado a Ella, y, en fin, me ha tornado a sí”. Adios.
"Acuérdome que cuando murió mi madre quedé yo de edad de doce años, poco menos . Como yo comencé a entender lo que había perdido, afligida fuime a una imagen de nuestra Señora y supliquéla fuese mi madre, con muchas lágrimas . Paréceme que, aunque se hizo con simpleza, que me ha valido; porque conocidamente he hallado a esta Virgen soberana en cuanto me he encomendado a ella y, en fin, me ha tornado a sí .Fatígame ahora ver y pensar en qué estuvo el no haber yo estado entera en los buenos deseos que comencé".
La imagen se llama Nuestra Señora de la Caridad, a la que despedimos el pasado día 16.
Los diez hijos, todos seguidos, sin darle tiempo a reponerse, hicieron enfermar a Doña Beatriz de Ahumada. Su hija Teresa hace mención de las “grandes enfermedades” que pasó su madre. La acompañaron a la aldea de Gotarrendura, donde podrían estar tranquilos todos con ella, mimándola , a solas, sin el ajetreo de la ciudad.
Doña Beatriz se veía morir, y quiso hacer testamento. Serenamente ,ante Notario, manda su alma a Dios y el cuerpo a la tierra de que fue formado.”Si Dios fuese servido de llevarme de esta presente vida, que mi cuerpo sea sepultado en la iglesia del Señor San Juan de Ávila”. Nombra herederos a sus hijos queridos.
Poco a poco se va consumiendo. Era una enfermedad invasora que le segaba la vida en lo más granado de la misma, a los treinta y tres años y con el hermoso racimo de diez hijos cabales. Era el otoño de 1528. A los 19 años de casada.
Moría con todo el sentido y sin perder el contacto con los que la rodeaban. Podía mirar y hablar con cada uno de los hijos y despedirse de ellos como si se fuera de viaje, serena y cristianamente. “ Fue un corte, un troncharse la rama cargada de frutos, un apagón de luz con la que todos contaban indefinidamente. Fue, sin duda, una penosísima sorpresa…La despedida hubo de ser tan natural, como las buenas noches antes de dormir. Hay cosas que por no aceptarlas, las tenemos por imposibles”.
Teresa no había imaginado como posible lo que significaba quedar sin madre, esa sombra misteriosa pegada por Dios en lo íntimo del ser humano como parte integrante del mismo, tan suavemente entrelazado, que sólo se echa de ver cuando nos falta. A Teresa el vacío le pareció inmenso, y quiso achicarlo invocando a la Madre del cielo:” Como yo comencé a entender lo que había perdido, afligida fuime a una imagen de nuestra Señora, y supliquela fuese mi madre, con muchas lágrimas”.
Al volver , acompañando el cortejo fúnebre desde Gotarrendura, pasó por delante de la ermita de San Lázaro. Allí estaba la imagen que fue a buscar, unos dias después de llorar a solas la anuncia de su madre. Y de dejar unas flores sobre su tumba en la iglesia de San Juan, su Parroquia.
Un sacerdote, perteneciente a esta parroquia de San Juan, hace cien años, ve así a Teresa de Ahumada rezando a la Virgen del cielo:”¡Hermoso y tierno cuadro! Ved a Teresita huérfana, dándose cuenta del tesoro que había perdido y sintiendo, en lugar de la benéfica sombra de una santa madre el frio del desamparo y la amargura de la soledad.Vedla postrada de rodillas ante la Virgen, suplicándola que en adelante fuese ella su madre, puesto que acababa de perder la de este mundo, mientras que dos gruesas lágrimas corrían temblorosas por sus bermejas mejillas, al desprenderse de aquellos hermosos ojos que Dios la dio, a manera de esbeltos y airosos ventanales, por donde dejaba ver a su alma candorosa en toda su grandeza, belleza y sencillez”.
“Niña es todavía, pero en tan espontáneo y filial arranque, lleno de fe, esperanza y amor, revela poseer el corazón de una gran santa, que con nada podía henchirse que no fuera Dios o la Madre de Dios” .
Amigos del BLOC, a Teresa le valió mucho tener a la Virgen María por Madre. La pedimos que ,como ella, podamos decir nosotros también “ conocidamente he hallado a esta Virgen soberana en cuanto me he encomendado a Ella, y, en fin, me ha tornado a sí”. Adios.
lunes, 19 de octubre de 2009
HOY, SAN PEDRO DE ALCÁNTARA
Amigos del BLOC : hoy en la villa de Arenas de San Pedro, en la ladera meridional de la sierra de Gredos, en nuestra diócesis de Ávila, estamos de fiesta. Festejamos a un santo, que fue confidente de Santa Teresa, a la que , en los momentos oscuros y difíciles , dió "grandísima luz y ánimo".SAN PEDRO DE ALCÁNTARA
En vida de nuestra Santa, ella conoció y trato en persona a santos como Juan de la Cruz, Francisco de Borja y fray Pedro de Alcántara. Este franciscano, con fama de santidad, intercedió por Madre Teresa ante el obispo de Ávila, para que le autorizara la fundación del Convento de San José, el primero de la Reforma Carmelitana.
Nació en la villa de Alcántara (Cáceres) en 1499. Estudió leyes en Salamanca, que abandonó para hacerse franciscano descalzo en 1515. Murió el 19 de octubre de 1562 en el convento fundado por él, donde reposan sus restos mortales, en la villa de Arenas, que desde entonces adoptó el nombre de Arenas de San Pedro.
A ninguna otra persona le dedicó nuestra Santa Doctora tantos elogios como a su confidente San Pedro de Alcántara. Se encontraron en Ávila por primera vez en 1559, momento en que Santa Teresa experimentaba vivencias espirituales, que algunos tachaban de negro. Fray Pedro de Alcántara advirtió rápidamente que eran señales inequívocas del Espíritu Santo. Años más tarde, cuando a nuestra Santa se le cerraban todas las puertas para fundar su primer convento de la Reforma Carmelitana, Fray Pedro se le ofreció para visitar personalmente al Obispo e interceder por ella, bajo palabra de que se trataba de una fundadora de toda garantía.
Tal para cual. De él escribió lo que hubiera ruborizado al hombre, tan flaco y vigoroso, que parecía un manojo de raices de roble.
“ Y ¡qué bueno nos le llevó Dios ahora en el bendito fray Pedro de Alcántara! No está ya el mundo para sufrir tanta perfección. Dicen que están las saludes más flacas y que no son los tiempos pasados. Este santo hombre era de este tiempo. Estaba grueso el espíritu como en los otros tiempos, y ansí tenía el mundo debajo de los pies. Que, aunque no anden desnudos ni hagan tan áspera penitencia como él, muchas cosas hay- como otras veces he dicho-, para repisar el mundo, y el Señor las enseña cuando ve ánimo. Y ¡cuán grande le dio Su Majestad a este santo que digo, para hacer cuarenta y siete años tan áspera penitencia, como todos saben!
Quiero decir algo de ella, que sé es toda verdad. Díjome a mí y a otra persona, de quien se guardaba poco, y a mí el amor que me tenía era la causa porque quiso el Señor le tuviese para volver por mí y animarme en tiempo de tanta necesidad como he dicho y diré. Me parece que fueron cuarenta años los que dijo, había dormido sola hora y media, entre noche y día, y que éste era el mayor trabajo de penitencia que había tenido en los principios de vencer el sueño; y para esto estaba siempre o de rodillas o en pie. Lo que dormía era sentado, y la cabeza arrimada a un maderillo que tenía hincado en la pared. Echado, aunque quisiera, no podía, porque su celda –como se sabe- no era más larga de cuatro pies y medio. En todos estos años, jamás se puso la capilla (sobre la cabeza) por grandes soles y aguas que hiciese. Ni cosa en los pies, ni vestido sino un hábito de sayal, sin ninguna otra cosa sobre las carnes, y éste tan angosto como se podía sufrir, y un mantillo de los mismo encima. Decíame que en los grandes frios se le quitaba, y dejaba la puerta y ventanilla abierta de la celda, para, con ponerse después el manto y cerrar la puerta, contentaba al cuerpo, para que sosegase con más abrigo.
Comer, a tercer día, era muy ordinario. Y me dijo que por qué me espantaba, que muy posible era a quien se acostumbraba a ello. Un compañero suyo me dijo que le acaecía estar ocho días sin comer. Debía de ser estando en oración, porque tenía grandes arrobamientos e ímpetus de amor de Dios, de lo que yo fui testigo una vez.
Su pobreza era extrema y mortificación en la mocedad. Me dijo que le había acaecido estar tres años en una casa de su Orden, y no conocer fraile si no era por el habla; porque no alzaba los ojos jamás…Era muy viejo , cuando le vine a conocer y tan extrema su flaqueza, que no parecía, sino hecho de raices de árboles.
Con toda esta santidad era muy afable, aunque de pocas palabras, si no era con preguntarle. En éstas era muy sabroso, porque tenía muy lindo entendimiento. (Después de morir) le he visto muchas veces con gradísima gloria. Me dijo la primera vez que se me apareció, que bienaventurada penitencia que tanto premio había merecido, y otras muchas cosas”(V 27,16-19)
Tanto era el afecto y la gratitud que se tenían mutuamente, que Santa Teresa llegó a decir que "me parece que mucho más me consuela (desde el cielo) que cuando acá estaba. Díjome el Señor que no le pedirían cosa en su nombre que no la oyese. Muchas que le he encomendado pida al Señor, las he visto cumplidas. Sea bendito por siempre. Amen".
En vida de nuestra Santa, ella conoció y trato en persona a santos como Juan de la Cruz, Francisco de Borja y fray Pedro de Alcántara. Este franciscano, con fama de santidad, intercedió por Madre Teresa ante el obispo de Ávila, para que le autorizara la fundación del Convento de San José, el primero de la Reforma Carmelitana.
Nació en la villa de Alcántara (Cáceres) en 1499. Estudió leyes en Salamanca, que abandonó para hacerse franciscano descalzo en 1515. Murió el 19 de octubre de 1562 en el convento fundado por él, donde reposan sus restos mortales, en la villa de Arenas, que desde entonces adoptó el nombre de Arenas de San Pedro.
A ninguna otra persona le dedicó nuestra Santa Doctora tantos elogios como a su confidente San Pedro de Alcántara. Se encontraron en Ávila por primera vez en 1559, momento en que Santa Teresa experimentaba vivencias espirituales, que algunos tachaban de negro. Fray Pedro de Alcántara advirtió rápidamente que eran señales inequívocas del Espíritu Santo. Años más tarde, cuando a nuestra Santa se le cerraban todas las puertas para fundar su primer convento de la Reforma Carmelitana, Fray Pedro se le ofreció para visitar personalmente al Obispo e interceder por ella, bajo palabra de que se trataba de una fundadora de toda garantía.
Tal para cual. De él escribió lo que hubiera ruborizado al hombre, tan flaco y vigoroso, que parecía un manojo de raices de roble.
“ Y ¡qué bueno nos le llevó Dios ahora en el bendito fray Pedro de Alcántara! No está ya el mundo para sufrir tanta perfección. Dicen que están las saludes más flacas y que no son los tiempos pasados. Este santo hombre era de este tiempo. Estaba grueso el espíritu como en los otros tiempos, y ansí tenía el mundo debajo de los pies. Que, aunque no anden desnudos ni hagan tan áspera penitencia como él, muchas cosas hay- como otras veces he dicho-, para repisar el mundo, y el Señor las enseña cuando ve ánimo. Y ¡cuán grande le dio Su Majestad a este santo que digo, para hacer cuarenta y siete años tan áspera penitencia, como todos saben!
Quiero decir algo de ella, que sé es toda verdad. Díjome a mí y a otra persona, de quien se guardaba poco, y a mí el amor que me tenía era la causa porque quiso el Señor le tuviese para volver por mí y animarme en tiempo de tanta necesidad como he dicho y diré. Me parece que fueron cuarenta años los que dijo, había dormido sola hora y media, entre noche y día, y que éste era el mayor trabajo de penitencia que había tenido en los principios de vencer el sueño; y para esto estaba siempre o de rodillas o en pie. Lo que dormía era sentado, y la cabeza arrimada a un maderillo que tenía hincado en la pared. Echado, aunque quisiera, no podía, porque su celda –como se sabe- no era más larga de cuatro pies y medio. En todos estos años, jamás se puso la capilla (sobre la cabeza) por grandes soles y aguas que hiciese. Ni cosa en los pies, ni vestido sino un hábito de sayal, sin ninguna otra cosa sobre las carnes, y éste tan angosto como se podía sufrir, y un mantillo de los mismo encima. Decíame que en los grandes frios se le quitaba, y dejaba la puerta y ventanilla abierta de la celda, para, con ponerse después el manto y cerrar la puerta, contentaba al cuerpo, para que sosegase con más abrigo.
Comer, a tercer día, era muy ordinario. Y me dijo que por qué me espantaba, que muy posible era a quien se acostumbraba a ello. Un compañero suyo me dijo que le acaecía estar ocho días sin comer. Debía de ser estando en oración, porque tenía grandes arrobamientos e ímpetus de amor de Dios, de lo que yo fui testigo una vez.
Su pobreza era extrema y mortificación en la mocedad. Me dijo que le había acaecido estar tres años en una casa de su Orden, y no conocer fraile si no era por el habla; porque no alzaba los ojos jamás…Era muy viejo , cuando le vine a conocer y tan extrema su flaqueza, que no parecía, sino hecho de raices de árboles.
Con toda esta santidad era muy afable, aunque de pocas palabras, si no era con preguntarle. En éstas era muy sabroso, porque tenía muy lindo entendimiento. (Después de morir) le he visto muchas veces con gradísima gloria. Me dijo la primera vez que se me apareció, que bienaventurada penitencia que tanto premio había merecido, y otras muchas cosas”(V 27,16-19)
Tanto era el afecto y la gratitud que se tenían mutuamente, que Santa Teresa llegó a decir que "me parece que mucho más me consuela (desde el cielo) que cuando acá estaba. Díjome el Señor que no le pedirían cosa en su nombre que no la oyese. Muchas que le he encomendado pida al Señor, las he visto cumplidas. Sea bendito por siempre. Amen".
viernes, 16 de octubre de 2009
VAMOS A LA DESPEDIDA
Amigos del BLOC : Ayer, al atardecer, en esta ciudad de Ávila, por sus calles no se oía otra cosa,¡Vamos a la despedida!
Y la despedida llegó a las ocho y treinta, en la plaza de la Santa. Allí como en alargadas hondas de mar tendida, la muchedumbre giró sus miradas a las imágenes de la Virgen de la Caridad y a la de Santa Teresa. Las dos habían procesionado juntas desde la Catedral hasta la Casa Natal. Ahora, la Virgen de la Caridad tenía que volver a su altar de origen. Madre e Hija simbolizaron una despedida amorosa y emocionante.
La carroza plateada de la Virgen de la Caridad inició sus pasos camino de la Catedral. De pronto se vuelve, en espera. Sale de la iglesia Santa Teresa, a hombros, y léntamente la van acercando. La bajan hasta tocar el suelo. La levantan . Flota como sobre mar en calma. Vuelve a sumergirse y a emerger por tres veces. Los rezos y el silencio se instalan en nuestros corazones. Se entrelazan las emociones que van y vienen de nosotros, hijos, a ellas, nuestras madres que lo serán eternamente. Ahora es la niña Teresa, que al quedarse huérfana, hizo también eterno aquel instante : "Como yo empecé a entender lo que había perdido, afligida fuime a una imagen de Nuestra Señora, y supliquela fuese mi madre, con muchas lágrimas".
Palpábamos que el corazón de un hijo no está hecho para soportar tensión tan alta como perder a una madre. Nos consolamos, rezando .
Madre e Hija se cruzan la mirada. Necesitan que, sobre andas, las retiren. A esto lo llaman la despedida. En ese instante, revivimos los secretos de la despedida de una madre. Cada uno la suya. Las veneradas imágenes ponían los gestos, como cresta de las olas. Unos gestos de despedida. Nosotros poníamos una oración callada.
La inmensa muchedumbre que llenaba la plaza, con frio en las manos, no había ido allí por rutina.Las imágenes ponían el gesto. Nosotros poníamos el amor de hijos a flor de piel, por nuestras madres. ¡Son cosas que nos pasan a los humanos de carne y hueso, que creemos en la vida inmortal!
Y la despedida llegó a las ocho y treinta, en la plaza de la Santa. Allí como en alargadas hondas de mar tendida, la muchedumbre giró sus miradas a las imágenes de la Virgen de la Caridad y a la de Santa Teresa. Las dos habían procesionado juntas desde la Catedral hasta la Casa Natal. Ahora, la Virgen de la Caridad tenía que volver a su altar de origen. Madre e Hija simbolizaron una despedida amorosa y emocionante.
La carroza plateada de la Virgen de la Caridad inició sus pasos camino de la Catedral. De pronto se vuelve, en espera. Sale de la iglesia Santa Teresa, a hombros, y léntamente la van acercando. La bajan hasta tocar el suelo. La levantan . Flota como sobre mar en calma. Vuelve a sumergirse y a emerger por tres veces. Los rezos y el silencio se instalan en nuestros corazones. Se entrelazan las emociones que van y vienen de nosotros, hijos, a ellas, nuestras madres que lo serán eternamente. Ahora es la niña Teresa, que al quedarse huérfana, hizo también eterno aquel instante : "Como yo empecé a entender lo que había perdido, afligida fuime a una imagen de Nuestra Señora, y supliquela fuese mi madre, con muchas lágrimas".
Palpábamos que el corazón de un hijo no está hecho para soportar tensión tan alta como perder a una madre. Nos consolamos, rezando .
Madre e Hija se cruzan la mirada. Necesitan que, sobre andas, las retiren. A esto lo llaman la despedida. En ese instante, revivimos los secretos de la despedida de una madre. Cada uno la suya. Las veneradas imágenes ponían los gestos, como cresta de las olas. Unos gestos de despedida. Nosotros poníamos una oración callada.
La inmensa muchedumbre que llenaba la plaza, con frio en las manos, no había ido allí por rutina.Las imágenes ponían el gesto. Nosotros poníamos el amor de hijos a flor de piel, por nuestras madres. ¡Son cosas que nos pasan a los humanos de carne y hueso, que creemos en la vida inmortal!
jueves, 15 de octubre de 2009
Hoy, FIESTA DE SANTA TERESA DE JESÚS
En todas las iglesias católicas del mundo, se celebra hoy la Santa Misa en memoria de Santa Teresa de Jesús, nuestra santa, para gloria y alabanza de Jesús de Teresa.- Por haber nacido y vivido en nuestra ciudad, es la fiesta principal de Ávila, con celebración pontifical en la Catedral, presidida por el Cardenal García Gasco, nuestro obispo Don Jesús García Burillo, Cabildo y varios sacerdotes de muy diversos lugares . Numerosos fieles de la ciudad , pueblos limítrofes , e incluso de otras naciones, se apiñan en la catedral y llenas las calles del recorrido con la imagen de la Virgen de la Caridad y de Santa Teresa.
La figura de nuestra santa atraviesa toda la historia de los monasterios de la Encarnación, de San José y de la Casa Natal, en los que se suceden las Eucaristías durante todo el día.
Pero lo más importante es caer en la cuenta de que aquí, una mujer ,llamada Teresa de Ahumada, encontró a Jesucristo, como camino , verdad y vida del creyente. Y que ,luego, ella ha ayudado a muchas personas a encontrar a Jesús. Por eso desde entonces, muchos peregrinos siguen viniendo a este lugar, a pedir a Santa Teresa que les guie hasta encontrar al Señor y Dios nuestro.
Dejémonos guiar por ella hacia Dios, para aprender de Dios mismo el modo concreto de ser hombre o mujer, como lo aprendió ella. Y con nuestra Santa, demos gracias a Dios porque con Jesús nos ha dado aquí , en Ávila, un espacio de paz y de reconciliación, que vienen a descubrir y lo encuentran personas de todo el mundo.- Aquí descubrimos a una mujer que encontró a Dios y vivió para Dios, haciendo su voluntad. Terminó viéndose referida en todo a Dios, hasta el punto de no acordarse de ella, ni siquiera en cosa buena que hiciese, ” sino de aquel a quien todo le debemos, sin el cual no podemos nada...” Con Dios, se sentía emprendedora, reformadora , animosa, invencible, optimista siempre.
Escuchemos lo que nos dejó por escrito:” No te angusties pensando en tu bajeza o inutilidad; sal de ti misma, vuela a considerar la grandeza y majestad de tu Dios”..." Mira siempre a Dios,háblale como a Padre, cuéntale tus trabajos, pídele que te ayude en ellos…Piensa en lo que Dios te pide; decídete a contentar a Dios, no en pensar cómo contentarte a tí mismo... Eso es lo que te dará confianza, paz y gozo.- El demonio lo que quiere es torcernos en el propio conocimiento, y que nos dediquemos a mirarnos a nosotros mismos...Pongamos los ojos en Cristo nuestro bien, y en él aprenderemos a vernos a nosotros mismos como en un espejo .”
A su corazón traía a Jesucristo, meditaba su palabra, su verdad, su amor.Experimentó la unión de amor con El.- Pero a su corazón traía a la vez a los hombres de su tiempo, para presentárselos al Señor, y rogar por ellos. Para dedicarse plenamente a este servicio, fundó la Orden del Carmen Descalzo.- Esta tarea de estar en la presencia de Dios y de llevar a Dios a los hombres, la encontró en la oración.
La práctica de la oración debe ser la actividad prioritaria que aprendamos de quien es Maestra de oración. Acertar a escuchar la palabra de Dios, amarla y vivirla con gozo. Desde la cercanía a Dios, tratando de amistad muchas veces, a solas, con quien sabemos nos ama.
Desde una vitalidad radiante, ella nos contagia la grande, la nueva y la sorprendente realidad de Dios , que la habita en su interior y lo expande en obras, siempre obras al servicio de Dios y de su Iglesia santa.
Pidamos a Santa Teresa en este día que nos acerque más a Dios y nos descubra la fascinación de la novedad de Dios, que es el mismo ayer, hoy siempre.
Oigámosla decirnos a tí y a mí: "Nada te turbe,
nada te espante.
Todo se pasa.
Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
QUIEN A DIOS TIENE, NADA LE FALTA.SOLO DIOS BASTA
La figura de nuestra santa atraviesa toda la historia de los monasterios de la Encarnación, de San José y de la Casa Natal, en los que se suceden las Eucaristías durante todo el día.
Pero lo más importante es caer en la cuenta de que aquí, una mujer ,llamada Teresa de Ahumada, encontró a Jesucristo, como camino , verdad y vida del creyente. Y que ,luego, ella ha ayudado a muchas personas a encontrar a Jesús. Por eso desde entonces, muchos peregrinos siguen viniendo a este lugar, a pedir a Santa Teresa que les guie hasta encontrar al Señor y Dios nuestro.
Dejémonos guiar por ella hacia Dios, para aprender de Dios mismo el modo concreto de ser hombre o mujer, como lo aprendió ella. Y con nuestra Santa, demos gracias a Dios porque con Jesús nos ha dado aquí , en Ávila, un espacio de paz y de reconciliación, que vienen a descubrir y lo encuentran personas de todo el mundo.- Aquí descubrimos a una mujer que encontró a Dios y vivió para Dios, haciendo su voluntad. Terminó viéndose referida en todo a Dios, hasta el punto de no acordarse de ella, ni siquiera en cosa buena que hiciese, ” sino de aquel a quien todo le debemos, sin el cual no podemos nada...” Con Dios, se sentía emprendedora, reformadora , animosa, invencible, optimista siempre.
Escuchemos lo que nos dejó por escrito:” No te angusties pensando en tu bajeza o inutilidad; sal de ti misma, vuela a considerar la grandeza y majestad de tu Dios”..." Mira siempre a Dios,háblale como a Padre, cuéntale tus trabajos, pídele que te ayude en ellos…Piensa en lo que Dios te pide; decídete a contentar a Dios, no en pensar cómo contentarte a tí mismo... Eso es lo que te dará confianza, paz y gozo.- El demonio lo que quiere es torcernos en el propio conocimiento, y que nos dediquemos a mirarnos a nosotros mismos...Pongamos los ojos en Cristo nuestro bien, y en él aprenderemos a vernos a nosotros mismos como en un espejo .”
A su corazón traía a Jesucristo, meditaba su palabra, su verdad, su amor.Experimentó la unión de amor con El.- Pero a su corazón traía a la vez a los hombres de su tiempo, para presentárselos al Señor, y rogar por ellos. Para dedicarse plenamente a este servicio, fundó la Orden del Carmen Descalzo.- Esta tarea de estar en la presencia de Dios y de llevar a Dios a los hombres, la encontró en la oración.
La práctica de la oración debe ser la actividad prioritaria que aprendamos de quien es Maestra de oración. Acertar a escuchar la palabra de Dios, amarla y vivirla con gozo. Desde la cercanía a Dios, tratando de amistad muchas veces, a solas, con quien sabemos nos ama.
Desde una vitalidad radiante, ella nos contagia la grande, la nueva y la sorprendente realidad de Dios , que la habita en su interior y lo expande en obras, siempre obras al servicio de Dios y de su Iglesia santa.
Pidamos a Santa Teresa en este día que nos acerque más a Dios y nos descubra la fascinación de la novedad de Dios, que es el mismo ayer, hoy siempre.
Oigámosla decirnos a tí y a mí: "Nada te turbe,
nada te espante.
Todo se pasa.
Dios no se muda.
La paciencia todo lo alcanza.
QUIEN A DIOS TIENE, NADA LE FALTA.SOLO DIOS BASTA
miércoles, 14 de octubre de 2009
SANTA TERESA, POR LAS CALLES
TRASLADO DE SANTA TERESA DESDE SU CASA NATAL A LA CATEDRAL
Hoy día 14 se lleva la imagen de Santa Teresa desde su casa natal a la Catedral. A las 5,30 de la tarde, es costumbre que los padres abulenses preparen a sus hijos, de fiesta, y vayan a la plaza de la Santa, para desde aquí acompañarla en procesión hasta la Catedral. Allí se queda para recibir el homenaje de la ciudad el día 15, fiesta universal de Santa Teresa de Jesús.
La imagen , llevada en andas por veinte braceros, rodeada de flores, es obra del gran tallista castellano Gregorio Fernández. Representa a Santa Teresa en oración, como mujer contemplativa. Mirando hacia arriba.
¿A quién miras, Teresa?
Te vemos arrobada, como trasportada a otro mundo. Como si estuvieras mirando a Dios. Ella decía, en vida, que le pasaba eso algunas veces: que se le enfriaban las manos y el cuerpo, y se la encendían los ojos y el corazón, porque se veía en los brazos de Dios Padre, en un éxtasis de amor. Es así como la vemos recorriendo las calles de Ávila: como si la fuerza del amor de Dios la enajenara sus sentidos, y estuviera sumida en su interior.
El artista la talló de rodillas, delante de otra talla de Jesucristo atado a la columna. Ésta posa en otro altar de la iglesia. Sale sola a la calle Santa Teresa. Pero en su semblante refleja cierto dolor, como de haber estado mirando al flagelado. Parece estarle diciendo a su divino esposo, yo también sufro por ti. -Su adorado esposo la mantiene atada a sí no con placeres sino con dolores, porque los lazos del amor entre quienes se quieren, han de ser semejantes, y los suyos le tuvieron atado en la cruz, como suprema expresión de amor.
En esta imagen , vemos a nuestra Santa absorta en su pensamiento, acurrucada en su capa carmelitana, de rodillas, en estrecha unión interior con su Dios. Dios y Teresa unidos, en unión de amor. Es el mensaje que nos repite, año tras año, a sus paisanos.
¿Unión de amor, dices, Teresa?
Si, “como se juntan el agua del cielo con el agua de un rio, al caer la lluvia, a donde queda todo hecho agua, que no podrán ya dividir ni apartar cuál es el agua del rio o cuál la que cayó del cielo.”
-Absorta en ti misma, dinos ¿ cuando vivías , qué viste en tu interior aposento?
“Represtóseme Jesucristo muy en lo interior, y diome su mano derecha, y díjome: mira este clavo, que es señal de que serás mi esposa desde hoy..,verdadera esposa mia”.
Su blanca mano derecha, extendida, parece estar esperando que el crucificado le dé el clavo con la suya ensangrentada.
El poderio de aquellas palabras que oyera un día en nuestro Monasterio de la Encarnación, de Ávila, la conquistó irresistiblemente. A partir de ese momento comenzó a ser otra. La imagen procesional muestra el pasmo de la emoción de una mujer puesta de rodillas delante de Dios, porque en su interior ve a Dios habitándola. Estas secretas revelaciones, a ella reservadas, la enardecen de emoción. Emoción que irradia, piel a dentro, en su frente, en sus ojos, en sus labios, en sus manos, en todo su cuerpo, hasta hacerlo casi incorporeo.
¡Oh prodigio de mujer! Esta mujer que se goza de ver a Dios en la soledad de su celda o de su coro, es la misma que llega a Burgos, después de veinte días de camino invernal, empapada de agua. Hecha un agua por dentro y por fuera ,“que no podrán ya dividir ni apartar cuál es el agua del rio o cuál la que cayó del cielo.”
La misma imagen que veremos , hoy 14, por la tarde, la volveremos a contemplar mañana, día 15 , de vuelta a Casa. Os invito, amigos del BLOG, a verla, para descubrir el mensaje que encierra. Con sola su figura, nos invita a ponernos de rodillas, y a mirar a Dios con los ojos del alma, y a servirle con amor y sin medida.¡Sea Dios tu delicia, y El te dará lo que pide tu corazón!
Como lo fue para nuestra Santa Patrona, Teresa de Ávila. Teresa de Jesús.
Adios, amigos, Feliz día. Hasta mañana ,si Dios quiere. Vuestro Capellán.
Hoy día 14 se lleva la imagen de Santa Teresa desde su casa natal a la Catedral. A las 5,30 de la tarde, es costumbre que los padres abulenses preparen a sus hijos, de fiesta, y vayan a la plaza de la Santa, para desde aquí acompañarla en procesión hasta la Catedral. Allí se queda para recibir el homenaje de la ciudad el día 15, fiesta universal de Santa Teresa de Jesús.
La imagen , llevada en andas por veinte braceros, rodeada de flores, es obra del gran tallista castellano Gregorio Fernández. Representa a Santa Teresa en oración, como mujer contemplativa. Mirando hacia arriba.
¿A quién miras, Teresa?
Te vemos arrobada, como trasportada a otro mundo. Como si estuvieras mirando a Dios. Ella decía, en vida, que le pasaba eso algunas veces: que se le enfriaban las manos y el cuerpo, y se la encendían los ojos y el corazón, porque se veía en los brazos de Dios Padre, en un éxtasis de amor. Es así como la vemos recorriendo las calles de Ávila: como si la fuerza del amor de Dios la enajenara sus sentidos, y estuviera sumida en su interior.
El artista la talló de rodillas, delante de otra talla de Jesucristo atado a la columna. Ésta posa en otro altar de la iglesia. Sale sola a la calle Santa Teresa. Pero en su semblante refleja cierto dolor, como de haber estado mirando al flagelado. Parece estarle diciendo a su divino esposo, yo también sufro por ti. -Su adorado esposo la mantiene atada a sí no con placeres sino con dolores, porque los lazos del amor entre quienes se quieren, han de ser semejantes, y los suyos le tuvieron atado en la cruz, como suprema expresión de amor.
En esta imagen , vemos a nuestra Santa absorta en su pensamiento, acurrucada en su capa carmelitana, de rodillas, en estrecha unión interior con su Dios. Dios y Teresa unidos, en unión de amor. Es el mensaje que nos repite, año tras año, a sus paisanos.
¿Unión de amor, dices, Teresa?
Si, “como se juntan el agua del cielo con el agua de un rio, al caer la lluvia, a donde queda todo hecho agua, que no podrán ya dividir ni apartar cuál es el agua del rio o cuál la que cayó del cielo.”
-Absorta en ti misma, dinos ¿ cuando vivías , qué viste en tu interior aposento?
“Represtóseme Jesucristo muy en lo interior, y diome su mano derecha, y díjome: mira este clavo, que es señal de que serás mi esposa desde hoy..,verdadera esposa mia”.
Su blanca mano derecha, extendida, parece estar esperando que el crucificado le dé el clavo con la suya ensangrentada.
El poderio de aquellas palabras que oyera un día en nuestro Monasterio de la Encarnación, de Ávila, la conquistó irresistiblemente. A partir de ese momento comenzó a ser otra. La imagen procesional muestra el pasmo de la emoción de una mujer puesta de rodillas delante de Dios, porque en su interior ve a Dios habitándola. Estas secretas revelaciones, a ella reservadas, la enardecen de emoción. Emoción que irradia, piel a dentro, en su frente, en sus ojos, en sus labios, en sus manos, en todo su cuerpo, hasta hacerlo casi incorporeo.
¡Oh prodigio de mujer! Esta mujer que se goza de ver a Dios en la soledad de su celda o de su coro, es la misma que llega a Burgos, después de veinte días de camino invernal, empapada de agua. Hecha un agua por dentro y por fuera ,“que no podrán ya dividir ni apartar cuál es el agua del rio o cuál la que cayó del cielo.”
La misma imagen que veremos , hoy 14, por la tarde, la volveremos a contemplar mañana, día 15 , de vuelta a Casa. Os invito, amigos del BLOG, a verla, para descubrir el mensaje que encierra. Con sola su figura, nos invita a ponernos de rodillas, y a mirar a Dios con los ojos del alma, y a servirle con amor y sin medida.¡Sea Dios tu delicia, y El te dará lo que pide tu corazón!
Como lo fue para nuestra Santa Patrona, Teresa de Ávila. Teresa de Jesús.
Adios, amigos, Feliz día. Hasta mañana ,si Dios quiere. Vuestro Capellán.
martes, 13 de octubre de 2009
NOVENA A SANTA TERESA DE JESÚS.Dias 8º y 9º
Día octavo
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Humildad de Santa Teresa
La humildad es el conocimiento de nuestra miseria junto a una confianza grande en el Señor, que todo lo puede y nos quiere ayudar. La verdadera humildad no inquieta, ni turba, ni acongoja el alma, sino la dilata y hace más hábil para servir a Dios. Comunica paz y sosiego. Engendra la generosidad y la confianza en Dios. Porque no puede haber humildad sin amor, ni amor sin humildad. Santa Teresa entendió de verdad que sólo los pecados eran hierba de su huerto, y que al Señor debía todo el bien que obraba.
¿Somos humildes? ¿Estamos convencidos de que no podemos nada por nosotros mismos, pero que podemos cosas grandes apoyados en Dios? Imitemos a Santa Teresa que supo reconocer la verdad de las palabras de Cristo: “Sin Mi nada podéis hacer”, junto con aquello de San Pablo: “Todo lo puedo en Dios que me conforta”.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Día noveno
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Paciencia y mortificación de Santa Teresa
La paciencia nos enseña a tolerar con igualdad de ánimo y hasta con alegría los males de la vida. La mortificación sirve de instrumento para alcanzar todas las virtudes, que no llegan a poseerse sin esfuerzo. Con la paciencia y mortificación, dice santa Teresa, nos vencemos a nosotros mismos y tenemos paz. Ella tomó como lema; “ O padecer o morir”, y creía que su vida era inútil si no padecía por Dios.
El merecer no está en gozar, sino en obrar, padecer y amar. Miremos nuestro amor al padecer y podremos deducir nuestro aprovechamiento en la virtud. Para llegar hasta conseguir alegría en los sufrimientos, pensemos en el premio, en la corona, en la salud que por ellos se alcanza. Pidámoslo por intercesión de Santa Teresa.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Humildad de Santa Teresa
La humildad es el conocimiento de nuestra miseria junto a una confianza grande en el Señor, que todo lo puede y nos quiere ayudar. La verdadera humildad no inquieta, ni turba, ni acongoja el alma, sino la dilata y hace más hábil para servir a Dios. Comunica paz y sosiego. Engendra la generosidad y la confianza en Dios. Porque no puede haber humildad sin amor, ni amor sin humildad. Santa Teresa entendió de verdad que sólo los pecados eran hierba de su huerto, y que al Señor debía todo el bien que obraba.
¿Somos humildes? ¿Estamos convencidos de que no podemos nada por nosotros mismos, pero que podemos cosas grandes apoyados en Dios? Imitemos a Santa Teresa que supo reconocer la verdad de las palabras de Cristo: “Sin Mi nada podéis hacer”, junto con aquello de San Pablo: “Todo lo puedo en Dios que me conforta”.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Día noveno
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Paciencia y mortificación de Santa Teresa
La paciencia nos enseña a tolerar con igualdad de ánimo y hasta con alegría los males de la vida. La mortificación sirve de instrumento para alcanzar todas las virtudes, que no llegan a poseerse sin esfuerzo. Con la paciencia y mortificación, dice santa Teresa, nos vencemos a nosotros mismos y tenemos paz. Ella tomó como lema; “ O padecer o morir”, y creía que su vida era inútil si no padecía por Dios.
El merecer no está en gozar, sino en obrar, padecer y amar. Miremos nuestro amor al padecer y podremos deducir nuestro aprovechamiento en la virtud. Para llegar hasta conseguir alegría en los sufrimientos, pensemos en el premio, en la corona, en la salud que por ellos se alcanza. Pidámoslo por intercesión de Santa Teresa.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
lunes, 12 de octubre de 2009
NOVENA A SANTA TERESA DE JESÚS. DIA 7º
Día séptimo
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa a San José
San José es el santo de la humildad, de la oración, del recogimiento, de la vida interior. El santo más amado y honrado de Dios, el que socorre en todas las necesidades, el que enseña a orar, para no errar en el camino del cielo. Santa Teresa quería que todos fueran devotos de San José por la experiencia que tenía de los bienes que alcanza de Dios.
La devoción a San José debe ocupar un lugar preferente en nuestra vida, para imitar a Jesús y María que le estuvieron encomendados, para seguir las enseñanzas de la Iglesia que lo ha nombrado su Patrón universal, por nuestro propio interés espiritual y material. No podríamos, además, considerarnos devotos de Santa Teresa si no tenemos un cariño especial al que ella llamaba su Padre y Señor.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa a San José
San José es el santo de la humildad, de la oración, del recogimiento, de la vida interior. El santo más amado y honrado de Dios, el que socorre en todas las necesidades, el que enseña a orar, para no errar en el camino del cielo. Santa Teresa quería que todos fueran devotos de San José por la experiencia que tenía de los bienes que alcanza de Dios.
La devoción a San José debe ocupar un lugar preferente en nuestra vida, para imitar a Jesús y María que le estuvieron encomendados, para seguir las enseñanzas de la Iglesia que lo ha nombrado su Patrón universal, por nuestro propio interés espiritual y material. No podríamos, además, considerarnos devotos de Santa Teresa si no tenemos un cariño especial al que ella llamaba su Padre y Señor.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
domingo, 11 de octubre de 2009
SAN RAFAEL ARNAIZ, HOY AQUÍ
Nuestro Blog teresiano se complace, hoy aquí, en celebrar la canonización del joven universitario Rafael Arnaiz Barón. Hoy, domingo 11 de octubre, porque a estas horas el Papa Benedicto XVI, le proclamará santo con otros cuatro más.
Y lo queremos celebrar aquí, en Ávila, y en nuestro Monasterio de la Encarnación, porque aquí venía desde Madrid el joven estudiante de arquitectura , a pasar los fines de semana o algunas vacaciones , con sus tios Leopoldo y María. Leopoldo había traducido del francés el libro “ Secreto de la Trapa” y encargó a su sobrino que diseñara la portada del libro. Su tía María estaba fascinada con el Monasterio de la Encarnación y asistía con su familia y el sobrino, en ocasiones, a la Misa y otros actos de culto de las Carmelitas.
¿Quién es este joven,a quien el Papa va a declarar santo esta mañana? Rafael nació el 9 de abril de 1911 en Burgos, En aquella ciudad inició los estudios en el colegio de los Jesuitas. En 1922 su padre, ingeniero de montes, se trasladó a Oviedo con toda su familia. Ocho años después, el joven Rafael se traslada a Madrid, para cursar los estudios en la Escuela Superior de Arquitectura. Al acabar el tercer curso, atraído por el libro del que se había empapado para diseñar la portada, siente la llamada de Dios para hacerse monje, y al final del verano visita el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas , en Palencia. En enero de 1934, con 23 años, ingresa en este monasterio .Pero, a pesar de su juventud, y de ser un deportista, cae enfermo. Una enfermedad incurable va a ser su martirio durante cuatro años. Está cuatro meses en el convento y otros tantos y más fuera, y así se va turnando, hasta que le llega la hora de la muerte, en la enfermería del monasterio, el 26 de abril de 1938. Tenía 27 años.
Cuando el Papa Juan Pablo II asistió a la Jornada Mundial de la Juventud en Santiago de Compostela, agosto de 1989, le propuso como modelo para los jóvenes. Modelo, por la anchura de su corazón , la vitalidad de su alma, y la entrega gozosa a la voluntad de Dios, en la salud y en la enfermedad. Fue radical en poner a Dios en el centro de su vida, en vivir sólo para Dios, siguiendo el lema teresiano “Sólo Dios basta”.
En carta a sus padres, les decía :”En el monasterio pasan los dias. ¿Qué importa? Sólo Dios y yo…Vivo aún en la tierra rodeado de hombres. ¿Qué importa? Sólo Dios y yo…Y, al mirar el mundo, no veo grandezas, no veo miserias, no veo las nieblas, no distingo el sol, el mundo se reduce a un punto, y en el punto hay un monasterio, y ,en el monasterio, sólo Dios y yo.”.- Pero, junto al amor a Dios, también practicaba el amor a sus hermanos, los hombres:”Ante Dios- decía- lo demás es secundario. Pero muchas veces lo secundario es necesario para tener paz y amor a Dios. Si el mundo supiera lo que es amar un poco a Dios, también amaría al prójimo. Al amar a Jesús, forzosamente se ama lo que Él ama. Ése es el apostolado del monje, pedir por los que no piden, y amar a Dios por los que no le aman”.
También el joven Rafael impresionaba, a cuantos le conocían, por su ternura y cariño a la Santísima Virgen. “La Virgen desde el cielo- decía- nos mira, ve nuestras faltas y miserias. Pero, si al propio tiempo ve nuestro amor, todo lo barre. Hoy , día de la Inmaculada, no se puede estar triste. Excuso decirte el alborozo que habrá en el cielo. ¡Quién estuviera allí! Si no os hablo de Dios y de la Virgen, de qué queréis que os hable? No sé otra cosa ,ni me interesa otra cosa”. En la capilla de la finca denominada Pedrosillo, a unos cinco kilómetros de la ciudad de Ávila, propiedad de sus tíos, todavía se conserva la imagen de la Virgen del Carmen, ante la que rezaba.
Hoy hemos tenido el gozo de celebrar la Eucaristía, ante esta misma imagen del Carmen, sitiada sobre un pedestal, que nuestras Carmelitas habían conseguido traer, con sorpresa para cuantos llenábamos el templo en la Misa de las 8,45.
A este monasterio de la Encarnación, precisamente, su tia María, al enviudar, atraída por Santa Teresa, vino, y se quedó para siempre, el 27 de abril de 1954. Profesó como monja carmelita, y desempeñó varios oficios ,entre ellos el de bibliotecaria .De su dedicación, quedó constancia el orden y catalogación de sus códices, manuscritos y libros en general. Aquí murio el 20 de octubre de 1980, con 81 años, y aquí está enterrada. Tomó de la imagen del coro alto el nombre y el sobre nombre de la capilla ,construida en el solar de la celda de Santa Teresa. Por eso se firmaba Hna. María Clemencia de la Transverberación.
La Hna. María Clemencia, antes de ser carmelita, estuvo casada , desde los 17 años, y tuvo cinco hijos. Aquí veían a verla con sus nietos. Cuando correteaban en el patio exterior del convento, alguien se preguntó ¿qué hacen aquí estos niños?. Su respuesta causaba una sorpresa inesperada:”Venimos a ver a la abuela monja”.
Amigos del Blog, ahí tenemos dos ejemplos luminosos de lo que fue para ellos el dicho de nuestra Santa:”Quien a Dios tiene, nada le falta, sólo Dios basta”. Dos testimonios de vida cristiana, y dos intercesores más en el cielo. Un joven estudiante universitario y una madre de familia, que dio a luz cinco hijos, en pleno siglo XX.
Adiós. Con un cordial saludo de vuestro Capellán.
Y lo queremos celebrar aquí, en Ávila, y en nuestro Monasterio de la Encarnación, porque aquí venía desde Madrid el joven estudiante de arquitectura , a pasar los fines de semana o algunas vacaciones , con sus tios Leopoldo y María. Leopoldo había traducido del francés el libro “ Secreto de la Trapa” y encargó a su sobrino que diseñara la portada del libro. Su tía María estaba fascinada con el Monasterio de la Encarnación y asistía con su familia y el sobrino, en ocasiones, a la Misa y otros actos de culto de las Carmelitas.
¿Quién es este joven,a quien el Papa va a declarar santo esta mañana? Rafael nació el 9 de abril de 1911 en Burgos, En aquella ciudad inició los estudios en el colegio de los Jesuitas. En 1922 su padre, ingeniero de montes, se trasladó a Oviedo con toda su familia. Ocho años después, el joven Rafael se traslada a Madrid, para cursar los estudios en la Escuela Superior de Arquitectura. Al acabar el tercer curso, atraído por el libro del que se había empapado para diseñar la portada, siente la llamada de Dios para hacerse monje, y al final del verano visita el monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas , en Palencia. En enero de 1934, con 23 años, ingresa en este monasterio .Pero, a pesar de su juventud, y de ser un deportista, cae enfermo. Una enfermedad incurable va a ser su martirio durante cuatro años. Está cuatro meses en el convento y otros tantos y más fuera, y así se va turnando, hasta que le llega la hora de la muerte, en la enfermería del monasterio, el 26 de abril de 1938. Tenía 27 años.
Cuando el Papa Juan Pablo II asistió a la Jornada Mundial de la Juventud en Santiago de Compostela, agosto de 1989, le propuso como modelo para los jóvenes. Modelo, por la anchura de su corazón , la vitalidad de su alma, y la entrega gozosa a la voluntad de Dios, en la salud y en la enfermedad. Fue radical en poner a Dios en el centro de su vida, en vivir sólo para Dios, siguiendo el lema teresiano “Sólo Dios basta”.
En carta a sus padres, les decía :”En el monasterio pasan los dias. ¿Qué importa? Sólo Dios y yo…Vivo aún en la tierra rodeado de hombres. ¿Qué importa? Sólo Dios y yo…Y, al mirar el mundo, no veo grandezas, no veo miserias, no veo las nieblas, no distingo el sol, el mundo se reduce a un punto, y en el punto hay un monasterio, y ,en el monasterio, sólo Dios y yo.”.- Pero, junto al amor a Dios, también practicaba el amor a sus hermanos, los hombres:”Ante Dios- decía- lo demás es secundario. Pero muchas veces lo secundario es necesario para tener paz y amor a Dios. Si el mundo supiera lo que es amar un poco a Dios, también amaría al prójimo. Al amar a Jesús, forzosamente se ama lo que Él ama. Ése es el apostolado del monje, pedir por los que no piden, y amar a Dios por los que no le aman”.
También el joven Rafael impresionaba, a cuantos le conocían, por su ternura y cariño a la Santísima Virgen. “La Virgen desde el cielo- decía- nos mira, ve nuestras faltas y miserias. Pero, si al propio tiempo ve nuestro amor, todo lo barre. Hoy , día de la Inmaculada, no se puede estar triste. Excuso decirte el alborozo que habrá en el cielo. ¡Quién estuviera allí! Si no os hablo de Dios y de la Virgen, de qué queréis que os hable? No sé otra cosa ,ni me interesa otra cosa”. En la capilla de la finca denominada Pedrosillo, a unos cinco kilómetros de la ciudad de Ávila, propiedad de sus tíos, todavía se conserva la imagen de la Virgen del Carmen, ante la que rezaba.
Hoy hemos tenido el gozo de celebrar la Eucaristía, ante esta misma imagen del Carmen, sitiada sobre un pedestal, que nuestras Carmelitas habían conseguido traer, con sorpresa para cuantos llenábamos el templo en la Misa de las 8,45.
A este monasterio de la Encarnación, precisamente, su tia María, al enviudar, atraída por Santa Teresa, vino, y se quedó para siempre, el 27 de abril de 1954. Profesó como monja carmelita, y desempeñó varios oficios ,entre ellos el de bibliotecaria .De su dedicación, quedó constancia el orden y catalogación de sus códices, manuscritos y libros en general. Aquí murio el 20 de octubre de 1980, con 81 años, y aquí está enterrada. Tomó de la imagen del coro alto el nombre y el sobre nombre de la capilla ,construida en el solar de la celda de Santa Teresa. Por eso se firmaba Hna. María Clemencia de la Transverberación.
La Hna. María Clemencia, antes de ser carmelita, estuvo casada , desde los 17 años, y tuvo cinco hijos. Aquí veían a verla con sus nietos. Cuando correteaban en el patio exterior del convento, alguien se preguntó ¿qué hacen aquí estos niños?. Su respuesta causaba una sorpresa inesperada:”Venimos a ver a la abuela monja”.
Amigos del Blog, ahí tenemos dos ejemplos luminosos de lo que fue para ellos el dicho de nuestra Santa:”Quien a Dios tiene, nada le falta, sólo Dios basta”. Dos testimonios de vida cristiana, y dos intercesores más en el cielo. Un joven estudiante universitario y una madre de familia, que dio a luz cinco hijos, en pleno siglo XX.
Adiós. Con un cordial saludo de vuestro Capellán.
sábado, 10 de octubre de 2009
NOVENA A SANTA TERESA DE JESÚS. Dias 5º y6º
Día quinto
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa al prójimo
El amor a los hermanos es el camino más rápido para llegar a Dios, la prueba mejor de que le amamos. Es la síntesis de todas las virtudes, porque es sufrido, benigno, no tiene envidia, no es soberbio ni ambicioso, se alegra con la verdad, todo lo tolera, todo lo cree, todo lo espera. Santa Teresa manifestó su amor al prójimo, y de un modo especial con los que estaban en pecado y con los que le injuriaban y ofendían. Su venganza para con estos era amarlos más y encomendarlos a Dios con mayor fervor.
¿Amamos a nuestros hermanos? Si no lo hacemos, es porque no vemos al prójimo como imagen de Dios, como hijo y obra suya. Pecar contra el hermano es pecar contra Cristo y hacerle bien es hacer bien a Cristo, del cual es un miembro vivo. El mandamiento principal del Señor es el amor al prójimo ¿Cómo podremos, entonces, dejar de amarle?
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Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Dia sexto
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa a la Virgen María
María es el resumen de todas las gracias que una criatura puede recibir de Dios. Es Madre y una madre se desvive por el bien de sus hijos. Es Virgen y por eso comunica hermosura y pureza. El amor a María en Santa Teresa fue su distintivo, después del que tuvo a Dios. A Ella acudió en las dudas, en las tentaciones, en los peligros , en los sufrimientos y en todos los momentos decisivos de su vida.
La devoción a María es señal de salvación y adelantamiento en la virtud. Antes perderlo todo que dejarla de amar y servir. Acudamos a Ella con la confianza de un hijo. Pidámosle, como Santa Teresa, que nos dé la perseverancia en su amor y servicio y que nunca nos abandone.
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Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa al prójimo
El amor a los hermanos es el camino más rápido para llegar a Dios, la prueba mejor de que le amamos. Es la síntesis de todas las virtudes, porque es sufrido, benigno, no tiene envidia, no es soberbio ni ambicioso, se alegra con la verdad, todo lo tolera, todo lo cree, todo lo espera. Santa Teresa manifestó su amor al prójimo, y de un modo especial con los que estaban en pecado y con los que le injuriaban y ofendían. Su venganza para con estos era amarlos más y encomendarlos a Dios con mayor fervor.
¿Amamos a nuestros hermanos? Si no lo hacemos, es porque no vemos al prójimo como imagen de Dios, como hijo y obra suya. Pecar contra el hermano es pecar contra Cristo y hacerle bien es hacer bien a Cristo, del cual es un miembro vivo. El mandamiento principal del Señor es el amor al prójimo ¿Cómo podremos, entonces, dejar de amarle?
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Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Dia sexto
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa a la Virgen María
María es el resumen de todas las gracias que una criatura puede recibir de Dios. Es Madre y una madre se desvive por el bien de sus hijos. Es Virgen y por eso comunica hermosura y pureza. El amor a María en Santa Teresa fue su distintivo, después del que tuvo a Dios. A Ella acudió en las dudas, en las tentaciones, en los peligros , en los sufrimientos y en todos los momentos decisivos de su vida.
La devoción a María es señal de salvación y adelantamiento en la virtud. Antes perderlo todo que dejarla de amar y servir. Acudamos a Ella con la confianza de un hijo. Pidámosle, como Santa Teresa, que nos dé la perseverancia en su amor y servicio y que nunca nos abandone.
.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
viernes, 9 de octubre de 2009
NOVENA A SANTA TERESA DE JESÚS. Dia 4º
Día cuarto
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa a Jesús Sacramentado
Jesús en la Eucaristía es el regalo más maravilloso de Dios a los hombres, la manifestación de su corazón de Padre, el remedio de todos nuestros males. Se quedó con nosotros para no dejarnos solos; y para transformarnos en Él, se convirtió en alimento. Santa Teresa supo agradecer la presencia sacramental del Señor. Todos sus afanes consistieron en procurarle nuevos templos, y , sobre todo, en recibirle cada día con fe, pureza y amor
¿Cuál es nuestro amor y agradecimiento a Jesús Sacramentado? ¿Estamos convencidos de que en El hallaremos todo, que es víctima por nuestros pecados, pan y fuerza, acción de gracias al Padre por sus beneficios? A pesar de nuestras miserias, acerquémonos a la Eucaristía y recibamos a Jesús, con gran amor, humildad y agradecimiento.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa a Jesús Sacramentado
Jesús en la Eucaristía es el regalo más maravilloso de Dios a los hombres, la manifestación de su corazón de Padre, el remedio de todos nuestros males. Se quedó con nosotros para no dejarnos solos; y para transformarnos en Él, se convirtió en alimento. Santa Teresa supo agradecer la presencia sacramental del Señor. Todos sus afanes consistieron en procurarle nuevos templos, y , sobre todo, en recibirle cada día con fe, pureza y amor
¿Cuál es nuestro amor y agradecimiento a Jesús Sacramentado? ¿Estamos convencidos de que en El hallaremos todo, que es víctima por nuestros pecados, pan y fuerza, acción de gracias al Padre por sus beneficios? A pesar de nuestras miserias, acerquémonos a la Eucaristía y recibamos a Jesús, con gran amor, humildad y agradecimiento.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
jueves, 8 de octubre de 2009
NOVENA A SANTA TERESA DE JESÚS. Dia 3º
Día tercero
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa a Dios
Estamos hechos para amar a Dios y sólo amándole encontraremos la verdadera felicidad. La caridad es la medida de la perfección. Y también, la exigencia de nuestro propio ser. La vida de Santa Teresa se resumió en el amor y como el amor se manifiesta en las obras, ella trabajó y sufrió por Dios, con el único deseo de glorificarle y salvar almas.
¿Podemos decir al Señor, sinceramente, que le amamos? ¿O acaso tenemos amor para todos menos para Él? Los que de verdad le quieren, buscan darle gusto en todo y
le sirven con justicia, fortaleza y humildad. No está el amor en sentimiento, sino en la determinación de hacer y padecer por Él lo que se nos ofrezca, a imitación de Santa Teresa de Jesús.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación
Amor de Santa Teresa a Dios
Estamos hechos para amar a Dios y sólo amándole encontraremos la verdadera felicidad. La caridad es la medida de la perfección. Y también, la exigencia de nuestro propio ser. La vida de Santa Teresa se resumió en el amor y como el amor se manifiesta en las obras, ella trabajó y sufrió por Dios, con el único deseo de glorificarle y salvar almas.
¿Podemos decir al Señor, sinceramente, que le amamos? ¿O acaso tenemos amor para todos menos para Él? Los que de verdad le quieren, buscan darle gusto en todo y
le sirven con justicia, fortaleza y humildad. No está el amor en sentimiento, sino en la determinación de hacer y padecer por Él lo que se nos ofrezca, a imitación de Santa Teresa de Jesús.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
miércoles, 7 de octubre de 2009
NOVENA A SANTA TERESA DE JESÚS. Dia 2º
Día Segundo
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación del día
Santa Teresa, maestra de oración
Orar es tratar con Dios como con un Amigo, que nos ama. Es entender qué hablamos y con quién. Pensar lo poco que le hemos servido y lo que le debemos servir. La oración es el medio de alcanzar todas las virtudes y lo más necesario para nosotros. La vida de Santa Teresa fue una oración continua. Procuraba lo más posible traer a Jesucristo dentro de sí. Orando, venció las tentaciones y fortaleció su fe, esperanza y caridad.
Nos excusamos con que no sabemos hacer oración. Y, sin embargo, nada hay más fácil. Ora todo el que levanta los ojos al cielo y mira con humildad a Dios. Si hablamos con otras personas, ¿por qué nos han de faltar palabras para hablar con El?. Acostumbrémonos a andar en compañía de Cristo y a tratarle con amor y confianza. Hagamos el propósito de dejarlo todo antes que la oración. Es muy poco lo que se nos pide, para el cielo eterno que se nos promete.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que teneías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan posdesignios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación del día
Santa Teresa, maestra de oración
Orar es tratar con Dios como con un Amigo, que nos ama. Es entender qué hablamos y con quién. Pensar lo poco que le hemos servido y lo que le debemos servir. La oración es el medio de alcanzar todas las virtudes y lo más necesario para nosotros. La vida de Santa Teresa fue una oración continua. Procuraba lo más posible traer a Jesucristo dentro de sí. Orando, venció las tentaciones y fortaleció su fe, esperanza y caridad.
Nos excusamos con que no sabemos hacer oración. Y, sin embargo, nada hay más fácil. Ora todo el que levanta los ojos al cielo y mira con humildad a Dios. Si hablamos con otras personas, ¿por qué nos han de faltar palabras para hablar con El?. Acostumbrémonos a andar en compañía de Cristo y a tratarle con amor y confianza. Hagamos el propósito de dejarlo todo antes que la oración. Es muy poco lo que se nos pide, para el cielo eterno que se nos promete.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán. Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad.
martes, 6 de octubre de 2009
NOVENA A SANTA TERESA DE JESÚS. Dia 1º
Día Primero
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que tenías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan los designios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación del día
Santa Teresa de Jesús, agradecida
La gratitud es una virtud que recompensa con el deseo y con las obras el beneficio recibido.
Aumenta en nosotros el amor a Dios. Le ama más quien reconoce que todo lo que tiene se lo
debe tratuitamente a El. Santa Teresa supo agradecer el más pequeño favor. Imitando a
Cristo, fue agradecida hasta con los que la ofendían, porque le daban ocasión de practicar la
caridad y la paciencia.
¿Damos gracias al Señor por los beneficios recibidos?
Imitemos a Santa Teresa y no seamos ingratos. Que nunca se puedan referir a nosotros
las palabras del Profeta:´ Hijos crié y ensalcé, y ellos me han menospreciado`.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán". Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad. Amen.
Lector.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro.En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Señor Nuestro Jesucristo, que por el amor que tenías a Santa Teresa le encargaste que mirase por tu honra, porque tu honra es su honra y la suya tuya. Aquí nos tienes con deseos de complacerte consagrando este día a honrar a nuestra especial protectora Santa Teresa de Jesús.
Todos.- Acepta, Señor, nuestra oración en satisfacción de los pecados cometidos, y en agradecimiento por todos los beneficios. Te pedimos por los méritos de Santa Teresa la conversión de los pecadores, la perseverancia de los justos, y que sobre cada uno de nosotros se cumplan los designios amorosos de tu Corazón.
Lector.- Santa Madre, Teresa de Jesús, que supiste dar gusto a todos, cuando vivías en el mundo, siendo por esto muy querida de cuantos te conocieron, ahora que vives en el cielo querrás favorecernos con mayor razón.
Todos.- Por eso te pedimos confiados, que sepamos aprovecharnos de tu doctrina, para desear las cosas celestiales y despreciar lo que puede apartarnos del bien, viviendo como tú viviste y muriendo como tú, purificados por el amor de nuestro Dios y Señor.
Meditación del día
Santa Teresa de Jesús, agradecida
La gratitud es una virtud que recompensa con el deseo y con las obras el beneficio recibido.
Aumenta en nosotros el amor a Dios. Le ama más quien reconoce que todo lo que tiene se lo
debe tratuitamente a El. Santa Teresa supo agradecer el más pequeño favor. Imitando a
Cristo, fue agradecida hasta con los que la ofendían, porque le daban ocasión de practicar la
caridad y la paciencia.
¿Damos gracias al Señor por los beneficios recibidos?
Imitemos a Santa Teresa y no seamos ingratos. Que nunca se puedan referir a nosotros
las palabras del Profeta:´ Hijos crié y ensalcé, y ellos me han menospreciado`.
Oración
Lector.- Señor, movidos por la promesa que hiciste a Santa Teresa de no negar lo que ella te pidiera, acudimos a Ti con la confianza de que nos concederás, por su intercesión, aumento de gracia y de virtudes.
Todos.- Diste palabra, Dios mio, y tu palabra no puede faltar. Tu dijiste: “Los cielos y la tierra pasarán, mas mis palabras no faltarán". Sé, Señor, fiel a tu promesa, concediéndonos lo que pedimos.
Lector.- Santa Madre Teresa, alcánzanos de Jesús, un corazón como el tuyo, totalmente de Dios, en vida, en muerte y por toda la eternidad. Amen.
lunes, 5 de octubre de 2009
Dos teresianistas modernos, Enr. Osso y T. Morales
Amigos :
Muchas gracias a todos por acceder a nuestro BLOG. Mil trescientos lo habeis visitado en el primer mes. Estoy tan emocionado, que me tiemblan las manos cuando abro una nueva página. Que Dios os lo pague
Fray Luis de León, al presentar la primera edición de las obras de Santa Teresa , anotó en el prólogo, que no habiéndola conocido en vida, estaba visible en las monjas carmelitas, y en ellas, como en espejos puros resplandecía su rostro, que es el de la madre santa que se traspasa en sus hijas.-
Algo parecido podría decirse de dos hombres, uno del siglo XIX y otro del XX, que asimilaron de tal manera la vida y las actitudes de nuestra Santa, que hicieron de ella una forma propia de vida y de influir en la convulsa sociedad de su tiempo. El torrente de energía psíquica, emocional y religiosa de esos dos gigantes de la Iglesia en España, uno catalán y otro castellano, se encauzó por el mismo canal de la llamada espiritualidad teresiana. Y ambos se propusieron la misma meta: educar a niños, jóvenes y adultos en la vida cristiana según la recreó la Santa de Ávila con su pluma y su estilo de vida.- Los dos crearon instituciones inspiradas en la Fundadora de la Orden de la Descalcez, con tal acierto que se adhirieron a ellas miles de jóvenes y hoy se encuentran extendidas por diversos países.
El sacerdote San Enrique de Ossó fundó la Congregación de la Compañía de Santa Teresa para la enseñanza , que cuenta con cientos de colegios. De él he copiado los textos de la Novena a Santa Teresa que iniciaremos mañana día 6 de octubre. Le dedicaremos una página cuando llegue su fiesta en enero, si Dios quiere.
El otro gran teresianista es el jesuita P. Tomás Morales, hoy en proceso de Beatificación. Quines le tratamos personalmente, ya le invocamos comoa un santo. Puso en marcha dos Institutos Seculares de Cruzados y Cruzadas de Santa María y otras obras sociales bajo el patronazgo de la Fundadora Abulense. Al Instituto de las Cruzadas, para empezar, lo definió como “tronco ignaciano y savia carmelitana”. Dios lo llamó a la eternidad el 1 de este mes de octubre de 1994, mes del Rosario, mes de Santa Teresa , y en la festividad de santa Teresa de Lisieux, a la que tenía particular devoción. La casa que las Cruzadas han fundado en Ávila, la dedicaron a Santa Teresa de Jesús. Por eso le traemos a nuestra página hoy.
La referencia a estos dos grandes hombres es sólo un ejemplo del inmenso poder de convocatoria que ha tenido y sigue teniendo nuestra santa para quienes buscan su realización personal y el establecimiento de instituciones con fuerte arraigo en la sociedad. Hombres enamorados de nuestra Santa, que la llevaron consigo a todas partes.- Aquí a su cuna, en Avila, ambos vinieron varias veces, como para respirar su mismo aire y relajarse con la meditación y la contemplación de los lugares en que habitó su santa adorada. Una imagen, una estampa, una frase suya, una fecha del calendario teresiano fueron punto focal, como reclamo de su concentración y actividad, porque estaban seguros que no les podía fallar su protección.
Como muestra del teresianismo del P. Morales, permitidme que señale unos cuantos datos puntuales más significativos.- Cuando en 1946 el P. Jesuita, recién destinado a Madrid, busca un piso donde reunirse con los primeros jóvenes para su apostolado , lo encuentra precisamente en la Calle de Santa Teresa. Aquello lo interpretó como un seguro de vida apostólica, que no le podía fallar. Luego, al resultarles pequeño el piso, según escribe nuestro protagonista,” buscamos una nueva sede, y todos comprobamos con alegría que la casa que habíamos adquirido, lindaba con los Padres Carmelitas de la plaza de España. Nos separaba una casa del Templo Nacional de santa Teresa. Era necesario incorporarla al Hogar del Empleado para que éste arrancase del referido Templo y quedase más bajo la protección de Santa Teresa”.
Tomás Morales y sus muchachos ya no podían sustraerse de la compañía de Santa Teresa, ni escalando las cimas de Gredos. Veamos.- El 24 de agosto de 1955 fundó la institución naciente de las Cruzadas en Gredos. Y ocurrió así según palabras del P. Tomás:” En aquellas convivencias a orillas del Tormes naciente, se evocó una fecha gloriosa en la Historia de la Iglesia y del mundo. Hacía 393 años justos, y en este mismo día, Teresa de Jesús se encierra en la primera de sus fundaciones, San José de Avila, con cuatro carmelitas primeras de la Reforma. La gran revolución del amor para la conquista de las almas iniciada por la Santa, quiere continuarla la Cruzada sin salir del mundo cuatro siglos más tarde”.
Coinciden también en una misma aventura insospechada M.Teresa y P. Tomás. A Madre Teresa el provincial de la Orden del Carmen le ordena en 1571 que deje sus conventos recién fundados y se recluya en el Monasterio de la Encarnación. El P.Tomás, por disposición de su provincial jesuita tiene que abandonar sus Hogares del Empleado, sus Cruzados, todo lo que hacía en Madrid, y trasladarse a la casa de la Compañía en Badajoz. Oigámosle cómo también esta vez recurre a la Santa para consolarse y acertar en lo que debe hacer: “Cuando en la noche del 5 de octubre de 1961 me quedé solo en el vagón que me conducía a Badajoz, al arrancar el tren, una tortura me asaltaba: ¿Qué será de la Cruzada?.Pero al mismo tiempo Alguién me daba fuerza para alejarme de Madrid. Una voz me decía: no temas, verás como no pasa nada !. Sin saber cómo, me vinieron a la memoria aquellas palabras que el Señor dijo a Santa Teresa, también en octubre, hacía 390 años justamente,en 1571. Tiene que abandonar sus comenzadas fundaciones para recluirse como priora en la Encarnación”Llegó de priora a la Encarnación el 6 de octubre.mañana hace años. El regreso del P. Morales a Madrid en octubre de 1963 también lo interpreta como un regalo que le hace santa Teresa precisamente en su mes.
El lema del Fundador de la Cruzada lo tenía muy claro: “La Cruzada de la Virgen quiere ser en el mundo una prolongación del Carmelo teresiano”.- En las tandas de Ejercicios Espirituales que da a los jóvenes, en sus retiros mensuales, se apropia de los mismos símbolos y frases enteras de nuestra Santa para representar los mismos contenidos espirituales. Aquello de que nuestra alma es como un castillo, el P. Morales lo emplea en las pláticas y meditaciones para centrar las ideas en el conocimiento propio, la oración como puerta de acceso al interior de uno mismo, y la flaqueza en las virtudes como grietas de los muros del castillo, por donde atacará el demonio que quiere penetrar en la morada del corazón. En la autobiografía de Teresa de Ahumada, como historia de un alma, encontraba el mejor itinerario de vida ascética para recomendárselo a sus jóvenes como camino seguro que les llevaría al encuentro con Dios. De Santa Teresa aprende el señorio de la voluntad, el valor para lanzarse incluso a lo que pareciese imposible. Frases inconfundibles como “sólo el amor es lo que da valor a todas las cosas”, “sólo Dios basta”, “ todo se pasa”,marcaron a sus oyentes para toda la vida
El Fundador se propuso distribuir a las jóvenes que aspiraban a la perfección, mitad para la Orden contemplativa de Santa Teresa y la otra mitad para el Instituto Secular de la Cruzada, una para carmelita y otra para Cruzada. En total envió ochenta vocaciones a la vida contemplativa y otras ochenta a la vida activa. No podía darle a Santa Teresa mejor reconocimiento por la Orden que había fundado. Pero ella se lo premió con creces, y cuando menos se lo esperaba.En una ocasión le pidió que sus Cruzados y Cruzadas tuvieran una casa donde comer y dormir, rezar, organizarse y difundirse. A los pocos meses se lo concedió.Un devoto de Santa Teresa le regaló una casa de cinco plantas al lado de Cibeles , y otro un inmueble enorme en el paseo de Rosales.
¿ Qué había visto el jesuita en la primera carmelita descalza ? Pura y simplemente,una forma de ser persona, una mujer de un atractivo avasallador para llevar almas a Cristo. Recibió un chispazo desde sus ojos radiantes, que le enamoraron por completo. En ella intuyó el Doctor en leyes por la Universidad de Bolonia, que algo especial debía tener una mujer que había escrito el libro más sublime sobre cosas de espíritu sentada en el santo suelo, apoyado el papel en un poyo de barro , con los pies descalzos, y a la luz de un ventanuco. Vió en ella .el espejo purísimo de una mujer feliz estando desasida de todo; el camino de la más acabada perfección; el secreto de una mujer, falta de salud, cuya obsesión era “hacerse fuerza”para todo. Una mujer para quien “ no había cosa que delante se le pusiese , por grave que fuese, que dudase de acometerla”. Que tenía razón cuando dijo “Quien a Dios tiene ,nada le falta, sólo Dios basta”.
El P.Morales ha ganado la batalla a la inabarcable e irreductible Teresa, convirtiendo las calles de Madrid en corredores de clausura y a los laicos de las fábricas o de la universidad en monjes contemplativos sin salir de las fábricas ni de la universidad. Cruzados y cruzadas recrean la imagen histórica de Teresa de Jesús a una manera nueva y creativa, la que les enseñó su fundador, el gran teresianista P.Tomás Morales en pleno siglo XX.
Hasta mañana.Adios. Vuestro Capellán.
Muchas gracias a todos por acceder a nuestro BLOG. Mil trescientos lo habeis visitado en el primer mes. Estoy tan emocionado, que me tiemblan las manos cuando abro una nueva página. Que Dios os lo pague
Fray Luis de León, al presentar la primera edición de las obras de Santa Teresa , anotó en el prólogo, que no habiéndola conocido en vida, estaba visible en las monjas carmelitas, y en ellas, como en espejos puros resplandecía su rostro, que es el de la madre santa que se traspasa en sus hijas.-
Algo parecido podría decirse de dos hombres, uno del siglo XIX y otro del XX, que asimilaron de tal manera la vida y las actitudes de nuestra Santa, que hicieron de ella una forma propia de vida y de influir en la convulsa sociedad de su tiempo. El torrente de energía psíquica, emocional y religiosa de esos dos gigantes de la Iglesia en España, uno catalán y otro castellano, se encauzó por el mismo canal de la llamada espiritualidad teresiana. Y ambos se propusieron la misma meta: educar a niños, jóvenes y adultos en la vida cristiana según la recreó la Santa de Ávila con su pluma y su estilo de vida.- Los dos crearon instituciones inspiradas en la Fundadora de la Orden de la Descalcez, con tal acierto que se adhirieron a ellas miles de jóvenes y hoy se encuentran extendidas por diversos países.
El sacerdote San Enrique de Ossó fundó la Congregación de la Compañía de Santa Teresa para la enseñanza , que cuenta con cientos de colegios. De él he copiado los textos de la Novena a Santa Teresa que iniciaremos mañana día 6 de octubre. Le dedicaremos una página cuando llegue su fiesta en enero, si Dios quiere.
El otro gran teresianista es el jesuita P. Tomás Morales, hoy en proceso de Beatificación. Quines le tratamos personalmente, ya le invocamos comoa un santo. Puso en marcha dos Institutos Seculares de Cruzados y Cruzadas de Santa María y otras obras sociales bajo el patronazgo de la Fundadora Abulense. Al Instituto de las Cruzadas, para empezar, lo definió como “tronco ignaciano y savia carmelitana”. Dios lo llamó a la eternidad el 1 de este mes de octubre de 1994, mes del Rosario, mes de Santa Teresa , y en la festividad de santa Teresa de Lisieux, a la que tenía particular devoción. La casa que las Cruzadas han fundado en Ávila, la dedicaron a Santa Teresa de Jesús. Por eso le traemos a nuestra página hoy.
La referencia a estos dos grandes hombres es sólo un ejemplo del inmenso poder de convocatoria que ha tenido y sigue teniendo nuestra santa para quienes buscan su realización personal y el establecimiento de instituciones con fuerte arraigo en la sociedad. Hombres enamorados de nuestra Santa, que la llevaron consigo a todas partes.- Aquí a su cuna, en Avila, ambos vinieron varias veces, como para respirar su mismo aire y relajarse con la meditación y la contemplación de los lugares en que habitó su santa adorada. Una imagen, una estampa, una frase suya, una fecha del calendario teresiano fueron punto focal, como reclamo de su concentración y actividad, porque estaban seguros que no les podía fallar su protección.
Como muestra del teresianismo del P. Morales, permitidme que señale unos cuantos datos puntuales más significativos.- Cuando en 1946 el P. Jesuita, recién destinado a Madrid, busca un piso donde reunirse con los primeros jóvenes para su apostolado , lo encuentra precisamente en la Calle de Santa Teresa. Aquello lo interpretó como un seguro de vida apostólica, que no le podía fallar. Luego, al resultarles pequeño el piso, según escribe nuestro protagonista,” buscamos una nueva sede, y todos comprobamos con alegría que la casa que habíamos adquirido, lindaba con los Padres Carmelitas de la plaza de España. Nos separaba una casa del Templo Nacional de santa Teresa. Era necesario incorporarla al Hogar del Empleado para que éste arrancase del referido Templo y quedase más bajo la protección de Santa Teresa”.
Tomás Morales y sus muchachos ya no podían sustraerse de la compañía de Santa Teresa, ni escalando las cimas de Gredos. Veamos.- El 24 de agosto de 1955 fundó la institución naciente de las Cruzadas en Gredos. Y ocurrió así según palabras del P. Tomás:” En aquellas convivencias a orillas del Tormes naciente, se evocó una fecha gloriosa en la Historia de la Iglesia y del mundo. Hacía 393 años justos, y en este mismo día, Teresa de Jesús se encierra en la primera de sus fundaciones, San José de Avila, con cuatro carmelitas primeras de la Reforma. La gran revolución del amor para la conquista de las almas iniciada por la Santa, quiere continuarla la Cruzada sin salir del mundo cuatro siglos más tarde”.
Coinciden también en una misma aventura insospechada M.Teresa y P. Tomás. A Madre Teresa el provincial de la Orden del Carmen le ordena en 1571 que deje sus conventos recién fundados y se recluya en el Monasterio de la Encarnación. El P.Tomás, por disposición de su provincial jesuita tiene que abandonar sus Hogares del Empleado, sus Cruzados, todo lo que hacía en Madrid, y trasladarse a la casa de la Compañía en Badajoz. Oigámosle cómo también esta vez recurre a la Santa para consolarse y acertar en lo que debe hacer: “Cuando en la noche del 5 de octubre de 1961 me quedé solo en el vagón que me conducía a Badajoz, al arrancar el tren, una tortura me asaltaba: ¿Qué será de la Cruzada?.Pero al mismo tiempo Alguién me daba fuerza para alejarme de Madrid. Una voz me decía: no temas, verás como no pasa nada !. Sin saber cómo, me vinieron a la memoria aquellas palabras que el Señor dijo a Santa Teresa, también en octubre, hacía 390 años justamente,en 1571. Tiene que abandonar sus comenzadas fundaciones para recluirse como priora en la Encarnación”Llegó de priora a la Encarnación el 6 de octubre.mañana hace años. El regreso del P. Morales a Madrid en octubre de 1963 también lo interpreta como un regalo que le hace santa Teresa precisamente en su mes.
El lema del Fundador de la Cruzada lo tenía muy claro: “La Cruzada de la Virgen quiere ser en el mundo una prolongación del Carmelo teresiano”.- En las tandas de Ejercicios Espirituales que da a los jóvenes, en sus retiros mensuales, se apropia de los mismos símbolos y frases enteras de nuestra Santa para representar los mismos contenidos espirituales. Aquello de que nuestra alma es como un castillo, el P. Morales lo emplea en las pláticas y meditaciones para centrar las ideas en el conocimiento propio, la oración como puerta de acceso al interior de uno mismo, y la flaqueza en las virtudes como grietas de los muros del castillo, por donde atacará el demonio que quiere penetrar en la morada del corazón. En la autobiografía de Teresa de Ahumada, como historia de un alma, encontraba el mejor itinerario de vida ascética para recomendárselo a sus jóvenes como camino seguro que les llevaría al encuentro con Dios. De Santa Teresa aprende el señorio de la voluntad, el valor para lanzarse incluso a lo que pareciese imposible. Frases inconfundibles como “sólo el amor es lo que da valor a todas las cosas”, “sólo Dios basta”, “ todo se pasa”,marcaron a sus oyentes para toda la vida
El Fundador se propuso distribuir a las jóvenes que aspiraban a la perfección, mitad para la Orden contemplativa de Santa Teresa y la otra mitad para el Instituto Secular de la Cruzada, una para carmelita y otra para Cruzada. En total envió ochenta vocaciones a la vida contemplativa y otras ochenta a la vida activa. No podía darle a Santa Teresa mejor reconocimiento por la Orden que había fundado. Pero ella se lo premió con creces, y cuando menos se lo esperaba.En una ocasión le pidió que sus Cruzados y Cruzadas tuvieran una casa donde comer y dormir, rezar, organizarse y difundirse. A los pocos meses se lo concedió.Un devoto de Santa Teresa le regaló una casa de cinco plantas al lado de Cibeles , y otro un inmueble enorme en el paseo de Rosales.
¿ Qué había visto el jesuita en la primera carmelita descalza ? Pura y simplemente,una forma de ser persona, una mujer de un atractivo avasallador para llevar almas a Cristo. Recibió un chispazo desde sus ojos radiantes, que le enamoraron por completo. En ella intuyó el Doctor en leyes por la Universidad de Bolonia, que algo especial debía tener una mujer que había escrito el libro más sublime sobre cosas de espíritu sentada en el santo suelo, apoyado el papel en un poyo de barro , con los pies descalzos, y a la luz de un ventanuco. Vió en ella .el espejo purísimo de una mujer feliz estando desasida de todo; el camino de la más acabada perfección; el secreto de una mujer, falta de salud, cuya obsesión era “hacerse fuerza”para todo. Una mujer para quien “ no había cosa que delante se le pusiese , por grave que fuese, que dudase de acometerla”. Que tenía razón cuando dijo “Quien a Dios tiene ,nada le falta, sólo Dios basta”.
El P.Morales ha ganado la batalla a la inabarcable e irreductible Teresa, convirtiendo las calles de Madrid en corredores de clausura y a los laicos de las fábricas o de la universidad en monjes contemplativos sin salir de las fábricas ni de la universidad. Cruzados y cruzadas recrean la imagen histórica de Teresa de Jesús a una manera nueva y creativa, la que les enseñó su fundador, el gran teresianista P.Tomás Morales en pleno siglo XX.
Hasta mañana.Adios. Vuestro Capellán.
sábado, 3 de octubre de 2009
Los juegos de la niña Teresa de Ahumada
Amigos del Blog : ¿Os imaginais a qué jugaba Santa Teresa cuando era niña? Podeis imaginaros lo que querais. Era una niña como otra cualquiera.A las bolas, a la tanga, a saltar a la cuerda, a la peonza.
Pero a los cincuenta años se propuso escribir el Libro de su Vida. Y en el contexto de verse Carmelita, en una situación en que experimenta su existencia propia como monja de verdad y rodeada de sus monjas, recuerda su niñez. Y es el momento en que la vienen a la memoria esas vivencias experienciales, que no se olvidad nunca. Entre ellas, dos juegos: jugar a ser monja con otras niñas y jugar a ser ermitaña. La escuchamos.
"De que vi que era imposible ir a donde me matasen por Dios, ordenábamos ser ermitaños, y
en una huerta que había en casa procurábamos, como podíamos, hacer ermitas, poniendo
unas piedrecillas, que luego se nos caían. Y así no hallábamos remedio en nada para nuestro
deseo; que ahora me pone devoción ver cómo me daba Dios tan presto lo que yo perdí por mi
culpa. Hacía limosna como podía, y podía poco. Procuraba soledad para rezar mis devociones,
que eran hartas, en especial el rosario, de que mi madre era muy devota, y ansí nos hacía serlo.
Gustaba mucho, cuando jugaba con otras niñas, hacer monasterios, como que éramos monjas; y
yo me parece deseaba serlo, aunque no tanto como las cosas que he dicho".
Al aproximarnos a este texto autobiográfico, tenemos que empezar situándonos en el mundo cultural y religioso del siglo XVI. Y , luego, en quienes eran los destinatarios del libro que escribe. Y ahora ya nos preguntamos ¿que ha querido comunicar la priora Madre Teresa a sus monjas del convento de San José y a los confesores que le han pedido que escriba lo que le ha ido ocurriendo en lo más íntimo de su espíritu, a lo largo de su vida?
A primera vista, no se deduce de este texto que la niña Teresa no jugara a los bolos o a la comba. La niña Teresa fue una niña como las demás de su tiempo. Pero en su historia personal, al tener que escribir sus experiencias religiosas, recurre a lo que ella vivió experiencialmente. Eso que nadie puede olvidar, si lo ha vivido en el espíritu a solas o con otros, aunque hayan pasado cuarenta o más años.
El genio nace genio y, el que es fiel a sí mismo, termina siendo un genio. Santa Teresa nació siendo un genio en el arte de la intronspección, de la vida interior, de la contemplación, de la unión amorosa con Dios.
Ha empezado a recordar su niñez y le suena , enseguida, la voz del espíritu propio y el eco del Dios que le habla :..."que ahora me pone devoción ver cómo me daba Dios tan presto lo que yo perdí por mi culpa". Hace muchos años, jugaba a ser ermitaña y a ser monja con otras niñas. Ahora vive con otras monjas de verdad, a las que tambien ella misma ha convocado recientemente, como ,entonces, reunió a otras niñas.
" Me daba Dios"...En tres palabras, nos enseña el nucleo vivencial de su historia personal, que es el verse iluminada, guiada, regida por Otro, al que ella corresponde. Ella vuelve profundamente a si misma para contarnos, nó lo que hace ella, sino lo que recibe de Dios. Maestra del amor, Teresa sabe que el amor se recibe primero y se espera siempre." Mi madre , tan devota, nos hacía serlo". Y "me daba Dios".
Siempre termina diciendo que le corresponde malísimamente, que es la más grande pecadora, indignísima de las gracias que Dios le otorga. Dios y ella. En medio, un abismo insondable. Estamos empezando a asomarnos a él.
Hemos abierto el Libro de la Vida, escrito por Santa Teresa de Jesús. Desde la primera página, la vemos gozando de la vida. Se estremece al verse cogida de la mano de Dios. No entiende por qué Dios la busca, precisamente a ella, que se ve ruin, inutil...¡Verse inutil! Ella, que ha conquistado las cimas del espíritu. La que dice no saber escribir, y ha entrado en la historia de la literatura como creadora de un estilo nuevo. La Santa más conocida en el mundo entero.
Santa Teresa va a estar encantada de que leamos sus escritos. Estamos en la primera página. Nos quedan muchos cientos de folios, por transcribir en este BLOG. Si ya nos ha cautivado desde su niñez, estamos deseando conocerla mejor. Seguiremos escuchando su mensaje, su revelación de Dios. Teresa es más que una mujer. Es una Santa. Y santo es el que siendo cristiano, se hace realmente hombre. O mujer, en nuestro caso. Santo es el que se ha ido liberando de lo terrenal y caduco en pos de la bondad sencilla y plena, haciéndose cada vez un poco más espiritual.
Hoy os quería proponer una cosa, interrumpir la lectura de los escritos de nuestra Santa, para rezarla una Novena. Nueve dias seguidos, como preparación a su gran fiesta del 15 de octubre, empezando el próximo día seis.
Adios.No me falteis. Con un saludo de vuestro Capellán.
Pero a los cincuenta años se propuso escribir el Libro de su Vida. Y en el contexto de verse Carmelita, en una situación en que experimenta su existencia propia como monja de verdad y rodeada de sus monjas, recuerda su niñez. Y es el momento en que la vienen a la memoria esas vivencias experienciales, que no se olvidad nunca. Entre ellas, dos juegos: jugar a ser monja con otras niñas y jugar a ser ermitaña. La escuchamos.
"De que vi que era imposible ir a donde me matasen por Dios, ordenábamos ser ermitaños, y
en una huerta que había en casa procurábamos, como podíamos, hacer ermitas, poniendo
unas piedrecillas, que luego se nos caían. Y así no hallábamos remedio en nada para nuestro
deseo; que ahora me pone devoción ver cómo me daba Dios tan presto lo que yo perdí por mi
culpa. Hacía limosna como podía, y podía poco. Procuraba soledad para rezar mis devociones,
que eran hartas, en especial el rosario, de que mi madre era muy devota, y ansí nos hacía serlo.
Gustaba mucho, cuando jugaba con otras niñas, hacer monasterios, como que éramos monjas; y
yo me parece deseaba serlo, aunque no tanto como las cosas que he dicho".
Al aproximarnos a este texto autobiográfico, tenemos que empezar situándonos en el mundo cultural y religioso del siglo XVI. Y , luego, en quienes eran los destinatarios del libro que escribe. Y ahora ya nos preguntamos ¿que ha querido comunicar la priora Madre Teresa a sus monjas del convento de San José y a los confesores que le han pedido que escriba lo que le ha ido ocurriendo en lo más íntimo de su espíritu, a lo largo de su vida?
A primera vista, no se deduce de este texto que la niña Teresa no jugara a los bolos o a la comba. La niña Teresa fue una niña como las demás de su tiempo. Pero en su historia personal, al tener que escribir sus experiencias religiosas, recurre a lo que ella vivió experiencialmente. Eso que nadie puede olvidar, si lo ha vivido en el espíritu a solas o con otros, aunque hayan pasado cuarenta o más años.
El genio nace genio y, el que es fiel a sí mismo, termina siendo un genio. Santa Teresa nació siendo un genio en el arte de la intronspección, de la vida interior, de la contemplación, de la unión amorosa con Dios.
Ha empezado a recordar su niñez y le suena , enseguida, la voz del espíritu propio y el eco del Dios que le habla :..."que ahora me pone devoción ver cómo me daba Dios tan presto lo que yo perdí por mi culpa". Hace muchos años, jugaba a ser ermitaña y a ser monja con otras niñas. Ahora vive con otras monjas de verdad, a las que tambien ella misma ha convocado recientemente, como ,entonces, reunió a otras niñas.
" Me daba Dios"...En tres palabras, nos enseña el nucleo vivencial de su historia personal, que es el verse iluminada, guiada, regida por Otro, al que ella corresponde. Ella vuelve profundamente a si misma para contarnos, nó lo que hace ella, sino lo que recibe de Dios. Maestra del amor, Teresa sabe que el amor se recibe primero y se espera siempre." Mi madre , tan devota, nos hacía serlo". Y "me daba Dios".
Siempre termina diciendo que le corresponde malísimamente, que es la más grande pecadora, indignísima de las gracias que Dios le otorga. Dios y ella. En medio, un abismo insondable. Estamos empezando a asomarnos a él.
Hemos abierto el Libro de la Vida, escrito por Santa Teresa de Jesús. Desde la primera página, la vemos gozando de la vida. Se estremece al verse cogida de la mano de Dios. No entiende por qué Dios la busca, precisamente a ella, que se ve ruin, inutil...¡Verse inutil! Ella, que ha conquistado las cimas del espíritu. La que dice no saber escribir, y ha entrado en la historia de la literatura como creadora de un estilo nuevo. La Santa más conocida en el mundo entero.
Santa Teresa va a estar encantada de que leamos sus escritos. Estamos en la primera página. Nos quedan muchos cientos de folios, por transcribir en este BLOG. Si ya nos ha cautivado desde su niñez, estamos deseando conocerla mejor. Seguiremos escuchando su mensaje, su revelación de Dios. Teresa es más que una mujer. Es una Santa. Y santo es el que siendo cristiano, se hace realmente hombre. O mujer, en nuestro caso. Santo es el que se ha ido liberando de lo terrenal y caduco en pos de la bondad sencilla y plena, haciéndose cada vez un poco más espiritual.
Hoy os quería proponer una cosa, interrumpir la lectura de los escritos de nuestra Santa, para rezarla una Novena. Nueve dias seguidos, como preparación a su gran fiesta del 15 de octubre, empezando el próximo día seis.
Adios.No me falteis. Con un saludo de vuestro Capellán.
jueves, 1 de octubre de 2009
Hoy, fiesta de Santa Teresa de Lisieux
Amigos del Blog: La influencia de Santa Teresa de Ávila se difundió rápidamente por Francia, al poco de morir. Su enfermera Ana de San Bartolomé se dirigió al pais vecino con otras carmelitas a petición del Cardenal Pedro de Berulle. La vida, la experiencia y la doctrina de nuestra Santa, sobre todo, acerca de la oración como trato íntimo con Dios se fue infiltrándo en la cultura y la espiritualidad francesa, desde principios del siglo XVII, con un vigor y una acogida impresionante.
En consecuencia, surgieron conventos carmelitanos por doquier. Uno, al norte de Francia, es al que hoy nos referimos, el de Lisieux. Allí ingresó una jovecita, que enseguida fue conocida con el nombre que ella misma escogió al hacer la profesión, el de Teresa del Niño Jesús. Con la edad de 24 años falleció en el Convento de Carmelitas Descalzas el 30 de septiembre de 1897.
Su canonización fue rápida. El Papa San Pio X la calificó enseguida como la santa más grande de los tiempos modernos.Se distinguió la monja carmelita por su sencillez encantadora, por su prodigiosa sencillez y humildad. Intuyó la cercanía del Niño Dios en su vida, y, como la cosa más natural del mundo, empezó a hablar del caminito de abandono y confianza ilimitada en Dios Padre. Desde niña rezaba a la Virgen y a San José, con sus padres y hermanas en familia.
Escogió la sencillez, la infancia espiritual, y el abandono filial, el caminito que la llevó a la santidad. Pudo decir y escribir : No tengo conciencia de haber rehusado nada a Dios desde que cumplí tres años"."No quiero saber, no quiero entender, no quiero ver ni sentir. Sólo sé una verdad y esa me hace feliz: Dios es amor, Dios es poder, suma bondad, sumo entender".Pio XI dijo de ella :"Teresa parece más angelical que humana, y dotada de una sencillez de niño en la práctica de la verdad y de la justicia".
Entre sus escritos, destaca aquel en que ella, sabiendo que la Iglesia es como un cuerpo en el que hay muchos miembros, y que entre los fieles cristianos, unos se asemejan a los pies como los misioneros, otros a la cabeza como el Papa y los Obispos, otros a la boca como los predicadores , ella quería ser a la vez todos los miembros, es decir ocupar todos servicios en la iglesia. Hasta que un día, leyendo a San Pablo, descubrió su puesto en la Iglesia, como cuerpo místico de Cristo :"Mi sitio está en el corazón de la Iglesia". En su honor y veneración, y como un regalo personal que nos hace para nuestra recreación y gozo, os invito a leerlo:
"Teniendo un deseo inmenso de martirio, acudí a las cartas de san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores; que la Iglesia consta de diversos miembros y que el ojo no puede ser al mismo tiempo mano. Una respuesta bien clara, ciertamente, pero no suficiente para satisfacer mis deseos y darme la paz. Continué leyendo sin desanimarme, y encontré esta consoladora exhortación: ` Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional´. El Apostol, en efecto, hace notar cómo los mayores dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había hallado la tranquilidad".
"Al contemplar el cuerpo místico de la Iglesia, no me había reconocido a mi misma en ninguno de los miembros que San Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien verme en todos ellos. En la caridad encontré el quicio de mi vocación. Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que solo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase el amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno".
"Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé :Òh Jesús, amor mio, por fin he encontrado mi vocación; mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mio. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado".
¡Impresionante la belleza de esta confesión personal de Santa Teresita del Niño Jesús!
Otro dato histórico quiero mencionar. Hoy se cumplen diez años de la declaración de otra carmelita insigne como copatrona de Europa. Así la nombró Juan Pablo II a la filósofa Edith Stein, que al profesar como carmelita en Colonia (Alemania) se puso por nombre Teresa Benedicta de la Cruz. Hoy tambien canonizada. Murió martir en Auschwitz.
Adios, amigos. Un saludo de vuestro Capellán.
En consecuencia, surgieron conventos carmelitanos por doquier. Uno, al norte de Francia, es al que hoy nos referimos, el de Lisieux. Allí ingresó una jovecita, que enseguida fue conocida con el nombre que ella misma escogió al hacer la profesión, el de Teresa del Niño Jesús. Con la edad de 24 años falleció en el Convento de Carmelitas Descalzas el 30 de septiembre de 1897.
Su canonización fue rápida. El Papa San Pio X la calificó enseguida como la santa más grande de los tiempos modernos.Se distinguió la monja carmelita por su sencillez encantadora, por su prodigiosa sencillez y humildad. Intuyó la cercanía del Niño Dios en su vida, y, como la cosa más natural del mundo, empezó a hablar del caminito de abandono y confianza ilimitada en Dios Padre. Desde niña rezaba a la Virgen y a San José, con sus padres y hermanas en familia.
Escogió la sencillez, la infancia espiritual, y el abandono filial, el caminito que la llevó a la santidad. Pudo decir y escribir : No tengo conciencia de haber rehusado nada a Dios desde que cumplí tres años"."No quiero saber, no quiero entender, no quiero ver ni sentir. Sólo sé una verdad y esa me hace feliz: Dios es amor, Dios es poder, suma bondad, sumo entender".Pio XI dijo de ella :"Teresa parece más angelical que humana, y dotada de una sencillez de niño en la práctica de la verdad y de la justicia".
Entre sus escritos, destaca aquel en que ella, sabiendo que la Iglesia es como un cuerpo en el que hay muchos miembros, y que entre los fieles cristianos, unos se asemejan a los pies como los misioneros, otros a la cabeza como el Papa y los Obispos, otros a la boca como los predicadores , ella quería ser a la vez todos los miembros, es decir ocupar todos servicios en la iglesia. Hasta que un día, leyendo a San Pablo, descubrió su puesto en la Iglesia, como cuerpo místico de Cristo :"Mi sitio está en el corazón de la Iglesia". En su honor y veneración, y como un regalo personal que nos hace para nuestra recreación y gozo, os invito a leerlo:
"Teniendo un deseo inmenso de martirio, acudí a las cartas de san Pablo, para tratar de hallar una respuesta. Mis ojos dieron casualmente con los capítulos doce y trece de la primera carta a los Corintios, y en el primero de ellos leí que no todos pueden ser al mismo tiempo apóstoles, profetas y doctores; que la Iglesia consta de diversos miembros y que el ojo no puede ser al mismo tiempo mano. Una respuesta bien clara, ciertamente, pero no suficiente para satisfacer mis deseos y darme la paz. Continué leyendo sin desanimarme, y encontré esta consoladora exhortación: ` Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional´. El Apostol, en efecto, hace notar cómo los mayores dones sin la caridad no son nada y cómo esta misma caridad es el mejor camino para llegar a Dios de un modo seguro. Por fin había hallado la tranquilidad".
"Al contemplar el cuerpo místico de la Iglesia, no me había reconocido a mi misma en ninguno de los miembros que San Pablo enumera, sino que lo que yo deseaba era más bien verme en todos ellos. En la caridad encontré el quicio de mi vocación. Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que solo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase el amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno".
"Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé :Òh Jesús, amor mio, por fin he encontrado mi vocación; mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mio. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado".
¡Impresionante la belleza de esta confesión personal de Santa Teresita del Niño Jesús!
Otro dato histórico quiero mencionar. Hoy se cumplen diez años de la declaración de otra carmelita insigne como copatrona de Europa. Así la nombró Juan Pablo II a la filósofa Edith Stein, que al profesar como carmelita en Colonia (Alemania) se puso por nombre Teresa Benedicta de la Cruz. Hoy tambien canonizada. Murió martir en Auschwitz.
Adios, amigos. Un saludo de vuestro Capellán.
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