miércoles, 27 de febrero de 2013











DOMINGO DE CUARESMA III C. Día 3 de marzo 2013
      Si no os convertís, todos pereceréis!.- En cierta ocasión le contaron a Jesucristo que  alguien había asesinado a unos galileos, sin saber por qué. La noticia le impresionó tremendamente, como nos impresionan a nosotros tantas muertes inocentes. Algunos debieron pensar que cuando les habían asesinado sería porque eran culpables.-

Jesucristo les adivinó el pensamiento y les pregunta:” ¿Pensáis que esos galileos eran peores que los demás, porque acabaron así ? Yo os digo que nó; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo “!  La culpa de tantas muertes violentas que han acaecido y siguen acaeciendo es la misma de siempre: la maldad de los hombres, el pecado de los hombres, el odio, la venganza, la ambición del poder, la destrucción de la naturaleza... Y la solución no puede ser otra : “ Convertíos, porque si no os convertís, todos pereceréis “! O convertirse o perecer!, no hay término medio. Cuanto peor somos los humanos, peor anda el mundo.

     Estamos en Cuaresma, y esta invitación de Jesucristo nos llega al alma a todos. Porque todos podemos ser mejores. Todos necesitamos ser mejores, para que  todo marche mejor a nuestro alrededor. A todos nos salpica el mal. Todos somos pecadores.¡ Convertíos! “Convertir” significa transformar una cosa en otra. Dejar de ser una cosa para ser otra. Cambiar de sentido, cambiar de orientación. En otra ocasión dice Jesucristo:” Convertios a mí de todo corazón...Rasgad vuestros corazones, nó las vestiduras.¡ Convertíos al Señor Dios vuestro !”.

 Convertíos a mi. Convirtámonos al Señor, Dios nuestro. Demos la primacía a Dios. La renovación sólo puede venir de la vuelta a Dios. Orientemos hacia Dios nuestras vidas, miremos a Jesucristo, a lo que El nos enseña  en las bienaventuranzas, en los mandamientos, y con el testimonio de su vida. Tenemos necesidad de restablecer con Dios unas relaciones más íntimas, más auténticas. Tenemos que reconciliarnos humilde y amorosamente con Dios; de estar en sintonía y en paz con Dios. Dejar de mirarse tanto uno a sí mismo como la única referencia, como si uno por si mismo pudiera inventarse la verdad. La verdad es una para todos y viene de Dios,de quien proceden también los mandamientos y los valores objetivos en los que fundar nuestras decisiones.

     Pero no hay cambio, sin sacrificio, sin dolor, sin renuncia, sin llanto a veces...Para ser buenos hay que renunciar a muchas cosas, por la sencilla razón, de que todo lo que vale , cuesta; si uno quiere ganar en una vuelta ciclista, tiene que entrenarse y privarse de comer ciertas cosas, y sudar mucho; para aprobar un curso o una carrera o unas oposiciones, hay que realizar esfuerzos, sacrificios y renuncias. Las cosas no se consiguen de cualquier manera o a cualquier precio...El evangelio nos recuerda estas grandes verdades, porque no hay otro camino para llegar a la meta. ¡Convertíos a mí, dice el Señor, con ayuno, con llanto, con luto, es decir, con sacrificio, renunciando a la codicia, a la concupiscencia desenfrenada, al orgullo, a la ira, a la venganza.Nos exige derramar lágrimas interiores de arrepentimiento; cambiar el odio en amor, la comodidad en hacer lo que tenemos que hacer. Todo lo  que tiene que transformarse se resiste al cambio: el fuego cuando enviste a un leño, el leño se le resiste, rechaza al fuego porque no quiere transformarse en ascuas.
    
    ¡ Convertios de todo corazón! No basta con guardar las apariencias exteriores. No se puede ser cristiano sólo de nombre. Hay que ser coherentes con nosotros mismos. ¡Un árbol malo no puede dar frutos buenos! Para parecer buenos por fuera, hay que ser buenos por dentro, buenos de corazón, por convicción. Convertíos de todo corazón , desde el interior de uno mismo, lugar donde se unifican el ser y el hacer. Para esto nos ayuda la fe en Dios.

martes, 26 de febrero de 2013




                                                           ¡LÍBRANOS.AMEN!

 En la página anterior, Santa Teresa nos expuso los sentimientos de Jesús al decir con nosotros “líbranos del mal”. Ahora pasa de los sentimientos de Jesús a los nuestros. Y la Santa presenta con toda espontaneidad los suyos, los que en ella despierta el pensamiento del mal, la realidad del mal que está ahí. En su vida y en el vasto panorama de la historia de los hombres, tal como ella lo ve en sintonía con la mirada y la palabra de Jesús.

También ella se ve cansada, se culpa a sí misma de sus faltas y pecados, del aguijón de la incertidumbre de no poder saber con certeza que ama al Señor ni “si son aceptos mis deseos delante de Dios”. La escuchamos:

Amén- Que el “amén” entiendo yo que, pues con él se acaban todas las cosas, que así pide el Señor seamos librados de todo mal para siempre. Y  así lo suplico yo al Señor me libre de todo mal para siempre, pues no me desquito de lo que debo, sino que puede ser por ventura cada día me adeudo más. Y lo que no se puede sufrir, Señor, es no poder saber cierto que os amo, ni si son aceptos mis deseos delante de Vos.

¡Oh Señor y Dios mio, libradme  ya de todo mal, y sed servido de llevarme adonde están todos los bienes! ¿Qué esperan ya aquí a los que vos habéis dado algún conocimiento de lo que es el mundo, y los que tienen viva fe de lo que el Padre eterno les tiene guardado? El pedirlo yo es porque, como he tan mal vivido. Temo ya de más vivir y cánsanme tantos trabajos. Los que participan de los regalos de Dios no es mucho deseen estar adonde no los gocen a sorbos, y que no quieran estar en vida que tantos embarazos hay para gozar de tanto bien, y que deseen estar adonde no se les ponga el Sol de justicia (CP 42, 2-3).

 Amigos del BLOG.- con esta página, terminamos el comentario al libro de santa Teresa titulado "Camino de Perfección. En los próximos meses traeremos aquí su libro de LAS FUNDACIONES, si Dios quiere. Con mis saludos cordiales. Nicolás González.

domingo, 24 de febrero de 2013





                          SEÑOR, LÍBRANOS DE TODO MAL PARA SIEMPRE

Santa Teresa dedica el capítulo 42 y último de su libro Camino de Perfección a glosar la última petición del Padrenuestro : Líbranos del mal.Amen. Decirle a Dios “líbranos del mal”, y resumir toda la oración dominical, incluso toda oración cristiana , en la palabra “Amen”, va a ser el eslabón final de la pedagogía de la oración impartida a lo largo de todo este libro.

Y empieza la Santa diciéndonos  que Jesús reza con nosotros  a Dios “líbranos del mal”. ¿Cómo nos explica la Santa que Jesús pida al Padre que lo libre del mal? Según ella, la petición de Jesús tiene como única fuerza motriz el amor: por amor a los hombres, pide al Padre que le libre del tormento de ver tanto mal en el mundo, tantos sufrimientos y calamidades.

Extrañamente, el primer recuerdo que viene a la pluma de la Santa ante las preguntas que suscita esa petición, es la palabra con que Jesús inicia su larga despedida en el cenáculo: “Con deseo he deseado cenar con vosotros”. Y ella subraya: “era la postrera cena de su vida”. Y glosa la palabra de Jesús: “cuán cansado estaba de su vida”, “ cuán cansado debía estar ya de vivir”. Es esa la razón por la cual Jesús pide “para sí” que el Padre le libre del mal. La escuchamos:

Parece tiene razón el buen Jesús de pedir esto para sí, porque ya vemos cuán cansado estaba de esta vida cuando dijo en la cena a sus apóstoles: “con deseo he deseado cenar con vosotros”, que era la postrera cena de su vida. Por donde se ve cuán cansado debía ya estar de vivir, y ahora no se cansarán los que han cien años, sino siempre con deseo de vivir más.

A la verdad, no la pasamos tan mal, ni con tantos trabajos como su Majestad la pasó, ni tan pobremente. ¿Qué fue toda su vida sino una continua muerte, siempre trayendo, delante de los ojos,  la que le habían de dar tan cruel? Y esto era lo menos; mas ¡tantas ofensas como se hacían a su Padre, y tanta multitud de almas como se perdían!...Y ¡qué gran razón tenía de suplicar al Padre que le librase ya de tantos males y trabajos, y le pusiese en descanso para siempre en su reino, pues era verdadero heredero de él! ( CP 42, 1).

viernes, 22 de febrero de 2013






                                     PROCURAD SER AFABLES Y AGRADAR

Para santa Teresa, “mientras más santas, más conversables". En otra ocasión dirá que “una monja triste es una triste monja”. Siempre subraya la afabilidad del orante y la magnanimidad de Dios. La virtud atrae. Contagia. La virtud que repele no es virtud.

Al igual que la oración y toda “vuestra manera de vivir y de tratar”, si la virtud es auténtica constituye un foco de atracción. La virtud tiene que hacerse amable y deseable. Son insuplantables estos párrafos que transcribimos:

Así que, hermanas, todo lo que pudiereis sin ofensa de Dios, procurad ser afables y entender de manera con todas las personas que os trataren, que amen vuestra conversación y deseen vuestra manera de vivir y tratar, y no se atemoricen y amedrenten de la virtud.

A religiosas importa mucho esto: mientras más santas, más conversables con sus hermanas; y que, aunque sintáis mucha pena, si no van sus pláticas todas como vos las querríais hablar, nunca os extrañéis de ellas si queréis aprovechar y ser amada. Que es lo que mucho hemos de procurar: ser afables y agradar  y contentar a las personas que tratamos, en especial a nuestras hermanas.

Procurad entender de Dios en verdad que no mira a tantas menudencias como vosotras pensáis; y no dejéis que se os encoja el ánima ni el ánimo, que se podrán perder muchos bienes. La intención recta, la voluntad determinada de no ofender a Dios. No dejéis arrinconar vuestra alma.

Veis aquí cómo con estas dos cosas – amor y temor de Dios – podemos ir por este camino sosegados y quietos (CP 41, 7-9).

jueves, 21 de febrero de 2013

  LAS FUNDACIONES

Amigos del BLOG: a lo largo de un año hemos venido comentando el libro de santa Teresa titulado "Camino de Perfección".  Cuando acabemos el último capítudo, al que dedicaremos dos o tres páginas más, seguiremos con el libro titulado  LAS FUNDACIONES.

En este libro santa Teresa va historiando ,una detrás de otra, las 17 Fundaciones que creó en los  veinte últimos años de su vida.

Es asombrosa la actividad que desarrolla nuestra Santa, recorriendo caminos , con frios, nieves, o calor sofocante, en carreta o montada en una mula, hospedándose en fondas de arrieros o traficantes, y llegando a ciudades desconocidas, hasta que,después de meses de gestiones de todo tipo, consigue una casa en la que fundar su Orden del Carmen Descalzo.

Pues eso es lo que nos proponemos. Esperamos que nuestros pacientes lectores descubran al principal Fundador, Jesucristo, que se sive de santa Teresa para dotar a la Iglesia de nuevos conventos con almas inspiradas en la doctrina y experiencia de   su Maestra y Doctora mística.

Con mi cordial saludo. Nicolás González

miércoles, 20 de febrero de 2013














DOMINGO II CUARESMA C- Dia 24 febrero

      Este evangelio representa a Jesucristo, acompañado de tres apóstoles, en la cima del monte Tabor. Allí tuvo lugar la transfiguración del Señor, un hecho asombroso que preanuncia la resurrección de Jesucristo después de morir y ser sepultado ¿Qué sentido tiene este hecho de la transfiguración para sus apóstoles ? ¿Qué sentido tiene para la experiencia de nuestra fe ?.- El sentido que tiene para ellos, como para nosotros, es confirmarnos en la fe en Jesucristo, como salvador del hombre a través de la cruz, decirnos claramente  de la necesidad de su pasión como camino hacia la gloria.-

La cruz no sólo dice quién es el hombre, sino también quien es Dios. Dios es de tal manera que en este abismo humano se ha identificado con el hombre y lo juzga para salvarlo. En el abismo de la repulsa humana se manifiesta todavía más el abismo inagotable del amor divino. ¿Qué hacer para que sus discípulos entendieran esto ¿ Se transfiguró ante ellos.

.La luz venía de él : su cuerpo, su rostro brillaban más que el sol. Nunca habían visto cosa semejante. Jesucristo estaba revestido de gloria celestial, como algo propio, que emanaba  de su persona.- Entendieron que era verdad que Jesucristo es luz del mundo..San Pedro, años más tarde lo recuerda con estas palabras :”Con nuestros ojos hemos visto su majestad. Porque recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando una voz desde el esplendor de la gloria, habló diciendo: este es mi Hijo, en quien tengo mi complacencia. Y esta voz la oimos nosotros enviada desde el cielo, estando con él en el monte santo”.


     De repente una nube los envolvió. Los tres viven una experiencia de la llegada del Reino de Dios con poder.En el monte,los tres ven resplandecer en Jesús la gloria del Reino de Dios.En el monte los cubre con su sombra la nube sagrada de Dios.En el monte experimentan que Jesús mismo es toda la Palabra de Dios. Los apóstoles entendieron que aquella era una presencia especial de Dios. Era la misma majestad de Dios quien los cubría...Entonces salió del seno de la nube una voz que decía :Este es mi Hijo muy amado, escuchadle”.-    

Con aquel hecho, los apóstoles  entendieron con toda claridad que Jesucristo era mucho más que un hombre . Aquella imagen divina de Jesucristo alejó de ellos el escándalo que en otras ocasiones le había producido el que Jesucristo les hablara de que tenía que ser azotado, coronado de espinas y morir en una cruz. Cuando el maestro lo dice, tendrá que ser así la manera de salvar al mundo, con su sangre. Derramar su sangre es la concreción del amor que llega hasta el final. Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por amor. Quiere mostrar con toda evidencia que su don y su servicio son totales, que el gesto del amor que todo lo da, y sólo ese gesto, es la reconciliación  real del mundo.

Les inspira también mucha confianza en El. De ahora en adelante ya nada tienen que temer, nada que dudar de lo haga o diga su Maestro. Ellos han visto un retazo de su gloria, y ahora es cuando empiezan a comprenden algo de lo que les quiso decir aquella vez que les habló de su resurrección. Será algo como lo que ellos han tocado hoy con sus manos y sus ojos..Y sobre todo se les gravará en su memoria lo que acaban de oir en medio de la nube:.”este es mi Hijo muy amado, escuchadle”Escuchadle siempre: Las suyas no son unas palabras cualquiera.Es la verdad. Marca el verdadero camino de la vida. Sus palabras son luz para nuestras conciencias, son alimento del alma, son  medicina para las dolencias del espíritu.Porque no son palabra de hombre; son palabra de Dios.  Hace siempre lo que dice: si dice, “no temas”, esa palabra quita todos los miedos; si dice, “yo estoy contigo”te penetra su amistad y su presencia.- “ No ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que hayamos de encontrar la salvación”.- “El que cree en mí, tendrá vida eterna”. - Yo creo en Ti,Tú eres el mesias, el Hijo de Dios vivo. Auméntanos la fe en Tí.


lunes, 18 de febrero de 2013















SI EL ALMA SE ENCOMIENZA A ENCOGER, ES MUY MALA COSA 
Santa Teresa busca convicciones profundas y es vitalista. Nunca se ha dejado ganar ni por la tristeza ni por el desánimo. Por eso pide a sus monjas y a sus lectores que mostremos la dimensión religiosa abiertamente y sin miedo.

El miedo de Dios no es cristiano. No es un sentimiento auténtico frente al Padre de  nuestro Señor Jesucristo o frente a Jesús. Es cierto que ante la Majestad de Dios, la Santa se estremece de verse ruín. Pero siempre gozosamente. Jamás con una mínima sacudida de miedo. Y se apresura, en este capítulo, a diagnosticar al por mayor sus características negativas y sus nefastos efectos.

El miedo es “encogimiento y apretamiento del ánimo”. Es “amedrentarse y atemorizarse” ante  las exigencias de la virtud. Es preciso “no andar encogidos ni apretados…pues el Señor nos favorecerá”.La escuchamos:

Así que no os apretéis, porque si el alma se comienza a encoger, es muy mala cosa para todo lo bueno, y a las veces dan en ser escrupulosas y veisla aquí inhabilitada para sí y para los otros; y ya que no dé en esto, será buena para sí, mas no llegará muchas almas a Dios, como ven tanto encogimiento y apretura.

Es tal nuestro natural, que las atemoriza y ahoga y huyen de llevar el camino que vos lleváis, aunque conocen claro ser de más virtud.

Y viene otro daño de aquí, que es juzgar a otros; como no van por vuestro camino, sino con más santidad ( por aprovechar al prójimo tratan con libertad y sin esos encogimientos), luego os parecerán imperfectos. Si tienen alegría santa, parecerá disolución, en especial en las que no tenemos letras.

Es muy peligrosa cosa y un andar en tentación continuo y muy de mala digestión, porque es en perjuicio del prójimo ; y pensar que, si no van todos por el modo que vos, encogidamente, no van tan bien, es malísimo
( CP 41,5-6).



viernes, 15 de febrero de 2013












                               MIRAD CUÁN GRAVE COSA ES OFENSA DE DIOS

Tanto el amor como el temor nacen y crecen. En la cercanía de Dios, el amor nace y crece hasta llegar a ser un “fuego grande”- Así el temor: brota espontáneamente desde los primeros pasos en el camino de la oración- Luego, en el orante adulto, y más en el que ha llegado a ser contemplativo, el temor se consolida, se vuelve manifiesto: “ es cosa muy conocida”, incluso al exterior, dirá la Santa.

En su experiencia personal, la ley de proporcionalidades en el crecimiento de amor y de temor no es inversa: a más amor de Dios: a menos temor ; sino al contrario: a más amor, más se afina y acendra el temor de Él.”Temor para no ofenderos, Señor, mas no por miedo al castigo, porque éste no se tiene en nada en comparación de no ofenderos a Vos” escribirá en el libro  las Moradas. La escuchamos:

Supliquemos siempre a Dios no sea tan recia la tentación que le ofendamos; sino que nos la dé conforme a la fortaleza que nos ha de dar para vencerla. Esto es lo que hace al caso; este temor es el que yo deseo nunca se quite de vosotras, que es lo que nos ha de valer.

Tened esta cuenta y aviso, que importa mucho: que no os descuidéis hasta que os veáis con tan gran determinación de no ofender al Señor, que perderíais mil vidas antes de hacer un pecado mortal, y de los veniales estéis con mucho cuidado de no hacerlos; esto de advertencia, que de otra suerte ¿ quién estará sin hacer muchos? Mas pecado muy de advertencia, por chico que sea, Dios nos libre de él.

¡Cuánto más que no hay poco, siendo contra una tan gran Majestad y viendo que nos está mirando! Mirad, por amor de Dios, si queréis ganar este temor de Dios, que va mucho entender cuán grave cosa es ofensa de Dios y trtarlo en vuestros pensamientos muy de ordinario; que nos va la  vida, y mucho más, tener arraigada esta esta virtud en nuestras almas (CP 41, 2-4).

jueves, 14 de febrero de 2013













                                      DOMINGO DE CUARESMA, I C- DIA 17 DE FEBRERO

Durante este tiempo de Cuaresma, la iglesia nos propone “avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en plenitud”.

Durante la cuaresma estamos llamados a mirar con fe viva a Cristo, a mirarlo  con amor más intenso, con esperanza más firme, para sentir su mirada que se posa sobre nuestra conciencia, sobre nuestra vida: es la mirada del Amigo, la mirada del Maestro, la mirada del Hermano”.Mirar a Jesucristo en la Cruz”. “Mirar al que traspasaron”. Mirarle cómo dio su vida por nosotros, siendo en quien se cumplió la justicia de Dios.

 Esto es precisamente lo que nos ha propuesto el Papa Benedicto XVI en el Mensaje cuaresmal este año 2013: “Partiendo de la afirmación fundamental del apóstol  Juan ,Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él, os he recordado que no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona (Jesucristo), que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”.  Por tanto con una atención más viva, dirijamos nuestra mirada interior a Cristo crucificado que muriendo en el Calvario, nos ha revelado plenamente, de la manera más impresionante,el amor de Dios.

Nos da su amor, y ,a la vez, mendiga nuestro amor. El tiene sed del amor de cada uno de nosotros. En verdad, sólo el amor en el que se unen el don gratuito de uno mismo y el deseo apasionado de ser amado en reciprocidad, infunde un gozo tan intenso que convierte en leves incluso los sacrificios más duros.- Jesús había dicho:”Yo cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Esa es la respuesta que el Señor desea y espera de nosotros: Que aceptemos su amor y nos dejemos atraer por El.- Aceptar su amor es lo primero, pero eso sólo no es suficiente: hay que amarle nosotros a El, correspondiendo a su amor con nuestro amor, y luego comprometernos a comunicarlo a los demás: Cristo “me atrae hacia sí”, para unirse a mí , y para que aprenda a amar a los demás con su mismo amor.
 
 “Mirarán al que traspasaron”.¡ Miremos con confianza al costado  traspasado de Jesús, del que salió “sangre y agua”. La Iglesia ha considerado estos elementos como símbolos de los sacramentos del Bautismo y de la Eucaristía. Con el agua del Bautismo, gracias a la acción interior del Espíritu Santo, se nos revela la intimidad del amor de Dios. En el camino cuaresmal, recordando nuestro Bautismo, revivamos la intimidad de Dios en nuestras vidas y sintamos el abrazo misericordioso de Dios nuestro Padre.- La sangre que salió del costado de Cristo, es el  símbolo del amor de  Jesucristo Buen Pastor, que instituyó la Eucaristía ,memorial de su sacrificio en la Cruz.- Vivamos ,pues, la Cuaresma como un tiempo “eucarístico”, en el que aceptando el amor de Jesús, aprendamos a difundirlo a nuestro alrededor de palabra y con obras de caridad. De ese modo contemplar “ al que traspasaron” nos llevará abrir nuestro corazón  hacia los demás, reconociendo las heridas infligidas a la dignidad del ser humano, y a  aliviar los dramas de la soledad y del abandono de muchas personas. Que la cuaresma sea para cada uno de nosotros una experiencia renovada del amor de Dios que se nos ha dado en Cristo, amor que por nuestra parte cada día debemos “ volver a dar” al prójimo, especialmente al que sufre y al necesitado. Que la Virgen María, la Madre delAmor Hermoso, nos guie en este itinerario cuaresmal, camino de auténtica conversión al amor de Cristo.
         

martes, 12 de febrero de 2013










MIÉRCOLES DE CENIZA

   En este Miércoles de Ceniza comienza el tiempo de Cuaresma. La Cuaresma ha sido el tiempo litúrgico más característico del cristianismo. Un tiempo en el que la Iglesia nos invita a escuchar con más frecuencia la Palabra de Dios, rumiarla, rezarla, meditarla, abrirnos a ella y confrontar nuestra existencia a la luz de la Palabra de Dios.

   La liturgia de la Cuaresma está transida de símbolos y de actos que ayudan y hacen visible el camino cristiano de la conversión, tales como la imposición de la ceniza, el ayuno y la abstinencia, la mortificación, la confesión de los pecados, la limosna y la cruz. Pero, ante todo y sobre todo, en este tiempo cuaresmal nuestra oración personal debe ser más frecuente y habitual, más pausada, cordial, humilde, seria y profunda, para seguir de cerca el misterio de Cristo, camino de la Cruz y de su resurrección.

Así nos lo ha recordado  Benedicto XVI en su reciente Mensaje: “En este tiempo de Cuaresma, durante el cual nos preparamos a celebrar el acontecimiento de la cruz y la resurrección, mediante el cual el amor de Dios redimió al mundo e iluminó la historia, os deseo a todos que viváis este tiempo precioso reavivando la fe en Jesucristo, para entrar en su mismo torrente de amor por el Padre y por cada hermano y hermana que encontremos en nuestra vida”.

viernes, 8 de febrero de 2013







                                            ANDAR CON UNA SANTA LIBERTAD

Santa Teresa dedica el capítulo 41 de Camino a glosar lo que es tener temor de Dios. El segundo de los castillos fuertes, para pelearse con todo el mundo y con todos los demonios. En el camino de un creyente, a nuestro amor de Dios lo acompaña o lo sigue como una sombra benéfica el temor de Dios.

El “temor” es categoría bíblica, pues en los libros sapienciales se dice ser “el principio de la sabiduría”. Santa Teresa lo contrapone frontalmente al “miedo”. Y escribe: “no hayas  miedo, hija”. En este capítulo 41 la Santa hablará  del verdadero temor de Dios, para inculcarlo. Y del miedo, para exorcizarlo. En el orante, poco a poco se afianza el temor de Dios: jamás se diluye ni se esfuma; si acaso, corre el riesgo de deformarse y empobrecerse. En cambio, cesan uno a uno todos los miedos.

El trato con Dios y la práctica de las otras virtudes cristianas  dan como resultado esa doble expresión de “sentido de Dios”: amarlo a Él, pero temiendo a la vez la propia fragilidad. Amarlo y temer perderlo. Escuchemos a nuestra Santa en el primer fragmento de este capítulo:

Es cosa sabrosa hablar en tal amor, ¿qué será tenerle?. El Señor me le dé, por quien su Majestad es. Ahora vengamos al temor de Dios. Es cosa también muy conocida de quien le tiene y de los que le tratan. Aunque quiero entendáis que a los principios no está tan crecido, si no es algunas personas, a quien el Señor hace grandes mercedes, que en breve tiempo las hace ricas de virtudes.

Vase aumentando el valor, creciendo más cada día; aunque desde luego se entiende, porque luego se apartan de pecados y de las ocasiones y de malas compañías, y se ven otras señales. Mas, cuando ya llega el alma a contemplación, el temor de Dios también anda muy al descubierto, como el amor; no va disimulado aún en lo exterior. Las tiene el Señor a estas personas de tal manera que, si gran interés se le ofreciere, no har-an de advertencia un pecado venial; los mortales temen como al fuego (CP 41, 1).

miércoles, 6 de febrero de 2013










    
              DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO V C. Dia 10 de febrero.


   Junto al lago encontró Jesucristo a Simón Pedro y a otros apóstoles, decepcionados porque habían estado pescando toda la noche y no habían cogido nada. Jesús les dice, remad mar adentro volved a echar las redes. Y Simón Pedro le contestó:”Fiado en tu palabra, echaré las redes”...Las echó al agua, y al momento se llenó de peces...Aprendamos a tener confianza en el poder de Dios.

El Papa ha recogido estas palabras para convertirla como en slogan característico que debemos oir constantemente los sacerdotes y todos los fieles de la iglesia:”Rema mar adentro”.No te desanimes, no te desalientes, no importa que no hayas conseguido nada, “rema mar adentro”.Vuelve a empezar. Para Dios nada hay imposible. Nada de quedar uno estancado. El Evangelio, las palabras y los ejemplos de Cristo, y sobre todo la fuerza del Espíritu deben empujarnos constantemente a seguir adelante, a esperar contra toda desesperanza, a pesar de nuestras debilidades humanas y fracasos. Los hombres de fe tenemos que saber que no sacamos  fuerza de ideologias humanas, y sólo de nuestra personal capacidad, sino también y sobre todo de la “demostración del espíritu y del poder de Dios. La fe hace sobrepasar ls débiles fuerzas de la naturaleza humana herida por el pecado, y rompe las amarguras y los desengaños, y cualquier cadena que nos aprisiona.En Dios está el poder supremo que puede salvarnos.

   El apóstol Pedro quedó asombrado del portento que acababa de sucederle, y se arrojó a los pies de Jesús diciendo” Apártate de mí que soy un pecador”. Aprendamos también esta actitud de respeto y de asombro ante Jesucristo, ante Dios. Porque Dios es inefable, transcendente, santísimo...No podemos comprender a Dios. ni descubrirle por m´s que lo estudiemos y y pongamos toda la ciencia de nuestros razonamientos. Es un misterio. Sólo podemos invocarlo  con fe y amarlo. Y hasta para creer en El, necesitamos que él nos atraiga, nos llame interiormente a creer en El. La misma fe es un don de Dios.- Cuando el hombre percibe en su interior esa llamada de Dios, le responde creyendo en él y amándole. Ante Dios nos sentimos pequeños, necesitados, y, sobre todo, manchados, indignos, pecadores, como Simón Pedro,”No soy digno de estar ante tí, porque soy un pecador”. O como dijo el profeta Isaias:” ¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros”. O como decía San Pablo:”No soy digno de llamarme su apostol”,”Por la gracia de Dios ,soy lo que soy”.La misma santa Teresa, a pesar de haber experimentado la unión Dios de la manera más íntima y fuerte que ni podía  imaginar, se llama así misma ruin y miserable y se sentía tan pecadora que se le partía el corazón de dolor y se arrojaba delante del crucifijo y con grandísimo derramamiento de lágrimas le pedía a Dios fuerza para no ofenderle.
  
Cuando uno se siente pecador delante de Dios, surge el arrepentimiento y el deseo de agradar a Dios. Y Dios se vuelve a nosotros con ojos de misericordia y de perdón.
   ¡Rema mar adentro! La vida es un camino largo, plagado de obstáculos, que superan la capacidad humana; pero tenemos la Eucaristía y, ante ella, cada domingo podemos sentir en lo profundo del corazón, las mismas palabras que oyó Simón Pedro:”Rema mar adentro..no tengas miedo”. Como a los Apóstoles asustados en la tempestad del lago, Cristo repite a los hombres de nuestro tiempo:”Animo, soy yo, no temais”. Si El está con nosotros, ¿por qué tener miedo?. Aunque parezca muy oscuro el horizonte de la humanidad, aunque un viento contrario obstaculice el camino de los pueblos, aunque se haga borrascoso el mar de la historia,¡que nadie ceda al desaliento y a la desconfianza! Cristo está vivo entre nosotros, como dijo” Yo estaré con vosotros todos los dias hasta el fin del mundo”.- Cristo camina con nosotros como nuestra fuerza y nuestro alimento, y nos convierte en testigos de esperanza y de valor. Si ante el misterio la razón experimenta sus propios límites, el corazón. iluminado por la gracia del Espíritu Santo, intuye bien que el amor no tiene límites, y que el amor todo lo hace facil, todo lo hace posible.” Quien a Dios tiene, nada le falta, sólo Dios basta”.

lunes, 4 de febrero de 2013








                                                             ALEGRES Y QUIETAS

Santa Teresa se bate entre dos sentimientos extremos, que a cualquier orante le acosan.Por un lado, el acuciante sentimiento de inestabilidad e inseguridad, bajo el acoso de las tentaciones, y en la experiencia de la propia fragilidad humana. Por otro lado, la anhelante necesidad de un asidero de seguridad, un seguro de amor y de gracia. El ansia y esperanza de ver al Señor, tras la muerte, se enturbia con el dolor y el pavor de que pueda perderle.

“Ay, Dios mio, ¿ cómo podré yo saber cierto que no estoy apartada de Vos?¡Oh vida mía, que has de vivir con tan poca seguridad de cosa tan importante!”-

Al lado de esa carencia de seguridad absoluta, tan fuertemente sentida por la Santa, ella está convencida de que existe un amplio margen de seguridades morales. En contra de la turbación y ansiedad producida por las tentaciones, las fragilidades humanas y, sobre todo, por los temores que anidan en nosotros, ella propone la garantía del amor. El amor es el primero de los dos castillos fuertes.

Y santa Teresa inculca que hay señales que certifican que estamos en el amor. Señales que se imponen por sí mismas al espíritu. Los amores auténticos y fuertes conllevan en sí una patente de autenticidad y seguridad. Sigue una rápida confrontación con el amor humano, una de cuyas notas características es su fuerza expansiva o su eclosión incontenible. “Acá”, si dos se aman, “dicen…que mientras más hacen por encubrirlo, más se descubre…Y "¿ habíase de poder encubrir un amor tan  fuerte, tan justo, que siempre va creciendo, que no ve cosa para dejar de amar, fundado sobre tal cimiento como es ser pagado con otro amor que ya no puede dudar de él, por estar mostrado tan al descubierto, con tan grandes dolores y trabajos y derramamiento de sangre?”.

Y termina apelando a la experiencia: “¡Oh, válgame Dios, qué cosa tan diferente debe ser el un amor del otro a quien lo ha probado!”.

Amar en esta vida es prenda de amor eterno más allá de la muerte. La escuchamos:

Plega a su Majestad nos le dé antes que nos saque de esta vida, porque será gran cosa a la hora de la muerte ser que vamos a ser juzgados de quien habemos amado sobre todas las cosas. Seguras podremos ir con el pleito de nuestras deudas; no será ir a tierra extraña, sino propia, pues es a la de quien tanto amamos y nos ama (CP 40, 6-8).

sábado, 2 de febrero de 2013





     PONEN LA VIDA EN ENTENDER CÓMO LE AGRADRÁN MÁS A DIOS

 

El remedio fundamental del creyente es amar a nuestro Señor Jesucristo como se ama a alguien a cuya suerte se está ligado en cuerpo y alma. Amar a Jesús como se ama a un ser vivo. Y es que Jesús está vivo . El es la vida. Le amamos porque Él nos ha amado primero.

Esta certeza ¿cómo vivirla tan fuertemente que brille ante los hombres y los ilumine? El  amor al Señor Jesús, el Hijo de Dios, es el manantial de nuestro rebosar de gozo. Y contagia a los demás la verdad y la bondad. Santa Teresa prorrumpe en su personal Magníficat.Por estar enamorada de Él, haría lo que fuere por verse experiencialmente amada por El. La escuchamos:

Quienes de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y defienden; no aman sino verdades y cosa que sea digna de amar.

¿Pensáis que es posible, quien muy de veras ama a Dios, amar vanidades? Ni puede, ni riquezas, ni cosas del mundo, de deleites, ni honras, ni tiene contiendas, ni envidias; todo porque no pretende otra cosa sino contentar al Amado. Andan muriendo porque los ame; y así ponen la vida en entender cómo le agradarán más.

¿Esconderse? ¡Oh, que el amor de Dios –si de veras es amor- es imposible! Si no, mirad un san Pablo, una Magdalena; en tres días el uno comenzó a entenderse que estaba enfermo de amor; éste fue san Pablo. La Magdalena desde el primer día. Y en el amor hay más o menos, y así se da a entender como la fuerza  que tiene el amor: si es poco, dase a entender poco, y, si es mucho, mucho; mas poco o mucho, como haya amor de Dios, siempre se entiende ( CP 40,3).