LA MANO DE ORO MACIZA
Hace dos dias dedicamos nuestra página a honrar San Enrique de Ossó, retoño hermosísimo que se alimentó de la sabia exuberante de la Virgen Abulense, que floreció en la Compañía de Santa Teresa de Jesús, Congregación Religiosa que tiene abiertos cientos de colegios de enseñanza en todos los continentes.
Pues terminado el Centenario de la muerte de Santa Teresa en 1882, un hecho funesto revolvió los ánimos de los fervorosos incondicionales que habían acudido a su ciudad natal con tan fáusto motivo. Un individuo entró en la capilla, del convento de los frailes carmelitas, en la que se venera una imagen de la Santa, obra del famoso Gregorio Fernández, descubrió en los dedos de la mano izquierda algunas sortijas de valor, se alzó sobre la mesa de altar y arrancó la mano con todas sus joyas. Ocurrió el 17 de febrero de 1883.
Causó un natural estupor en la ciudad, herida en su entrañable amor a su querida paisana. Pero la noticia llegó , también, a oídos del fundador de la Compañía de Santa Teresa, y rápidamente buscó la manera de desagraviarla. Apoyado por sus jóvenes teresianas, iniciaron una suscripción popular para devolver la mano a la imagen de Santa Teresa, que fuera por si misma una joya. A un enamorado se le ocurren ideas deslumbrantes. Tenían que regalar a la Santa una mano de oro maciza.
Y el 15 del mismo año, vinieron en numerosa y edificante peregrinación a Ávila el Santo organizador, sus religiosas teresianas y numerosos fervientes devotos de la Santa, a quien traían riquísima mano de oro maciza, facsímil de la substraída, para regalársela como ofrenda expiatoria y prenda de sus entusiasmos teresianos.
Por ser el día de su Fiesta, salió la imagen de su iglesia, esta vez rodeada de los peregrinos catalanes, y portando la mano de oro para lucirla por toda la ciudad, que agradecida ovacionaba a los fervorosos donantes.
La alhaja fue entregada al Prior del Convento en un estuche y un pergamino con el siguiente texto: "En desagravio del robo sacrílego de la mano izquierda de la imagen de Santa Teresa, que se efectuó el 17 de febrero de 1883, por suscripción iniciada por el Rvdo. D. Enrique de Ossó, Director de la Compañía de Santa Teresa de Tortosa, fue entregada esta mano".
La personalidad de santa Teresa ha suscitado semejantes reacciones en todos los tiempos. Este es un dato histórico entre muchos. Hechos insospechados, como el de este catalán, culto y emprendedor, trabajador empedernido, que dedicó toda su vida a asimilar el mensaje teresiano, a ensalzar a la Mística Doctora y a difundir su doctrina por todos los medios a su alcance.
Gracias, Enrique de Ossó. Queremos aprender de tí todo tu entusiasmo y conocimiento de Santa Teresa. Te pedimos que nos lo contagies desde el cielo donde ya moras con ella. Santa y Santo venid en nuestra ayuda.