miércoles, 30 de octubre de 2013


 
 
 
 
 
DOMINGO 31 C DEL TIEMPO ORDINARIO. Dia 3 nov.

      

         Jesús alerta con frecuencia sobre el riesgo de quedar atrapados por la atracción irresistible del dinero. El deseo insaciable de bienestar material puede echar a perder la vida de una persona. No hace falta ser muy rico. Quien vive esclavo del dinero termina encerrado en sí mismo. Los demás no cuentan. Según Jesús, “donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón".

         Esta visión del peligro deshumanizador del dinero no es un recurso del Profeta indignado de Galilea. Diferentes estudios analizan el poder del dinero como una fuerza ligada a pulsiones profundas de autoprotección, búsqueda de seguridad y miedo a la caducidad de nuestra existencia.

         Sin embargo, para Jesús, la atracción del dinero no es una especie de enfermedad incurable. Es posible liberarse de su esclavitud y empezar una vida más sana. El rico no es “un caso perdido”. Es muy esclarecedor el relato de San Lucas sobre el encuentro de Jesús con un hombre rico de Jericó.

         Al atravesar la ciudad, Jesús se encuentra con una escena curiosa. Un hombre de pequeña estatura ha subido a una higuera para poder verlo de cerca. No es desconocido. Se trata de un rico, poderoso “jefe de recaudadores”. Para la gente de Jericó, un ser despreciable, un recaudador corrupto y sin escrúpulos como casi todos. Para los sectores religiosos, “un pecador” sin conversión posible, excluido de toda salvación.

         Sin embargo, Jesús le hace una propuesta sorprendente: “Zaqueo, baja en seguida porque tengo que alojarme en tu casa”. Jesús quiere ser acogido en su casa de pecador, en el mundo de dinero y de poder de este hombre despreciado por todos. Zaqueo bajó en seguida y lo recibió con alegría. No tiene miedo de dejar entrar en su vida al Defensor de los pobres.

         Lucas no explica lo que sucedió en aquella casa. Sólo dice que el contacto con Jesús transforma radicalmente al rico Zaqueo. Su compromiso es firme. En adelante pensará en los pobres: compartirá con ellos sus bienes. Recordará también a las víctimas de las que ha abusado: les devolverá con creces lo robado. Jesús ha introducido en su vida justicia y amor solidario.

         El relato concluye con unas palabras admirables de Jesús: “Hoy ha entrado la salvación en esta casa. También este es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”. También los ricos se pueden convertir. Con Jesús todo es posible. No lo hemos de olvidar nadie. El ha venido para buscar y salvar lo que nosotros podemos estar echando a perder. Para Jesús no hay casos perdidos.

domingo, 27 de octubre de 2013





Trátase de la fundación de San José de nuestra Señora de la Calle en Palencia, que fue año de 1580, día del Rey David (4).

Aquí en Palencia Santa Teresa se entrevista con el P. Gracian. A quien recuerda el triste suceso de que un día presentaron ante los tribunales de la Inquisición el libro de la Vida,que lo examinaron con todo cuidado, y que vieron contenía una doctrina muy segura y provechosa.

Pero no todo fueron gozos en Palencia.No puede ir a Madrid para hacer la fundación en la que lleva pensando desde hacía tiempo. Va a Segovia, y aquí recibe con todo el dolor de su alma y con toda la alegría de su fe esperanzadora, la noticia de la muerte de su hermano más querido,Lorenzo. Y Teresa tiene que hacerse cargo de gestionar los asuntos más urgentes de la testamentaría, y ,sobre todo, de sus tres sobrinos huérfanos..
Cayó gravemente enferma, hasta el punto de quitársele las ganas de seguir con sus Fundaciones: “De esta manera- escribe-estaba yo entonces, aunque ya en convalecencia; mas la flaqueza era tanta, que aun la confianza que me solía dar Dios en haber de comenzar estas fundaciones tenía perdida. Todo se me hacía imposible, y si entonces acertara con alguna persona que me animara, hiciérame mucho provecho; mas unos me ayudaban a temer, otros, aunque me daban alguna esperanza, no bastaba para mi pusilanimidad.”

 Pensando en las Fundaciones de Palencia y Burgos, lo consultó con el Señor pidiéndole luz “para que en todo hiciera yo su voluntad…Y díjome en Señor a manera de reprensión ¡QUÉ TEMES? ¿Cuándo te he faltado yo? El mismo que he sido, soy ahora, no dejes de hacer estas dos fundaciones."
Dejamos a la Fundadora con la Virgen de la Calle. Ella, su Orden, sus Carmelos forman la familia de la Virgen.
“La imagen de nuestra Señora estaba puesta muy indecentemente. Hale hecho capilla por sí el obispo Don Alvaro de Mendoza, y poco a poco se van haciendo cosas en honra y gloria de esta gloriosa Virgen y su Hijo. ¡Sea por siempre alabado, amén, amén!

 

miércoles, 23 de octubre de 2013

lunes, 21 de octubre de 2013













DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO.DiA 27 NOV.

        

         La parábola del fariseo y el publicano suele despertar en no pocos cristianos un rechazo grande hacia el fariseo que se presenta ante Dios arrogante y seguro de sí mismo, y una simpatía espontánea hacia el publicano que reconoce humildemente su pecado. Paradójicamente, el relato puede despertar en nosotros este sentimiento: “Te doy gracias, Dios mío, porque no soy como este fariseo”.

         Para escuchar correctamente el mensaje de la parábola, hemos de tener en cuenta que Jesús no la cuenta para criticar a los sectores fariseos, sino para sacudir la conciencia de “algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás”. Entre estos nos encontramos, ciertamente, no pocos católicos de nuestros días.

         La oración del fariseo nos revela su actitud interior: “¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás”. ¿Que clase de oración es esta de creerse mejor que los demás? Hasta un fariseo, fiel cumplidor de la Ley, puede vivir en una actitud pervertida. Este hombre se siente justo ante Dios y, precisamente por eso, se convierte en juez que desprecia y condena a los que no son como él.

         El publicano, por el contrario, solo acierta a decir: “¡Oh Dios! Ten compasión de este pecador”. Este hombre reconoce humildemente su pecado. No se puede gloriar de su vida. Se encomienda a la compasión de Dios. No se compara con nadie. No juzga a los demás. Vive en verdad ante sí mismo y ante Dios.

         La parábola es una penetrante crítica que desenmascara una actitud religiosa engañosa, que nos permite vivir ante Dios seguros de nuestra inocencia, mientras condenamos desde nuestra supuesta superioridad moral a todo el que no piensa o actúa como nosotros.

         Circunstancias históricas y corrientes triunfalistas alejadas del evangelio nos han hecho a los católicos especialmente proclives a esa tentación. Por eso, hemos de leer la parábola cada uno en actitud autocrítica: ¿Por qué nos creemos mejores que los agnósticos? ¿Por qué nos sentimos más cerca de Dios que los no practicantes? ¿Qué hay en el fondo de ciertas oraciones por la conversión de los pecadores? ¿Qué es reparar los pecados de los demás sin vivir convirtiéndonos a Dios?

         Recientemente, ante la pregunta de un periodista, el Papa Francisco hizo esta afirmación: “¿Quién soy yo para juzgar a un gay?”. Sus palabras han sorprendido a casi todos. Al parecer, nadie se esperaba una respuesta tan sencilla y evangélica de un Papa católico. Sin embargo, esa es la actitud de quien vive en verdad ante Dios

        

 

sábado, 19 de octubre de 2013














La fundación de San José de nuestra Señora de la Calle en Palencia, que fue año de 1580, día del Rey David (3).

 La adquisición de las casas adosadas a la ermita de Ntra. Sra. de la calle no les pareció bien ni a la Fundadora ni a sus amigos.

El problema vino por parte de los propietarios de las casas. Cuando vieron el interés que había en la adquisición de las casas, pusieron un precio excesivo. La Madre desistió de comprarlas, no sólo por el precio sino también porque no daban buen juego para convento.Y empezaron a buscar otra tercera, que tampoco resultó factible.Por eso,la Santa vuelve a pensar en Ntra Sra. De la Calle, compungida  y un tanto arrepentida de no haberlo hecho antes, cuando se la ofrecieron por primera vez. Teresa echa la culpa al demonio,¡Y no se explica cómo pudo ella menospreciar unas casas que estaban bajo la mirada de la Virgen!Merece la pena conocer el relato de este ir y venir, tal y como lo cuenta la Fundadora:

“Como los dueños de las casas (las de Ntra Señora de la Calle) vieron que las habíamos gana, comienzan a estimarlas más, y con razón. Yo las quise ir a ver, y pareciéronme tan mal, que en ninguna manera las quisiera, y a las que iban con nosotras. Después se ha visto claro que el demonio hizo mucho de su parte, porque le pesaba de que fuésemos allí.  En fin, nos determinamos todos de que no convenía aquella casa, que se buscase otra. Esto comenzaron a hacer aquellos dos señores canónigos con tanto cuidado y diligencia, que me hacía alabar a nuestro Señor, sin dejar cosa que les pareciese podía convenir. Vinieron a contentarse de una, que era de uno que llaman Tamayo.  Aquella casa no era bastante, mas dábannos con ella otra, aunque no estaba de manera que nos pudiésemos una con otra bien acomodar. En fin, por las nuevas que de ella me daban yo lo deseaba que se efectuase, mas no quisieron aquellos señores sino que la viese primero.. En fin, fui y también a las de nuestra Señora, aunque no con intento de tomarlas , sino porque al de la otra no le pareciese no teníamos remedio sino la suya, y parecióme tan mal como he dicho  y a las que iban allí, que ahora nos espantamos cómo nos pudo parecer tan mal. Y con aquello fuimos a la otra ya con determinación que no había de ser otra; y aunque hallábamos hartas dificultades, pasábamos por ellas, aunque se podían harto mal remediar, que para hacer la iglesia, y aun no buena, se quitaba todo lo que había bueno para vivir.”

Fue entonces cuando a la Madre le vino la inspiración del cielo. La mejor casa es la que está adosada a la Ermita.Ahí tenemos iglesia, el santísimo sacramento y misas a diario.

 

 

jueves, 17 de octubre de 2013

miércoles, 16 de octubre de 2013

lunes, 14 de octubre de 2013











 

 Fundación del monasterio de la Santísima Trinidad en la ciudad de Soria.  Fundóse el año de 1581. Díjose la primera misa día de nuestro padre San Eliseo (3).

 

DE  Osma tenían que llegar a la ciudad de Soria, a diez leguas de distancia.El obispo y toda la ciudad esperaban a las fundadoras. Caballeros y eclesiásticos  asistieron al recibimiento-Escuchamos a la cronista:

“Llegamos a Soria como a las cinco de la tarde. Estaba el santo Obispo a una ventana de su casa, que pasamos por allí, de donde nos echó su bendición, que no me consoló poco, porque de prelado y santo, tiénese en mucho “.

“Estaba aquella señora, nuestra fundadora esperándonos a la puerta de su casa, que era adonde se había de fundar el monasterio. No vimos la hora que entrar en ella, porque era mucha la gente. Esto no era cosa nueva, que en cada parte que vamos, como el mundo es tan amigo de novedades, hay tanto, que a no llevar velos delante del rostro, sería trabajo grande; con esto se puede sufrir. Tenía aquella señora aderezada una sala muy grande y muy bien, adonde se había de decir la misa, porque se había de hacer pasadizo , para la que nos daba el Obispo, y luego otro día, que era de nuestro Padre San Eliseo, se dijo”.

“Llámase esta señora fundadora Doña Beatriz de Beamonte y Navarra, porque viene de los reyes de Navarra, hija de Don Francés de Beamonte, de claro linaje y muy principal. Fue casada algunos años y no tuvo hijos y quedóle mucha hacienda y había mucho que tenía por sí de hacer un monasterio de monjas . Como lo trató con el Obispo y él le dio noticia de esta Orden de nuestra Señora de Descalzas, cuadróle tanto, que le dio gran prisa para que se pusiese en efecto”.

“ Es una persona de blanda condición, generosa, penitente; en fin, muy sierva de Dios. Tenía en Soria una casa buena, fuerte, en harto buen puesto; y dijo que nos daría aquélla con todo lo que fuese menester para fundar, y ésta dio con quinientos ducados de juro de a 25 el millar. El Obispo se ofreció a dar una iglesia harto buena, toda de bóveda, que era de una parroquia que estaba cerca , que con un pasadizo nos ha podido aprovechar.


Los arreglos de la casa duraron hasta el 14 de junio de 1581, y ese mismo día se firmaron las  escrituras y se tomó la posesaión.




                                     DOMINGO 29 DEL TIEMPO ORDINARIO, 20 OCT.               

       San  Lucas narra una breve parábola indicándonos que Jesús la contó para explicar a sus discípulos “cómo tenían que orar siempre sin desanimarse”. Este tema es muy querido al evangelista que, en varias ocasiones, repite la misma idea. Como es natural, la parábola ha sido leída casi siempre como una invitación a cuidar la perseverancia de nuestra oración a Dios.

         Sin embargo, si observamos el contenido del relato y la conclusión del mismo Jesús, vemos que la clave de la parábola es la sed de justicia. Hasta cuatro veces se repite la expresión “hacer justicia”. Más que modelo de oración, la viuda del relato es  ejemplo admirable de lucha por la justicia en medio de una sociedad corrupta que abusa de los más débiles.

         El primer personaje de la parábola es un juez que “ni teme a Dios ni le importan los hombres”. Es la encarnación exacta de la corrupción que denuncian repetidamente los profetas: los poderosos no temen la justicia de Dios y no respetan la dignidad ni los derechos de los pobres. No son casos aislados. Los profetas denuncian la corrupción del sistema judicial en Israel y la estructura machista de aquella sociedad patriarcal.

         El segundo personaje es una viuda indefensa en medio de una sociedad injusta. Por una parte, vive sufriendo los atropellos de un “adversario” más poderoso que ella. Por otra, es víctima de un juez al que no le importa en absoluto su persona ni su sufrimiento. Así viven millones de mujeres de todos los tiempos en la mayoría de los pueblos.

         En la conclusión de la parábola, Jesús no habla de la oración. Antes que nada, pide confianza en la justicia de Dios: “¿No hará Dios justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?”. Estos elegidos no son “los miembros de la Iglesia” sino los pobres de todos los pueblos que claman pidiendo justicia. De ellos es el reino de Dios.

         Luego, Jesús hace una pregunta que es todo un desafío para sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”. No está pensando en la fe como adhesión doctrinal, sino en la fe que alienta la actuación de la viuda, modelo de indignación, resistencia activa y coraje para reclamar justicia a los corruptos.

        

sábado, 12 de octubre de 2013








 Fundación del monasterio de la Santísima Trinidad en la ciudad de Soria.  Fundóse el año de 1581. Díjose la primera misa día de nuestro padre San Eliseo (2).

La mecenas de la Fundación de Soria era una gran señora, Doña Beatriz Beaumont.Le envió a Palencia su coche y un criado para atenderla.Los enviados de Soria llegaron a Palencia el 25, dia del Corpus.Esperaron hasta el lunes, dia 29 que fue la partida.

Quiso la Madre que  le acompañasen dos descalzos, el P.Nicolás Doria, designado por , y un lego, Eliseo de la Madre de Dios,Además había reunido ocho carmelitas para la nueva casa.

El trayecto era de 36 leguas, cuatro jornadas tranquilas.Al segundo día llegaron a la villa de Aranda de Duero, perteneciente a la diócesis de Osma Soria. El alguacil enviado por el obispo comenzó a ejercer su cargo.La Santa así nos lo cuenta :” . Tuvo poco trabajo en este camino; porque el que envió el Obispo nos llevaba con harto regalo y ayudó a poder dar buenas posadas, que en entrando en el obispado de Osma querían tanto al Obispo, que, en decir que era cosa suya, nos las daban buenas. El tiempo lo hacía. Las jornadas no eran grandes. Así poco trabajo se pasó en este camino, sino contento; porque en oír yo  bienes que decían de la santidad del Obispo, me le daba grandísimo. Llegamos al Burgo, miércoles antes del día octavo del Santísimo Sacramento . Comulgamos allí el jueves, que era la octava”.

 

jueves, 10 de octubre de 2013


 
 
 
 
 
 
 

 Fundación del monasterio de la Santísima Trinidad en la ciudad de Soria.  Fundóse el año de 1581. Díjose la primera misa día de nuestro padre San Eliseo (1).

 

La fundación de un convento de Descalzas en Soria fue un regalo en todos los sentidos. El viaje desde Palencia a Soria lo hace en coche, escoltada con un aguacil que le envió el obispo, hospedaje en las mejores  fondas del trayecto y todo pagado, la casa destinada a convento que le regaló una señora, el obispo que había sido su confesor y confidente en Toledo. Vamos a escuchar a la Fundadora:

“ Estando yo en Palencia, en la fundación que queda dicha de allí, me trajeron una carta del obispo de Osma, llamado el Doctor Velázquez, a quien, siendo él canónigo y catedrático en la iglesia mayor de Toledo y andando yo todavía con algunos temores, procuré tratar, porque sabía era muy gran letrado y siervo de Dios;  y así le importuné mucho tomase cuenta con mi alma y me confesase. Con ser muy ocupado, como se lo pedí por amor de nuestro Señor y vio mi necesidad, lo hizo de tan buena gana, que yo me espanté, y me confesó y trató todo el tiempo que yo estuve en Toledo, que fue harto. Yo le traté con toda llaneza mi alma, como tengo de costumbre. Hízome tan grandísimo provecho, que desde entonces comenzé a andar sin tantos temores . Verdad es que hubo otra ocasión, que no es para aquí. Mas, en efecto, me hizo gran provecho, porque me aseguraba con cosas de la Sagrada Escritura, que es lo que más a mí me hace al caso cuando tengo la certidumbre de que lo sabe bien, que la tenía de él, junto con su buena vida”.

“ Esta carta me escribía desde Soria, adonde estaba al presente. Decíame cómo una señora que allí confesaba le había tratado de una fundación de monasterio de monjas nuestras que le parecía bien; que él había dicho acabaría conmigo que fuese allá a fundarla; que no le echase en falta, y que, como me pareciese era cosa que convenía, se lo hiciese saber, que él enviaría por mí. Yo me holgué harto, porque, dejado ser buena la fundación, tenía deseo de comunicar con él algunas cosas de mi alma, y de verle; que, del gran provecho que la hizo, le había yo cobrado mucho amor”.

martes, 8 de octubre de 2013




       D0MINGO XVIII TIEMPO ORDINARIO. Dia 13 sep-


         El relato comienza narrando la curación de un grupo de diez leprosos en las cercanías de Samaría. Pero, esta vez, no se detiene Lucas en los detalles de la curación, sino en la reacción de uno de los leprosos al verse curado. El evangelista describe cuidadosamente todos sus pasos, pues quiere sacudir la fe rutinaria de no pocos cristianos.      

         Jesús ha pedido a los leprosos que se presenten a los sacerdotes para obtener la autorización que los permita integrarse en la sociedad. Pero uno de ellos, de origen samaritano, al ver que está curado, en vez de ir a los sacerdotes, se vuelve para buscar a Jesús. Siente que para él comienza una vida nueva. En adelante, todo será diferente: podrá vivir de manera más digna y dichosa. Sabe a quién se lo debe. Necesita encontrarse con Jesús.

         Vuelve “alabando a Dios a grandes gritos”. Sabe que la fuerza salvadora de Jesús solo puede tener su origen en Dios. Ahora siente algo nuevo por ese Padre Bueno del que habla Jesús. No lo olvidará jamás. En adelante vivirá dando gracias a Dios. Lo alabará gritando con todas sus fuerzas. Todos han de saber que se siente amado por él.

         Al encontrarse con Jesús, “se echa a sus pies dándole gracias”. Sus compañeros han seguido su camino para encontrarse con los sacerdotes, pero él sabe que Jesús es su único Salvador. Por eso está aquí junto a él dándole gracias. En Jesús ha encontrado el mejor regalo de Dios.

         Al concluir el relato, Jesús toma la palabra y hace tres preguntas expresando su sorpresa y tristeza ante lo ocurrido. No están dirigidas al samaritano que tiene a sus pies. Recogen el mensaje que Lucas quiere que se escuche en las comunidades cristianas.

         “¿No han quedado limpios los diez?”.¿No se han curado todos? ¿Por qué no reconocen lo que han recibido de Jesús? “Los otros nueve, ¿dónde están?”. ¿Por qué no están allí? ¿Por qué hay tantos cristianos que viven sin dar gracias a Dios casi nunca? ¿Por qué no sienten un agradecimiento especial hacia Jesús? ¿No lo conocen? ¿No significa nada nuevo para ellos?

         “¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?”. ¿Por qué hay personas alejadas de la práctica religiosa que sienten verdadera admiración y agradecimiento hacia Jesús, mientras algunos cristianos no sienten nada especial por él? Benedicto XVI advertía hace unos años que un agnóstico en búsqueda puede estar más cerca de Dios que un cristiano rutinario que lo es solo por tradición o herencia. Una fe que no genera en los creyentes alegría y agradecimiento es una fe debil.

domingo, 6 de octubre de 2013












 La fundación de San José de nuestra Señora de la Calle en Palencia, que fue año de 1580, día del Rey David (1).

La fundación de Palencia fue la más fácil y agradecida.Allí estaba de Obispo Don Álbaro de Mendoza, el mismo que en Ávila acogió y bendijo el primer convento de San José.La escuchamos a nuestra Santa Fundadora:

“ Habiendo venido de la fundación de Villanueva de la Jara, mandóme el prelado  ir a Valladolid a petición del obispo de Palencia, que es don Alvaro de Mendoza, que el primer monasterio que fue San José de Avila admitió y favoreció  y siempre, en todo lo que toca a esta Orden, favorece. Y como había dejado el obispado de Avila y pasádose a Palencia, púsole nuestro Señor en voluntad que allí hiciese otro de esta sagrada Orden”

Por estas fechas Madre Teresa enfermó de  tanta gravedad, que estuvo a punto de morir. Se sentía sin fuerzas para levantarse de la cama.Varios la aconsejaban que dejase ya las Fundaciones y empezase a descansar.Pero ella había entendido claramente que Dios quería una Fundación  en Palencia y otra en Burgos, y tenía que corresponderle. La escuchamos: “A donde se entenderá muchas veces no ser yo quien hace nada en estas fundaciones, sino quien es poderoso para todo. Estando yo un día, acabando de comulgar, puesta en estas dudas y no determinada a hacer ninguna fundación, había suplicado a nuestro Señor me diese luz para que en todo hiciese yo su voluntad; que la tibieza no era de suerte que jamás un punto me faltaba este deseo. Díjome nuestro Señor con una manera de reprensión: ¿Qué temes? ¿Cuándo te he yo faltado? El mismo que he sido, soy ahora; no dejes de hacer estas dos fundaciones".

"¡Oh gran Dios!, ¡y cómo son diferentes vuestras palabras de las de los hombres! Así quedé determinada y animada, que todo el mundo no bastara a ponerme contradicción, y comencé luego a tratar de ello, y comenzó nuestro Señor a darme medios”.

La Madre, acompañada de otra religiosa, llegó a Palencia el 28 de diciembre de 1580.Allí se entrevistó  con Don Suero de Vega, un vecino muy buen  cristiano, de Misa diaria y de comunión semanal. La animó a la Santa y se ofreció para todo lo que necesitase. Y empezó a buscar casa.

jueves, 3 de octubre de 2013


 
La fundación de Villanueva de la Jara (4).

 Lo novedoso de esta fudación es el grupo de nueve mujeres que llevaban varios meses agrupadas, haciendo oración y penitencia, a la espera de que M.Teresa constituyera allí mismo y con ellas un Convento de Carmelitas Descalzas. Como así fue. Ya vimos como Madre Teresa tenía sus dudas sobre cómo podrían ensamblarse y unirse éstas con las siete carmelitas que acompañaban a la Fundadora. A la hora de la verdad, todo fue fácil, según lo describe la cronista:

“ Verdad es que estas hermanas que estaban aquí los han pasado casi seis años; al menos más de cinco y medio que ha que entraron en esta casa de la gloriosa Santa Ana, dejada la mucha pobreza y trabajo que tenían en ganar de comer, porque nunca quisieron pedir limosna (la causa era porque no les pareciese estaban allí para que las diesen de comer), y la gran penitencia que hacían, así en ayunar mucho y comer poco, malas camas y muy poquita casa, que para tanto encerramiento como siempre tuvieron era harto trabajo.”

“ El mayor que me dijeron habían tenido era el grandísimo deseo de verse con el hábito, que éste noche y día las atormentaba grandísimamente, pareciéndoles nunca lo habían de ver, y así toda su oración era porque Dios las hiciese esta merced, con lágrimas muy ordinarias. Y en viendo que había algún desvío, se afligían en extremo y crecía la penitencia. De lo que ganaban, dejaban de comer para pagar los mensajeros que iban a mí, y mostrar la gracia que ellas podían con su pobreza a los que las podían ayudar en algo. Bien entiendo yo, después que las traté y vi su santidad, que sus oraciones y lágrimas habían negociado para que la Orden las admitiese. Y así he tenido por muy mayor tesoro que estén en ella tales almas, que si tuvieran mucha renta, y espero irá la casa muy adelante.

" Pues como entramos en la casa, estaban todas a la puerta de adentro cada una de su librea; porque como entraron se estaban, que nunca habían querido tomar traje de beatas, esperando esto, aunque el que tenían era harto honesto; que bien parecía en él tener poco cuidado de sí, según estaban mal aliñadas, y casi todas tan flacas, que se mostraba haber tenido vida de harta penitencia".

 Recibiéronnos con hartas lágrimas del gran contento, y hase parecido no ser fingidas y su mucha virtud en la alegría que tienen y la humildad y obediencia a la Priora; y a todas las que vinieron a fundar no saben placeres que les hacer. Todo su miedo era si se habían de tornar a ir, viendo su pobreza y poca casa. Ninguna había mandado, sino, con gran hermandad, cada una trabajaba lo más que podía. Dos, que eran de más edad, negociaban cuando era menester; las otras jamás hablaban con ninguna, persona, ni querían. Nunca tuvieron llave a la puerta, sino una aldaba; ni ninguna osaba llegar a ella, sino la más vieja respondía. Dormían muy poco, por ganar de comer y por no perder la oración, que tenían hartas horas; los días de fiesta, todo el día. Por los libros de fray Luis de Granada y de fray Pedro de Alcántara se gobernaban.

     El más tiempo rezaban el Oficio Divino, con un poco que sabían leer, que sola una lee bien, y no con breviarios . Tenían su horno en que cocían el pan, y todo con un concierto como si tuvieran quien las mandara.

 A mí me hizo alabar a nuestro Señor, y mientras más las trataba más contento me daba haber venido. Paréceme que por muchos trabajos que hubiera de pasar, no quisiera haber dejado de consolar estas almas. Y las que quedan de mis compañeras me decían que luego a los primeros días les hizo alguna contradicción, mas que como las fueron conociendo y entendiendo su virtud, estaban alegrísimas de quedar con ellas y las tenían mucho amor.

 

martes, 1 de octubre de 2013


 
DOMINGO 27 DEL TIEMPO ORDINARIO. Dia 6 octubre.

     

      Jesús les había repetido en diversas ocasiones: “¡Qué pequeña es vuestra fe!”. Los discípulos no protestan. Saben que tiene razón. Llevan bastante tiempo junto a él. Lo ven entregado totalmente al Proyecto de Dios; solo piensa en hacer el bien; solo vive para hacer la vida de todos más digna y más humana. ¿Lo podrán seguir hasta el final?

         Según Lucas, en un momento determinado, los discípulos le dicen a Jesús: “Auméntanos la fe”. Sienten que su fe es pequeña y débil. Necesitan confiar más en Dios y creer más en Jesús. No le entienden muy bien, pero no le discuten. Hacen justamente lo más importante: pedirle ayuda para que haga crecer su fe.

         La crisis religiosa de nuestros días no respeta ni si quiera a los practicantes. Nosotros hablamos de creyentes y no creyentes, como si fueran dos grupos bien definidos: unos tienen fe, otros no. En realidad, no es así. Casi siempre, en el corazón humano hay, a la vez, un creyente y un no creyente. Por eso, también los que nos llamamos “cristianos” nos hemos de preguntar: ¿Somos realmente creyentes? ¿Quién es Dios para nosotros? ¿Lo amamos? ¿Es él quien dirige nuestra vida?

         La fe puede debilitarse en nosotros sin que nunca nos haya asaltado una duda. Si no la cuidamos, puede irse diluyendo poco a poco en nuestro interior para quedar reducida sencillamente a una costumbre que no nos atrevemos a abandonar por si acaso. Distraídos por mil cosas, ya no acertamos a comunicarnos con Dios. Vivimos prácticamente sin él.

         ¿Qué podemos hacer? En realidad, no se necesitan grandes cosas. Es inútil que nos hagamos propósitos extraordinarios pues seguramente no los vamos a cumplir. Lo primero es rezar como aquel desconocido que un día se acercó a Jesús y le dijo: “Creo, Señor, pero ven en ayuda de mi incredulidad”. Es bueno repetirlas con corazón sencillo.

Dios nos entiende. El despertará nuestra fe.

         No hemos de hablar con Dios como si estuviera fuera de nosotros. Está dentro. Lo mejor es cerrar los ojos y quedarnos en silencio para sentir y acoger su Presencia. Tampoco nos hemos de entretener en pensar en él, como si estuviera solo en nuestra cabeza. Está en lo íntimo de nuestro ser. Lo hemos de buscar en nuestro corazón.

         Lo importante es insistir hasta tener una primera experiencia, aunque sea pobre, aunque solo dure unos instantes. Si un día percibimos que no estamos solos en la vida, si captamos que somos amados por Dios sin merecerlo, todo cambiará. No importa que hayamos vivido olvidados de él. Creer en Dios, es, antes que nada, confiar en el amor que nos tiene.