miércoles, 6 de febrero de 2013










    
              DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO V C. Dia 10 de febrero.


   Junto al lago encontró Jesucristo a Simón Pedro y a otros apóstoles, decepcionados porque habían estado pescando toda la noche y no habían cogido nada. Jesús les dice, remad mar adentro volved a echar las redes. Y Simón Pedro le contestó:”Fiado en tu palabra, echaré las redes”...Las echó al agua, y al momento se llenó de peces...Aprendamos a tener confianza en el poder de Dios.

El Papa ha recogido estas palabras para convertirla como en slogan característico que debemos oir constantemente los sacerdotes y todos los fieles de la iglesia:”Rema mar adentro”.No te desanimes, no te desalientes, no importa que no hayas conseguido nada, “rema mar adentro”.Vuelve a empezar. Para Dios nada hay imposible. Nada de quedar uno estancado. El Evangelio, las palabras y los ejemplos de Cristo, y sobre todo la fuerza del Espíritu deben empujarnos constantemente a seguir adelante, a esperar contra toda desesperanza, a pesar de nuestras debilidades humanas y fracasos. Los hombres de fe tenemos que saber que no sacamos  fuerza de ideologias humanas, y sólo de nuestra personal capacidad, sino también y sobre todo de la “demostración del espíritu y del poder de Dios. La fe hace sobrepasar ls débiles fuerzas de la naturaleza humana herida por el pecado, y rompe las amarguras y los desengaños, y cualquier cadena que nos aprisiona.En Dios está el poder supremo que puede salvarnos.

   El apóstol Pedro quedó asombrado del portento que acababa de sucederle, y se arrojó a los pies de Jesús diciendo” Apártate de mí que soy un pecador”. Aprendamos también esta actitud de respeto y de asombro ante Jesucristo, ante Dios. Porque Dios es inefable, transcendente, santísimo...No podemos comprender a Dios. ni descubrirle por m´s que lo estudiemos y y pongamos toda la ciencia de nuestros razonamientos. Es un misterio. Sólo podemos invocarlo  con fe y amarlo. Y hasta para creer en El, necesitamos que él nos atraiga, nos llame interiormente a creer en El. La misma fe es un don de Dios.- Cuando el hombre percibe en su interior esa llamada de Dios, le responde creyendo en él y amándole. Ante Dios nos sentimos pequeños, necesitados, y, sobre todo, manchados, indignos, pecadores, como Simón Pedro,”No soy digno de estar ante tí, porque soy un pecador”. O como dijo el profeta Isaias:” ¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros”. O como decía San Pablo:”No soy digno de llamarme su apostol”,”Por la gracia de Dios ,soy lo que soy”.La misma santa Teresa, a pesar de haber experimentado la unión Dios de la manera más íntima y fuerte que ni podía  imaginar, se llama así misma ruin y miserable y se sentía tan pecadora que se le partía el corazón de dolor y se arrojaba delante del crucifijo y con grandísimo derramamiento de lágrimas le pedía a Dios fuerza para no ofenderle.
  
Cuando uno se siente pecador delante de Dios, surge el arrepentimiento y el deseo de agradar a Dios. Y Dios se vuelve a nosotros con ojos de misericordia y de perdón.
   ¡Rema mar adentro! La vida es un camino largo, plagado de obstáculos, que superan la capacidad humana; pero tenemos la Eucaristía y, ante ella, cada domingo podemos sentir en lo profundo del corazón, las mismas palabras que oyó Simón Pedro:”Rema mar adentro..no tengas miedo”. Como a los Apóstoles asustados en la tempestad del lago, Cristo repite a los hombres de nuestro tiempo:”Animo, soy yo, no temais”. Si El está con nosotros, ¿por qué tener miedo?. Aunque parezca muy oscuro el horizonte de la humanidad, aunque un viento contrario obstaculice el camino de los pueblos, aunque se haga borrascoso el mar de la historia,¡que nadie ceda al desaliento y a la desconfianza! Cristo está vivo entre nosotros, como dijo” Yo estaré con vosotros todos los dias hasta el fin del mundo”.- Cristo camina con nosotros como nuestra fuerza y nuestro alimento, y nos convierte en testigos de esperanza y de valor. Si ante el misterio la razón experimenta sus propios límites, el corazón. iluminado por la gracia del Espíritu Santo, intuye bien que el amor no tiene límites, y que el amor todo lo hace facil, todo lo hace posible.” Quien a Dios tiene, nada le falta, sólo Dios basta”.

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