DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO V C. Dia 10 de febrero.
Junto al lago encontró Jesucristo a Simón Pedro y a otros apóstoles,
decepcionados porque habían estado pescando toda la noche y no habían cogido
nada. Jesús les dice, remad mar adentro volved a echar las redes. Y Simón Pedro
le contestó:”Fiado en tu palabra, echaré las redes”...Las echó al agua, y al
momento se llenó de peces...Aprendamos a tener confianza en el poder de Dios.
El Papa ha recogido estas palabras para
convertirla como en slogan característico que debemos oir constantemente los
sacerdotes y todos los fieles de la iglesia:”Rema mar adentro”.No te desanimes,
no te desalientes, no importa que no hayas conseguido nada, “rema mar
adentro”.Vuelve a empezar. Para Dios nada hay imposible. Nada de quedar uno
estancado. El Evangelio, las palabras y los ejemplos de Cristo, y sobre todo la
fuerza del Espíritu deben empujarnos constantemente a seguir adelante, a
esperar contra toda desesperanza, a pesar de nuestras debilidades humanas y
fracasos. Los hombres de fe tenemos que saber que no sacamos fuerza de ideologias humanas, y sólo de
nuestra personal capacidad, sino también y sobre todo de la “demostración del
espíritu y del poder de Dios. La fe hace sobrepasar ls débiles fuerzas de la
naturaleza humana herida por el pecado, y rompe las amarguras y los desengaños,
y cualquier cadena que nos aprisiona.En Dios está el poder supremo que puede
salvarnos.
El
apóstol Pedro quedó asombrado del portento que acababa de sucederle, y se
arrojó a los pies de Jesús diciendo” Apártate de mí que soy un pecador”.
Aprendamos también esta actitud de respeto y de asombro ante Jesucristo, ante
Dios. Porque Dios es inefable, transcendente, santísimo...No podemos comprender
a Dios. ni descubrirle por m´s que lo estudiemos y y pongamos toda la ciencia
de nuestros razonamientos. Es un misterio. Sólo podemos invocarlo con fe y amarlo. Y hasta para creer en El,
necesitamos que él nos atraiga, nos llame interiormente a creer en El. La misma
fe es un don de Dios.- Cuando el hombre percibe en su interior esa llamada de
Dios, le responde creyendo en él y amándole. Ante Dios nos sentimos pequeños,
necesitados, y, sobre todo, manchados, indignos, pecadores, como Simón
Pedro,”No soy digno de estar ante tí, porque soy un pecador”. O como dijo el
profeta Isaias:” ¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios
impuros”. O como decía San Pablo:”No soy digno de llamarme su apostol”,”Por la
gracia de Dios ,soy lo que soy”.La misma santa Teresa, a pesar de haber
experimentado la unión Dios de la manera más íntima y fuerte que ni podía imaginar, se llama así misma ruin y miserable
y se sentía tan pecadora que se le partía el corazón de dolor y se arrojaba
delante del crucifijo y con grandísimo derramamiento de lágrimas le pedía a
Dios fuerza para no ofenderle.
Cuando uno se siente pecador delante de Dios,
surge el arrepentimiento y el deseo de agradar a Dios. Y Dios se vuelve a
nosotros con ojos de misericordia y de perdón.
¡Rema mar adentro! La vida es un camino largo, plagado de obstáculos,
que superan la capacidad humana; pero tenemos la Eucaristía y, ante ella, cada
domingo podemos sentir en lo profundo del corazón, las mismas palabras que oyó
Simón Pedro:”Rema mar adentro..no tengas miedo”. Como a los Apóstoles asustados
en la tempestad del lago, Cristo repite a los hombres de nuestro tiempo:”Animo,
soy yo, no temais”. Si El está con nosotros, ¿por qué tener miedo?. Aunque
parezca muy oscuro el horizonte de la humanidad, aunque un viento contrario
obstaculice el camino de los pueblos, aunque se haga borrascoso el mar de la
historia,¡que nadie ceda al desaliento y a la desconfianza! Cristo está vivo
entre nosotros, como dijo” Yo estaré con vosotros todos los dias hasta el fin del
mundo”.- Cristo camina con nosotros como nuestra fuerza y nuestro alimento, y
nos convierte en testigos de esperanza y de valor. Si ante el misterio la razón
experimenta sus propios límites, el corazón. iluminado por la gracia del
Espíritu Santo, intuye bien que el amor no tiene límites, y que el amor todo lo
hace facil, todo lo hace posible.” Quien a Dios tiene, nada le falta, sólo Dios
basta”.
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