lunes, 10 de diciembre de 2012


                    OS PIDO LE SUPLIQUEIS NO SE VAYA DE CON VOS

Santa Teresa nos enseña que el Señor está presente en la Eucaristía para revelarse a nosotros. Y tiene muchas formas de manifestarse al que comulga. Y culminando la posibilidad de mutua comunicación, Teresa percibe la invitación del Señor a “tratar” y “negociar” con Él.

Nos ha dicho también la Santa que en el Sacramento, el Señor de la Majestad está “tratable”. Disponible para “ conservar con El sin tantos miramientos”, como trataría el siervo con el rey disfrazado, ateniéndose a la lógica del disfraz.Ya sabemos la trascendencia que tiene para santa Teresa el término “tratar”, pues lo emplea como típico exponente de la oración personal como “ tratar  de  amistad están tratando con quien sabemos nos ama”. La escuchamos:

A los que se han de aprovechar de su presencia, él se les descubre; que, aunque no le vean con los ojos corporales, muchos modos tiene de mostrarse al alma por grandes sentimientos interiores y por diferentes vías. Estaos vos con él de buena gana; no perdáis tan buena razón de negociar como es la hora, después de haber comulgado.

Pues si luego lleváis el pensamiento a otra cosa y no hacéis caso ni tenéis cuenta con que está dentro de vos ¿cómo se os ha de dar a conocer? Éste, pues, es buen tiempo para que os enseñe nuestro Maestro, y que le oigamos y besemos los pies porque nos quiso enseñar, y le supliquéis no se vaya de con vos.

Mas, acabando de recibir al Señor, pues tenéis la misma persona delante, procurad cerrar los ojos del cuerpo y abrir los del alma, y miraros al corazón; que yo os digo que no viene tan disfrazado, que, como he dicho, de muchas maneras no se dé a conocer conforme al deseo que tenemos de verle, y tanto lo podéis desear, que se os descubra del todo (CP 34, 10-12).

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