viernes, 17 de febrero de 2012

SON GRAN COSA LETRAS PARA DAR EN TODO LUZ



SON GRAN COSA LETRAS PARA DAR EN TODO LUZ

Después de gozar de la belleza del amor en la comunidad de carmelitas de san José y de la libertad de conciencia de sus moradoras, hoy vamos a admirar el esplendor de la verdad, que Madre Teresa quiere que resplandezca también en sus monjas Las quiere fundadas en la verdad, para que en lo que son y en lo que hacen procedan guiadas por la luz de la verdad.

Aconseja con los pies en el suelo. Tiene delante un convento pequeñito, que hay muchos caminos de perfección, y que si a sus monjas no se les permite escoger confesor, obligándolas a todas a confesarse con el mismo, puede suceder que el tal confesor esté equivocado y lleve a todas por un mismo camino del error . Destacamos también la admirable y radical confianza que Teresa pone el Dios, asegurando que Dios suscitará personas sabias y santas que en cada momento necesite su grupo de monjas. La escuchamos:

Este tener verdadera luz para guardar la ley de Dios con perfección es todo nuestro bien. Sobre ésta asienta bien la oración; sin este cimiento fuerte, todo el edificio va falso.

Si no les dieren libertad para confesarse, para tratar cosas de su alma con personas semejantes a lo que he dicho (sabios y santos). Y me atrevo más a decir, que, aunque el confesor lo tenga todo, algunas veces se haga lo que digo; porque ya puede ser él se engañe, y es bien no se engañen todas por él; procurando siempre no sea cosa contra la obediencia ( que medio hay para todo), y vale mucho a las almas, y así es bien, por las maneras que pudiere, lo procure.

Todo esto que he dicho toca a la prelada (la superiora); y así la torno a pedir que, pues aquí no se pretende tener otra consolación sino la del alma, procure en esto su consolación, que hay diferentes caminos por donde lleva Dios, y no por fuerza los sabrá todos un confesor; que yo aseguro no les falten personas santas que quieran tratarlas y consolar sus almas, si ellas son las que han de ser, aunque seais pobres. Que el que las sustenta los cuerpos despertará y pondrá voluntad a quien con ella de luz a sus almas, y remediase este mal, que es el que yo temo; que, cuando el demonio tentase al confesor en engañarle en alguna doctrina, como sepa trata con otros, iráse a la mano, y mirará mejor en todo lo que hace.

Quitada esta entrada al demonio, yo espero en Dios no la tendrá en esta casa. Y así pido, por amor del Señor, al obispo que fuere, que deje a las hermanas esta libertad y que no se la quite cuando las personas fueren tales que tengan letras y bondad, que luego se entiende en lugar tan chico como éste (CP 5, 4-5).

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