jueves, 18 de noviembre de 2010

ANDEN SEÑORES DE SÍ MISMOS

Repetimos el brocal de un pozo, porque seguimos glosando
el primer grado de oración, y escuchando a Teresa su manera
de proceder para conquistar la libertad de espíritu
y ser señora de si misma.
Los que se ejercitan en el trato interior con Dios y le entregan la voluntad propia, poco les importa que el pozo esté seco o rebosante de agua. Pueden decir con todo convencimiento y verdad ¡Dios dirá! ¡Dios sabe bien lo que hace!
Santa Teresa lo llama andar señores de sí mismo.Ser siervo del Amor, es el mejor señorio.
Teresa desconcierta a los inexpertos cuando dice que dándose del todo, se recibe todo. Es la consecuencia del amor verdadero. Hacerse receptor, detener el entendimiento para que no se canse de pensar y de razonar, escuchar, callar,sentirse mirada por el Otro, provocarle, eso es lo que hacen los verdaderos siervos del amor de Dios. Servir a Dios cuando el pozo está lleno de agua no tiene mérito. Servirle cuando el pozo está vacio, es lo grande.El silencio de Dios es su mejor palabra de amor, para Teresa.
Todavía nos va a asombrar más Teresa cuando ella se califica entre mujercitas como yo, flacas y con poca fortaleza a las que Dios va llevando con regalos para que pueda sufrir algunos trabajos que ha querido su majestad tenga.
La pedagogía de Dios es como la de una madre. Mostrar al hijo que le quiere de verdad con regalos, para que no dude de su amor cuando le exige, ni de que sigue siendo la mejor madre del mundo.
No entiende cómo hombres de tomo y de letras hagan tanto caso de que Dios no los da devoción.Cuando no la tuvieren, que no se fatiguen, y que entiendan que entiendan que no es menester, pues Su Majestad no la da, y anden señores de sí mismos. Crean que es falta. Yo lo he probado y visto. Crean que es imperfección, y eso es no andar con libertad de espíritu, sino flacos.

Importa mucho comenzar con esta libertad y determinación, pues habrá muchos que nunca acaban de acabar, y esto les pasa por no abrazar la cruz desde el principio, que andarán afligidos. En dejando de obrar el entendemiento, no lo pueden sufrir. Pero es entonces, por ventura, cuando engorda la voluntad y toma fuerza.
Teresa de Jesús

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