viernes, 6 de agosto de 2010

DOMINGO 19 C.-DIA 8 DE AGOSTO


Abraham y su hijo Isaac
Imágenes en plata. Custodia del Corpus.
Juan de Arfe, 1571. Ávila

LA FE ES SEGURIDAD DE LO QUE ESPERAMOS Y PRUEBA DE LO QUE NO VEMOS

¡Qué es la fe? En la segunda lectura de la Misa de este domingo tenemos la respuesta: “La fe es seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve”. Cuando hacemos un acto de fe en que Dios existe, en que Dios me ama, lo hacemos teniendo seguridad de que Dios existe, y la certeza de que Dios me ama.

La fe, por tanto, no es una opinión, sino una certeza, que no se funda en la evidencia de lo que vemos, porque a Dios no le vemos. Una certeza que se funda en que Jesucristo nos lo ha revelado, y nos fiamos de El, que no puede engañarse ni engañarnos.



Pero la fe es algo más que tener por verdaderas unas proposiciones, que se encuentran condensadas en el Credo. Es también una actitud del alma, como respuesta a Dios que nos llama a creer en El. “Nuestra fe es la repentina llamada de Alguien, que me dirige su palabra, que llena de repente con su voz el silencio de mi alma y que quiere ser oido”.




En otra lectura se nos propone el ejemplo de Abraham: porque creyó, se puso en camino “sin saber a dónde iba”.Por tanto, la fe no es sólo ni principalmente creer enlos misterios, sino vivir de acuerdo con lo que Dios nos dice. Tiene fe el que cuenta con Dios en la vida de cada día, a la hora de organizar nuestro tiempo, de decidir a quién visitar, de tomar decisiones profesionales, de organizar la vida de familia, el tiempo libre...Tiene fe el que afirma y acoge a Dios en lo cotidiano, el que pone el centro de su existencia más allá de sí mismo, el que se somete a los mandamientos de Dios, seguro de que Dios quiere lo mejor para nosotros. La fe es fiarse de Dios, confiar en que, si le tenemos en cuenta , las cosas van a ir mejor, porque El sabe más que nosotros. Por eso, quien confía en el Señor, no queda nunca defraudado.


La fe no es algo que consigamos por nuestros razonamientos, ni por nuestros méritos. La fe es un don de Dios, un regalo de Dios, a quien se lo pide. Por eso la religión cristiana no surge del intento por parte del hombre de ascender hasta Dios, para atraparlo y ponerle a su servicio. Es al reves, desciende Dios al hombre; surge de la iniciativa condescendiente de Dios de manifestarse a nosotros. La fe surge, cuando el hombre acepta a Dios como misterio. En presencia de ese misterio, el creyente se estremece, ora y se confía; y por El se siente iluminado, regenerado y fortalecido.- Acepta a Dios reconociendo su trascendencia y su poder indominable.


La fe es seguridad de lo que se espera. Seguridad, porque no se apoya en las propias fuerzas, sino que se apoya en Dios todopoderoso.Por la fe el hombre trasciende su ciencia, sentimientos, proyectos y realizaciones...La fe confiere a la persona una fuerza y poder nuevos. La fe hizo de Abrahán ,cuando era ya un hombre anciano, el padre de un gran pueblo...; como hizo de Santa Teresa, una monja encerrada y enferma, en los últimos diez años, salirse de este monasterio y convertirse en fundadora de diecisiete conventos por toda Castilla y Andalucía, creando una orden nueva , la del Carmen Descalzo.
La fe es prueba de lo que no se ve. Por la fe afirmamos como reales, independientemente de nosotros, unos acontecimientos, unas verdades, encubiertas y oscuras, que la fe nos hace verlas claras y seguras..
El salmo de hoy contiene una oración en la que expresamos nuestra confianza absoluta en Dios:” Nosotros aguardamos al Señor; El es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de tí”.

¡Feliz domingo! l Capellán de la Encarnación de Ávila

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