sábado, 16 de octubre de 2010

EL AUXILIO ME VIENE DEL SEÑOR.Domingo día 17



Ángel músico, tocando la guitarra.
Cincelado en plata. Juan de Arfe, 1571.

El Evangelio de este domingo nos invita a reflexionar en la constancia en obrar el bien y a perseverar en la oración. A no desalentarnos por nada.

Moisés intercedía por su pueblo hasta el punto de sentir el cansancio. Se le caían los brazos, por lo que sus compañeros se los sostienen para que no desfallezca. Esto nos demuestra que , contrariamente a lo que podemos pensar, hacer el bien y practicar la oración no siempre resulta facil: exige esfuerzo, constancia.

De ahí tambien la importancia de ayudarnos unos a otros. Santa Teresa repetía que "gran mal es un alma sola entre tantos peligros. Por eso aconsejaría yo a los que tienen oración, procuren amistad y trato con otras personas que traten de lo mismo. Es cosa importantísima rezar unos por otros..Porque andan ya las cosas del servicio de Dios tan flacas que es menester hacerse espaldas unos a otros, los que le sirven, para ir siembre adelante. Es menester buscar siempre compañía para defenderse".
Sobre todo en las familias, los padres deben enseñar y ayudar a sus hijos a rezar.Nuestras madres nos enseñaron a rezar el Padre nuestro al levantarnos y al acostarnos. Y a saludar al angel de la guarda. Y esta práctica nos ha mantenido firmes en la fe. Por este medio, Dios se va haciendo presente en nuestra vida.

Permanezcamos firmes en la fe. No nos dejemos seducir por el modo de pensar laicista o por corrientes que alejan de la fe en Jesucristo. La fe en Dios es el fundamente de nuestra vida, y la mejor respuesta a las preguntas del corazón. La fe en el auxilio del Señor nos libera de lo que más atenaza nuestra vida: la exclavitud del pecado.
Recemos unos por otros. Vuestro Capellán y amigo P. Nicolás

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