martes, 15 de enero de 2013

 
 
 
 
 
 
 
PENSAD QUE PODEIS TORNAR A CAER

 

Santa Teresa en este mismo capítulo 39 de Camino, comentando la petición del Padre Nuestro “no nos dejes caer en la tentación” menciona otras dos tentaciones: la tentación de hacer”penitencias desconcertadas”, y la de arrogarnos  una seguridad que no poseemos.

Les advierte a sus hijas las carmelitas descalzas, y a nosotros sus lectores, que la vanidad de hacer penitencias “desconcertadas” en el fondo sirve para hacernos entender que somos y hacemos más  que los otros. Y también considera   “otra tentación peligrosa” estar seguros de sí mismos, pensando que nunca tornaría a  culpas pasadas. Su receta es: “Nunca andéis tan seguras, que dejéis de temer podeis tornar a caer, y guardaros de las pasiones. La escuchamos:

 Y si es tentación, aun esto no podréis hacer, que no os dejará sosegar el pensamiento, ni ponerle en cosa, sino para fatigaros más; harto será si conocéis es tentación. Así es en penitencias desconcertadas, para hacer entendernos que somos más penitentes que las otras y que hacéis algo.Si os andáis escondiendo del confesor o de la prelada (la superiora), o si, diciéndoos que lo dejéis no lo haceis, es claro tentación. Procurad, aunque más pena os dé, obedecer, pues en esto está la mayor perfección”.

“Pone otra bien peligrosa, que es una seguridad de parecernos que en ninguna manera tornaríamos a las culpas pasadas y contentos del mundo…Ésta, si es a los principios, es muy malo, porque, con esta seguridad, no se les da nada de tornarse a poner en las ocasiones, y hácenos dar de ojos, y ¡plega a Dios que no sea muy peor la recaída!. Asique, aunque más gustos y prendas de amor el Señor os dé, nunca tanto andéis seguras que dejéis de temer podeis tornar a caer, y guardaros de las ocasiones. Esto trae consigo humildad y siempre deja con más luz para que entendamos lo poco que somos” (CP 39, 3-4).

 

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