La musicalidad del violín obedece a las cuerdas y a la posición de los dedos. Igualmente la belleza del amor fraterno en la vida carmelitana, depende de sus cualidades: que sea intenso, purísimo, igualitario y sostenido. Pues, de lo contrario, la persona no sería verdaderamente libre, si quiere más a unas que a otras, y degeneraría en bandos de unas contra otras, y ocurriría lo que en una orquesta cuando algún instrumento está desafinado
En el clima de oración personal como amistad preferente con Dios, han de vivir la amistad igualitaria y sostenida con las hermanas. La escuchamos:
"Cuanto a la primera, que es amaros mucho unas a otras, va muy mucho; porque no hay cosa enojosa que no se pase con facilidad en los que se aman, y recia ha de ser cuando dé enojo. Y, si este mandamiento se guardase en el mundo como se ha de guardar, creo aprovecharía mucho para guardar los demás; mas, más o menos, nunca acabamos de guardarle con perfección".
"Parece que lo demasiado entre nosotras no puede ser malo. Pero trae tanto mal y tantas imperfeccions consigo, que no creo lo creerá sino quien ha sido testigo de vista. Aquí (en ser demasiado) hace el demonio muchos enredos, que en conciencias que tratan groseramente de contentar a Dios, se sienten poco y les parece virtud. Y las que tratan de perfección, lo entienden mucho, porque poco a poco quita la fuerza a la voluntad para que del todo se emplee en amar a Dios".
"Y en mujeres creo debe ser esto aún más que en hombres, y hace daños para la comunidad muy notorios; porque de aquí viene el no se amar tanto todas, el sentir el agravio que se hace a la amiga, el desear tener para regalarla, el buscar tiempo para hablarla, y muchas veces más para decirle lo que la quiere y otras cosas impertinentes. Porque estas amistades grandes pocas veces van ordenadas a ayudarse a amar más a Dios; antes, creo las hace comenzar el demonio para comenzar bandos en las religiones" (CP 4, 5-6).
Teresa cuida que en la orquesta de la vida real, todos los instrumentos estén bien afinados, para que, incluso los oidos más exigentes, gocen de su perfecta armonía, cuando se acerquen a los locutorios de su convento de san José de Ávila o de otros conventos de descalzas. Seguiremos escuchando otras tonalidades del primer instrumento de esta orquesta, el amor de unas a otras. Adios, amigos, hasta la próxima, Nicolás
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