Santa Teresa ofrece alegría, amplitud de miras, andar por la vida con libertad, sin ñoñerías ni encogimientos. Mas parece una joven cristiana, que una monja claustral.
Hoy vamos a escucharla unos avisos, válidos para toda clase de personas, de todas las edades y épocas históricas. A sus contemporáneos del siglo XVI le parecerían una doctrina avanzada y abierta. Y a nosotros nos siguen pareciendo lo mismo. Son avisos de caracter positivo, que infunden optimismo, confianza absoluta en Dios, y un gozo y paz enormes. Para que les prestemos atención, uno a un0, los enumeramos.
1º. Procúrese a los principios andar con alegría y libertad, pues hay algunas personas que parece se les ha de ir la devoción, si se descuidan un poco.Siempre, mientras vivimos, aún por humildad, está bien conocer nuestra naturaleza, y no fiarse ni poco ni mucho de ponerse en ocasión, donde se suele ofender a Dios.
2º.Tener gran confianza, porque conviene mucho no apocar los deseos, sino creer de Dios que, si nos esforzamos, poco a poco,- aunque no sea de inmediato-, podemos llegar a lo que han llegado muchos santos, con su favor. Porque, si ellos no se determinaran a desearlo y a ponerlo por obra poco a poco, no habrían subido a tan alto estado.
3º. Su Majestad quiere y es amigo de almas animosas, si van con humildad y ninguna confianza en sí. Y no he visto a ninguna de éstas, que se quede corta en este camino; ni ningún alma cobarde, - con pretexto de humildad-, que en muchos años recorra lo que éstas en pocos. Me espanta lo mucho que hace, en este camino, animarse a grandes cosas.
4º. Todo es posible con la ayuda de Dios, como dice San Pablo. Y esto me aprovechó mucho y lo que dice san Pablo: "Dame, Señor, lo que mandas, y manda lo que quieras". Pensaba muchas veces que no había perdido nada san Pedro en arrojarse al agua, aunque después temió. Estas primeras determinaciones son gran cosa, aunque en este primer estado es menester irse deteniendo y con discreción y parecer de maestro. Más, han de mirar que sea tal que no los enseñe a ser sapos, ni a que se contente con que se muestre el alma a sólo cazar lagartijas.
5º. Siempre la humildad por delante, para entender que no han de venir estas fuerzas de nosotros.
Teresa de Jesús
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