viernes, 26 de noviembre de 2010

NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE. Domingo dia 28

Puerta del comulgatorio de santa Teresa.
Monasterio de la Encarnación.Ávila

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

Con este domingo primero de Adviento, entramos en un tiempo de preparación para la Navidad. La Navidad en la que celebramos un año más el acontecimiento central de la historia de la humanidad, Jesucristo, Hijo de Dios vivo y Señor nuestro que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, y nació de María Virgen, en Belen .
Benedicto XVI contesta en su último libro Luz del Mundo: Dios quiso entrar en este mundo. Dios quiso que no quedáramos limitados a presentirlo sólo desde lejos, El quiso mostrársenos. En ese hombre, Jesús -él es hombre verdadero- hay alguien que es más que hombre,es Dios mismo.
El periodista la pregunta al Papa ¿qué quiere Jesús de nosotros?
Y Benedicto XVI le responde : Quiere de nosotros que creamos en Él. Que nos dejemos conducir por Él. Que vivamos con El. Y que así lleguemos a ser cada vez más semejantes a Él y, de ese modo, lleguemos a ser de la forma correcta.
El Adviento nos anuncia que la salvación está cerca, y que esa salvación nos viene de Dios.Realmente es preciso tener siempre presente que Jesús nos dice, con la mayor certeza: Yo vengo de nuevo. Esta palabra está por envima de todo. Por eso la Misa se celebraba originalmente en dirección hacia Oriente, hacia el Señor que viene de nuevo, simbolizado en el sol. Por eso cada Misa es el caminar al encuentro de Aquel que viene. Así se anticipa. de alguma manera, esa venida. Vamos hacia El, y, ya ahora, en anticipación, El viene.
El Adviento, como tiempo de espera, situa nuestra vida humana como necesitada de Dios, y nos urge a salir a su encuentro. Vamos hacia Él, que viene. El Señor viene siempre. Necesitamos introducirnos en su venida, y de ese modo, el Adviento nos introduce en una realidad mayor, precisanente más allá de lo cotidiano. Esta es la buena noticia del Adviento.
El Señor es siempre Aquel que viene. Y nos preparamos justamente a su venida si vamos hacia la misericordia de Dios, como poder opuesto a la falta de misericordia del mundo.

Dios viene a nuestro encuentro y nos busca porque nos ama. La arrogancia con que el hombre quiere oponerse a Dios como innecesario, le impide encontrarle. A Dios se le encuentra con el amor. El que confía en Dios con una confianza última e ilimitada, sabe que en todos los horrores que le ocurran, nunca perderá una última protección, la de Dios. Sabe que el fundamento del mundo es el amor y que, por ello, incluso cuando ningún hombre pueda o quiera ayudarle, él puede seguir adelante poniendo su confianza en Aquel que le ama.
Dios es el único imprescindible, porque sólo El es el auténtico bien del hombre. La historia ha demostrado siempre que lo que se funda en los mandamientos de Dios es lo que verdaderamente permanece y salva, y que los reinos de la tierra, que han prescindido de Dios, se han ido derrumbando todos.
Realmente necesitamos a Dios, Aquel que nos ayude a ser lo que nosotros mismos no podemos. El viene para que conozcamos la verdad. Para que podamos tocar a Dios. Para que encontremos la vida , la vida real, la que no está sometida a las fuerzas del mal.
¡Ven, Señor Jesús!

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