domingo, 21 de noviembre de 2010

ES GRAN NEGOCIO NO TRAER EL ALMA ARRASTRADA

Brocal de un pozo en el patio interior del
Monasterio de la Encarnación de Ávila, en el que Teresa sacaba
agua a mano, con un cubo.
Teresa sigue recordando los inicios del proceso espiritual para desasirse de sus gustos personales y gozarse en contentar a Dios.Sigue empeñada en convencernos de que en los coloquios de las almas con Dios, hay que empezar con la firme determinación de desear siempre pensar en El y amarle.
Y nada de afligirse con que no se consigue nada, o que uno no vale para nada y que le aburrimos a Dios contándole nuestras miserias, y que este tiempo que hace no nos favorece para rezar. Ganar libertad de espíritu y no andar siempre atribulado.La escuchamos a Teresa de Jesús, siguiendo todavía en el primer grado de oración, comparable a sacar agua, a mano, de un pozo.
Esta determinación es la que quiere el Señor. El afligimiento, que nos damos, no sirve nada más que para inquietar el alma. Porque muy muchas veces,- yo tengo grandísima experiencia de ello y sé que es verdad, porque lo he mirado y tratado después a personas espirituales-, que viene de indisposición corporal; que somos tan miserables, que participa esta encarceladita de esta pobre alma de las miserias del cuerpo. Y las mudanzas de los tiempos y las vueltas de los humores muchas veces hacen que, sin culpa suya, no pueda hacer lo que quiere, sino que padezca de todas maneras
Y, mientras más la quieren forzar al alma, es peor, y dura más el mal. Haya discreción para ver cuando le viene el desánimo de esto, y no la ahoguen a la pobre. Entiendan son enfermos; múdese la hora de oración; tome algunos pasatiempos; o váyase al campo.
Pasen como pudieren este destierro, que harta mala ventura es la de un alma, que ama a Dios, ver que vive en esta miseria, y que no puede lo que quiere.
Dije andar con discreción, porque alguna vez el demonio lo hará. Por eso es bien, ni siempre dejar la oración ,- cuando hay gran distraimiento y turbación en el entendimiento-, ni siempre atormentar el alma en lo que no puede.
En todo es gran cosa la experiencia, que da a entender lo que nos conviene y en todo se sirve a Dios. Suave es su yugo, y es gran negocio no traer el alma arrastrada, como dicen, sino llevarla con suavidad para su mayor aprovechamiento.
Nadie se apriete ni aflija. Si quiere ganar libertad de espíritu, y no andar siempre atribulado, comience a no espantarse de la cruz, y verá cómo se la ayuda también a llevar el Señor. Y tendrá contento y sacará provecho de todo. Porque ya se ve, que si el pozo no mana, que nosotros no podemos poner el agua.
Teresa de Jesús

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