Santa Teresa tenía tal certeza en la presencia de Jesucristo al comulgar en la Misa, que llegó a decir que no tenía envidia a los contemporaneos de Jesús, porque le hubieran visto personalmente, porque ella le veía en el pan consagrado.
Más todavía. Tampoco envidiaba a aquella mujer, según el evangelio, que pudo tocar físicamente a Jesucristo, por lo que quedó curada de la enfermedad que padecía.¿ Por qué? Porque santa Teresa, al comulgar, percibía el roce de Jesucristo tan vivamente, que ella misma experimentó ser curada de sus frecuentes enfermedades. Así lo explicaba:
¿Pensais que no es mantenimiento aún para estos curpos este Santísimo Sacramento, muy grande y gran medicina,aún para los males corporales ?. Yo lo sé y conozco persona de grandes enfermedades y estando muchas veces con graves dolores, como con la mano se le quitaban y quedaba buena del todo. Y esto la ocurría muy ordinario, y de males muy conocidos, que no los pudiera fingir. Y esa persona tenía l tanta devoción y tan viva fe, que cuando en algunas fiestas oía a personas decir que quisieran ser en el tiempo en que Cristo andaba en el mundo , se reía entre sí, pareciéndole que, teniéndole tan verdaderamente en el Santísimo Sacramento, ¿cómo entonces (decían tal cosa), y qué más le daba?
Sé de esta persona que, durante muchos años, aunque no era muy perfecta, cuando comulgaba, ni más ni menos que si viera con los ojos corporales entrar en su posada a Cristo. Y procuraba ella esforzar la fe, para creer era lo mismo y le tenía en casa , tan pobre como la suya, y se desocupaba de todas las cosas exteriores, y se ponía en un rincón, procurando recoger los sentidos para estarse a solas con su Señor, y se consideraba a sus pies, y se estaba allí hablando con El.
Esa persona, de la que habla, es ella misma.
Traigo este texto, de asombrosa sinceridad y verdad, en honor a Benedicto XVI hoy, día de su cumpleaños, porque ayer precisamente les habló a un grupo de obispos de prestar más atención al misterio de la Eucaristía :" Siendo cierto que Cristo resucitó y sigue viviendo en la Iglesia, siento personalmente que el centro y la fuente permanente del ministerio del Papa está en la Eucaristía, corazón de la vida cristiana, fuente y culmen de la misión evangelizadora de la Iglesia. Hoy Jesucristo continúa estando vivo y realmente presente en la hostia y en el caliz consagrados".
"Por eso, la menor atención que , a veces, se presta al culto del Santísimo Sacramento es indicio y causa del oscurecimiento del significado cristiano del misterio, como ocurre, cuando en la santa Misa no destaca como lo más preminente y operante Jesús, sino una comunidad distraida en muchas cosas, en vez de estar atenta y dejarse atraer por el ünico necesario, su Señor. Pues la tarea principal y fundamental del fiel cristiano que participa en la celebración litúrgica no es hacer, sino escuchar, abrirse, recibir, acoger... La Iglesia vive de esta presencia, y tiene como razón de ser y de exitir la de difundir esa presencia en el mundo".
Santa Madre Teresa de Jesús, ahóndanos la fe en el misterio de Jesucristo, real y verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento, que revivimos en la Misa y recibimos al comulgar. Amen
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