DOMINGO DE CUARESMA V-C Dia 17 marzo
Este evangelio nos describe el encuentro de Jesucristo con unos fariseos
que le ponen delante a una mujer, a la
que acusan de ser adúltera. Según ellos, esa mujer tenía que ser apedreada
hasta morir aplastada por un montón de piedras. Argüian que eso era lo que
estaba mandado en la ley antigua. Y le hacen a Jesucristo esta pregunta a
bocajarro:” Maestro,la ley nos manda apedrear a las adúlteras; tú,¿qué
dices?”.
Lo
que buscan aquellos fariseos realmente no es sólo la muerte de la adúltera,
sino cazarle a Jesús en una respuesta,
por la que pudieran acusarle ante los tribunales.- Y Jesucristo se quedó
pensativo, se inclinó mirando al suelo, y empezó a escribir con el dedo en la
tierra.- Un tanto molestos, le repiten la pregunta. Y les contesta lo que no se
esperaban. No acusa a la mujer. Los acusa a ellos, por no tener piedad con esa
mujer. Su respuesta fue desconcertante:
“El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”. Si esta mujer
es culpable, si esta mujer merece un castigo, ¿ a ver, quien de vosotros está
limpio de culpa, a ver, quién de vosotros tiene las manos limpias ?.-
Jesús libera a la pecadora de su pasado y le anima a mirar hacia adelante.
La insta a detestar el pecado que la destruye, y a que comience a ser buena ,a
que sea una mujer nueva. Lo viejo son el pecado y las piedras justicieras; la
ira y la venganza. Lo nuevo es la misericordia y el perdón.
Jesucristo se comporta de distinta manera que los demás. No insulta a la
mujer, ni la avergüenza. La respeta. Ve en ella una persona debil, una persona
humillada, una persona que sufre. No sólo la respeta, sino que la mira con amor
misericordioso.- La mujer temblaría al ver al Maestro escribiendo en la tierra.
Pensaría que estaría escribiendo la sentencia de muerte. Pero cuando Jesús se
enderezó y miró fijamente a la mujer, se sintió salvada. En aquellos ojos
misericordiosos leyó la dulce sentencia de ser perdonada.
En
esa mujer pecadora nos vemos representados todos los pecadores. Ella reconoce
que ha obrado mal, que ha sido infiel . Es sincera consigo misma, y se reconoce
pecadora.- Entremos dentro de nosotros mismos, veámonos como somos. Repudiemos
el mal que hayamos hecho. El pecado es un mal. El pecado te hace daño, te
rebaja y te encadena. El pecado te destruye y no permite que seas tú mismo. El
pecado te hace mal a tí mismo, y piensa el daño que puedas hacer a los demás.
Piénsalo a solas delante de Dios. Pídele perdón a Dios. Y Dios te dará a gustar
la ternura infinita de sentir su perdón, su bondad inmensa. Cómo dentro de uno
mismo ,con el perdón y la misericordia, renace la vida nueva de la gracia que
vuelve a animar nuestra existencia.
“Perdonad, y sereis perdonados”. La medida que useis con los demás , la
usarán con vosotros. “Señor, perdona nuestras ofensas , como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario