sábado, 3 de diciembre de 2011

ERA TANTO EL ALBOROTO DEL PUEBLO, QUE NO SE HABLABA DE OTRA COSA




Madre Teresa había inaugurado su convento, con cuatro novicias, en la mañana del 24 de agosto de 1562. A media tarde tuvo que volver a la Encarnación y dejar solas a sus monjitas en San José. Pero este pobrísimo acontecimiento causó tal alboroto en la ciudad de Ávila, que no se hablaba de otra cosa.



En vez de aceptar el encerramiento de cuatro jóvenes en una casita, la gente se sublevó como si fuera atacada la ciudad por una legión de moros. El Consistorio celebró sesión al día siguiente para ver qué se hacía con "ciertas mujeres que dicen ser monjas del Carmen que han tomado una casa y han puesto altares y dicho misas en ella...,para que se remedie y provea sobre ello lo que conviniere al bien universal de esta ciudad, se llamen y junten los caballeros Regidores que hay en esta ciudad para que sobre ello se provea para mañana, miércoles, a las nueve de la mañana y se llamen los letrados de esta ciudad".



La sesión consistorial se celebró por todo lo alto, con la máxima representación de todos los estamentos de la ciudad, y todos,excepto un fraile dominico, deliberaron que el tal conventito redundaría en gran daño de la ciudad y, en consecuencia, decidieron que tenía que desaparecer. Y, sin más, el Corregidor se presentó en el convento de San José, aporreó a la puerta y conminó a las cuatro novicias a que salieran por las buenas, y, de lo contrario, derribarían la puerta y las sacarían a la fuerza.



Las novicias contestaron que ellas dependían del Obispo no del Corregidor, que ,si se atrevían a derribar la puerta, se atuvieran a las consecuencias de violar un espacio sagrado, y que ellas no saldrían de clausura si no se lo mandaba la que las había metido en ella.


Los Regidores deciden poner el asunto en manos de la justicia, delegan en quien pueda acudir al Consejo Real y hacen todo lo posible para que el convento desaparezca. Los tribunales piden a las demandadas que nombren procurador y abogado, y responden que no tienen medios para hacerlo. Santa Teresa define así el resultado de la famosa Sesión del Consistorio:"Unos callaban, otros condenaban; en fin, concluyeron que luego se deshiciese" el convento. El dominico P. Domingo Báñez " dijo que no era cosa que así se había de deshacer, que se mirase bien, que tiempo había para ello, que éste era caso del Obispo o cosa de este aire, que hizo mucho provecho, porque siguió la furia, pero fue una dicha no lo poner fuego en obra".



Un buen amigo, Gonzalo de Aranda, se ofreció para actuar ante la corte real en nombre de Madre Teresa y de las novicias. El Consejo Real envió un propio a la ciudad para que oyera a ambas partes contrincantes. El enviado real se mostró a favor del convento fundado por Madre Teresa de Jesús, y no encontraba razones que justificaran la contradicción de la ciudad. El pleito duró más de un año. No obstante, a finales de 1562, el Obispo se interesó en hablar con el Provincial y los dos acordaron que Madre Teresa volviera al convento de san José y llevase consigo las religiosas que quisiesen vivir en el hábito del Carmen reformado y pasase adelante la dicha fundación.



A la fundadora le parecía imposible que aquel largo y espinoso contratiempo que la retuvo varios meses alejada de sus novicias , terminara felizmente.

Adios. Hasta la próxima. Un saludo.Nicolás

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