viernes, 26 de febrero de 2010

EVANGELIO,SEGÚN SANTA TERESA.VII
Venimos recreándonos en los escritos de Santa Teresa, viendo en ellos una forma de vivir el Evangelio. Santa Teresa ha sido un intérprete de la Biblia, encarnando en su vida la Palabra de Dios, haciéndola bella y atractiva. Con sencillez y humildad apuesta por Jesucristo, y nos invita con su testimonio a seguirle con total entrega y libertad. Seguimos escuchando a esta intérprete vivencial del Evangelio.
Bien habla Dios al corazón, cuando le pedimos de corazón.
No está aguardando otra cosa el Señor, sino que le miremos; tiene en tanto que le volvamos a mirar, que no quedará por diligencia suya favorecernos.
Si estáis alegre, miradle resucitado…Si estáis con trabajo, o triste, miradle camino del huerto; miradle atado en la columna lleno de dolores; negado de sus amigos, sin que nadie vuelva por él; miradle cargado con la cruz. Miraros há Jesús con unos ojos tan hermosos y piadosos, llenos de lágrimas, que olvidará sus dolores para consolar los vuestros, sólo porque os vayáis a consolar con él, y volváis la cabeza a mirarle.
El amor que tenemos a Dios no ha de ser fabricado por nuestra imaginación, sino probado por obras; y no penséis que El ha menester de nuestras obras, sino nuestra determinación.
En fin, en fin, de una manera o de otra ha de haber cruz mientras vivimos.
No todas las imaginaciones son hábiles para meditar en las obras del Señor, mas todas las almas lo son para amarle.
AMEN

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