lunes, 15 de febrero de 2010

EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA.III

Pasaje bíblico.Moisés pide a Aarón que coja el maná
en una jarra. Alimento para el desierto. Símbolo de la Eucaristía-
Bajo relieve en plata.Juan de Arfe.1571.

EVANGELIO SEGÚN SANTA TERESA.III

Días pasados hemos mostrado algunas perlas de los escritos de Santa Teresa, o más bien de los contenidos de su modo de vivir el Evangelio al dictado del Maestro divino. Sus escritos están llenos de celestial sabiduría. Por eso nos hemos atrevido a titularlos Evangelio según Sana Teresa. Seguimos mostrando algunos versículos o pensamientos teresianos, que nos sirvan de puntos de reflexión personal.

El yugo del Señor es suave, y conviene no traer el alma arrastrada, sino llevarla con suavidad para su mejor aprovechamiento (Vida 2).

Ha gran miedo el demonio a ánimas determinadas, que tiene él gran experiencia que le hacen gran daño, y cuanto él ordena para dañarlas viene en provecho de ellas (CP23).

Conviene traer delante muchas veces lo que dice san Pablo: Que todo se puede con Dios; y así conviene mucho tener gran confianza y no apocar los deseos; sino creer en Dios, que si nos esforzamos poco a poco, podremos llegar a lo que muchos santos con su favor (Vida,13).

El aprovechamiento del alma no está en pensar mucho en Dios, sino en amarle mucho, y este amor se adquiere determinándose a obrar y padecer por Dios ( Moradas I,2).

Es imposible (conforme a nuestra naturaleza) tener ánimo para cosas grandes, quien no entiende está favorecido de Dios: porque somos tan miserables e inclinados a cosas de tierra, que mal podrá aborrecer todo lo de acá de hecho, quien no entiende tiene alguna prenda de lo de allá del cielo.

Quien mas entiende las grandezas de Dios, más le ama y le alaba.

Mirad que no son tiempos de creer a todos, sino a los que viéredes van conforme a la vida de Cristo.

Todos los principios son penosos.AMEN.

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