viernes, 19 de febrero de 2010

EL EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA-IV

Jesucristo Salvador.
Imagen en plata.Orfebre Juan de Arfe.1571.
EVANGELIO, SEGÚN SANTA TERESA.IV

La devoción verdadera y eficaz a Santa Teresa consiste en hacer propias sus enseñanzas e imitar sus virtudes. En ella el Evangelio reviste irresistibles encantos, porque lo ha vivido de una forma elegante y hermosa. Además de ser una gran contemplativa, es una gran mujer y una gran escritora.

Por eso nos recreamos con sus pensamientos, que rezuman espíritu de sabiduría y de entendimiento, y están enriquecidos de abundantes dones de naturaleza y de gracia.La seguimos leyendo.

¡Oh Señor mío! ¡ Qué cierto es a quien os hace algún servicio, pagar luego con un gran trabajo! Y ¿qué precio tal precioso para los que de veras os aman, si luego se nos diese a entender su valor? (Fun.41).

Os encomiendo mucho que cuando leyéreis algún libro, o oyéreis algún sermón, o pensáreis en los misterios de nuestra sagrada fe, que lo que buenamente no pudiéreis entender, no os canséis ni gastéis el entendimiento en adelgazarlo; no es para mujeres ni aún para hombres muchas veces (Conceptos de amor de Dios, 1).

El alma, a quien da Dios este cuidado de evitar las imperfecciones, hace la cama a su Majestad de rosas y flores; y es imposible dejar de venir a regalarse con ella, aunque tarde (ib.2).

Nuestros pensamientos sean animosos, que de aquí vendrá que el Señor nos dé gracia para que lo sean también las obras (ib.).

¡Oh Dios mío! ¿Es posible que haya alguno que no os ame? Será porque no merece conoceros (ib.).

Por estar el mundo perdido de codicia, no se tiene en nada a los Religiosos (Fund. 17).

Son muy pocos los vasallos que han quedado a nuestro divino Rey, y mucha la multitud que acompaña a Lucifer; y lo que peor es que se muestran amigos en lo público, y véndenlo en lo secreto; casi no hay de quien fiarse ( Exclamaciones, 10).

AMEN

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