LA FUNDACIÓN DE SALAMANCA
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En Salamanca Madre Teresa localizó un amigo
suyo, al que encomendó que desalojara a los estudiantes que ocupaban la casa
destinada a convento. “Desde una posada procuré saber de un buen hombre de
allí, a quien tenía encomendado me tuviese desembarazada la casa, llamado
Nicolás Gutiérrez, harto siervo de Dios . Este trabajó mucho en aquella
fundación, con harta devoción y voluntad. Como vino, díjome que la casa no
estaba desembarazada, que no había podido acabar con los estudiantes que
saliesen de ella. Yo le dije lo que importaba que luego nos la diesen, antes
que se entendiese que yo estaba en el lugar; que siempre andaba con miedo no
hubiese algún estorbo, como tengo dicho. El fue a cuya era la casa, y tanto
trabajó, que se la desembarazaron aquella tarde. Ya casi noche, entramos en
ella”.
En esta ocación, se
inauguró el convento sin poner el santísimo sacramento.” Fue la primera
que fundé sin poner el Santísimo Sacramento, porque yo no pensaba era tomar la
posesión si no se ponía; y había ya sabido que no importaba, que fue harto
consuelo para mí, según había mal aparejo de los estudiantes”.
Los estudiantes , obligados a desalojar la casa,
la dejaron como una lobera.Madre Teresa y Hna Sacramento la barrieron y
ordenaron, lo mejor que pudieron. Se dijo la primera Misa y Madre Teresa pidió
que vinieran más monjas.“ Como no deben tener esa curiosidad, estaba de suerte
toda la casa, que no se trabajó poco aquella noche. Otro día por la mañana se
dijo la primera misa, y procuré que fuesen por más monjas que habían de venir de
Medina del Campo . Quedamos la noche de Todos Santos mi compañera y yo solas. Yo
os digo, hermanas, que cuando se me acuerda el miedo de mi compañera, que era
María del Sacramento, una monja de más edad que yo, y harto sierva de Dios, que
me da gana de reír”.
Teresa era de otra madera que hermana Sacramento.Mientras su compañera se
moría de miedo, a ella se daban ganas de reir. Esta primera noche tuvieron que
pasarla las dos carmelitas solas. Se metieron en un cuarto , cerraron bien las
puertas, echaron unas pajas en el suelo , que les sirviera de colchón e
intentaron dormir.
Sacramento seguía con sus miedos. Era la noche de los difuntos. Y qué se
le ocurre a esta monja? Le interroga a
Madre Teresa:- Madre¿ y si yo me muriese esta noche. Vos qué haríais?- La
respuesta fue inesperada: Ahora no se lo que haría. Pero vuestra merced esté
segura de que , si ocurriera lo que Vd. dice, entonces decidiré lo que proceda.¡Ahora,
déjeme dormir!
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