DOMINGO XVI C.Dia 21 julio
Marta recibió en su casa a Jesucristo. También sus hermanos María Y Lázaro vivían con ella en el pueblo llamado Betania, situado a tres kilómetros de Nazaret
En realidad Betania es el símbolo de todo lugar en el que Cristo es bien recibido. Y Betania es también el símbolo de cualquier corazón que recibe al Señor y tiene hacia el
Las oportunas atenciones.
Jesús en la casa de Betania fue bien atendido tanto pot Marta como por su hermana María- Atención a Jesús es procurarle el necesario alimento y atención a Jesús es escuchar su palabra. La esmerada atención a un huéspede incluye ambas cosas. Loa trabajos de ambas hermanas no son opuestos, sino complementarios. La advertencia de Jesús trata de corregir el error de Marta, que pensaba que sólo su trabajo reportaba beneficio al Maestro. Los dos trabajos agradaban al Señor.
Aprendamos de Jesús. Cuando llegaban los tiempos de estar a solas con el Padre, dejaba todo y se retiraba a la oración- Cuando llegaba el tiempo de enseñar, enseñaba. O curaba a los enfermos. Si miramos a Jesús, vemos que la ´vispera de cada deción o acontecimiento importante, se recogía en oración intensa y prolongada.
En la Iglesia sson importantes ambas cosas: la oración y la misión. La Iglesia , como nos ha recordado el Papa, no es nuestra, sino de Dios. El campo que hay que cultivar es el suyo. Por eso la misión, o el apostolado , es sobre todo graacia. La misión es gracia Y si el apostol es fruto de la oración, en la oración encontrará la luz y la fuerza necesarias para su acción. Nuestra misión dejaa de ser fecunda, e incluso se extingue, en el momento en que se interrumpe su conexión con la fuente, con el Señor
Este evangelio y el ejemplo de Jesús nos invitan a que cultivemos la dimensión contemplativa, que nuestro corazón esté unido al de Cristo, lleno de misericordia y de amor. Ahí reside el secreto de la fecundidad pastoral y la fecundidad del discípulo del Señor.
Hoy la palabra de Dios nos habla de escucharla como María y de la misión de servir como Marta. Primero escuchar de Dios su mensaje de esperanza, de serenidad y de ternura, y luego transmitirlo.Primero, experimentar nosotros la alegría d ser consolados por Dios, de ser amados por El, y después transmitirlo a los demás.
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