LA
FUNDACION DE TOLEDO .EN BUSCA DE UNA CASA PARA CONVENTO (3).
Despues de tener en la mano las licencias real y eclesiástica para
poder fundar en Toledo, Teresa necesita una casa., grande o pequeña, en el
centro o a las afueras, en propiedad o
en alquiler.
Otra vez los confesores y amigos de Teresa empiezan a buscar una
casa. Peinan palmo a palmo las calles y plazas de Toledo, y no encuentran nada.Ellos,
que se movían en el mundo de los inmuebles, no han visto ni oído que hubiera
una casa nen venta o en alquiler.
Fue un pobre estudiante, llamado Andrada, quien la encontró en dos
días. Así son las trazas de Dios que escoge lo débil del mundo para confundir a
los fuertes. La escuchamos a nuestra Santa Fundadora:
De casa
no había memoria. Con Alonso Alvarez ya estaba desconcertada. Un mercader,
amigo mío, del mismo lugar, que nunca se ha querido casar, ni entiende sino en
hacer buenas obras con los presos de la cárcel, y otras muchas obras buenas que
hace, y me había dicho que no tuviese pena, que él me buscaría casa (llámase
Alonso de Avila), cayóme malo.
Algunos días antes había venido a aquel lugar
un fraile francisco, llamado fray Martín de la Cruz, muy santo. Estuvo algunos
días y cuando se fue, envióme un mancebo que él confesaba, llamado Andrada,
nonada rico, sino harto pobre, a quien él rogó hiciese todo lo que yo le dijese.
El, estando un día en una iglesia en misa, me fue a hablar y a decir lo que le
había dicho aquel bendito, y que estuviese cierta que en todo lo que él podía
que lo haría por mí, aunque sólo con su persona podía ayudarnos. Yo se lo
agradecí, y me cayó harto en gracia y a mis compañeras más ver el ayuda que el
santo nos enviaba, porque su traje no era para tratar con Descalzas.
7. Pues
como yo me vi con la licencia y sin ninguna persona que me ayudase, no sabía
qué hacer ni a quién encomendar que me buscase una casa alquilada. Acordóseme
del mancebo que me había enviado fray Martín de la Cruz y díjelo a mis
compañeras. Ellas se rieron mucho de mí y dijeron que no hiciese tal, que no
serviría de más de descubrirlo . Yo no las quise oír, que, por ser enviado de
aquel siervo de Dios, confiaba había de hacer algo y que no había sido sin
misterio. Y así le envié a llamar y le conté con todo el secreto que yo le pude
encargar, lo que pasaba, y que para este fin le rogaba me buscase una casa, que
yo daría fiador para el alquiler. Este era el buen Alonso de Avila, que he
dicho . que me cayó malo. A él se le hizo muy fácil y me dijo que la buscaría.
Luego, otro día de mañana, estando en misa en la Compañía de Jesús, me vino a
hablar y dijo que ya tenía la casa, que allí traía las llaves, que cerca
estaba, que la fuésemos a ver, y así lo hicimos; y era tan buena, que estuvimos
en ella un año casi .
8. Muchas
veces, cuando considero en esta fundación, me espantan las trazas de Dios; que
había casi tres meses al menos más de dos, que no me acuerdo bien que habían
andado dando vuelta a Toledo para buscarla personas tan ricas y, como si no
hubiera casas en él, nunca la pudieron hallar, y vino luego este mancebo, que
no lo era, sino harto pobre, y quiere el Señor que luego la halla; y que
pudiéndose fundar sin trabajo estando concertada con Alonso Alvarez, que no lo
estuviese, sino bien fuera de serlo, para que fuese la fundación con pobreza y
trabajo.
9. Pues
como nos contentó la casa, luego di orden para que se tomase la posesión antes
que en ella se hiciese ninguna cosa, porque no hubiese algún estorbo; y bien en
breve me vino a decir el dicho Andrada que aquel día se desembarazaba la casa,
que llevásemos nuestro ajuar. Yo le dije que poco había que hacer, que ninguna
cosa teníamos sino dos jergones y una manta.
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