FUNDACIÓN DE TOLEDO- TOMA DE POSESIÓN (4)
Preparada la capilla, acudió a celebrar la primera misa el prior
del convento de carmelitas calzados, llamado el Carmen. Con una campanita
tocaron a misa, a la que asistió doña Luisa y el personal de su casa.Un
notario tomaba nota de cada suceso, para
levantar acta de la fundación que recibió el título de San José, sábado, 14 de mayo de 1569. La
escuchamos a la Fundadora:
. Y así le envié a llamar al joven estudiante y le conté con todo
el secreto que yo le pude encargar, lo que pasaba, y que para este fin le rogaba
me buscase una casa, que yo daría fiador para el alquiler. Este era el buen
Alonso de Avila, que he dicho que me
cayó malo. A él se le hizo muy fácil y me dijo que la buscaría. Luego, otro día
de mañana, estando en misa en la Compañía de Jesús, me vino a hablar y dijo que
ya tenía la casa, que allí traía las llaves, que cerca estaba, que la fuésemos
a ver, y así lo hicimos; y era tan buena, que estuvimos en ella un año casi .
Muchas veces, cuando
considero en esta fundación, me espantan las trazas de Dios; que había casi
tres meses al menos más de dos, que no me acuerdo bien que habían andado dando
vuelta a Toledo para buscarla personas tan ricas y, como si no hubiera casas en
él, nunca la pudieron hallar, y vino luego este mancebo, que no lo era, sino
harto pobre, y quiere el Señor que luego la halla; y que pudiéndose fundar sin
trabajo estando concertada con Alonso Alvarez, que no lo estuviese, sino bien
fuera de serlo, para que fuese la fundación con pobreza y trabajo.
9. Pues como nos contentó la casa, luego di orden para que se
tomase la posesión antes que en ella se hiciese ninguna cosa, porque no hubiese
algún estorbo; y bien en breve me vino a decir el dicho Andrada que aquel día
se desembarazaba la casa, que llevásemos nuestro ajuar. Yo le dije que poco
había que hacer, que ninguna cosa teníamos sino dos jergones y una manta. El se
debía espantar. A mis compañeras les pesó de que se lo dije, y me dijeron que
cómo lo había dicho, que de que nos viese tan pobres no nos querría ayudar. Yo
no advertí en eso y a él le hizo poco al caso; porque quien le daba aquella
voluntad, había de llevarla adelante hasta hacer su obra; y es así que con la
que él anduvo en acomodar la casa y traer oficiales, no me parece le hacíamos
ventaja. Buscamos prestado aderezo para decir misa, y con un oficial nos
fuimos, a boca de noche, con una campanilla, para tomar la posesión, de las que
se tañen para alzar, que no teníamos otra; y con harto miedo mío anduvimos toda
la noche aliñándolo, y no hubo adónde hacer la iglesia, sino en una pieza, que
la entrada era por otra casilla, que estaba junto, que tenían unas mujeres, y
su dueño también nos la había alquilado.
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