jueves, 6 de junio de 2013
Domingo 10 C del tiempo ordinario. Dia 9 de junio
En la primera lectura se proclama que el profeta Elias se encuentra en casa de la viuda de de Sarepta en un momento dramático para ella. A pesar de su pobreza, aquella viuda había acogido al profeta. Su hijo había muerto, y le acusa al profeta de la muerte del hijo.Pero el profeta se tiende sobre el niño muerto, como para identificarse con él, invoca a Dioa todo poderoso, y Dios le devuelve la vida. Al recibirlo de manos de Elias, la madre hace una profesión de fe: "Ahora sí que he conocido bien que eres un hombre de Dios, y que la palabra de Dios en tu boca de profeta es verdad
En el Evangelio se narra otro hecho prodigioso ocurrido por la intercesión del gran profeta Jesucristo.. Al llegar a la adea de Nazaret, Jesús con sus discípulos se encuentran con una gran aglomeración de gente. Un gran gentío acompaña el cadaver de un joven, hijo único de la viuda de Naín.Hay aquí una metáfora de la sociedad: en los lugaares más concurridos se cruzan la desesperanza y la esperanza, el silencio humano y la palabra divina. Veamos los gestos de Jesús:Al ver a la viuda del joven muerto, a Jesús se le conmueven las entrañas, como al buen samaritano y al padre del hijo pródigo. Dirige una palabra de consuelo a la madre . y otra de autoridad al muerto. Y se acerca a tocar el ataud, en contra de las prescripciones de la ley. El joven se levanta y Jesús lo entrega a su madre. Todo el relato nos lleva a comprender que Jesús es el Señor de la Vida, todo misericordioso. El asombro los une a todos. Y todos sobrecogidos dan gloria a Dios diciendo
"Un gran profeta ha surgido entre nosotros". Es una frase muy significativa en aquel momnto. Las gentes de Israel esperaban la aparición de un profeta al llegar los tiempos mesiánios. Las comunidades cristianas primitivas reconocen en Jesús al profeta anunciado. Pero Jesús es más que cualquiera de los antiguos profetas. El profeta transmite la palabra de Dios. Jesús es la misma palabra de Dios. "Dios ha visitado a su pueblo". El evangelio pone en la boca de la multitud el reconocimiento de la manifestación de Dios en Jesús de Nazaret.
La cruda realidad de la vida nos habla de jóvenes arrebatados por la muerte, y del dolor de los padres y las madres que los pierden. Te pedimos, Señor, que tengass compasión de ellos. Los ojos de la fe nos llevan a reconocer tu presencia en la historia. Que toda la humanidad pueda descubrir en tí al Señor de la vida y de la misericordia y del consuelo,
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