jueves, 6 de septiembre de 2012



DOMINGO 23 B DEL TIEMPO ORDINARIO, 9 de septiembre 2012

            El profeta Isaias nos da una consigna muy valiosa para la vida:”Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios..”. Todos nos sentimos débiles,necesitados de ayuda y protección. La confianza en Dios nos hace fuertes. Cuando estás débil no puedes confiar en ti mismo,y es entonces cuando surge la oportunidad de que te dirijas a Dios, y quieras apoyarte en El. San Pablo escribió: “ Mi fuerza se demuestra en la debilidad, por tanto con sumo gusto presumo de mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo; pues cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte”.- Santa Teresa, sintiéndose mujer débil,a veces enferma, confió en el poder de Dios, y en esa confianza adquirió una fortaleza de espíritu y de voluntad enormes. Por eso soportó sus enfermedades y todos los sacrificios por los que pasó en este convento de la Encarnación y  la fundación de otros de norte a sur de la península, con una entereza y alegría que causaba el asombro de  todos. Por eso con toda razón podía decir: estas casas no las han hecho los hombres, sino el poder de Dios. “ Mi fuerza y mi poder es el Señor”, repetía. “Dios me dió muchas gracias de fortaleza”. “La oración y el sacrificio por Dios constituyen toda mi fuerza”.  De la misma manera que la vida de un niño se apoya en el amor y en la protección de sus padres, así nosotros estamos en el mundo sostenidos, guiados, protegidos por el amor irrevocable de Dios que es nuestro verdadero Padre, y un Padre mejor que todos los padres del mundo.

   “ Sed fuertes, no temáis.Mirad a vuestro Dios”...Mirad a Dios, pensando que Dios nos mira . Nosotros buscamos mirarle con los ojos del corazón, porque buscamos encontrarnos con su mirada. Los cristianos de todos los tiempos han tenido conciencia de andar con Dios, de verse acompañados por Dios por los caminos de la vida. Es esta una convicción común en la Iglesia, y por eso decimos vulgarmente: ¡”Anda con Dios!. ¡Vete con Dios”. ¡Se lo llevó Dios!”.- Cuando rezamos los salmos, muchos versículos nos hacen bendecir a Dios porque  hace resplandecer su rostro sobre nosotros... Nos enseñan que “en El vivimos, nos movemos y existimos”... Si Dios cuida de los pájaros del campo, con más razón cuida de nuestra vida, porque somos criaturas suyas y, por el bautismo y la fe nos vemos hijos de Dios. Nuestra vida, nuestros trabajos, nuestros gozos y nuestras penas...no pasan desapecibidos para Dios. Más. Cada uno de nosotros somos amados por Dios,  tenemos mucha importancia para Dios.
      Santa Teresa experimentó  esa presencia de Dios en su vida. Se veía habitada por El. Dejó escrito esta reflexión: “ Mira a Dios dentro de ti, y déjate mirar por El¸ y no te extrañes de tener tal huesped. Háblale como a Padre, pídele como a Padre, cuéntale tus trabajos y pídele remedios para ello”..
      ¡Sed fuertes, no temais. Mirad a vuestro Dios...que viene en persona. El os salvará!.
Dios es mi auxilio. El Señor sostiene mi vida.

     

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