miércoles, 23 de marzo de 2011

A LA PRIMERA PALABRA DIVINA, LA MUDAN TODA



En la página anterior, vimos el criterio con que Teresa distinguia la palabra que Dios le comunicaba en la oración, de otras palabras que oía a los humanos. Su criterio era que la palabra divina obraba en ella lo que decía. Las palabras del Espiritu la mudan por completo.


La primera sorprendida es ella. Le ocurre ver interiormente que tal día y a tal hora ha subido al cielo el alma de un ser querido, y así se lo dice a las amigas. Después comprueban, pasados ocho dias , que efectivamente había sucedido tal y como ella lo había profetizado.


Teresa confiesa con toda humildad que oye sin oir y entiende sin entender por sí misma¡ Oye no oyendo, y entiende no entendiendo! Estas cosas le ocurren a santa Teresa. Seguimos leyendo el capítulo 25 del Libro de la Vida:


Es voz tan clara (la voz de Dios) que no se pierde una sílaba de lo que se dice. Y acaece ser a tiempos que está el entendimiento, y el alma tal alborotada y distraida, que no acertaría a concertar una buena razón, y halla guisadas grandes sentencias que le dicen, que ella, aún estando muy recogida, no pudiera alcanzar, y a la primera palabra - como digo- la mudan toda.En especial, si está en arrobamiento. ¿Cómo se entenderán cosas que no habían venido a la memoria aún antes?


Esto es como si le oyésemos a una persona muy santa o letrada y de gran autoridad, que sabemos no nos ha de mentir. Y aun es baja comparación, porque traen algunas veces una majestad consigo estas palabras, que sin acordarnos quiñen las dijo, si son de reprensión, hacen temblar; y si son de amor hacen deshacerse en amar. Y son cosas que estaban bien lejos de la memoria, y dícense tan de presto sentencias tan grandes, que era menester mucho tiempo para haberlas de ordenar, y en ninguna manera me parece se puede entonces ignorar no ser cosa fabricada de nosotros.


Es como obra que, aunque se olvide algo y pase tiempo, no tan del todo que se pierda la memoria de que, en fin, se dijo...; mas de profecía, no hay olvidarse al menos a mí, aunque tengo poca memoria.


Esto es así, y quien tuviere experiencia verá que es al pie de la letra todo lo que he dicho. Alabo a Dios, porque lo he salido así decir. Paréceme que quien quisiese engañar a los otros, diciendo que entiende de Dios lo que es de sí, que poco le cuesta decir que lo oye con los oidos corporales. Y es así cierto, con verdad, que jamás pensé había otra manera de oir ni entender, hasta que lo vi por mí.


La credibilidad del mensaje teresiano se funda en la experiencia vivencial de Teresa convivida con Jesucristo, Palabra encarnada del Dios invisible, de la que da testimonio con hechos. Os saluda con afecto .Padre Nicolás

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