IIº DOMINGO DE CUARESMA, A
El Evangelio de este Domingo nos presenta a Jesucristo, acompañado de tres apóstoles, en la cima del monte Tabor. Allí tuvo lugar la transfiguración del Señor, un hecho asombroso que preanuncia la resurrección de Jesucristo después de morir y ser sepultado ¿Qué sentido tiene este hecho de la transfiguración para sus apóstoles ? ¿Qué sentido tiene para la experiencia de nuestra fe ?.- El sentido que tiene para ellos, como para nosotros, es confirmarnos en la fe en Jesucristo, como salvador del hombre a través de la cruz, decirnos claramente de la necesidad de su pasión como camino hacia la gloria.-
La cruz no sólo dice quién es el hombre, sino también quien es Dios. Dios es de tal manera que en este abismo humano se ha identificado con el hombre y lo juzga para salvarlo. En el abismo de la repulsa humana se manifiesta todavía más el abismo inagotable del amor divino. ¿Qué hacer para que sus discípulos entendieran esto? Se transfiguró ante ellos.
La luz venía de él : su cuerpo, su rostro brillaban más que el sol. Nunca habían visto cosa semejante.Jesucristo estaba revestido de gloria celestial, como algo propio, que emanaba de su persona.- Entendieron que era verdad que Jesucristo es luz del mundo. San Pedro, años más tarde. lo recuerda con estas palabras :”Con nuestros ojos hemos visto su majestad. Porque recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando una voz desde el esplendor de la gloria, habló diciendo: este es mi Hijo, en quien tengo mi complacencia. Y esta voz la oimos nosotros enviada desde el cielo, estando con él en el monte santo”.
Con aquel hecho, los apóstoles entendiéron con toda claridad que Jesucristo era mucho más que un hombre . Aquella imagen divina de Jesucristo alejó de ellos el escándalo que en otras ocasiones le había producido el que Jesucristo les hablara de que tenía que ser azotado, coronado de espinas y morir en una cruz. Cuando el maestro lo dice, tendrá que ser así la manera de salvar al mundo, con su sangre. Derramar su sangre es la concreción del amor que llega hasta el final. Nadie tiene amor más grande que el que da su vida por amor. Quiere mostrar con toda evidencia que su don y su servicio son totales, que el gesto del amor que todo lo da, y sólo ese gesto, es la reconciliación real del mundo.- Les inspira también mucha confianza en El. De ahora en adelante ya nada tienen que temer, nada que dudar de lo haga o diga su Maestro. Ellos han visto un retazo de su gloria, y ahora es cuando empiezan a comprenden algo de lo que les quiso decir aquella vez que les habló de su resurrección. Será algo como lo que ellos han tocado hoy con sus manos y sus ojos..Y sobre todo se les gravará en su memoria lo que acaban de oir en medio de la nube:.”este es mi Hijo muy amado, escuchadle”Escuchadle siempre: Las suyas no son unas palabras cualquiera.Es la verdad. Marca el verdadero camino de la vida. Sus palabras son luz para nuestras conciencias, son alimento del alma, son medicina para las dolencias del espíritu.Porque no son palabra de hombre; son palabra de Dios. Hace siempre lo que dice: si dice, “no temas”, esa palabra quita todos los miedos; si dice, “yo estoy contigo”te penetra su amistad y su presencia.- “ No ha sido dado bajo el cielo a la humanidad otro nombre en el que hayamos de encontrar la salvación”.- “El que cree en mí, tendrá vida eterna”. -
Digámosle de todo corazón; Señor, yo creo en Ti, Tú eres el mesias, el Hijo de Dios vivo. Auméntanos la fe en Tí. En comunión de oraciones, Padre Nicolás
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