jueves, 9 de diciembre de 2010

LE ACOMPAÑE, Y HABLE Y PIDA Y SE REGALE CON EL



Teresa, maestra de oración, nos sitúa hoy delante de Jesucristo atado a la columna. Y nos dice que hay dos formas de meditar en este paso de la Pasión, una activa o discursiva y otra pasiva o receptiva.


Unos meditan así : Ponémonos a pensar un paso de la Pasión, digamos el de cuando estaba el Señor a la columna. Anda el entendimiento buscando las causas que allí da a entender, los dolores grandes y pena que Su Majestad tendría en aquella soledad, y otras muchas cosas que podrá sacar de aquí, si el entendimiento es obrador. O, que, si es letrado, es el modo de oración, en que han de comenzar y demediar y acabar todos, y muy excelente y seguro camino. Es bueno discurrir un rato y pensar las penas que allí tuvo, y por qué las tuvo, y quién es el que las tuvo, y el amor con que las pasó.


Pero Teresa propone un método nuevo y mejor, en el que el entendimiento esté callado.Ella lo experimentó, y lo denomina contemplación : No se canse andando siempre discurriendo, sino que se esté allí con El, acallado el entendimiento. Si pudiere, se ocupe en que mire que le mira, y le acompañe y hable y pida y se humille y regale con Él, y acuerde que no merecía estar allí. Cuando pudiere hacer esto, hallará grande provecho, pues hace muchos provechos esta manera de oración. Al menos, hallóle mi alma.


De una manera tan gráfica, Teresa pasa del primer grado de oración, comparable a sacar agua del pozo con un cubo, al segundo grado de oración, o sacar agua con una noria, al que dedicaremos la próxima página. Os invito a hacer diez minutos de contemplación, siguiendo la pauta que nos marca Teresa en el segundo método. Con un cordial saludo de vuestro Capellán Nicolás González.

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