Amigos del BLOG: Permitidme entrar en vuestra casa en estas fiestas, para desearos todo lo mejor en compañía de Dios que se hizo Niño para estar siempre con nosotros, o, mejor, en nosotros. Ante El nos encontramos todos en fraternal abrazo.
Os agradezco todo el aliento y ánimo que algunos me habeis manifestado con vuestros comentarios o correo electrónico. Cada vez estoy más contento de haber puesto al servicio del Evangelio este pobrísimo medio con el que conectamos vosotros y yo, bajo la inspiración y la protección de Santa Teresa de Jesús. Y lo hacemos con más ahinco en estos tiempos de crisis, no tanto económica, que es muy grande, sino de otra mayor, que es la pérdida de valores, fruto del relativismo, en que estamos sumidos por doquier.
No hay más remedio que seguir luchando por la Verdad, la Bondad y la Paz que siguen proclamando los ángeles desde Belen. Vivir en la Verdad y comunicarla es una conquista de cada día. Para ello hay que seguir purificando el corazón de todo instinto de posesión y aprovechamiento personal y llenarle de amor. Me decía uno de vosotros que estaba arrepentido de no haber sabido aprovechar el amor junto a la persona con la que compartió gran parte de su vida: "Nos hemos desperdiciado el uno al otro y hemos desperdiciado el amor, que es el desperdicio más imperdonable de todos. Amor y tiempo son las dos únicas cosas en el mundo que no se pueden comprar, sólo gastar".
Son dones gratuitos que se nos dan, que no nos pertenecen y que crecen en la medida que nos vamos entregando al servicio de los demás. Hagamos cada día lo posible por aprovechar estos dones que gratuitamente recibimos, para hacer un poco más bonito, agradable y feliz el trocito de mundo que a cada uno de nosotros nos toca vivir, y tratando de descubrir lo mejor que hay en los demás, y sin olvidar que las cosas más cotidianas y pequeñas son las que hacen que la vida sea realmente bella.
Oremos unidos ante el Portal. Con un cordial abrazo a todos de vuestro amigo y capellán Nicolás González
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