Ángel músico. Esculpido en plata
Teresa es increiblemente lúcida. Nos deja desconocados cuando leemos frases como la que encabeza esta página Dios quiere que entienda lo que ,por ella misma, ninguna cosa entiende.
Para un lector que busca el sentido literal de los escritos de Teresa, no tiene sentido lo que quiere expresar en términos contradictorios ¡ Entender lo que no entiende! ¡Dios suspende el alma de manera que queda fuera de sí!
Tenía, a veces, la percepción de que, su entendimiento, sin discurrir, está como espantad0 de lo mucho que entiende.
Nos asombra la falta de pudor y el tesón con que descubre su alma al desnudo, como flotando en
visiones celestiales, engolosinando al lector, para que la crea, aunque diga cosas increibles.
En el capítulo 10 del Libro de la Vida, nos anticipa que comienza a declarar las mercedes que el Señor la hacía en la oración... Y, claro, temiendo que iba a decir cosas para algunos ininteligibles y para otros escandalosas, pide a su destinatario que de aquí adelante sea secreto lo que escribe.
¿Qué nos va a contar Teresa, a partir de estas páginas? Los regalos que Dios la hace, y que , por proceder de El, nos van a resultar insospechados. Regalos, absolutamente nuevos, sólo a ella reservados. Todos, gratuitos, inmerecidos.
La esuchamos: Acaecíame en esta representación, que hacía de ponerme delante de Cristo - como he dicho- y aun algunas veces leyendo, venirme a deshora un sentimiento de la presencia de Dios, que en ninguna manera podía dudar que estaba dentro de mí o yo toda engolfada en El. Esto no era a manera de visión; creo lo llaman "mística teologia".
Suspende el alma de suerte, que toda parecía estar fuera de sí; ama la voluntad; la memoria me parece está casi perdida; el entendimiento no discurre- según mi parecer-, mas no se pierde. Y, como digo, no obra, sino que está como espantado de lo mucho que entiende. Porque quiere Dios entienda que de aquello que Su Majestad le representa, ninguna cosa entiende.
Primero, había tenido muy continuo una ternura que, en parte, algo de ella me parece se puede procurar. Un regalo, que ni es sensual ni espiritual. Todo es dado de Dios.
Teresa de Jesús
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