viernes, 1 de octubre de 2010

HOY, FIESTA DE SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS


Nació en AlenÇon (Francia), el año 1873. Siendo aún muy joven, ingresó en el monasterio de Carmelitas Descalzas de Lisieux. Destacó en la humildad y en la sencillez, como niña que se abandona en los brazos de Dios Padre. Murió el 30 de septiembre de 1897.


Ella misma definió la vocación profunda a la que había sido llamada por Dios. Lo expresó en estas sublimes palabras: En la caridad descubrí el quicio de mi vocación. Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos: entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la iglesia y que , si falta el amor, ni los Apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni lo mártires derramarían su sangre.


Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno. Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé: "Oh Jesús, amor mio. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mio. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo será colmado".

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