La fundación del Glorioso San
José del Carmen de Segovia.1574 (1)
Después de haber fundado el monasterio de Salamanca y el de Alba
de Tormes y antes que quedase con casa propia el de Salamanca, el padre maestro
fray Pedro Fernández, que era comisario apostólico entonces,mandò a Madre Teresa de Jesús por
tres años al Monasterio de La
Encarnación de Avila, del que había salido en 1562 para fundar el de San José.
Sin dejar de ser
Priora en la Encarnación, programó y realizó la fundación de Segovia.Envió por
delante a Julián de Ávila para solicitar la licencia del Obispo, que la dio de
palabra.De Avila, el 18 de marzo de 1574, salió la Madre con cinco monjas, dos
capellanes y unos mozos de ayuda. Aunque
Julián de Ávila le había advertido lo peligroso que era llegar a Segovia sin la
licencia por escrito, la Madre le aseguró que el monasterio se inauguraría al día siguiente,
fiesta de San José.
Entraron en Segovia ya anochecido intencionadamente. Se dirigieron al Mesón
del Aceite, y mandaron desde allí aviso a doña Ana de Ximena, que se presentó
inmediatamente. Los condujo a la casa alquilada, que previamente había
aderezado, como mejor pudo. La casa estaba en la parroquia dse San Andrés,a la
calle de Almuzara. De noche, a la luz de un candil, dispusieron las
habitaciones. Prepararon una capilla, y al amanecer dijo Misa el P. Julián De
Avila y puso el Santísimo.
Escuchemos a la Fundadora: “Tenía la licencia del Obispo que
estaba entonces, cuando lo quiso el lugar, de palabra, que lo dijo a un
caballero que lo procuraba por nosotras, llamado Andrés de Jimena, y no se le
dio nada tenerla por escrito, ni a mí me pareció que importaba. Y engañéme, que
como vino a noticia del Provisor que estaba hecho el monasterio, vino luego muy
enojado y no consintió decir más misa y quería llevar preso a quien la había
hecho, que era un fraile Descalzo que iba con el padre Julián de Avila y otro siervo de Dios que andaba conmigo,
llamado Antonio Gaytán”.Seguidamente había celebrado Misa fray Juan de la Cruz y el canónigo Juan de Orozco.
Sigue el texto de la Madre Teresa: “No se quiso ir el Provisor de
nuestra iglesia sin dejar un alguacil a la puerta, yo no sé para qué. Sirvió de
espantar un poco a los que allí estaban. A mí nunca se me daba mucho de cosa
que acaeciese después de tomada la posesión; antes eran todos mis miedos. Envié
a llamar a algunas personas, deudos de una compañera que llevaba de mis
hermanas , que eran principales del lugar, para que hablasen al Provisor y le
dijesen cómo tenía licencia del Obispo. El lo sabía muy bien, según dijo
después, sino que quisiera le diéramos parte, y creo yo que fuera muy peor. En
fin, acabaron con él que nos dejase el monasterio, y quitó el Santísimo
Sacramento . De esto no se nos dio nada. Estuvimos así algunos meses, hasta que
se compró una casa, y con ella hartos pleitos”.
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