Fundación del glorioso San José
del Salvador, en el lugar de Beas, año de 1575, día de Santo Matía (1).
Madre Teresa acababa de salir del monasterio de la Encarnación, 6
de octubre de 1574, donde había estado tres años de priora.A finales de
diciembre viaja a Valladolid para resolver diversos asuntos. En enero de 1575
proyecta un largo viaje, de 550 kms., hasta Beas de Segura, provincia de Jaen.
Así nos cuenta nuestra Fundadora los inicios de
esta aventura:
“ En el tiempo que tengo
dicho que me mandaron ir a Salamanca desde La Encarnación, estando allí, vino
un mensajero de la villa de Beas, con cartas para mí de una señora de aquel
lugar y del beneficiado de él y de otras personas, pidiéndome fuese a fundar un
monasterio, porque ya tenían casa para él, que no faltaba sino irle a fundar.
Yo me informé del hombre. Díjome grandes bienes de la tierra, y con razón, que
es muy deleitosa y de buen temple. Mas mirando las muchas leguas que había
desde allí allá, parecióme desatino; en especial habiendo de ser con mandado
del Comisario Apostólico, que como he dicho era enemigo, o al menos no amigo, de que
fundase. Y así quise responder que no podía, sin decirle nada. Después me
pareció que, pues estaba a la sazón en Salamanca, que no era bien hacerlo sin
su parecer, por el precepto que me tenía puesto nuestro reverendísimo padre
General de que no dejase fundación”.
Madre Teresa se lo
pensó en serio, pues el Generalísimo Padre Rubeo le había prescrito que fundase
en cualquier lugar en que se ofreciese ocasión de hacerlo. Y ésta era una. Lo
consultó con el Visitador, y también éste aceptó darles palabra de que se iría a
fundar, para no desairarlos. Sabía que la fundación en Beas no podría
realizarse sin la autorización de la Orden Militar de Santiago, que no solía
conceder.
“ Como él
vio las cartas, envióme a decir que no le parecía cosa desconsolarlas, que se
había edificado de su devoción; que les escribiese que, como tuviesen la
licencia de su Orden, que se proveería para fundar; que estuviese segura que no
se la darían, que él sabía de otras partes de los Comendadores que en muchos
años no la habían podido alcanzar, y que no las respondiese mal. Algunas veces
pienso en esto y cómo lo que nuestro Señor quiere, aunque nosotros no queramos,
se viene a que, sin entenderlo, seamos el instrumento, como aquí fue el padre
Maestro fray Pedro Fernández, que era el Comisario; y así, cuando tuvieron la
licencia no la pudo él negar, sino que se fundó de esta suerte:
Fundóse
este monasterio del bienaventurado San José de la villa de Beas, día de Santo
Matía, año de 1575. Fue su principio de la manera que se sigue,
para honra y gloria de Dios”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario