lunes, 12 de agosto de 2013














Fundación del glorioso San José del Salvador, en el lugar de Beas, año de 1575, día de Santo Matía (1).

Madre Teresa acababa de salir del monasterio de la Encarnación, 6 de octubre de 1574, donde había estado tres años de priora.A finales de diciembre viaja a Valladolid para resolver diversos asuntos. En enero de 1575 proyecta un largo viaje, de 550 kms., hasta Beas de Segura, provincia de Jaen. Así nos cuenta nuestra Fundadora los inicios de  esta aventura:

“ En el tiempo que tengo dicho que me mandaron ir a Salamanca desde La Encarnación, estando allí, vino un mensajero de la villa de Beas, con cartas para mí de una señora de aquel lugar y del beneficiado de él y de otras personas, pidiéndome fuese a fundar un monasterio, porque ya tenían casa para él, que no faltaba sino irle a fundar. Yo me informé del hombre. Díjome grandes bienes de la tierra, y con razón, que es muy deleitosa y de buen temple. Mas mirando las muchas leguas que había desde allí allá, parecióme desatino; en especial habiendo de ser con mandado del Comisario Apostólico, que como he dicho  era enemigo, o al menos no amigo, de que fundase. Y así quise responder que no podía, sin decirle nada. Después me pareció que, pues estaba a la sazón en Salamanca, que no era bien hacerlo sin su parecer, por el precepto que me tenía puesto nuestro reverendísimo padre General de que no dejase fundación”.

Madre Teresa se lo pensó en serio, pues el Generalísimo Padre Rubeo le había prescrito que fundase en cualquier lugar en que se ofreciese ocasión de hacerlo. Y ésta era una. Lo consultó con el Visitador, y también éste aceptó darles palabra de que se iría a fundar, para no desairarlos. Sabía que la fundación en Beas no podría realizarse sin la autorización de la Orden Militar de Santiago, que no solía conceder.

“ Como él vio las cartas, envióme a decir que no le parecía cosa desconsolarlas, que se había edificado de su devoción; que les escribiese que, como tuviesen la licencia de su Orden, que se proveería para fundar; que estuviese segura que no se la darían, que él sabía de otras partes de los Comendadores que en muchos años no la habían podido alcanzar, y que no las respondiese mal. Algunas veces pienso en esto y cómo lo que nuestro Señor quiere, aunque nosotros no queramos, se viene a que, sin entenderlo, seamos el instrumento, como aquí fue el padre Maestro fray Pedro Fernández, que era el Comisario; y así, cuando tuvieron la licencia no la pudo él negar, sino que se fundó de esta suerte:

Fundóse este monasterio del bienaventurado San José de la villa de Beas, día de Santo Matía, año de 1575. Fue su principio de la manera que se sigue, para honra y gloria de Dios”.

 

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