DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD-Dia 26 de mayo
El próximo Domingo, día 26, honramos a la Santísima Trinidad, a Dios que
a la vez es un solo Dios y tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Así le
invocamos a diario. Cuando nos santiguamos, lo hacemos en el nombre del Padre ,
del Hijo y del Espíritu Santo. Y cuando terminamos las oraciones, lo hacemos
diciendo Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Fue Jesucristo el que nos reveló este misterio en distintas ocasiones.
Por ejemplo, cuaqndo dijo: “Si me amais,
guardreis mis mandamientos; y Y0
le pediré al PADRE y os dará otro
CONSOLADOR, para que esté con vosotros
para siempre, el Espíritu de la Verdad”.
En
otra ocasión, afirmó: “Al que me ama, mi
Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él”.-
Si
nos preguntamos : ¿Quién conoce a Dios?
¿Cómo podemos conocerlo?. -La respuesta ya la hemos dicho. Sólo Dios conoce a
Dios, sólo su Hijo Jesucristo que es Dios de Dios, Dios verdaro, lo conoce. Y
El, que está en el seno del Padre en unión con el Espíritu Santo, nos lo ha
contado..El nos ha revelado no sólo lo
que Dios es en sí mismo, sino también lo
que Dios es para nosotros: que Dios es el creador del mundo, un Padre que nos
ama, al que podemos acudir como hijos, que nos escucha y nos habla interiormente.
Para
los que no creen en Dios, su
realidad personal profunda se convierte
en un enigma indescifrable: no saben ni de dónde vienen ni adónde van, qué son
y para qué viven. Para lo que tenemos fe,
Dios es la realidad fundante, el fundamento de todo.
El Dios de los cristianos no es un Dios sólo
pensado, como es el dios de los filósofos,
sino un Dios de rostro humano; es el Dios-con-nosotros, el Dios del amor
hasta la cruz, el Dios que nos ama y que nos atrae a amarle nosotros a El, a
confiar en El. La fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos refiere a
Dios, en el que vivimos, nos movemos y existimos, y nos abre a los demás, como
hermanos.
A santa Teresa le resultó una experiencia
inefable el caer en la cuenta de que la persona está hecha a “imagen y
semejanza de Dios”. Y, por eso, ella se veía ser a la vez madre, hija y fuerza
vital. Y esto, nó desde una reflexión poética, sino desde una experiencia
vivencial, hasta el punto de llegar a decir que lo que había aprendido por la fe,
lo había llegado a ver con los ojos del alma, y con más certeza que las cosas
que se ven con los ojos de la cara.
Concretamente, refiriéndose al misterio de la
Santísima Trinidad, dejó por escrito que Dios le había regalado la
experiencia íntima de las tres divinas
personas por separado y de las tres en un todo. Porque Dios es como se manifiesta.
Y nuestra Santa se percibía a sí misma a semejanza de Dios Uno y Trino, a la
vez.
“Por bajo que hable uno, cuando se dirija a Dios, está tan cerca que
nos oirá; ni ha menester alas para ir a buscarle, sino ponerse en soledad y
mirarle dentro de sí , y no extrañarse
de tan buen huésped; sino con gran humildad hablarle como a Padre, pedirle como
a Padre, contarle sus trabajos, y
pedirle remedio para ellos..” Este era el Dios de santa Teresa.
Adoremos y alabamos a Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo en este domingo de la Santísima Trinidad. Que nos conceda el
gozo de conocerle no sólo por la fe, sino también por propia experiencia vital.
A El
la gloria por los siglos de los siglos. Amen.
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