miércoles, 18 de enero de 2012

CONVERTIOS Y CREED EN EL EVANGELIO. Domingo 22 enero



DOMINGO ORDINARIO III B
En la primera lectura hemos escuchado lo que el profeta Jonás predicaba a los habitantes de Nínive, una gran ciudad, con fama de ciudad opresora, mundana y llena de vicios y corrupción. El profeta, inspirado por Dios, y en su nombre comenzó a vocear por las calles: “Convertíos de vuestra mala vida, porque si no os enmendáis, dentro de cuarenta dias Nínive será arrasada.- Y la predicación del profeta tuvo efecto: los ninivitas escucharon y acogieron la palabra de Jonás, y cambiaron de vida: creyeron en Dios, hicieron actos externos de penitencia, cambiaron sus obras malas por obras buenas, es decir se convirtieron.- Cuando vió Dio este cambio, tuvo piedad de ellos y no consintió que la ciudad fuera arrasada como estaba previsto.
En el Evangelio hemos escuchado lo que Jesucristo predicaba en Galilea: “El reino de Dios está cerca; convertios y creed esta Buena Noticia”. Y luego dijo a algunos hombres que eran pescadores :”Venid conmigo y seguidme”. Y también tuvo efecto su palabra : hubo persons como Simón, Andrés, Santiago y Juan que se pusieron a su disposición total.
También a nosotros nos dice Jesucristo el mismo mensaje, la misma buena noticia:” Convertios...,seguidme, porque está cerca el reino de los cielos”.
En su predicación Jesucristo demostró tener una virtualidad especial : deslumbraba por la autoridad con que predicana y por la eficacia de su palabra. A la llamada de Dios no cabe otra respuesta que la aceptación y el consentimiento, porque Dios nos ama y no puede querer nada más que lo mejor para cada uno de nosotros. Su palabra es fuente de paz, de gozo, de consuelo, porque nos enseña la verdad y los valores de la vida.- Ante el mensaje de Jesucristo no cabe la indiferencia, porque ante El nos jugamos el sentido de nuestra vida y nuestro destino...No es su palabra una de tantas que se oyen sin ningún contenido ni ninguna trascendencia para nosotros. Su palabra es la verdad en la que necesitamos apoyarnos, para estar fundados en sólido fundamento, para poder vivir en gozo y en paz.- La sociedad necesita de unos mínimos morales, sin los cuales los hombres se destruirían, como vemos que ha ocurrido en tantas partes y sigue ocurriendo en nuestro tiempo. Así lo entendieron sus discípulos; y por eso aceptaron su mensaje, creyeron en él y empezaron a obrar en conformidad con lo que él les decía y obraba. Y después se convirtieron ellos mismos en sus mensajeros y testigos fuera de Galilea, recorriendo los caminos del mundo hasta donde pudieron llegar. La palabra de Jesucristo ha ido impregnando la cultura de los pueblos, desde oriente hasta occidente, porque es una palabra que interesa a los hombres, y de la que depende la salvación de los hombres y la paz de las naciones.
Como luz de la verdad en medio de las tinieblas del error, no cede ante las condiciones adversas. Ante sus enemigos, que lo odian y tratan de ocultarle y marginarle, Jesucristo resiste proyectando el perdón, la comprensión, la luz de su amor, hacer el bien a todos por igual, incluso a sus enemigos.- Aprendamos del evangelio la palabra que Dios nos dirige, convertios, perdonaos los unos a los otros, amaos mutuamente...Resistid al mal, que encontreis a vuestro alrededor; también a vosotros os debe estimular para ser mejores, para reaccionar más activamente, sin dejaros vencer por el desaliento. Repitamos la oración que hemos dicho en el salmo: “Señor, instrúyeme en tus sendas” Enséñame el camino de la salvación”. Levantemos los ojos hacia Dios , del que nos viene la salvación. Dios nos lleva a veces por caminos extraños; sin embargo, estamos seguros de que El nos ama, nos busca y sólo puede querer nuestra felicidad.

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