lunes, 12 de septiembre de 2011

TERESA, CON SU ORACIÓN, CONVIERTE A UN PECADOR

Monasterio de la Encarnación.Claustro alto


En santa Teresa, la referencia a los otros es la de una relación personal y efectiva. Cuando le hablan de los luteranos, o de los índios, se le remueven las entrañas, como si su salvación dependiera de ella,


Hoy voy a copiar una página en la que menciona a un sacerdote, que ha cometido un pecado tan grave y vergonzoso que no se atreve a confesarlo. El interior mismo de Teresa se ve enteramente involucrado con la situación del clérigo. Y pone en marcha lo que puede hacer por él: rezar a Dios por él, y comprometer a otras personas para que hicieran lo mismo. Y lo consiguieron. Quisiera acertar cuando digo que Teresa experimenta en ella lo que le pasa al otro, tiene una vivencia convivida con el otro, porque le ama, y compadece de él. La escuchamos:



"Vino una persona a mí que había dos y medio que estaba en un pecado mortal de los más abominables que yo he oido, y en todo este tiemp ni le confesaba ni se enmendaba; y decía misa. Y aunque confesaba otros, éste decía que cómo le había de confesar cosa tan fea, Y tenía gran deseo de salir de él, y no se podía valer a sí."



"A mí me hizo gran lástima; y ver que se ofendía a Dios de tal manera, me dió mucha pena. Le prometí suplicar mucho a Dios le remediase y hacer que otras personas lo hiciesen, que eran mejores que yo. Y es así que a la primera se confesó: que quiso Dios, por las muchas personas muy santas que lo habían suplicado a Dios - que se lo había yo encomendado-hacer con esta alma esta misericordia, y yo - aunque miserable- hacía lo que podía con harto cuidado".


"Me escribió que estaba ya con tanta mejoría, que había dias que no cabía en él; mas que era tan grande eltormento que le daba la tentación, que parecía estaba en el infierno, según lo que padecía; que me encomendase a Dios. Yo lo torné a encomendar a mis hermanas, por cuyas oraciones debía el Señor hacerme esta merced, que lo tomaron muy a pecho...Fue el Señor servido de librarl de esos tormentos y tentaciones. Tomó fuerza su alma y quedó del todo libre, que no se hartaba de dar gracias al Señor y a mí, como si yo hubiera hecho algo; sino que el crédito que tenía de que el Señor me hacía mercedes, le aprovechab. Decía que cuando se veía muy apretado, leía mis cartas y se le quitaba la tentación"(V 31, 7-8).


Amigos del BLOG, ya veis lo mucho que puede la oración de unos por otros. Haced vosotros lo mismo. Adios.

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