Teresa de Ávila habla con toda naturalidad de que ha visto a Jesucristo, un ángel e incluso a personas conocidas, estando a cientos de kilómetros de distancia.
Jesucristo, hombre verdadero, ocupa el centro de todos los afectos y pensamientos de nuestra Santa, y a El le dedica toda su vida. El Señor la premió con "aparecerse" ante ella, en varias ocasiones.¿ Qué veía? ¿Con qué ojos? Nó veía la persona de Jesús, como le veían sus contemporáneos, ni tampoco con los ojos de la cara. A ella se le aparecía Jesús con una entidad que trascendía lo sensible, pero que producía en ella un impacto de no menos evidencia y certeza que el que se percibe con un beso o con un apretón de manos.
A ella se refiere en el número 1 de capítulo 28 de Vida. Le ve en persona, le ve sus manos , sus ojos, su rostro:" Pasé algunos dias, pocos con esta visión de Cristo muy continua , y hacíame tanto provecho, que no salía de oración, y aun cuanto hacía, procuraba fuese de suerte que no descontentase al que claramente veía estaba por testigo".
"Estando un día en oración, quiso el Señor mostrarme solas las manos con grandísima hermosura, que no lo podría yo encarecer. Desde a pocos dias, vi también aquel divino rostro, que del todo me parece me dejó absorta"-
"No podía yo entener por qué el Señor se mostraba así poco a poco. Pero después he entendido que me iba Su Majestad llevando conforme a mi flaqueza natural.
Pero Teresa cuenta, como si no tuviera ninguna importancia, que supo cuándo iba a morir su amigo y confesor fray Pedro de Alcánzara, y le avisó con un año de antelación, y que un buen día se vió en Ávila, aunque estaba en otro lugar a varias leguas de distancia. Más asombro todavía: supo que había muerto, sin que nadie se lo dijese, y así se lo contó a las monjas, y efectivamente a los ocho dias de haber sucedido el óbito, vino la noticia precisando que había ocurrido el fallecimiento el mismo día y a la misma hora que lo había vaticinado la Madre Teresa.
"Un año antes que muriese, me apareció estando ausente, y supe se había de morir, y se lo avisé, estando algunas leguas de aquí. Cuando expiró, se me apareció y dijo cómo se iba a descansar. Yo lo no creí, y díjelo a algunas personas, y desde a ocho dias, vino la nueva de cómo había muerto o comenzado a vivir para siempre, por mejor decir" (V 27,19).
¡Sea el Señor bendito por siempre.Amen! ¡Qué santaza es Teresa de Ávila! Con mis mejores saludos. Nicolás González
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