Jueves Santo. Este día y últimas horas de la tarde, la Iglesia conmemora la última cena que Jesucristo celebró con los apóstoles, en la que instituyó este misterio de la Eucaristía. La Santísima Eucaristía es el don que Jesucristo hace de sí mismo,revelándonos el amor infinito de Dios por cada hombre, por cada uno de nosotros. En este admirable sacramento se manifiesta el amor más grande,aquel que impulsa a dar la vida por los propios amigos.- En efecto, nos amó hasta el extremo. Veamos a Jesucristo expresándonos su infinita humildad: antes de morir por nosotros en la Cruz, convierte el pan en don de su cuerpo y el vino en don de su sangre, en su persona.¡Esto soy yo!
“Haced esto en memoria mía", les dijo a los apóstoles .-Por eso la Iglesia, cuyo centro vital es la Eucaristía, se compromete constantemente a celebrar la Eucaristía y a anunciar a todos que Dios es amor.-Cristo se ha hecho por nosotros en la Eucaristía alimento de la Verdad, y la Iglesia nos invita esta tarde santa a acoger libremente el don de Dios.
“Vosotros estais límpios, pero no todos”· ¿Qué es lo que hace impuro al hombre? Es el rechazo del amor, el no querer ser amado, el no amar. Es la soberbia que cree que no necesita purificación, que se cierra a la bondad salvadora de Dios. Es la soberbia que no quiere confesar y reconocer que necesitamos purificación. Judas rechaza el amor que le ofrece Jesucristo: a él sólo le interesa el poder y el éxito; el amor no cuenta.Es avaro y es mentiroso, y rompe con la verdad.Uno que vive en la mentira, se endurece, se hace incapaz de conversión, y arruina su vida.
“Vosotros estais límpios, pero no todos”· El Señor hoy nos pone en guardia frente a la autosuficiencia, que pone un límite a su amor ilimitado. Nos invita a imitar su humildad,a tratar de vivirla,a dejarnos contagiar por ella. Nos invita a dejarnos purificar con la fuerza purificadora de su bondad y de su perdón , y a entrar en la comunión de la mesa con él, con Dios mismo.
Terminemos con una última reflexión:” Os he dado ejemplo..También vosotros debéis lavaros los pies unos a otros”, ¿Qué quiere decirnos el Señor con esto? Que cada obra buena hecha a favor del prójimo, especialmente a favor de los que sufren y los que son poco apreciados, es un servicio como lavar los pies. El Señor nos invita a abajarnos,a aprender la humildad y la valentía de la bondad; y también a estar dispuestos a aceptar el rechazo, actuando a pesar de ello con bondad y perseverando en ella.
Amigos del BLOG, os invito a adorar en silencio a Jesucristo, presente en su Templo santo y a dialogar con El como con un amigo verdadero. Nicolás González
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